Volver a la página principal
Número 11 - Agosto 2014
Jugando a montar, montando el jugar.
La apuesta a la subjetividad en actividades y terapias asistidas con caballos
Virginia V. González

 

“¿qué es lo esencial del psicoanálisis, qué lo esencial,
lo que no puede faltar para “ser” un psicoanalista, de niños o no? (...)
actitud lúdica, capacidad de jugar que transforma un relato en material,
gusto por el juego con las más diversas cosas, palabras, imágenes, ideas, sonoridades..
.”
Ricardo Rodulfo (1)

Actividades y Terapias  Asistidas Con Caballos

¿De qué hablamos cuando decimos Equinoterapia? Puede habilitar a  fantasear con “caballos terapeutas”, por ello separemos la paja del trigo. Desde el año 2007 trabajo en la asociación civil Ancape Cahuel, institución dedicada a la Equinoterapia, y actualmente, para evitar confusiones y deslices profesionales, usamos otra denominación y dividimos las prácticas en dos áreas (2):

Actividad

ACTIVIDADES ASISTIDAS CON CABALLOS

TERAPIA ASISTIDA CON CABALLOS

Clasificación

Se encuentran dentro de las AACA
(Actividades Asistidas Con Animales).

Se encuentran dentro de las TACA
(Terapia Asistida Con Animales).

Definición

Actividades con caballos destinadas a aumentar la calidad de vida de los practicantes, desde situaciones lúdicas y recreativas.

Intervenciones con caballos dirigidas por profesionales de la salud dentro de un encuadre terapéutico especifico a cada paciente.

Objetivos

Objetivos socio-recreativos que se dirigen a mejorar la calidad de vida de los practicantes.

Objetivos terapéuticas enmarcados dentro del tratamiento específico al paciente.

Equipo de trabajo

Técnicos especializados en la temática.

Profesionales de la Salud.

Modalidad

Se realizan grupalmente, pueden ser compartidas por muchas personas.

Suelen ser individuales, pero pueden ser grupales (dependiendo de los objetivos terapéuticos).

Similitudes

Se despliegan desde el vínculo Humano – Animal
Propenden a la Salud

Por un lado, desarrollamos las Actividades Asistidas con Caballos, confundidas con la Equinoterapia, las cuales son actividades recreativas que se despliegan desde el vínculo humano – animal y apuntan a mejorar la calidad de vida de los practicantes (3). Al tener objetivos socio-recreativos, las montas y juegos planteados son en grupo, eje que de todos modos se flexibiliza acorde a las subjetividades implicadas y sus necesidades. Buscamos potenciar un clima festivo y familiar, por ello este espacio se realiza los días sábados y está abierto a recibir y alojar al grupo familiar y amistades de los practicantes. A su vez, el plus de estar al aire libre, permite rondas de mate, pic nic y festejos de cumpleaños, entre otras situaciones ociosas. Estas prácticas, en nuestro caso, están coordinadas por profesionales y técnicos especializados en la temática. Si bien en las Actividades Asistidas con Caballos no es requisito que sean conducidas por profesionales, es imprescindible y una obligación ética que quienes coordinen sean idóneos para la práctica y la población a la que se destinan.

Por otro lado, las Terapias Asistidas con Caballos, más conocidas como Equinoterapia, se enmarcan dentro del encuadre terapéutico, y aquí sí es requisito que sea ejercida por profesionales de la salud, de lo contrario no se puede hablar de terapia. Como la mayoría de los tratamientos, la atención es individual, se acota al paciente y en algunos casos a su familia, primordialmente cuando los pacientes son niños. Las intervenciones y el dispositivo profesional se desarrollan dentro un proceso terapéutico, cuyo objetivo primordial es la atención y promoción de la salud, considerando siempre la singularidad de cada sujeto.
En las Actividades y en las Terapias con caballos las intervenciones y propuestas son diversas, no se reducen a la monta. En ambas se despliegan actividades, ejercicios y juegos arriba y abajo del equino, acompañados por los responsables a cargo según las necesidades y recursos de cada practicante o paciente.

Por lo cual, pese a los objetivos recreativos de las Actividades asistidas con caballos, lo lúdico y lo recreativo no es propio de dicha práctica, pues en las Terapias, especialmente con niños, se trabaja desde el juego. Y pese a los objetivos terapéuticos de las Terapias asistidas con caballos, los beneficios terapéuticos no son exclusivos de la práctica terapéutica, pues las Actividades asistidas con caballos también tienen efectos terapéuticos, aunque no son ni proyectan ser una terapia.
Ahora...¿por qué el caballo? Si bien no es terapeuta, son numerosos los beneficios de su monta: transmisión de calor, transmisión de impulsos rítmicos, patrón de locomoción tridimensional (4). Pero además, más allá de la monta, el vínculo humano – animal impacta favorablemente en la subjetividad de los implicados, pues el caballo aparece como un otro/Otro, con el cual puedo identificarme y  con el cual puedo establecer un lazo social. Tal vinculación desde diversas situaciones lúdicas implica trabajo subjetivo y habilita a lograr avances en la organización psíquica.

El caballo es un recurso importante para el trabajo en salud mental, especialmente al estar al aire libre, pues no todos tienen el privilegio de estar en contacto con la naturaleza, mucho menos cuando por otras terapias y rehabilitaciones se anda “de consultorio en consultorio”.

La Apuesta Psicoanalítica

Por lo general, la mayoría de las personas que acuden a nuestro espacio, ya sea el recreativo o el terapéutico, son personas con o en situación de “discapacidad”, con ello quiero decir que cuentan con el “certificado único de discapacidad”. Más allá de la certificación y de la amplia concurrencia de personas con o en situación de discapacidad (por el prestigio y la reputación de estas prácticas en dicha población), como profesional no apunto a la discapacidad, apuesto al trabajo subjetivo, apuesto al encuentro con el sujeto o esbozo de sujeto detrás de la etiqueta diagnóstica, apuesto al sujeto del Inconsciente y de deseo.

Apuesta subjetiva nada fácil cuando quien se presenta es un niño, púber, adolescente o adulto ubicado familiarmente como “hijodiscapacitado” (5), holofraseado y entificado como discapacitado. Cuando la inscripción que predomina es la discapacidad (“es discapacitado”), cuando se homologa la persona con el cuadro nosográfico (“es Down”), se reduce y se somete el desarrollo subjetivo a la discapacidad. Si la mirada recae sobre la discapacidad el sujeto no existe, la patología aplasta la subjetividad y el rótulo vela los procesos psíquicos.

Si la apuesta psicoanalítica es con el sujeto, el sujeto de deseo, y si se trata de apostar al trabajo psíquico y a la subjetivación, el juego es ineludible para desplegar las Actividades y Terapias asistidas con caballos.

Jugando A Montar, Montando El Jugar

El juego, subraya Norma Bruner, es la formación psíquica central y por excelencia de la infancia, pues, siguiendo a Winnicott, el jugar crea niños. El juego es indicio de salud, de allí la importancia clínica de la ausencia o dificultades para jugar. La importancia del juego recae en su impacto y huella en los procesos de subjetivación, el jugar como práctica significante tiene función estructurante en la constitución subjetiva.

Ricardo Rodulfo plantea: “Para nosotros, el concepto de jugar es el hilo conductor del cual podemos tomarnos para no perdernos en la compleja problemática de la constitución subjetiva. Partimos de un descubrimiento: no hay ninguna actividad significativa en el desarrollo de la simbolización del niño que no pase vertebralmente por aquél. No es una catarsis entre otras, no es una actividad más, no es un divertimento, ni se limita a una descarga fantasmática compensatoria o a una actividad regulada por las defensas, así como tampoco se lo puede reducir a una formación del inconsciente: más allá de estas parcialidades, no hay nada significativo en la estructuración de un niño que no pase por allí...” (6) El valor significante del jugar recae en el desarrollo de la simbolización y en su operatoria en la asimilación, sublimación y acote del goce, pues en el jugar “el niño ser pulsional deviene o se desplaza a ser de juego” (7). A su vez, el juego compromete al cuerpo, bien explica Rodulfo, en sus tesis sobre el jugar, que “a partir del jugar, el chico se obsequia un cuerpo a si mismo, apuntalado en el medio” (8).

El juego y el jugar son formaciones necesarias pero no contingentes, no son innatas ni espontáneas. Bruner advierte: “La dimensión del juego, condición necesaria para que haya niñez, no es espontánea ni natural. Tampoco depende de la dotación orgánico-biológica con la que se nace (aunque no sea sin ella, obviamente), no se hereda, sino que su surgimiento y existencia requiere un trabajo de construcción y constitución, este trabajo depende del orden simbólico que, en el Otro y a partir de él, se ofrezca al recién nacido para que encuentre la forma de apropiarse de la cultura y sus leyes, jugando la posibilidad de ponerlas realmente en uso, en funcionamiento, a su debido tiempo”. (9)

El juego no es innato, la capacidad de jugar es un logro en el desarrollo emocional individual e implica a Otro y otros en juego y jugando. Desde este marco, entramos en escena en las prácticas recreativas y terapéuticas con caballos, desde el juego y jugando, jugando a montar y montando el jugar. Por ejemplo, invitando, convocando y acompañando a saludar al caballo, a abrazarlo, a higienizarlo, cepillarlo, cuidarlo, invitarlo a pasear, montar, jugar arriba y abajo del caballo, cantar, tocar los árboles y sus ramas, juntar hojas, observar desde arriba del equino, montar de distintas maneras sobre el caballo, charlar con amigos, jugar en grupo, pasear en solitario, alimentar al animal, hacer zig-zag entre los árboles, realizar distintos ejercicios durante la monta, pasear por el río, hacer adivinanzas, dejarse llevar por otro, inventar juegos, preparar al equino con su equipo de monta, expresar los afectos, contar historias a caballo, montar con otra persona, practicar equitación, pasear y apalabrar lo que se siente, mostrarse delante de familiares y amigos, tocar sus crines, despedir al caballo con una caricia y/o abrazo. Estas situaciones de juego y esparcimiento son fruto de un cuidadoso proceso de vinculación, sostén y alojamiento, respetando la singularidad de las subjetividades así como sus necesidades y recursos.

Para los practicantes y pacientes, y sus familias, ¿qué implican y cómo impactan las diversas invitaciones lúdicas desde las prácticas con caballos? El jugar a “ser jinetes”, o serlo, tiene toda una connotación metafórica, pues el “dar las riendas” tiene gran valor subjetivo. Imaginemos, por ejemplo, para alguien ubicado como “discapacitado” el impacto de “ser sujeto jinete” para otro/Otro, el lograr montar un animal tan grande, poder manejarlo y elegir a dónde ir con él. Aún cuando otro, técnico o terapeuta, por las imposibilidades físicas y/o psíquicas del practicante o paciente, preste su cuerpo y su voz para convocarlo a pasear y jugar a caballo. Estimemos, para aquella persona con dificultades en el lenguaje o en el habla, las marcas que habilitan el poder comunicarse con el caballo más allá de la palabra en su aspecto sonoro, el poder jugar con el caballo sin necesidad de palabras habladas, pero con significantes en juego. Apreciemos, para alguien con diagnóstico de Autismo, las huellas significantes tras lograr organizarse anímicamente y armar recursos psíquicos frente a las propuestas lúdicas en el jugar con caballos. O los efectos subjetivos y familiares, para alguien rotulado de “violento” o “explosivo”, tras cepillar y montar al animal con calma y sin agresiones.

Así, jugando a montar y montando el jugar, se inscriben nuevas huellas psíquicas en las subjetividades en juego, y en el juego, abriendo la puerta a la novedad y la creación. A través del juego, como experiencia creadora, emerge lo diferente. La producción de la novedad mueve al practicante o paciente a un lugar distinto, ya que desde el jugar funda una nueva ubicación, ahora aparece el sujeto como agente y creador de un nuevo sentido. Nuevo sentido que posiciona al niño como “capaz” para montar y guiar al caballo, ya no como discapacitado, nuevo sentido que ubica al adolescente como “responsable” del cuidado del animal y ya no como problemático o impulsivo, nuevo sentido que sitúa al adulto como “competente” para acompañar a otras personas en la monta, y ya no como torpe. La dimensión de lo nuevo y lo creativo desde el juego funda la oportunidad de movimientos subjetivos que ubican a los implicados en posiciones más sanas y placenteras, pues no olvidemos que lo característico del juego es el placer y que el jugar es signo de salud.

La Montura Subjetiva

A compás de la apuesta psicoanalítica por el sujeto de deseo, en aquellas familias donde se presenta y se sostiene a su hijo como “hijodiscapacitado”, es necesario hacer un trabajo de escucha, acompañamiento y orientación para hacer lugar a aquel sujeto atrapado en rótulos diagnósticos y otras posiciones fantasmáticas. Promover dicho movimiento posibilita encontrar al sujeto en su singularidad y habilitar a sus procesos de subjetivación.

Así, el psicoanálisis aparece como contra-discurso frente a la violencia del diagnóstico y a la rotulación rigidizante. Frente al foco sobre lo fallido y lo deficitario hace emerger lo habilitante, y frente a la violencia significante del diagnóstico hace circular otros significantes, los significantes del sujeto. Brota lo nuevo y la creación frente a la fijeza moribunda del encasillamiento discapacitante. En el silencio de la nada busca las respuestas del sujeto. Ante la patología, se propone lo sano, la salud en su amplio sentido. Ante los carteles que anuncian “no puede”, “discapacitado”, “amorfo”, “pasivo”, “no sabe”, “no quiere nada”, busca encontrar la posibilidad, la capacidad, el cuerpo, el autor,  el saber y el deseo...de un sujeto.
Retomando interrogantes: ¿qué implica el juego en las actividades y terapias asistidas con caballos? Nada más y nada menos que trabajo subjetivo. ¿Cómo impacta? Habilitando al sujeto en sus recursos y capacidades. Desde las prácticas con equinos procuramos liberar al sujeto del rótulo discapacitante e invitar al juego para que en la vinculación con el caballo en las situaciones lúdicas se monte el sujeto, asomándose así un nuevo sentido frente a la fijeza de lo sintomático y lo patológico. Que el sujeto tome las riendas y se ponga en juego, esa es la apuesta lúdica desde las prácticas asistidas con caballos.

Notas

1 Rodulfo, Ricardo (2008): Futuro provenir. Ensayos sobre la actitud psicoanalítica en la clínica de la niñez y la adolescencia, Noveduc, Bs. As., p. 49 y 50.
2 Cuadro perteneciente al material del equipo de las “Actividades Ecuestres Adaptadas”, de la asociación civil Ancape Cahuel.
3 Dentro de la práctica de Actividades asistidas con caballos, designamos al usuario de dicho servicio “practicante”, y no jinete, ni paciente, ni alumno, ya que dicha práctica no es un deporte, ni una terapia, ni una actividad escolar.
4 Gross Naschert, E.: Equinoterapia: la rehabilitación por medio del caballo, 2ª edición, Editorial Trillas, México, 2006.
5 Levin, E.: Discapacidad, clínica y educación. Los niños del otro espejo, Nueva Visión, Bs. As., 2008, p. 39.
6 Rodulfo, R.: El niño y el significante, Editorial Paidós, Bs. As., 2010,  p. 120.
7 Rodulfo, R.: Futuro provenir. Ensayos sobre la actitud psicoanalítica en la clínica de la niñez y la adolescencia, Noveduc, Bs. As., 2008, p. 176.
8 Rodulfo, R.: El niño y el significante, Editorial Paidós, Bs. As., 2010,  p. 122.
9 Bruner, N.: Duelos en juego: La función del juego y el trabajo del duelo en la clínica psicoanalítica con bebés y niños con problemas en el desarrollo,  Letra Viva, Bs. As., 2009, p. 46.

Referencias Bibliográficas

Bruner, Norma (2009): Duelos en juego: La función del juego y el trabajo del duelo en la clínica psicoanalítica con bebés y niños con problemas en el desarrollo, 2ª edición,  Bs. As., Letra Viva.
Gross Naschert, Edith (2006): Equinoterapia: la rehabilitación por medio del caballo, 2ª edición, México, Editorial Trillas.
Rodulfo, Ricardo (2008): Futuro provenir. Ensayos sobre la actitud psicoanalítica en la clínica de la niñez y la adolescencia, 1ª edición, Bs. As., Noveduc.
Rodulfo, Ricardo (2010): El niño y el significante: un estudio sobre las funciones del jugar en la constitución temprana, 1ª edición, Bs. As., Paidós.
Winnicott, Donald (1982): Realidad y juego, 2ª edición, Barcelona, Gedisa editorial.   
Winnicott, Donald (1991): Exploraciones psicoanalíticas I, 1ª edición, Barcelona, Editorial Paidós.

Volver al sumario de Fort-Da 11

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet