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Número 10 - Noviembre 2008
Hans y lo difícil de la realidad sexual
Silvia Conía

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Los seres humanos no podemos escapar al drama determinado por el hecho de que la existencia implica una relación al lenguaje, es decir, por el hecho de que hablamos, "ser hombre", nos pone en una incómoda situación. Tenemos un cuerpo y podemos hablar de ello por el hecho de "haber sido hablados", el dualismo cuerpo-alma, la idea de algo "natural", queda interrogado a partir de la primera mínima acción específica que tenemos que producir como puede ser el grito.

El descubrimiento del inconciente es equivalente al descubrimiento freudiano (es decir, Freud lo llamó inconciente) de los efectos de verdad que la letra (como esa instancia última del significante) produce en el hombre.

Lacan produce un término nuevo que condensa y multiplica los efectos de ese descubrimiento: "lalengua", nos dice: "la escribo con una sola palabra para hacer sentir algo". No solamente es el lenguaje, connota la función de impregnación y penetración que tiene en los seres humanos el hecho de que hemos sido parasitados por el lenguaje, es el asunto de cada quien.

Juanito da testimonio ejemplar de este punto crucial revelado por el psicoanálisis: "es en el encuentro del cuerpo con las palabras que se constituye esta realidad tan difícil de vivir que es la realidad sexual", realidad siempre traumática y justamente en la Conferencia en Estados Unidos, Lacan va a decir que la fobia de Hans da testimonio de que tiene un pequeño órgano que lo trastorna.

La presencia real, su emergencia, su erección perturba a Hans dando lugar al afecto por excelencia: la angustia. Ahora, por qué la angustia ante lo que podría considerarse por la ciencia, como algo "natural", algo propio del devenir del desarrollo?. Justamente, en la Conferencia en Ginebra sobre el síntoma, Lacan dice que:

"… el encuentro con su propia erección no es autoerótico en lo más mínimo, es lo más hetero que hay. Se dicen: pero qué es eso? Y se lo dicen tan bien, que el pobre Juanito solo piensa en ese eso, lo encarna en objetos que son francamente externos: el caballo que piafa, que da coces, que corcovea, que cae al suelo……..Ese caballo que va y viene, es totalmente lo mas ejemplar para él de aquello que tiene que enfrentar y sobre lo cual no entiende nada, sin duda gracias al hecho de que tiene cierto tipo de madre y cierto tipo de padre".

El goce de su "wiwimacher", aunque lo tenga enganchado en su bajo vientre, es lo más ajeno para Juanito, "tan ajeno hasta el punto de estar en el principio de su fobia". "fobia quiere decir que está amedrentado por el".

Podemos decirlo de otro modo Juanito está "embarazado", (tomando este término que está en función en relación a la angustia) porque tiene ese falo. En el Seminario: "R.S.I", en la clase del 17 de diciembre de 1974, Lacan agrega en referencia a Hans:

"…..para lo cual se inventa toda una serie de equivalencias, bajo la fobia que se dice del caballo para tratar de acomodarse a ese falo, a saber que está casado con ese falo!!!!. Eso es con lo cual el hombre no puede nada no es nada natural. La mujer puede soñar con tener uno pero el hombre está a afligido por eso"

La presencia del órgano en tanto real pone en cuestión, fracciona la esfera paradisíaca de la imagen especular, de esa locura narcisística, de la ilusión de coincidencia con el falo, tambalea, queda amenazada. Surge la angustia.

Lacan va a dar vuelta la concepción freudiana de que la angustia es sin objeto y que el miedo es ante un objeto, para decir: "la angustia no es sin objeto", utilizando esa fórmula del no …sin para acentuar que se trata de la presencia de un objeto pero sin dejar de lado la negación para orientarnos que el objeto del que se trata no es tan fácil de aprehender, que está marcado por una dimensión de oscuridad, de ocultamiento.

La fobia está hecha para sostener la relación al deseo bajo la forma de la angustia.

Entonces, el fóbico qué va a proteger?, de qué se va a defender?.

Lacan, nuevamente produce un movimiento moebiano en relación a esta cuestión, en un punto que considero de gran importancia para ubicarnos en relación al problema de la fobia en lo que hace a su dirección en la cura: en su clase del 28 de junio de 1961 del Seminario de "La transferencia", nos enseña que ante la amenaza de i(a), es decir, la imagen especular, el sujeto se recompone y se pone al abrigo en la "piel del oso antes de haberlo matado, pero se trata en realidad de una piel del oso vuelta del revés, es en su interior donde el fóbico defiende esa imagen". Porque esa imagen especular también tiene una función de defensa: es un "dique contra el pacífico del amor materno", es el mínimo de anclaje que le permite al sujeto no sentirse un ser a la deriva del capricho materno. Es el investimento último del falo el que es defendido, de modo que si la angustia es señal, la fobia es la señal luminosa que aparece para advertir que se está funcionando con la reserva de libido, que se puede funcionar con ella algún tiempo más, por la función de la fobia se introduce un resorte significante que permite ese sostén que ha tambaleado.

Pero es allí donde encontramos una paradoja que da cuenta de la trampa y lo fallido que implica al mismo tiempo este intento de resolución por la función de la fobia, si ser el falo, es siempre peligroso, ese peligro está en el interior mismo donde cree estar protegido, es en el encierro mismo que se pone al abrigo en el mismo peligro.

Silvia Conía

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