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Número 13 - Mayo 2019
Gramática y vida erótica
Andrea Goldenberg

Tanto la idea de la vida erótica en Freud a la altura de Tres Ensayos, como así también las pulsiones, cuyos tiempos son construidos en base a leyes gramaticales, hasta la idea del fantasma en Lacan remiten a una gramática
Los cuatro capítulos de la gramática: la fonología, la semántica, la sintaxis y la morfología tienen un lugar privilegiado en relación  a la conformación de la erótica.

La fonología que estudia las junturas, para el psicoanálisis las escansiones.
La entonación cuyo, matiz marca la diferencia entre una  pregunta y un reproche o una crítica superyoica.

La sintaxis cuyas alteraciones escuchamos en la clínica.
La morfología que estudia la forma en que se estructuran cada una de las palabras de la lengua, en donde también escuchamos en relación a la constitución de comportamientos eróticos
Por último la semántica que estudia los significados de las palabras y el efecto de  la combinatoria significante.
 En la clase del 7 de junio del 67, de La lógica del fantasma, Lacan revisa la posición estructuralista, planteando que el sujeto se constituye a través del significante, pero advierte que se trata de un significante que está en relación a un cuerpo y a un goce allí comprometidos y es este planteo el que permite pensar la gramática en relación a un cuerpo. 

Enrique Millán dice al respecto;  “no se trata de esa gramática en relación al habla de un sujeto en un período histórico determinado, sino que se trata de esa gramática en tanto que atraviesa un cuerpo. Es esta gramática la que nos interesa a los analistas.”
 Es decir la gramática no solo afecta al fantasma sino a la pulsión por tanto al cuerpo.

Toda la vida pulsional de un sujeto tiene estructura gramatical.

Vida pulsional que tiene que ver con la demanda, que vino del Otro en momentos constituyentes y si de esto se trata, la infancia jugará allí su papel.

En su libro Invenciones del recuerdo, Silvina Ocampo hace referencia a esta época de su vida, la de la infancia. Se trata de un bello relato construido con recuerdos de su niñez.
 Es la protagonista de esta historia, a la que define como “historia prenatal”, la niña que alguna vez  fue.

 En  una entrevista, refiriéndose a este texto dice: “podré olvidar muchas experiencias de la vida pero no la de la infancia. Siempre recuerdo aquel verso que dice: ¡Oh,infancia! ¡Oh ,mi amiga! Y lo que importa en él es lo que no se dice .Nuestra infancia es ciertamente nuestra amiga, pero nosotros no fuimos amigos de nuestra infancia porque entonces no existíamos cómo somos ahora. Aquel ser desvalido que fuimos a veces nos conmueve porque nadie pudo comprenderlo del todo, salvo nosotros… que todavía no estábamos a su lado.”

Pero… no siempre la infancia es recordada cómo una amiga…
Miguel consulta  porque se siente muy angustiado. Un ascenso en su trabajo que implica tener gente a su cargo le quita el sueño y le produce gran ansiedad. Se pregunta si estará a la altura de las circunstancias y si sabrá desempeñarse en ese papel: el de jefe. La angustia es tan grande que se tomó unos días de licencia. .

Cuenta muy conmovido que hace pocos días le dieron el alta a su papá luego de sufrir un ACV, que le dejó cómo secuelas dificultades en el habla.

Vive solo desde hace unos años. Nunca convivió con ninguna mujer.
Hace un tiempo que sale con Laura. Se conocieron en un taller literario. Allí ella lo deslumbró con su inteligencia y su capacidad para expresarse. Escribe muy bien, es una mujer muy culta, con la que se puede hablar  de cualquier tema. Hasta pensó en vivir con ella, pero duda de si en verdad está enamorado.  Ella le reclama que él no le dice palabras de amor.. Miguel dice que siempre le costó expresar sus sentimientos.

Recuerda un tratamiento anterior, una terapia de vidas pasadas.

Le pido que me cuente sobre esto: le hacían cerrar los ojos y transportarse a una escena de la infancia Siempre venía a él  la misma imagen y la misma angustia: se veía chiquito solo y muy triste.
Así fue  que en esa terapia confirmó, algo que alguna vez  pensó: el padre no lo quería.

 Esta conclusión surgió de otro  recuerdo infantil: el padre tenía la costumbre de no saludarlo cuando llegaba a su casa.
 El papá de Miguel vino siendo muy joven de España, precisamente de Galicia.

 Tiene muy pocos datos de la vida del padre allí, no sabe casi nada.

´´Es que él hablaba muy poco. Mi vieja llevaba la batuta en todo. Ella nos decía a mi y a mis hermanos que no preguntáramos porque nuestro papá se pondría triste al recordar su país.”.
.. Pudo confirmar esto  al ver que al padre se le llenaban los ojos de lágrimas si algo le recordaba al lugar dónde nació.

No entiende a la gente que habla de la infancia cómo un período feliz de la vida, pues él la recuerda cómo una etapa de mucha tristeza, en particular por este sentimiento que lo acompañaba de que su papá no lo quería.

Le digo: yo no se si su papá no lo quería, lo que escucho es que tenía muchas dificultades para hablar. Resultando esta intervención sumamente aliviante para Miguel.

Sabemos por Freud que todo recuerdo es encubridor .Cómo dice S. Ocampo lo que importa allí es lo que no se dice” y es  ahí donde la gramática con sus cuatro capítulos, jugará en la  constitución de una escena erótica.

Quizás sea tarea del análisis que esa escena de la infancia de Miguel,  tan ajena a él pero al mismo tiempo tan conocida, se transforme en una escena más amigable.

Recuerdo aquí una   frase de Lacan de una   clase sobre “Los nombres del padre”, en la que se refiere a la praxis del análisis como una conquista de lo verdadero por vía del engaño porque  la transferencia no es  en absoluto otra cosa, la transferencia en lo que no tiene Nombre en el lugar del Otro.

Vuelvo a Miguel: un padre que habla poco, una mujer que lo fascina con la que se puede hablar de cualquier tema, sus dificultades para expresar sentimientos..

Las posiciones eróticas, las posiciones sexuales, remiten a una gramática que crea lugares y en cuanto a lo que no fue nombrado por el Otro, brinda posibilidades de inventar.

Invenciones del recuerdo cómo el bello título que Silvina Ocampo da a su novela, invenciones con recuerdos, que pongan nombre a lo que el otro no dijo y amiguen o reconcilien al sujeto con el niño que fue. Transferencia mediante,  de un padre que no ama a un padre con dificultades para hablar, nueva versión que inaugura otra posibilidad para el sujeto.

Bibliografía

Millán Enrique y otros,Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Su retórica su gramática , su escritura y su poética, Letra Viva Editorial.
Lacan Jacques, La lógica del fantasma
Lacan Jacques, De los nombres del padre , Paidós Editorial.
Ocampo Silvina, Invenciones del recuerdo, Random House Mondadori Editorial.

 

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