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Número 11 - Agosto 2014
Exclusión, marginalidad y drogadicción en la Argentina
Mónica Kot

Dentro de los problemas mas acuciantes de la sociedad Argentina contemporánea y mundial encontramos la marginalidad, la exclusión y la drogadicción.
Hay peculiaridades de la Argentina como parte de América Latina
Ha sido uno de los países latinoamericanos que ha tenido mayor caída del nivel de vida y de la mayor regresión en la distribución del ingreso en las últimas décadas.
En Argentina, la pobreza existe, como la creciente desigualdad.
Hay razones morales, políticas, económicas y sociales para enfrentar este desafío.
La sociedad está crecientemente fragmentada, existe una segregación urbana.
La exclusión social está íntimamente ligada con la pobreza (que conlleva la precarización laboral, la privación y la desigualdad).
Una integración precaria al mercado de trabajo se asocia con otras desventajas tales como acceso a la educación, a la vivienda, a los servicios de salud, a un ingreso decente a niveles aceptables de participación social.
Nos encontramos con desafiliación y ruptura del lazo social.
En la Argentina hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, estos últimos, con biografías de riesgo y desigualdad de las trayectorias.
Individuos vulnerables con acumulación de desventajas, presentando incertidumbre creciente sobre su futuro.
Los sectores privilegiados, hacen un repliegue físico, marcan fronteras, con barrios privados cercados y con seguridad privada. Hablan de miedo, desconfianza y prejuicios. Delimitan un “adentro” y un “afuera”.
La socióloga argentina Maristella Svampa trabaja el tema de los barrios privados como así también la participación social en numerosas organizaciones, por ejemplo los piqueteros.
Advierte, frente a este panorama gris, el cambio democrático que llama a la participación social  que se registra en numerosas organizaciones sociales que combaten la miseria.
Para esta autora, la modernización social puede convivir con la exclusión.

El autor Salvia, en “Los Nuevos Rostros de La Marginalidad” retoma nociones de José Nun polemizando con Svampa, donde explica que estas prácticas de autogestión en espacios cada vez mas locales, sin horizonte de integración, responden a la lucha por la subsistencia.
Solo en la ciudad de Buenos Aires nos encontramos con 37 asentamientos precarios, donde viven 30.000 personas.
Es una nueva pobreza estructural con disminución de la capacidad de asociación y gestión colectiva, con poca movilidad social.
Hay desempleo, precariedad laboral, violencia e inseguridad, embarazo adolescente, abandono escolar, consumo de drogas e inactividad juvenil entre muchos otros, son algunos de los aspectos que han comenzado a formar parte de la cotidianeidad en enclaves urbanos.

La exclusión social pone el énfasis en la vulnerabilidad de los hogares y sus miembros, inhabilitándolos para ejercer colectivamente sus capacidades.
Muchos de los sujetos de la exclusión social, realizan sus apuestas de riesgo. Juegan al límite, como si nada importara, ni la vida propia ni la ajena, sin proyectos ni horizontes.
Viven lo inmediato, aunque ahorren nunca llegarán a adquirir su vivienda, no tienen convicción de que el mañana difiera del hoy, consumen con la ilusión de la pertenencia, ejemplo: zapatillas de marca, equipos de música, celulares.
Para muchos, su lazo con la cultura de la época está en las novelas de la televisión, los juegos del cyber, los videojuegos.
La inclusión, no es el reverso de la exclusión, la exclusión es una consecuencia de un modelo económico que cuesta desarticular.
Parecería ser que lo “excluido” no puede ser “reintegrado” tiene un efecto de desecho no reciclable.
Quedan precariamente sostenidos en el lazo social, reconociendo las marcas subjetivas que llevan.
El desamparo social que conlleva la miseria, la falta de lugar, distancia a los sujetos respecto a los ideales de la cultura, con pobreza intelectual y falta de estímulos.
El desamparo, lo constituyen, fundamentalmente los chicos de la calle, que encarnan una de las formas del malestar de la cultura contemporánea.
La desocupación y la miseria también han destruido las redes familiares o barriales.
Aún no hay quien se haga cargo de los chicos.

En América Latina hay 20 millones de niños menores de 14 años explotados laboralmente y 7 millones en las mas degradantes tareas como la prostitución, la pornografía y el tráfico de drogas.
El desamparo social duplica el desamparo biológico.
La comunidad y el Estado ponen esfuerzos para revertir la situación con puentes educativos, diferentes ONG que captan las necesidades de los chicos, actividades recreativas, hogares para madres solteras, etc., pero aun no es suficiente.
Muchos internados tienen modalidades similares a cárceles, penalizando la pobreza y aumentando el número de jóvenes con características de deficientes sociales.
Tampoco abogo por la “victimización” eximiendo a los sujetos de responsabilidad, dejándolos sin salida ni recursos.
Hay familias pobres que luchan y enfrentan las estigmatizaciones y el desprecio colectivo, tratan de construir una vida, sostener una familia enfrentando limitaciones materiales extremas con imposibilidad de asentarse en el mundo del trabajo y de proyectarse en el futuro.

Tratan de crear lazos con sus vecinos luchando por reivindicaciones que los lleve a un acceso a la educación y una formación profesional para toda la vida.
Mateo Perdía, cura Pasionista, habla de “reservas de humanidad” refiriéndose a la riqueza que encontró en la gente humilde, su lucha por una vida mas digna revalorizando el papel de la mujer como sostén de hogares extensos.
Hasta ahora, no se ha revertido significativamente esta situación.
Los resultados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos  (que aunque han sido cuestionados por los propios empleados quienes sostienen que las formas en que se miden no reflejan la realidad) dicen: en la Encuesta Permamente de Hogares perteneciente al 3º y 4º trimestre del 2006 que edita el INDEC, en la Argentina el 26,9% de la población se encuentra en una situación de pobreza.
A este dato se le suma el 8,7 % que corresponde a personas que han caído en la indigencia.
Frente al 10.1 % de pobres que habita la ciudad de Buenos Aires se encuentra un 30,2 % en la misma situación en la Provincia de Buenos Aires.
Este dato crece a un 40% si le agregamos los que están en una situación de indigencia.
En el noroeste argentino los pobres alcanzan el 46 % de la población. El 33.5 % son asalariados en negro, existe aun un 7,9 % de mortalidad infantil.
Ejemplos: hace unos años en una de las tres ciudades mas grandes de la Argentina (junto a Córdoba y Buenos Aires en un barrio marginal de la ciudad de Rosario), la dieta habitual de los pobladores era comer gatos para sobrevivir.
En el 2001 una imagen recorrió el mundo, cuando volcó un camión que llevaba carne un grupo de gente humilde se disputaba un trozo (siendo que la Argentina exporta alimentos para casi 400 millones de personas en el mundo).
Ahora en el 2008, se ve gente en los basureros, comiendo de las sobras o eligiendo objetos para vender.
Los cartoneros, son grupos de familias que revuelven la basura doméstica que todavía los argentinos no separamos, buscando cartón, plástico y metal para ser vendidos.
En la década de los 60 se empezó a hablar de marginalidad y exclusión social.

La Argentina fue pionera en la producción de estos conceptos.
En mi país, la antigua clase obrera fue seriamente diezmada por el proceso militar entre 1976 y 1983 y las políticas neoliberales de los 90, la conflictiva social que culmina en los hechos del 2001.
Los patrones de la conflictividad o se hallaron en los puestos de trabajo sino que fueron concentrándose en las rutas y caminos del país, donde los desocupados reclamaban por trabajo, con su secuela de marginalidad.
En Latinoamérica se vive un proceso de migraciones de habitantes de países limítrofes, fundamentalmente paraguayos, peruanos y bolivianos (muchos de ellos indocumentados) que engrosan los barrios sobre todo en la periferia de las ciudades.
José Nun refiriéndose a las villas dijo: la marginalidad fue en principio un problema social y luego fue constituyéndose en un problema para las ciencias sociales.
Las villas están carentes de un mínimo de comodidades, faltan baños, cloacas, red de gas, (encareciendo sus necesidades ya que usan garrafas).
El sociólogo franco-argentino, Denis Meklen en su artículo “Frente a las ideas de Pobreza y Exclusión: Marginalidad” habla de dos matrices teóricas principales, una la culturalista sostenida por Gino Germani donde la explicación se centra en la lentitud con las que fueron incorporadas a la cultura de la ciudad moderna, grandes contingentes humanos provenientes de regiones rurales. La otra, la matriz marxista sostenida por José Nun donde explica como el proceso de formación de una masa marginal de superpoblación que era afuncional, no cumplía ninguna función en la reproducción en el capitalismo Argentino y Latinoamericano.
El concepto de masa marginal acuñada por Nun es un concepto relacional, esto es, no se puede hablar de marginalidad si no se define la sociedad concreta en que se los encuentra y respecto a quien se los mira.
Según la definición de marginalidad es aislar y no integrar a una persona o una colectividad en las normas sociales comúnmente admitidas.
Excluir es tomado como acción y efecto de quitar el lugar que se ocupaba.

Ambos términos son complementarios.
Entre el 30% y el 60% de la población de los paises de Latinoamérica encontramos alguna forma de exclusión.
El continente de “invisibles” como dice Cándido Grzybowski.
Pierden las sociedades civiles y la democracia, no logran organizarse ni luchar por una perspectiva de cambio. 

Para Mallimacci hay tres elementos centrales de esta problemática

  1. No son procesos dicotómicos integrados incluidos y marginales excluidos, sino, desarrollos sociales graduales y sucesivos encontrándose una gran masa de sujetos.
  2. Esto no ocurre como “resultado natural” de las reglas de la economía por el contrario, la economía es una dimensión política y sus reglas de organización que producen estos fenómenos pueden transformarse.
  3. Estos procesos políticos, económicos y sociales, son procesos conflictivos, producen crisis barriales y locales.

La confrontación, muchas veces termina demorando o acelerando la marginación.
Los grupos marginales son estigmatizados por la sociedad y cercados simbólicamente en sus barrios deteriorando su identidad y en cierta medida negándoles algunos atributos de la plena humanidad.
Esto puede verse en la cantidad de detenciones y apremios ilegales que sufren estos sujetos.
Cuatro de cada diez latinoamericanos son jóvenes.
Solo el 34,5% termina el colegio secundario.
La tasa de desocupación juvenil está íntimamente ligada con el desaliento.
Se retiran del mercado de trabajo para no sufrir frustraciones.
Es mínima la cobertura de apoyo psicológico, a pesar de la situación de muy alto estrés que reciben, por la desinserción y exclusión.
Mas de 50 millones de jóvenes latinoamericanos estan fuera del sistema educativo y del mercado de trabajo.

Su situación es explosiva.
No tienen acceso a un primer empleo, terminan generando grupos de parias al borde de la sociedad.
La criminalidad juvenil crece. Cada 100.000 habitantes (en América Latina en el 2006) fue del 25,1%.
Existe una bomba de tiempo conformada por la juventud desocupada y sin esperanza.   
En un trabajo de orientación vocacional realizado con jóvenes de 13 y 14 años de barrios carenciados se les pidió que en forma individual dibujen y relaten como se visualizarían dentro de 10 años.
La mayoría de ellos escribió y dibujó que dentro de 10 años estarían muertos, ya sea por la policía o por el “paco” (droga mortal, deshecho de la cocaína con vidrio molido y veneno de ratas que consume un número cada vez mas extendido de jóvenes humildes y que muchas veces se fabrica en laboratorios precarios: cocinas de sus propios vecinos).
Muchos jóvenes expresan:” vivir en la calle no se soporta si no se consume” también la droga es una forma de inclusión con sus grupos de pares, un intensificador para delinquir.
El “paco” produce primero bolición subjetiva.

Las drogas disminuyen la capacidad de simbolización, el pensamiento se vuelve concreto, aptos para la impulsividad, con baja tolerancia a la frustración, expuestos a la manipulación.
Las adicciones están relacionadas con muchos fallecimientos por accidentes de tránsito, violencia o suicidio.
La tasa de mortalidad adolescente se duplicó en 10 años.
El 68% de las muertes de los chicos entre 15 y 24 años fueron a causa de drogas en la Provincia de Buenos Aires.
El 90% eran muertes evitables.
Existen conductas autodestructivas que suelen ser consecuencia de la anomia familiar a partir de abandonos reiterados, disolución de la familia, alcoholismo de alguno o de ambos padres inmigración y transculturación pronunciada, déficit en la crianza y la educación inicial.

Propongo incrementar programas de prevención ayudando a los jóvenes a que puedan decir “NO” a lo que les perjudica, ya sea al alcohol, marihuana, cocaína.
Trabajar sobre las creencias, las expectativas y entrenar a los jóvenes en habilidades sociales como: la capacidad de discernir, de expresar los sentimientos, tolerancia a la frustración, el uso de recursos personales, desarrollando sus resiliencias.
También es fundamental el papel de los medios de comunicación, con su compromiso social ya que moldean la opinión pública.
Los personajes y personalidades de la TV por ejemplo, son referentes, modelos de identificación, para muchos jóvenes. A partir de ellos se puede hacer un marketing social que incluya consignas de prevención.
La miseria no trae conciencia social, arrasa el lazo social.
Cuando está comprometido lo vital, no se fomenta la solidaridad.

A pesar de esto, en la Argentina existen muchas agrupaciones. en las propias comunidades locales, que luchan por fortalecer las capacidades de organización y gestión que demandan los propios pobladores.
Las agrupaciones religiosas, así como las ONG cumplen un papel fundamental en el trabajo social y solidario.
No obstante, es  necesario crear métodos para auditar los programas, debatiendo y evaluando a nivel local, los diseños de implementación de programas de involucramiento.
Es fundamental hacer diagnósticos críticos y evaluación del impacto real de las intervenciones fortaleciendo la capacidad de gestión (previniendo la corrupción y el clientelismo entre otros males).
Necesitamos el financiamiento de programas integrales y no solamente de acciones parches. Decisiones políticas para el cambio.
La estabilidad de la democracia, no debe ignorar la desigualdad y la pobreza, como así tambien las políticas de crecimiento deben tener presente que los ciudadanos (aunque pobres y desiguales) ejercen su libertad para aceptar o rechazar esas políticas.
También es indiscutible, que solo en democracia, quienes carecen de niveles mínimos de bienestar y sufren injusticias de la desigualdad pueden reclamar elegir y movilizarse en defensa de sus derechos.
El gran desafío es combatir la pobreza y la desigualdad, con los instrumentos de la democracia, para crear las bases de cohesión y estabilidad social.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por Naciones Unidas establece una concepción amplia de la ciudadanía, abarcando los derechos civiles, políticos y sociales.
El desafío es una América Latina mas igualitaria e incluyente en el marco de la diversidad enfrentando los problemas en un modo resolutivo.
La sociedad argentina tiene que entusiasmarse con su sociedad, confiar en la integración.
La consigna es incluir, recuperar la cohesión social, crear la cultura del trabajo con los líderes naturales de las propias sociedades marginales. Rescatando el entramado social organizativo, en un proceso de “empoderamiento” conciente de los derechos, con la importancia que conlleva la participación, formulando propuestas y estrategias.
En este marco, propongo centrar el eje de la discusión en el concepto de desigualdad mas que en el de exclusión. Fortaleciendo la idea de integralidad.

BIBLIOGRAFÍA

Autor

Título

Editorial

Germanni Gino

El Concepto de Marginalidad

Nueva Visión

Merclen Denis

Frente a las ideas de pobreza y   
Exclusión: marginalidad

Relaciones Nº 167

Mónica Aguirre de Kot

La adolescencia y el Alcohol

Lumen

Nun José

Presentaciones

Revista Latinoamericana de
Sociología Nº 69/2

Nun José

Marginalidad y Exclusión social

Fondo de Cultura Económica

Pérez Sosto Guillermo

Las Manifestaciones Actuales de La
Cuestión Social

Cátedra Unesco Instituto Di
Tella

Yaraví Gonzalo y colab.

De la pobreza a la Exclusión

Prometeo

Svampa Maristella

La Sociedad Excluyente

Tauns

P.N.U.D.

La Democracia en América Latina

P.N.U.D.

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