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Número 4 - Agosto 2001
El psicoanálisis, el niño y la ley
Mirtha Benitez

En primer termino, me gustaría abordar o circunscribir que es un niño en general y que es un niño particularmente para el psicoanálisis.

¿Qué es un niño?

Empezaré entonces por la pregunta ¿Qué es un niño?

Voy a tomar ciertas consideraciones que hace Patrick Valas en un trabajo con ese titulo publicado en el libro "Niños en psicoanálisis" de editorial Manatial.

Rápidamente podríamos decir el niño es un " sujeto", pero ¿es realmente un sujeto con lo que implica la consideración de sujeto para el psicoanálisis, o sea, sujeto del inconsciente?

Lo que sí estamos seguros es que cuando escuchamos a analista que, atienden niños se refieren a ellos como " sujeto joven", "pacientito" "paciente niño", siempre hay una adjetivación para dar cuenta de una diferencia con el "supuesto adulto".

Para no entrar en confusión habría que no homologar persona a individuo, individuo a sujeto.

Individuo: Autonomía independiente

Sujeto: Remite a sujetado al inconsciente, al Otro y particularmente cuando de niños se trata.

Empecemos por otros discursos para el desarrollo del tema:

En el curso de la historia, la definición del niño se modifico en función de las ideologías, acerca de las cuales cabe retener que, cualesquiera hayan sido sus variaciones, ellas tienen un punto en común que no es tanto la edad sino la referencia al trabajo lo que hace diferencia. El niño históricamente era aquel que no trabajaba o incluso no debía ni podía trabajar; de hecho, sabemos que en la actualidad eso esta trastocado, hay niños que trabajan, se les pide que trabajen, se los manda a trabajar o sus mismos padres contratan con adultos que organizan macabramente su trabajo y recibirán el castigo pertinente si no cumplen. Este punto es él mas complicado, ya que el niño estructuralmente no esta comprometido con su palabra, no esta estructuralmente decía, a la altura de hacerse cargo de lo que dice y responder por ello, "son cosas de niños" suele decirse en relación a los niños.

Hay una responsabilidad y una implicación que esta adquiriendo. Esta alienado al Otro, alienación propiamente constitutiva. Es necesariamente dependiente de otro que lo anticipa y lo constituye.

En el terreno del derecho que tiene siempre una relación con la ley. El derecho supone la responsabilidad ante la ley, "nadie puede ignorar la ley", se sabe que hay atenuantes, si el individuo adulto se siente culpable y arrepentido, y lo que hizo tiene atenuantes porque se responsabilizó y asumió su transgresión. En el terreno de la ley jurídica se trata entonces del conocimiento yoico.

El niño en relación a la ley no es responsable civil y penalmente de sus actos. El derecho no le da al niño medios para disponer de su acto: su firma no vale., no hay acto notarial, ni matrimonial para él.

Ya en el terreno del psicoanálisis, Freud hace una diferencia precisa, que va en otra dirección relativa a la constitución del aparato psíquico en la infancia y el desarrollo de un ser que se realiza siguiendo el orden de maduración del cuerpo. Distingue al niño del adulto en tanto al antes y después de la pubertad y ubica la sexualidad en la infancia, la sexualidad es siempre infantil, a pesar de eso hay una dificultad que aparece en como se ubica el cuerpo antes y después de la pubertad.

También organiza la diferencia entre infancia, latencia, pubertad, adolescencia, madurez, siempre resignificados y organizado por el edipo y complejo de castración como nodal en la constitución psíquica en el armado de la neurosis.

Para Freud, la sexualidad se organiza en dos tiempos: antes y después de la pubertad. Él conservara siempre el lugar de la pubertad como lo que permite la reedición de lo que paso en el primer tiempo de la infancia. Él lo conservara a todo lo largo de su obra para designar este nuevo goce al cual el niño tiene acceso y esta nueva manera que tiene su sexo de manifestarse.

Entonces para Freud, la asunción del complejo de castración en el varón y de la envidia fálica en la niña, el intento de reordenamiento estructural del periodo de latencia y de la pubertad marcan el limite mas seguro entre el niño y el esperado adulto, aunque la sexualidad siga siendo siempre como la neurosis infantil.

El mismo Freud en el particular análisis con Juanito le habla como esperando que este niño sea sensible a su palabra cuando interpreta su fobia y aunque recomienda acompañar las curas de los niños con medidas educativas, no particulariza sin embargo "un psicoanálisis de niños como el de los adultos".

Este modo de proceder tiene en cuenta el lugar del niño en la estructura familiar (al igual que la de otros discursos como el del derecho) incluyendo al padre de Juanito en el análisis, esto es no piensa al niño como responsable en la disposición de sus actos, la referencia a sus padres cuando se habla de un niño es permanente.

Lo que ordena para el psicoanálisis la distribución de satisfacciones en un antes y un después del edipo, en un antes y un después de la pubertad es una ley que nos determina, nos ubica, pero que no es del conocimiento yoico, sino de lo inconsciente; es la ley simbólica de prohibición del incesto que prohibe el niño a la madre y la madre al niño, primer modo de entrada de la castración vehiculizada por el padre.

Lacan hace una diferencia entre esta Ley reguladora de la castración con otras leyes, por ejemplo: Ley del Manú o la ley coránica. Son leyes dice Lacan, pero la ley simbólica por excelencia es la de la prohibición del incesto.

Lacan se ocupa mas de la estructura y de la entrada del nombre del padre en la Metáfora Paterna, que organiza todo el psiquismo del niño y por supuesto la relación a la castración materna. La castración materna, dada por un deseo que lo habita mas allá del niño, desencadena en el niño respuestas, reacciones. Cuando la madre le dice que el hijo no es todo para ella y que ama a un hombre, mas allá de el es porque esta operante la ley de prohibición del incesto.

La ley entra en la estructura y esto se traduce en la castración.

Todo niño responde de manera particular frente al encuentro con la castración materna. El niño se pregunta ¿qué quiere mi madre? ¿no soy yo todo para ella? ¿hacia donde mira ella? ¿cuáles son sus objetos de deseo?.

Por otro lado el niño, en la infancia todavía no dispone del acto sexual con orgasmo concomitante, solo debe sustentarse con el acto masturbatorio, esto hace a otra economía de goce que la del adulto, ya que una cuestión es la posibilidad de poner en juego el cuerpo en el acto sexual y otra cuestión es efectivamente transitar el acto sexual, en términos lacanianos el acceso al Goce fálico.

Es porque hay algo mas allá del niño para la madre que él deja de ser su falo, es porque opera la función paterna, es que hay un ahuecamiento del Otro Primordial materno.

No se puede descontar del análisis con niños, la problemática del falo que organiza la estructura psíquica y es el reaseguro de que el deseo funcione en tanto se asegura que el niño no es el falo que completa al Otro materno, pero que lo ha sido. Es asegurarse que él lo ha sido pero que no lo es mas y que debe duelar ese lugar en relación a la madre, al gran Otro.

Lacan en sus últimos Seminarios le agrega al problema de la realización fálica, la separación de – con el objeto, en tanto el niño ha pasado de ser un objeto – objeto a = a S, pasaje doloroso en tanto decía recién se trata de hacer un duelo por el objeto que se transita a lo largo de la infancia hasta la constitución del fantasma y Lacan en "Los no incantos yerran" nos dice "el niño esta hecho para tejer su nudo" para que los enlaces se produzcan y un sujeto advenga.

Intento a partir de este trabajo situar el significante "niño" no el niño como estatuto óntico , como "ser sino niño como de los significantes que nombra un momento en el devenir de la constitución subjetiva, un camino hacia el anudamiento de los tres registros Real Simbólico e Imaginario que posibilitara el advenimiento del Sujeto.

Entonces, la niñez es entendida como un tiempo lógico de la estructura en las que la sexualidad infantil sostenida en el nombre del padre determina el recorrido entre pulsión y escena fantasmática en la neurosis, cuya conclusión se halla en los avatares de la pubertad.

Para ubicar la pregunta que es un niño para el psicoanálisis implica hacer una diferencia fundamental entre sujeto e individuo en relación a las coordenadas de estructura y desarrollo.

Podríamos tomar al sujeto como una invariante y al niño como una variante.

Variante en tanto diferencias que hallamos en el niño, no es el mismo niño al que nos referimos en el momento de organización de la lengua, o en su entrada al colegio, o cuando se encuentra en el aprendizaje de la escritura, distintos momentos de articulaciones simbólicas o simplemente podemos ubicar un niño en la persona grande. El punto es que decimos cuando decimos niño?. Es el niño de la organización del lenguaje, el niño de la entrada al colegio, el niño del aprendizaje de la lecto-escritura o es el niño que viene disfrazado de persona grande.

Señalamos de esta manera que tanto en la literatura analítica como en las discusiones analíticas, no es evidente de que niño hablamos cuando decimos niño, poder pensar a la infancia mas allá de una cronología es justamente poder situar el significante niño en un discurso que es el discurso del psicoanálisis.

Si bien desde el punto de vista del análisis no hay diferencias entre el análisis de un niño y de un adulto, no es paradójico plantearlas entre el niño y el adulto. P. Valas subraya que no siempre se utiliza pertinentemente el termino sujeto, se confunde al sujeto con la persona o el individuo. A su vez, hay que tener en cuenta que la definición de niño se modifico y se modifica de acuerdo a parámetros ideológicos. Y que en la enseñanza de Lacan la formula del fantasma ( $ a ) implica la correlación con el goce mas allá de las diferencias temporales o cronológicas. Entonces el niño o el adulto son tipos de personas pero distinguibles:

A ) A nivel del significante

El niño es un ser – hablante dividido por el significante. Podemos aquí plantear una escala diferencial, una sucesión temporal que va del niño que habla pasando por el momento de la estructura que descubre la castración materna para llegar al punto de aprendizaje de la escritura.

B ) A nivel de goce

El niño no dispone del acto sexual, debe contentarse con un goce masturbatorio.

C ) A nivel de la historia

La maduración biológica es un rasgo difícil de evitar. Pero también esta la experiencia de vida. No podemos excluir en este aprendizaje el discurso universitario. Se trata de aprender, de un saber no homogéneo al saber inconsciente.

La noción de discurso resulta central en la obra de Lacan y es a partir del mismo que el significante niño tomará una relevancia particular en este discurso ya que nos pondrá en otra escucha, escucha analítica que nos permita no caer en lo que dice Lacan en "Función y Campo de la Palabra y del lenguaje en psicoanálisis": "la sensación que representa al analista abandonar el fundamento de la palabra", no caer en el extravío por la vía de la interpretación pedagógica, de la ayuda samaritana de la lectura de la medicina pediatrica, la psicología. Es nuestro metié ajustarnos al discurso del psicoanálisis el cual nos protege de ese extravío por las vías de las formaciones del inconsciente, o sea, del Sujeto barrado. Se trata del sujeto dividido por la palabra.

Abordare ahora un texto de Lacan "Dos notas sobre el niño" en el cual refiriéndose al lugar que ocupa el niño en la estructura se refiere a las funciones del padre y de la madre "la de la madre: en la medida en que sus cuidados llevan la marca de un interés particularizado, aunque solo fuese por la vía de sus propias faltas. La del padre en tanto que su nombre es el vector de una encarnación de la ley del deseo".

Indicación muy precisa de Lacan de lo que se juega en la estructura y las funciones como vectores de transmisión, la de la madre por la cual los cuidados por su hijo lleva la marca de su interés propio de un deseo que es esencial en la subjetivación, un deseo por algo que falta: falo, y se articula en el hijo.

La ley entra por el padre ¿qué quiere decir esto?. Cuando decimos ley del padre ¿de qué ley hablamos, y de que padre?. ¿Cuál es la ley en cuestión y cual el padre?. La ley en cuestión es la ley de prohibición del incesto, internalizada universalmente, instauradora de una prohibición que regula el campo del deseo en tanto es una ley que nutre al Edipo en su función normativizante. Es una ley universal que se introduce en lo particular de cada sujeto. El Edipo es mucho más que el amor hacia un progenitor y la rivalidad con el otro.

El Edipo esta motorizado, esta vertebrado por el Complejo de Castración, complejo que produce verdaderos efectos sobre el sujeto en el devenir de su constitución y con respecto al padre.

Lacan trata de disminuir el interés que ponemos en lo biográfico del padre: estaba o no estaba, viajaba o se ausentaba por cuanto tiempo, le dedica tiempo al niño, mucho, poco, menos, más.

Haciendo historia dice que en algún momento se creía en el exceso del padre y lo terrorífico de esa presencia como lesional para el niño.

En la neurosis se aprecio rápidamente que todavía era mas grave cuando era demasiado amable.

"Están los padres débiles, los padres sumisos, los padres lisiados..."

No se trata de su carencia caraterólogica, biológica, realista, biográfica sino de la carencia simbólica en el Complejo de Edipo, se trata de cómo ha sido su entrada en la metáfora.

Vienen a mi mente algunos ejemplos.

Fragmentos de primeras entrevistas:

1 ) . -Madre: Vengo a traer a Juan porque la escuela me lo exige, sino no me lo anotan el año que viene, necesito que lo anoten, es adoptado y tiene problemas con los otros chicos y pega, lastima.

2) .-Madre: El juez pidió intervención porque Ignacio de 11 años tomo las pastillas de mis nervios, me llamo y le hicimos un lavaje de estomago, el juez intervino porque es menor y tiene que hacer tratamiento con una psicóloga.

3 ).-Padre: Mi hijo hace un tiempo cada vez esta peor, dice que la cabeza le dice, le exige que haga cosas, le ordena todo el día sacrificios, se pone muy nervioso, le va mal en la escuela, no aprende, ya no sabemos que hacer con él, necesitamos ayuda. Yo nunca le exigí pero el se exige solo, esa cabeza...

4 ) .-Madre: Mi hijo Augusto desde los 2 años juega con juguetes de nena y se viste con mis ropas y últimamente habla con una voz distinta, como de mujer y no me lo puedo sacar de encima.

En el primer caso la institución escolar y desde el decir de la madre la necesidad de una anotación, anotación simbólica, función paterna que entro fallidamente?

¿Qué anotación es la que se pide?. La anotación que instituye un padre.

En el segundo caso, el juez en lugar paterno interviene, interviene solicitando en su propia intervención un limite, una distancia entre ese niño y esa madre, una función mas allá de esa relación incestuosa en tanto el niño en su acting muestra lo incestuoso de esa relación.

En el tercer caso la cabeza le exige lo que el padre no ha podido en el complejo.

El síntoma se ubica en el lugar de la impotencia del padre

El síntoma dice Lacan es metáfora (seminario III)

"El síntoma es la lengua de la represión" (Seminario IV)

"Es lo que cojea". Renguea en la relación entre el S y él A (Seminario XII)

"El síntoma en el niño, es una respuesta a lo sintomático de la estructura familiar" (Dos notas sobre el niño).

El niño grita la fallida entrada del Nombre del Padre en la metáfora por su cuerpo, por sus actuaciones, esto es lo sintomático de esa falta. El niño metaforiza en su síntoma esa falla.

Esto es que la estructura no se puede eludir, se hace oír, emerge implacablemente, a mayor desconocimiento del yo, en nuestra época, mayor entierro del Sujeto y mayor gravedad en la emergencia sintomática.

Pommier lo dice de la siguiente manera:

"Es preciso entender que tenemos cierta libertad, libertad seria mucho decir, pero si que de los determinismos de lo traumático resultara algo que luchara contra ellos, es lo que denominamos el Síntoma.

El sujeto en su "libertad" se sirve de los síntomas para decir "No" a todo lo que lo ha determinado.

El síntoma en cierta manera es ese intento de libertad frente a lo determinado."

Por lo tanto ¿cuál es el objeto del síntoma?. Se trata de poner de nuevo al padre en su lugar. El síntoma es una metáfora pero no en el sentido poético, se trata de la metáfora paterna. Lacan asevera que el síntoma es la metáfora paterna.

Entonces, la enfermedad sintomática neurótica tiene como función que el padre retome su lugar cuando este se ha extraviado y los analistas intentamos desde nuestra posición, aun con las dificultades que plantean las instituciones, aun con las limitaciones que la realidad impone, una apuesta de traducción de lo sintomático de las actuaciones y de los daños corporales al síntoma como metáfora reubicadora de la función paterna. De síntoma al juego, a la ficción necesaria para sortear la tensión que produce la cercanía al Goce materno.

A propósito del deseo materno Lacan en su Seminario de 1979 conocido como el "Revés del psicoanálisis" nos comenta que el papel de la madre es fundamental, el deseo de la madre. El deseo de la madre no es algo que se pueda soportar tal cual, que pueda resultar indiferente, siempre produce estragos.

El niño está en la boca del cocodrilo que es la madre. "No sabe que mosca puede picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre".

Pero hay un palo que sostiene la boca abierta, para que si le pica un bicho no se cierre totalmente, ese palo es el falo y el falo entra por la operación del nombre del padre que establece una legalidad entre el niño y la madre.

Según la apertura y cierre de ese deseo materno, tendremos el modo en que opera el Nombre del Padre en la metáfora, la medida del padre simbólico en el Complejo. De esto surgen las respuestas lúdicas, ficcionales, sintomáticas como recursos del sujeto del inconsciente, o en el peor de los casos surgirán gritos desesperados en las actuaciones, en las adicciones, en cuerpos enfermos de tantos niños, como convocatoria desesperada a una ley simbólica, vehiculizada en algún padre encarnado en un juez, en un director, en un analista, en el padre de cada cual, pero un padre que intervenga interrumpiendo insoportables excesos de Goce y abriendo alguna salida posible.

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