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Número 1 - Abril 2000
Sueños de niños
Norma Manavella

 

Dónde estarán los recuerdos de ayer
dónde estarán,
al lado de mi piel
Pablo Milanés

 

Mi recuerdo más remoto está bañado de rojo. Salgo por una puerta en brazos de una muchacha, ante mí el suelo es rojo y a la izquierda desciende una escalera igualmente roja Frente a nosotros, a la misma altura se abre una puerta y aparece un hombre sonriente que viene amigablemente hacia mí. Se me aproxima mucho, se detiene y me dice :"Enseña la lengua!". Yo saco la lengua, él palpa en su bolsillo, extrae una navaja, la abre y acercando la cuchilla junto a mi dice:"Ahora le cortaremos la lengua". No me atrevo a retirar la lengua, él se acerca cada vez más hasta rozarla con la hoja, en el último momento retira la navaja y dice :"Hoy todavía no, mañana"cierra la navaja y la guarda en su bolsillo .

Cada mañana cruzamos la puerta y salimos al corredor rojo, se abre la puerta y aparece el hombre sonriente. Sé qué es lo que va a decir y espero su orden para mostrar la lengua . Sé que me la cortará y cada vez tengo más miedo. Así comienza el día y la historia se repite muchas veces. La amenaza del cuchillo surtió efecto. El niño guardó silencio durante diez años .

Recuerdo, Recuerdo encubridor que, no obstante leerlo varias veces me equivoco y lo evoco como un sueño.

Su título es "Mi Recuerdo más Remoto", mi lectura fue reiterada.

Lectura con escansiones, encuentros y desencuentros inevitables de textos y lectores, aún así siempre evoqué este breve pero intenso pasaje con que E. Canetti inicia su libro "La Lengua Absuelta" como un sueño. En él el autor recorre de modo autobiográfico su vida, desde la infancia(antes de sus 4 años), hasta su adolescencia . Desde Rutschuk un pequeño pueblo de Bulgaria, hasta Zurich en 1921 donde concluyendo su libro dice "Me opuse con todas mis fuerzas al traslado, pero mi madre no me hizo el menor caso y me sacó de Suiza . Los únicos años de felicidad completa, el paraíso de Zurich se habían acabado . La verdad es que yo como el primer hombre, vine al mundo por una expulsión del Paraíso "

Tiempos y espacios enhebrados en el texto siendo ambos, hitos de una vida. En Freud la metáfora espacial está organizada desde el movimiento de las cargas psíquicas, toda la cuestión radica en la temporalidad, en la sucesión de hacia dónde van yendo los vectores de las cargas . Es esa sucesión temporal la que arma los lugares ordenados espacialmente . Lacan en RSI dirá que hay una temporalidad que hace a un espacio .

Decido respetar mi equívoco e interrogar estas dos formaciones del inconciente, sueños y recuerdos encubridores en la clínica con niños

Hay amnesia infantil pero en la memoria del adulto quedan huellas claras de esa época Huellas plásticas, nimias dice Freud en Rasgos Arcaicos e Infantilismo en el Sueño.

Respecto de la amnesia infantil y los recuerdos encubridores Freud subraya que "la inscripción de los recuerdos puede ser considerada como un sueño"’. En ese sentido la historia de cada Sujeto sería su sueño, en la medida en que los recuerdos son el resto de un trabajo de condensación, desplazamiento y sustitución lo que se recuerda es como un sueño. Freud toma así los recuerdos encubridores como pantalla, como contenido manifiesto de otro contenido latente

El sueño es un modo de recordar . La vida onírica permite así hallar el camino de acceso a los sucesos infantiles latentes. Los sueños son más fuertes y más actuales cuanto más arcaicos parecen. El niño del neurótico es el niño del paciente adulto que está en análisis. Situar la amnesia implica hacer surgir lo Infantil. En ambos (sueños y RE) hay represión y retorno de lo reprimido, pero el dormir favorece dicho retorno .

Los tiempos verbales difieren, mientras que en el sueño rige el tiempo presente, en el RE se trata de un pretérito indefinido, pero con gran pregnancia presente de la escena evocada. Hay allí S actor y S. evocador sobre una impresión 1va que ha experimentado una elaboración 2daria.

"Puesto que el sueño nos transforma por así decirlo en niños, no tenemos ya razón plausible alguna para avergonzarnos de estos sueños malignos". Esta aseveración freudiana y mi propia clínica me reenvían a una vieja pregunta:acaso hay sueños que no sean de niños?

La respuesta parece contundente, no hay sueños que no sea de niños (niño del psicoanálisis)dado que siempre el deseo motor del sueño es el deseo sexual infantil reprimido .

Respecto del trabajo del sueño y la elaboración onírica, son los sueños infantiles de la sencillez y claridad que Freud les atribuye inicialmente?

Me parece estéril la lógica de la obviedad, trabajaré los aspectos planteados recorriendo algunos textos e interrogándolos desde la clínica

Ezequiel (7ª) habla de sus miedos . Miedo? No sé, bueno ET, viste que él es todo arrugado, tiene la voz así (gutural )Miedo, sí arriba, cuando estoy arriba, no se que venga, que esté ET en el baño, detrás de una cortina que hay, si llego a pasar por allí me recago

Uy, había olvidado, tuve un sueño .

Estaba con mi papá en una iglesia (Se detiene y me aclara;". Mi papá no cree en Dios en la vida real"

Venía un murciélago así terrible con alas. Vendían pistolas, yo le decía a mi papá, dame algo de plata, iba y me compraba una carabina así de dos caños y le tiraba, le tiraba, le tiraba y lo mataba

A: a quién?

E:Al murciélago . Mi papá estaba recagado

A:vos le pedías algo

E:y él me lo daba, de dos caños era la carabina que me compraba, y yo lo mataba.

Fue muy interesante el viraje tranferencial que se produjo en el trabajo con este niño, con quien transcurrían encuentros de lenta monotonía, de considerable pobreza, hasta la aparición de este sueño. Sueño que permite situar determinada relación plástica con el lenguaje :le tiraba" en su insistencia recorta las letras ET con quien el niño nombraba algo de su miedo en una interesante oscilación castellano-inglés, la E era la letra inicial de su nombre y también del de su padre : "empezamos con la misma letra pero nos llamamos distinto " el apellido me lo dio él y a vos quién?

Respecto de la escena ficcionalizada por el sueño, me sorprendió gratamente su enfática aclaración:"mi papá en la vida real no cree en Dios". la dirige a su analista dando cuenta, a mi entender, de algo así como "esto sólo puede pasar en un sueño".

A partir de este movimiento tranferencial se produce también un muy interesante clivaje del curso de las entrevistas con los padres . Se abren dos escenas: el niño en análisis, y los padres en alguna que otra entrevista

Cecilia (10 a): Soñé que venía un invitado de mi mamá. Raro porque mi mamá no estaba

Ella nunca invitaría a alguien si no estaba.

El tipo entraba yo me ponía re mal porque no quería que entre . Me agarraba mi mochila y me quería sacar cosas de mi mochila, yo me asustaba .

Estaba Valeria, mi hermana mayor ;a ella no le agarraba la mochila porque ella, no sé, la tenía con ella .

Mi mamá nunca hubiese invitado a alguien si ella no estaba, . . . no se.

Analista: qué sacaba de la mochila?

Una regla, yo me ponía re asustada y me desperté

En la misma sesión, en aparente lejanía respecto del sueño dice que su papá les marca las reglas con un palito caliente, así no las perdemos .

Este sueño marca la entrada de esta paciente en análisis, Los padres en las entrevistas me habían advertido que seguramente me dormiría con Cecilia". Ella habla y habla y habla, es para dormirse" Lejos de lo anunciado, dicho efecto adormecedor me sucede en las entrevistas con ellos, el sueño de Cecilia la despierta a la tranferencia . Sujeto interrogada por lo" raro" de su sueño, el sueño le hace enigma

María (11ª): Ibamos Gimena y yo en un auto, re Thelma y Louise, viste la película . Así cantando, bailando . Atrás llevábamos una moto, el auto era un Escort rojo, como el de la película . Una moto impresionante, así fosforescente . No sé se la habían regalado los padres de Gimena, la reguita. Había unos chicos sentados tomando cerveza, "miren que está la policía, les van a sacar la moto ". Nosotras doblábamos así, nos subíamos a la vereda. Venía la policía ä ver chicas!", éramos menores de edad! Sigan pero dejen la moto, nos sacaron la moto. Seguíamos pero más despacio.

Paciente que llega en un pasaje al acto, luego se suceden actings de progresiva gravedad., clínica que está detallada en un trabajo anterior que titulé "De Dormir a "Soñar".

El sueño mencionado surge en un momento avanzado del análisis, donde "para la moto", todo iba más despacio", enmarcado en la legalidad de la tranferencia .

La disposición del niño a la asociación libre respecto de sus sueños, no es fluída Propuesta desde el analista en "ätención casi lúdica flotante", o bien iniciada "espontáneamente" por el niño, se da así deshilachadamente (fundamentalmente en niños pequeños). No por ello pierde a mi criterio el estatuto de asociación libre, hay concatenación, hay fin inconciente que determina esa concatenación, que condiciona ese "libre camino", reino del significante.

Los sueños no podrán nunca aislarse de la singularidad de esa tranferencia, un sueño (cualquiera fuere la edad del soñante), jamás se independiza del momento del análisis en que aparece. Escuchamos el texto pero la brújula es siempre la tranferencia

Para Freud el Deseo es lo esencial del sueño, no hay sueño sin Deseo. Deseo que Lacan nombrará como la esencia del S.

Represión implica siempre sexualidad infantil . Tanto sueños como recuerdos encubridores son efectos de la represión sobre la sexualidad infantil, en tanto perversa polimorfa . La sexualidad, el deseo y el fantasma son perversos, posición perverso polimorfa que se encuentra en el origen de la vida psíquica .

Al soñar regresamos y reprimimos, estudiar la interpretación onírica, regresión mediante implica necesariamente represión ‘.

La memoria parece ser una de las paradojas freudianas, la huella mnémica es aquella que por haber dejado un trazo es capaz de funcionar como una inscripción. En la memoria no sólo permanece la huella de un recuerdo sino también su articulación, el enlace ;este es el camino de la asociación. Caminos en los que habrá mayor o menor resistencia catexial, lo cual armará senderos preferenciales

El sistema P no posee capacidad para conservar las modificaciones, es decir carece de memoria y aporta a nuestra Cc sólo la variedad de las cualidades sensibles . Por el contrario, nuestros recuerdos sin excluír los más profundos y precisos son Inc, . en si . el recuerdo es Inc., necesariamente Inc. Comienzan por el Inc, pueden llegar a hacerse Cc, pero su eficacia es Inc.

Las impresiones que más intensamente han actuado sobre nosotros, las de nuestra 1ra juventud, no se hacen Cc casi nunca . pero cuando los recuerdos se hacen de nuevo Ccno muestran cualidad sensorial alguna, o solo muy pequenas en relación a las Pc

Aquí F se plantea ligar recuerdo con afecto, pero señala que en sí misma la huella mnémica no va acompanada de ninguna cualidad sensorial. La cualidad sensorial pertenece al polo perceptivo, a lo presente, y en todo caso se liga con algo que viene de lo Inc.

Freud viene trabajando memoria-recuerdo, problema que se plantea a partir de los síntomas neuróticos, intentará a partir del sueno avanzar en esta construcción . Será a partir del Olvido de los sueños que le confiere verdadero estatuto de acto psíquico

‘Respecto de los Recuerdos Encubridores, no me es sencillo poderlos situar en mi práctica clínica con los niños. Considero que algo de la diacronía, dimensión inobviable en los tiempos de la niñez. Tiempos de la Niñez que no son los tiempos de la Infancia . Lo infantil se sitúa como tal a partir de la Amnesia.

Cierta inmediatez de lo cronológico hace que no sea sencillo el estatuto del Recuerdo Encubridor . Sí son más habituales los RE en la adolescencia donde asistiremos ademas al surgimiento de la novela familiar. Intentaré puntuar algo de ellos a través del texto de E. Canetti. Un texto puede ser abordado como un sueño, pero deberemos jerarquizar además el estatuto de la obra escrita en cuya organización se muestra la noción de S como corte. La obra escrita no es la transfiguración de alguna realidad, sino el tipo de texto que introduce en su estrucura lo Real. La posición del escritor es compatible con la posición en el fantasma. Si los niños tuviesen otra relación con el lenguaje, otra posición en la estructura, si ya no fuesen niños tal vez dirían de sus recuerdos (encubridores ) algo de ésto que Canetti escribe así: "Me resulta difícil dar una imagen del colorido de esos 1ros años de Rustchuk, de sus pasiones y sus miedos. . . Todo lo que viví después ya había ocurrido alguna vez en Rustchuk. Los recuerdos se le han "traducido" del búlgaro y el ladino al alemán no se le trasvasaron de lengua fue una traducción Inconciente aclara Canetti, aunque dice huír de esa palabra como de la peste . . . tanto la han banalizado!!". Sus recuerdos han sido su alimento durante más de 60 años

De Gallinas y Lobos :

"A mi no me permitían jugar en la calle, había sitio suficiente en nuestro patio enorme y era lugar seguro. Pero a veces desde afuera me llegaba un fuerte cacareo que se volvía rápidamente exaltado y frenético. Al poco tiempo se precipitaba por la puerta un hombre andrajosamente vestido de negro cacareando y temblando por las maldiciones que le lanzaban los niños de la calle. todos corrían tras él gritando "Kako!Kako!", y cacareaban como gallinas A él le asustaban las gallinas y por eso lo hostigaban. Les llevaba algunos pasos de ventaja y de pronto, ante mis propios ojos se trasformaba en gallina Desesperado de miedo cacreaba frenéticamente y hacía revolotear los brazos . Sin aliento se precipitaba por los escalones de la casa del abuelo pero nunca se atrevió a entrar, saltaba del otro lado y se quedaba inmóvil, tendido y en silencio. Los ninos seguían cacareando junto al portón del patio pero no se les permitía entrar. Quedándose allí tendido como muerto, asustaba un poco a los ninos que se iban . pero pronto volvían a entonar desde afuera la canción triunfal ;Kako la gallinica, Kako la gallinica!. Mientras cantaban Kako permanecía silencioso e inmóvil, apenas dejaba de oírlos se levantaba, se palpaba escudrinaba cautelosamente a su alrededor, escuchaba temerosamente un rato más y finalmente se escabullía fuera del patio, encorvado y sigiloso. Entonces dejaba de ser una gallina, no revoloteaba ni cacareaba y se convertía de nuevo en el apaleado idiota del barrio

A veces, si los ninos se quedaban cerca, al acecho en la calle, el siniestro juego volvía a comenzar. La mayor parte de las veces se desplazaba a otra calle y ya no lo volvía a ver. Quizá sentía lástima por Kako, me estremecía cuando daba saltos pero lo que nunca dejó de impresionarme, lo que contemplaba cada vez con idéntica emoción, era su transformación en una gallina negra y gigantesca

‘No entendía por qué le seguían los ninos, y cuando después de dar su salto se tendía, completamente silencioso, temía que no se volviera a levantar y que nunca más se convirtiera en gallina .

Una noche en que finalmente había conseguido dormirme me despertó un gigantesco lobo que saltó sobre mi cama . Pendía de sus fauces una lengua larga y roja, y grunía horriblemente . Grité como un loco ;"Ün lobo !Un lobo!. Nadie parecía oirme, nadie acudió, yo chillaba y lloraba cada vez más desesperado . Entonces surgió una mano, asió las orejas del lobo y le quitó la cabeza . Detrás, riendo, estaba mi padre. Yo continué gritando Un lobo! Un lobo!"Quería que mi padre lo espantase. El me mostraba la máscara pero yo no lo podía creer por más que me dijera :"No ves que era yo?. No era un lobo de verdad"; pero no conseguía tranquilizarme, yo no paraba de gemir y de llorar.

Mi madre le recriminó su incontenible aficción por la mascarada. Nada le gustaba más que hacer teatro .

El susto del lobo me duró bastante tiempo . Tuve pesadillas noche tras noche, despertando a mis padres pues casi siempre dormía en su habitación. Mi padre trataba de serenarme hasta que volvía a dormirme, pero entonces de nuevo aparecía el lobo ;no fue nada fácil quitárnoslo de encima. Desde entonces se me consideró como un nino traumatizado, a quien no convenía sobreexcitarle la fantasía, por lo cual durante muchos meses sólo escuché historias aburridas que he olvidado completamente.

Lobos y gallinas que pierden dimensión lúdica, evanescen el velo para tornarse Reales, Irrupción de angustia, bajo la forma del sueno de angustia, ya sin máscara de lobo (ninguna escena teatral se sostiene allí), o bien bajo la figura siniestra, allí tendida de quien ya no era gallina. Fue gallina para el niño y la "hace gallina "el escritor. El escritor se acerca a la posición fantasmática ;nö ëra "como" una gallina ;era gallina. Contundencia de la alusinación, el sueño y algunos momentos del juego infantil. Momentos fugaces, con entradas y salidas. Juego que es juego si el A, lo sanciona como tal .

Es en el apres coup, con la disposición al lenguaje del escritor, que se escribe este texto que hipotéticamente podríamos suponerle a un niño. El niño de la ficción literaria, el niño del paciente en análisis.

En la vida de todos los días será a partir de la pubertad donde se podrá armar un relato, no así en la latencia como tiempo estructural (tiempo de comprender). El pasado podría pensarse como Real, que se podrá historizar, cronologizar, relatar, a partir de la pubertad.

Los cierres no se producen de manera definitiva. Lo fallido del momento de concluír hace retornar al S al tiempo latente de comprender, por el que deberá pasar una y otra vez produciendo en cada pasaje sus efectos. Tiempo de suspensión que no puede cerrarse en un acto ;tiempo de comprender .

Personalmente, con el máximo respeto que me produce el texto, donde" la práctica de la letra converge con el uso del Inconciente", creo se trata de recuerdos encubridores. El valor mnémico de su contenido está en relación con otro contenido reprimido . Considerando el devenir de la obra de Canetti, pienso se trata de fantasías edípicas donde la rivalidad con su padre se topa con la muerte de éste cuando el niño tuvo 7 años, y . . . jugaba, aún. Real que irrumpe con brutalidad en el mundo del niño . Fantasías que encuentran en el cincelado de la escena un enlace simbólico. La fuerza de estas escenas están destinadas a ilustrar los azares más importantes de la vida dice Freud en Recuerdos Encubridores (1899)

Para Concluír, un Encuentro: E. Canetti describe un incendio que presenció en su infancia. "Atardecía", paulatinamente iba oscureciendo y el fuego resplandecía cada vez más. Pero lo que más me impresionaba no era la casa ardiendo sino las personas que se movían a su alrededor, pequeñas y negras eran muchísimas y corrían atropelladamente ". Entre los gritos del momento, él recuerda "ladrones, ladrones"". Este espectáculo que me quedó grabado, indeleble, lo volví a encontrar tiempo después en la obra de un pintor, de forma que nunca más pude distinguir la imagen original de las pinturas. Tenía 19 años cuando en Viena contemplé los cuadros de Brueghel . En el acto reconocí los innumerables y pequeños personajes de aquel fuego de mi infancia . Aquellas imágenes me resultaron tan familiares como si siempre me hubiese movido entre ellas. Me eran tremendamente atractivas y volvía frecuentemente a verlas. La parte de mi vida que había comenzado con aquel fuego se enraizaba directamente con aquel cuadro, como si en medio no hubiera habido un paréntesis de 15 anos. Brueghel se me convirtió en el pintor más importante, pero no llegué a él, como más tarde a muchos otros, por la contemplación o la reflexión. Lo hallé en mí como si me esperara desde hacía tiempo, seguro de que tendría que encontrarle .

Donde hubo fuego cenizas quedan. Entonces será posible escribir "habrá habido fuego"

Cada naufragio deja restos nos trasmite Freud .

Incendio :escena de la niñez (instante de la mirada), que permanece latente (tiempo de comprender), hasta el encuentro en acto con el cuadro ( momento de concluír) Acontecimiento de la duración del instante, que es instante del acto

Dónde estarán los recuerdos de ayer, dónde estarán ?, al lado de la piel"

Norma Manavella

Reunión Lacanoamericana - Rosario

 

28 al 31 Julio 1999

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