Volver a la página principal
Número 10 - Noviembre 2008
La angustia de la pesadilla:
¿vía de acceso a qué?
Ana Santillán

Imprimir página

"... como
un sueño que como todo sueño es una pesadilla
(atemperada)".

J. Lacan, 16.03.76

En principio me interesa considerar que tanto los sueños como la angustia son vías, caminos.

Los sueños, la vía regia al Inconciente y la angustia como vía de acceso a lo real. Es decir, tanto por el lado del sueño como por el lado de la angustia tenemos una cuestión de camino, de vía privilegiadas de acceso.

En La Interpretación de los sueños Freud encuentra que en, todo sueño hay un punto irreductible a la interpretación, hay algo insondable, inefable: el ombligo del sueño. ("das unerkannte"). Hay algo irreductible a la simbolización, una falta. Un real. Entonces, la angustia como una vía de abordaje a esa falta irreductible.

En la pesadilla: está el sueño y está la angustia. Entonces, la pesadilla, vía de acceso al Inconciente y en su conjunción con la angustia: vía de acceso a lo real. Pregunta: la pesadilla, entonces ¿vía de acceso a lo real del Inconciente?

La pesadilla presenta características distintivas. Cerñir la especificidad de lo que causa su angustia, nos permite, hacer un doble movimiento, diferenciarlo de los sueños de angustia y a su vez encontrar los puntos en lo que se aproximan.

"El horror de la pesadilla se ubica más allá de las experiencias dolorosas de este sueño que llamamos vida. Dice Borges: "Nuestra vigilia abunda en momentos terribles: todos sabemos que hay momentos en que nos abruma la realidad. Ha muerto una persona querida, una persona querida nos ha dejado, son tantos los motivos de tristeza, de desesperación...Sin embargo, esos motivos no se parecen a la pesadilla; la pesadilla tiene un horror peculiar" ¿Cuál es ese horror?: "hay algo (algo que la distingue): es el sabor de la pesadilla"

Me preguntaba de qué angustia se trata en la pesadilla, de un encuentro con qué.

En la clase 5 del Seminario de "La Angustia", clase titulada "Lo que engaña", nos encontramos con el siguiente enunciado:

"la angustia de la pesadilla es experimentada como la angustia del goce Otro".

En principio, lo que quería subrayar es esto: que Lacan dice que lo propio de la pesadilla es que es experimentada como goce del Otro; no dice que es el goce del Otro, sino que es una experiencia , respecto de ese goce del Otro. Lo digo de otra manera: que lo propio de la pesadilla es experimentado, es sentido, es vivido por el sujeto como si tuviera una experiencia, en el sueño, de ser objeto del goce del Otro. El sujeto queda como objeto siendo gozado por el Otro, o en tanto objeto goce del Otro. Es decir que en este tipo de experiencia, la de la pesadilla, la cuestión relativa a la angustia se plantea en relación al Otro, pero del Otro en su dimensión de goce.

Se está refiriendo, por un lado, a la posición del sujeto en la pesadilla. ¿Cuál es la posición del sujeto en la pesadilla? la de objeto, respecto de ese goce. Esto es lo predominante, lo dominante en la pesadilla, lo que da el tono respecto de esa angustia. Allí es donde esta puesto el acento, eso es lo propio de la pesadilla.

Respecto del goce del Otro. ¿De que se trataría el goce del Otro? Podríamos decir, que es un goce supuesto. Un goce ajeno.

Luego hace corresponder esta figura del goce del Otro, con las figuras de dos demonios. Ese goce del Otro toma forma, en la pesadilla, formas comúnmente de demonios. Es decir la presencia del Otro aparece bajo las formas, en esas imágenes de presencias demoníacas, extrañas. Lo extraño toma las formas de lo demoníaco. El goce del Otro, como goce extraño, extraño al sujeto. Un goce ajeno, extranjero.

Entonces dice: lo correlativo a la pesadilla son los incubos y sucumbos.

Es la referencia al Libro de Jones .Es un libro que él halaga y recomienda, respecto de lo que es la fenomenología de la pesadilla. De Jones toma dos figuras: que son los íncubos y súcubos. La cuestión es que son dos figuras que toma de la mitología medieval. Cuenta el mito que eran unas figuras demoníacas que aparecían en la noche, eran los visitantes de la noche que poseían a las mujeres contra su voluntad –especialmente vírgenes, viudas, monjas…

Ahora, ¿por qué Lacan toma la referencia de estas dos figuras demoníacas como correlativas a la pesadilla? Porque esa figura del Otro toma, en la pesadilla, estas imágenes de lo demoníaco –volviendo al enunciado: la figura que el Otro toma en lo pesadillezco la figura de lo demoníaco.

Después hay toda una referencia a lo que es la etimología de la palabra pesadilla, que en cada una de las lenguas que va tomando –tanto en el anglosajón, como en el inglés, como en el griego, como en el alemán y demás- sitúan algo en relación a las "yeguas de la noche", o el "demonio".

(En ingles: "yegua de la noche", que remite al termino anglosajón de "demonio de la noche". En alemán alptraum, que comprende ALP que significa demonio, en griego efialtes, en latín incubus. En nuestra lengua el vocablo pesadilla resulta insuficiente para dar cuenta de la radicalidad del fenómeno, ya que "illa", que es una modalidad del diminutivo, aligera la "pesadez" el término original)

Ahora, ¿qué dice Lacan acerca de lo que son los íncubos y súcubos?

Que son seres que oprimen el pecho, "con todo su peso opaco de goce extranjero, que te aplasta"; así define Lacan a estas figuras demoníacas. Y en ese enunciado está todo lo que son ciertas cuestiones típicas de al pesadilla. Por ejemplo: esto que oprime el pecho con todo su peso, hace a la dimensión del sujeto en una posición de objeto, bajo ese pecho –todo lo que aparece en la pesadilla respecto de lo que son los fenómenos respiratorios, la agitación y esa sensación de frío mortal. Luego, la cuestión del goce extranjero, extranjero en relación a lo que no es propio, lo que es ajeno –por eso el goce del Otro, la alteridad- pero extranjero, creo, además, en cuanto a esa sensación de lo no-conocido, como no reconocido.; aquello que no se puede reconocer.

Pensaba en "das Unnerkante", el ombligo del sueño, lo no reconocido. Por ahora solo lo menciono y lo retomo al final del trabajo.

Entonces decía que el goce esta caracterizado como lo que aplasta, extranjero, es decir extraño. Extraño es que no le es propio, no es propio del sujeto. Es del Otro, pero en esta dimensión de lo extraño.

Opaco, el Otro en relación a su opacidad para el sujeto, se hace presente.

Decía que en ese enunciado están las cuestiones que van dando la pauta de lo que es típico de la pesadilla. Yo voy a enumerar cuatro: por ejemplo, la dimensión de sin salida, de encierro. Respecto también del despertar, que es característico en la pesadilla. Luego, toda la cuestión de de la relación de la angustia al cuerpo, tanto por el lado de la voluptuosidad como por sensación de la parálisis típica que presenta, donde lo característico es que el sujeto quiera realizar algún movimiento y, justamente por esa posición de objeto, se vea totalmente impedido de hacerlo –querer moverse y no poder; querer gritar y no poder. Esto es lo que da la pauta acerca de qué es estar como objeto respecto del goce del otro, en el sentido de que aquí no hay un sujeto que pueda instrumentar algo para poder salirse de ese lugar de encierro que le plantea el Otro y lo deja aplastado bajo ese goce… Entonces, pensaba en ese objeto tan importante que puede ser la voz, porque en la pesadilla aparece esa dificultad para gritar, para poder llamar al otro. Pensaba lo que comporta la voz como instrumento, como posibilidad de instrumentación de un sujeto: la voz como ese objeto que se puede desprender del cuerpo y habilitar la posibilidad de que el sujeto haga alguna llamada; eso mismo ya permite salir de esa posición de objeto y separarse de ese goce del Otro. El sujeto esta en esa posición de estar tomado, agarrado, a tal punto que no puede hacer nada, bajo ese peso, ese poder del Otro., no pudiendo moverse, gritar.. Esta el cuerpo tomado.

Es típico esto de no poder moverse. Estar paralizado. No poder hacer un movimiento que lo saque de allí. Esta impedido de hacer un movimiento.

O la posibilidad de gritar, de llamar a Otro. El sujeto no puede contar con su voz, como recurso. La voz, su propia voz, se pierde ahí como instrumento. La voz, ese objeto que se desprende del cuerpo, en esa función separadora que tiene el grito por ejemplo. O el recurso de hacer un llamado. Ahí hay algo fracasado, respecto de instrumentar algo que lo saque de allí. Que es lo que le permite operar a un sujeto estará en relación a cierta reserva con la que cuenta el sujeto.

El sujeto esta ahí, ante esa dimensión del Otro, sin poder instrumentar algo que lo saque de esa posición, es decir de objeto.

Esto es lo que acerca a esta angustia de la pesadilla a la angustia del desamparo. La Hiflosigkeit. La angustia de estar sin recursos, desamparado respecto de ese Otro. Esta angustia estructural, la del sujeto ante la inermidad del encuentro con el lenguaje. Ese golpe que comporta la entrada al lenguaje. En su advenimiento del sujeto al mundo, en ese encuentro con la lengua, lengua que le es extraña, ese encuentro traumático que nos dice de la inermidad del sujeto.

La cuestión es con que cuenta el sujeto, cuales son sus recursos, si hablamos de recursos nos referimos a recursos simbólicos, esto va a estar en relación a lo que se denomina la reserva libidinal, la reserva libidinal del sujeto. Es decir que habría una relación entre la reserva libidinal o la disposición libidinal y el no quedar entregado, tomado a esta dimensión del Otro.

Con que recursos cuenta un sujeto para salir de esa posición respecto del Otro. Puede que un sujeto no cuente con esos recursos. Es una cuestión a la falta. ¿Pero de que falta se trata?

Entonces en esto de estar impedido, claramente se advierte de la posición en la que se encuentra el sujeto ¿Por qué queda como objeto del goce del Otro?

Porque no hay nada, en la pesadilla, con lo que el sujeto pueda contar para poder sustraerse de ser objeto del goce del Otro.

Entonces, decía que puede aparecer esto del impedimento, la imposibilidad, la parálisis para efectuar algún movimiento, y lo quería relacionar con esta afirmación de Lacan que la angustia se produce cuando la falta falta ¿pero de que falta se trata aquí? Para que el sujeto pudiera instrumentar algo, eso estaría en relación con la posibilidad de que algo falte –lo que se llama la reserva libidinal… Justamente, acá pasa algo por lo cual esa reserva no está operando –claramente, está fallido todo lo que tiene que ver con la operación simbólica, y esto es correlativo a toda esa cuestión real y toda esa dimensión del cuerpo que antes les decía….

Recordaba en relación a esto que otro de los lugares donde Freud refiere al ombligo del sueño, es en sueño de la Inyección de Irma. El momento donde se abre la garganta, en esa visión de esa carne, punto de acmé. Aproximación a ese punto traumático, aparición de la angustia. Lo que permite que ese sueño continué, es que allí hay un llamado y toda la serie de sustituciones respecto de sus colegas. Esta es la diferencia. Desde allí pone en marcha un trabajo de simbolización, de traducciones, de metaforizaciones , que bordeando esa falta, permite continuar soñando.

El sueño, como formación del inconciente, ejemplarmente, abre a "esa otra escena".

El ombligo del sueño, nombre que metaforiza, esa marca, cicatriz del origen. Origen que esta perdido, un falta. Punto imposible, es la marca que hay un imposible. Algo indecible, por que esta fuera de la posibilidad de las palabras, un imposible que Lacan lo llama real, un punto irreductible. Algo que se encuentra por fuera del significante, por fuera del lenguaje.

Punto umbilical.

Bueno, y decía que el despertar también es característico en la pesadilla. Por un lado, porque interrumpe el sueño: hay algo que despierta al sujeto. En un sentido, es un despertar anticipado, porque no es posible continuar durmiendo –hay algo de la función del sueño como guardián del dormir que fracasa, falla. La pesadilla despierta, pero es una forma de despertar bastante paradojal, porque es sumamente frecuente que cuando el sujeto despierta de la pesadilla no sabe si está despierto o está dormido, por lo cual no es un despertar que despierte a la vigilia. De esta manera, allí podemos pensar también en algo del corte que no se ha producido, algo circular…. Todo va dando esta idea de algo circular de encierro, que no separa, que no corta… hay un corte que no se produce, hay algo circular.

Hay un despertar, en la pesadilla, donde el sujeto no puede distinguir si esta despierto o dormido, es decir si se trata de la realidad o del sueño. Esto es lo que podemos poner en relación al campo de la ficción, "indica que el sujeto no puede volver a entrar en el campo de la ficción.

Esta dimensión de circularidad, de una continuidad.

No hay ninguna realidad que no esté mediada por lo simbólico, la percepción se estructura en relación a lo simbólico. Es a causa de la función significante que podemos que el sujeto puede estar en el mundo, en la escena del mundo.

En la pesadilla: la cuestión relativa a la posición de objeto respecto del goce del Otro, lo relativo al cuerpo, a lo paradojal del despertar no dicen de algo que falla en relación a lo simbólico y que presenta paradigmáticamente lo que puede ser el acercamiento a lo real.

Recordemos también, las experiencias respecto de lo siniestro, "unheimlich", experiencias también en relación a la dimensión de lo extraño, lo extraño que se presenta en la escena de lo familiar.

"unheimlich"," unerkannte""ubenwusst" términos que quedan muy cerca…

¿Si las pesadillas fueran grietas del infierno?

Tal vez la pesadilla, abra a lo siniestro que puede haber en nuestro Inconciente.

Como nos recuerda Lacan, en la clase II del Seminario" Los cuatro conceptos fundamentales": " el inconciente de Freud no es en absoluto el inconciente romántico de la creación imaginativa. No es el lugar de las divinidades de la noche"

"el inconciente nos muestra la hiancia por donde la neurosis empalma con un real" (…)"algo que pertenece al orden de lo no realizado"

Notas

(1) Este trabajo reúne, tanto lo realizado para una presentación, en ocasión de las Jornadas del Ciclo "Para leer a Lacan" (ciclo a cargo de Gabriel Levy, en torno a la lectura del Seminario X de J. Lacan, "La Angustia", en diciembre del 2007 en la sede de freudianas), y lo que he podido pensar a posteriori e intento desarrollar en este, a partir de los aportes de quienes participaron con sus cometarios y preguntas (como los de Miriam Frantini, Gabriel Levy, Maria del Rosario Ramírez).

Volver al sumario de Fort-Da 10

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet