Volver a la página principal
Número 3 - Abril 2001
¿Niños adictos?
Susana Sifran

12 de febrero de 1999 - Puerto Rico

Hoy nos encontramos en el cuarto coloquio del Taller del Discurso Analítico y esta es la tercera vez que tengo la posibilidad de exponer mis ideas ante Uds. Esto significa un trabajo de elaboración, de lectura, de búsqueda, de supervisar pacientes que generan dudas, inquietudes y molestias.

El psicoanalista y el chaman intentan curar basándose en la creencia y e n la confianza . Nosotros nos diferenciamos del chaman porque escribimos sobre nuestro trabajo, exponiendo una técnica y dejando siempre abierta la duda posibilitadora de nuevos horizontes.Avanzando en función de nuevos interrogantes.

Los psicoanalistas nos reunimos, tenemos la imperiosa necesidad de relacionarnos e intercambiar sobre las tragedias y los dramas humanos que hacen a la cotidaneidad de nuestra práctica. Por eso organizamos coloquios, simposios, congresos, asociasiones, instituciones.

Pertenecer a una institución es salir de la soledad del consultorio y arriesgarse a hablar en voz alta. Animarse a la divergencia es la base del enriquecimiento intelectual.

El Taller del Discurso Analítico es una institución en ciernes que nos convoca hoy aquí a expresarnos, y como institución no debemos mantenernos ajenos a los hechos cotidianos de la sociedad en la que vivimos. Y el tema que hoy nos reúne, las adicciones, es en P.R pan de todos los días.

El Psicoanálisis no es una entidad metafísica utópica que se mantiene en una burbuja de cristal. Es más allá de una teoría y técnica una manera de pensar y de actuar sobre el mundo. Es una filosofía de vida que se filtra en la sociedad y produce movimientos, cambios, ayuda, alivio y malestar.

El Psicoanálisis socava las bases de una sociedad fortaleciéndola.

El mejor ejemplo que les puedo traer es el caso de Bs As, que cuenta con una sociedad psicoanalítica importantísima en cantidad y en productividad, psicoanalistas que tratan de explicar y explicarse el porque de la represión militar, de la guerra de las Malvinas, de los atentados terroristas, de las bombas en la Embajada israelí y en la A.M.I.A, del desempleo, de la pobreza y de la falta de credibilidad en sus gobernantes. Opino que el pensamiento psicoanálitico se ha infiltrado en el vivir argentino y ayuda a aliviar la angustia y dar contención posibilitandoles seguir adelante, estudiando, trabajando, produciendo culturalmente en una sociedad plagada de injusticia, corrupción y miseria.

En esta sociedad postmoderna la voracidad y la vorágine es lo que la caracteriza.Obsesión por la velocidad cuya aceleración impide suspender el momento. Prioriza los cambios bruscos ante la elaboración paulatina de una conflictiva inconciente. Una pastilla de efecto prolongado ante el atravesamiento de un proceso que tiene trascendencia en el tiempo. Resultados inmediatos ante la espera paciente de la emergencia del Sujeto.

Sociedad esta que exige que todo se haga ya y ahora. Terapias breves o medicinas que ofrezcan la panacea de la salud mental o el niño tranquilito, atento y obediente en la escuela.

Es la sociedad del fast food, el auto banco y del time is money, que jerarquiza soluciones rápidas y fáciles para solucionar los problemas del hombre que debe ser productivo dentro de este engranaje económico.

Juan tiene 9 años y llega a mi oficina en una especie de semiausencia, sus músculos están relajados, diría atónicos, su espalda encorvada, su mirada perdida. Habla poco, dice frases cortas sin aparente coherencia lógica. Apenas registra mi presencia. Permanece sentado en la misma posición durante toda la sesión.

La mamá me cuenta que Juan es muy inquieto!!!!, que no presta atención, que las quejas de las maestras son continuas, que no escribe y que casi no lee. A los 6 años lo medicaron con Ritalin y lo toma durante todo el período escolar desde entonces. La dosis diaria que toma es de 45 mg " porque creció mucho y está pesado" dice la madre a modo de excusa.

Trato de comunicarme con el psiquiatra que medica a Juan para aclarar si esta conducta del niño sería efecto de la medicina, si hay posibilidades de bajarle la dosis, y que sucedería si se le quitase totalmente. Resultó que el doctor no estaba muy ansioso de dialogar conmigo y nunca atendió mis llamados telefónicos.

En sesión todo continuaba igual, Juan se portaba requetebien: no se movía de la silla, su mirada seguía perdida. Entonces entendí que me encontraba sola con Juan para enfrentar esta etapa de desintoxicación. Ni en la Universidad donde recibí mi maestría en Psicología ni en la escuela de Postgrado de Psicoanálisis me prepararon para tal tarea. Pero debía aceptar el reto ya que no hay manera que advenga un Sujeto cuando la falta está taponada de Ritalin.

Entonces acordamos con la mamá que no recibiera la dosis de la 7:00 de la mañana como era costumbre, se lo administraría inmediatamente después de la sesión para que pudiera asistir a la escuela sin perturbar el orden establecido.

En la primera sesión sin Ritalin su nivel de excitación psicomotriz era espeluznante. Corría, saltaba, se subía a las sillas, al escritorio, volvía a correr, volvía a subirse volvía a saltar. Al mismo tiempo que hablaba sin cesar, sin corte alguno, sin coherencia lógica. Era un cuadro dantesco.Suspiré cuando terminó su tiempo, yo había salido ilesa como así también la mayor parte del moblaje de la oficina.

En la segunda sesión continúa la excitación motriz pero casualmente, en medio de una de sus ensordecedoras carreras tropieza con un juguete y al caer ve una pelota en el piso. La toma, la pica, la lanza y corre a buscarla. Repite esta acción interminablemente durante toda la sesión.

En las siguientes sesiones van apareciendo los objetos y los sujetos. En una de ellas me mira y trata de relatarme algo con gran dificultad. Van apareciendo las palabras. Todo lo que estaba sepultado bajo los 45 mg va despuntando a traves del análisis y este anticipo de desintoxicación.

Un día toma la tiza y traza líneas horizontales cubriendo toda la pizarra con ellas. Sobre cada línea escribe su nombre, apellido paterno y apellido materno. No descansa hasta que no completa toda la pizarra, teniendo sumo cuidado de no dejar ningún espacio libre. Da unos pasos atrás para observar su creación: un nuevo ser, fruto del entrelazamiento de dos historias, la paterna y la materna. Organizado en un orden predeterminado y contenido por los renglones, Juan completa toda posibilidad de vacío, no vaya a ser que a alguien se le ocurra rellenarlo con Ritalin.

Juan se está encontrando a sí mismo y sobre todo reconociéndose en un nombre propio a través de un arduo trabajo de confirmación del ser.

El proceso de desintoxicación total llevó 6 meses. Aprovechamos el receso escolar de verano y la posibilidad de canalizar en actividad física toda la energía acumulada en 3 años de parálisis química. Fue muy duro, Juan me cuenta: "Algunas veces me sentía bien mal, no podía parar y le pedía a mi mamá de rodillas: Mami dame la pastilla, dame la pastilla,¡ por favor!

Hubo cierta mejoría en su aprovechamiento académico, Juan lee y escribe, se le abre un mundo nuevo ante sus ojos, pregunta por el comienzo de la vida y se interesa por la escuela.

Hace tres meses la madre me comunica que le está administrando nuevamente Ritalin porque bajó sus notas y las maestras la presionan porque su conducta es mala y su lapso de atención es corto.

Moraleja: el sistema ha vencido, ha captado otro niño adicto. Las maestras están tranquilas, el estudiante tiene puesto el chaleco de fuerza químico. El laboratorio tiene otro cliente, el fluir económico se asegura. La psicóloga está cansada y decepcionada pero conoce sobre las imposibilidades del Psicoanálisis y sobre su deseo de analizar, así que continuará la lucha preguntándose en que habrá fallado.

Roberto tiene 12 años y cuenta en sesión:" Cuando tomo la pastilla me siento bobo. No hablo y presto atención. Subí las notas sobre todo en conducta, que antes tenía F. Pero a veces quisiera chavar con los otros niños como hacía antes. Siento que no soy yo. Me quita el apetito. Cuando se me va el efecto , tengo hambre".

A diferencia del paciente anterior, Roberto tiene posibilidad de expresar verbalmente que efectos le generan la pastilla y la sensación de un desdoblamiento de la personalidad en la coexistencia de dos adolescentes distintos en un antes y un después.

Se trata de un adolescente muy preocupado por su rendimiento escolar, los inconvenientes de la ingestión de la pastilla son minimizados. Fue aconsejada por la maestra y recetada por el médico, la droga viene de buenas manos. Sólo esa molestia de no saber quién es…

Pero nosotros sabemos de la gravedad de sentimiento de despersonalización que resulta desestabilizador para cualquier aparato psíquico, y en el caso de un adolescente es sumamente peligroso.

La adolescencia es una etapa de crecimiento que se caracteriza por los múltiples cambios: físicos, anímicos, afectivos, de intereses. Es una etapa de transición que le posibilita al niño llegar a ser adulto.

La libido del adolescente se desprende de ciertos objetos para adherirse a otros. Durante este proceso de desadherencia-adherencia existen lapsos en que la libido queda flotando sin dueño aparente. Es el estado que Freud relata en " Duelo y Melancolía " como el estado propio del duelo.

El adolescente duela y el duelo le duele. Duela por el cuerpo de niño perdido, por los padres idealizados de la niñez. La elaboración de estos duelos le permite al adolescente avanzar en su camino hacia la independencia psíquica y económica; entrar al mundo del trabajo y del amor.

El sentimiento de despersonalización se produce a partir del trabajo de elaboración de estos duelos y lo conduce a la personalización del adulto recién nacido.

Los adolescentes tienen una personalidad en formación, en crecimiento y todo lo que está en crecimiento es débil, vulnerable.

El adolescente se siente inseguro, tiene miedos. El mundo parece bastante amenazante y de un día para otro le exigen: " debes trabajar" " debes pensar en tu futuro" " debes salir a la vida " " debes hacer proyectos ".

Entonces aparecen el maestro y el médico que le ofrecen la ilusión de que cumplirá con todos estos mandatos con la sola ingestión de una pastilla mágica. ¡Ofrecimiento verdaderamente tentador ¡.

Bien lo dice Freud: "El estado tóxico pretende evitar el dolor insoportable de tener que adaptarse a una realidad exigente".

En la actualidad Roberto tiene 14 años, su papá decidió quitarle el medicamento durante este segundo semestre escolar. Se escucha un dejo de reproche hacia la analista cuando el muchacho cuenta que bajó dos notas y su conducta empeoró en el segundo semestre. Sin embargo Roberto está viviendo intensamente su adolescencia; empezó a conectarse con sus cambios, a interesarse por las chicas, a expresar sus sentimientos y emociones y proyectar su futuro como cineasta.

La droga obtura una falta, silencia el inconciente allí justamente donde a través de un gran esfuerzo el niño o adolescente logra tramitar un conflicto exteriorizándose como síntoma.

Estos son sólo dos casos de niños adictos, pudiera traerles decenas, pero son suficientes para que recordemos la imposibilidad de la práctica analítica en ciertas instituciones debido a la masividad, la demanda invertida, la gratuitidad que deriva en una deuda impagable y la exigencia de resultados rápidos.

Está en el deseo del analista adaptar esa imposibilidad , no abdicar ante las tentaciones de rapidez y a la demanda de medicar de maestros, padres y profesionales. Y sobre todo de sostener el fundamento de su práctica: la creencia de la existencia del inconsciente.

Nuestra lucha es por la libertad, desencadenar la verdad, movilizando ciertas situaciones cristalizadas que esclavizan al niño y al adolescente a una adicción propiciada y legalizada..

 

BIBLIOGRAFIA

S. Freud :

-David Maldavsky: " Teoría y técnica de los procesos tóxicos"

-Maud Mannoni: "Lo que falta a la verdad para ser dicha"

-Francoise Dolto:

-Carlos Perez: "¿ Qué se escucha hoy, sexualmente hablando?"

-Maria Jose Conforto: "La agresividad en el tratamiento con niños"

-Dr Roberto Rusconi: "Pensamiento Psicoanalítico e Institución"

Volver al sumario de Fort-Da 3

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet