Resumen:
El siguiente trabajo de revisión es un aporte crítico sobre la literatura psicoanalítica con respecto a los miedos y las fobias. Asimismo, se resaltan los alcances y limitaciones que la misma demuestra. Por otro lado, consideramos necesario incluir elementos analíticos provenientes de otras disciplinas como la psicología conductual y la antropología funcionalista o estructuralista.
Palabras Claves: Psicoanálisis Miedos Fobias Viajes Metodología.
Abstract
The following work is a critical contribution on the psychoanalytical literature with regard to the fears and the phobias. Also, the reaches and limitations are stood out that the same one demonstrates. On the other hand, we consider necessary to include analytic elements coming from other disciplines as the behavioral psychology and functionalism or structuralism.
Key words: Psychoanalysis - Fears - Phobias - Travel - Methodology.
LOS TEMORES Y LAS FOBIAS EN EL PSICOANALISIS 1
Introducción
El siguiente trabajo de revisión teórica intenta ser un aporte conciliador y resumido de los aportes y limitaciones que demuestra el psicoanálisis para el estudio científico del miedo y fobia a los viajes. En consecuencia, se ha intentado un análisis crítico sobre la postura de ciertos referentes en la disciplina, y aun cuando no es posible incluirlos a todos, su tratamiento se ha llevado a cabo buscando la mayor objetividad posible.
Los viajes han crecido significativamente en los últimos años, pero con ellos también los miedos y pánicos a viajar. Aun cuando no existan en Argentina, datos estadísticos sobre grandes cantidades poblacionales con respecto a las fobias, se estima según un sondeo en 2.000 pacientes (entre febrero de 2000 y julio de 2004) con esa afección que 1 de cada 3 consultas se relaciona con la agorafobia. En este sentido, el 61% de las consultas fue realizado por mujeres mientras el 39% por hombres. 2
Como acertadamente afirma Alicia Entel: "es sabido que los miedos no constituyen un sentimiento meramente cuantificable ni una problemática a abordar aisladamente sino que se integran a una compleja trama de experiencias de la condición humana. El miedo enfatizamos- constituye un sentimiento fundamental de la especie, se manifiesta en el recelo ante la posibilidad de que ocurra un peligro imprevisto, se evidencia ante una amenaza real o imaginaria que obviamente es vivida como real. El miedo puede expresarse en un susto puntual ante un acontecimiento apabullante, una presencia no deseada y/o derivar en una gama de comportamientos que se reiteran y tienden a los que los sujetos experimenten actitudes de parálisis, aislamiento y hasta de evitación de contactos con el mundo exterior, que es imaginado en su totalidad como amenaza (fobia, pánico)."3
Dentro de este contexto, la revisión crítica de la literatura psicoanalítica nos ayuda a comprender (heurísticamente) tres cuestiones principales. ¿Qué es la fobia?, ¿como se forma dentro de la estructura psíquica? Y ¿cuál son los pasos previos para que un miedo se transforme en una fobia?.
Revisión crítica de la cuestión
Como ya se ha demostrado, los miedos y temores extremos hacia ciertos objetos o eventos han existido desde antaño y han sido descritos en la mayoría de las culturas4. Sin embargo, es el austriaco Sigmund Freud el primero quien la describe con mayor detalle. Su trabajo sobre la fobia en el caso Hans, se considera la base para todos los abordajes psicoanalíticos que vinieron después. Etimológicamente su nombre deriva del griego , que significa temor.
En el caso Juanito, Freud sostiene que "el miedo al abandono" se encuentra presente en los sueños del niño, y se expresan por medio de crisis y proyección de la angustia. El padre de Hans relató al psiquiatra austriaco, la angustia del niño surgida luego de un sueño en la cual sentía que su "madre se iba". Luego de unos días, tras un paseo (con su niñera) el niño se puso a llorar desesperadamente diciendo que quería estar con su madre. Al otro día, volvió a salir con su madre, pero retornó asustado porque un "caballo lo mordiera". Freud, consideraba a la figura del animal como una forma de problemática edípica por la cual el niño proyectaba el sentimiento de represión paterna5. El caballo, en este relato no había tenido un contacto previo con el niño sino que era utilizado como forma de proyección simbólica (fantasía).
Por otro lado, el caso Hans (Juanito) según Freud es el sustento sobre su teoría de la vida sexual infantil. El gran acontecimiento en la vida del niño es el nacimiento de su hermana Hanna, hecho observado y documentado inmediatamente por su padre. Entonces, el autor señala "Hans se encuentra muy celoso con la recién venida, y cuando alguien la alaba, la encuentra linda, etc, dice enseguida burlón: pero si todavía no tiene dientes"6. En este sentido y gracias a las cartas del padre, Freud describe con lujo detalles los diferentes procesos por los cuales se desarrolla la fobia. Particularmente, explica Freud el miedo en Hans versa sobre la posibilidad de que un caballo lo muerda, ese mismo temor se intensifica con el transcurso del tiempo.
Según el psiquiatra austriaco, la fobia se inicia por el principio de castración y la posible pérdida del amor materno. La angustia y la ambivalencia de sentimientos que genera la competencia con su padre y con su hermana por el amor de su madre, despierta en el pequeño Hans una predisposición hostil y de apego a la vez (Edipo). Esta predisposición en el niño hacia el padre sigue un proceso de fragmentación (aunque Freud no le pone ese nombre), producido por la ambivalencia de amor y odio, una posterior proyección y un desplazamiento hacia un objeto externo7. Al respecto, escribe Freud "el hecho de que se viera forzado a odiar como competidor a ese mismo padre a quien había amado desde siempre y seguía amando, ese padre que era para él un modelo, su primer compañero de juegos y, al mismo tiempo, su cuidador desde los años tempranos, dio por resultado el primer conflicto de sentimientos"8
La teoría de la angustia, apunta a la soledad como factor estímulo principal. El miedo a la pérdida o a la falta de una persona amada se comprende por medio de una reacción específica, pero a veces ésta se recubre de ciertos grados o dosis de fantasía que por medio de su proceso de escisión, proyección y desplazamiento se traslada finalmente a un objeto externo. La posibilidad de atribuir al objeto características peligrosas se condice con la posibilidad de cierta lejanía con respecto a él. En consecuencia, el no contacto habitual entre el individuo y el objeto establece un equilibrio temporal. El temor y también la fobia pueden ser comprendidos como mecanismos reguladores de ansiedad, pero por sobre todo, como forma de captar y no dejar ir a "la persona amada".
Como acertadamente señala E. Dio Bleichmar "el niño ha realizado un progreso que es diferenciar el rostro materno de todos los demás semblantes y rechazará los otros que difieran de él. Pero pareciera que éste hecho no es suficiente para considerar que el niño comprenda el como de la aparición y desaparición, y que renuncie a creer posible su reaparición misteriosa en el lugar en que desapareció y donde la acción propia habitualmente lo volvía a encontrar. Es decir, que el niño seguirá creyendo durante un lapso considerable en la eficacia de sus gritos y reclamos para la reaparición del objeto, como si éste fuera una realidad a disposición, relativa a cierta acción que él pone en juego"9
Sin embargo, uno de los problemas los cuales Freud no continúa analizando es el vínculo y formación entre las fobias "tempranas" (como el miedo a las serpientes y a ciertos insectos) y las fobias producidas en el desarrollo del sujeto.
La laguna producida por el desarrollo freudiano en el punto anterior es continuada por M. Klein. Para la autora, toda fobia encuentra su origen en procesos de socialización tempranos y previene la desintegración del yo. Por lo tanto, si bien pueden existir manifestaciones fóbicas en la adultez, éstas no son otra cosa que derivaciones surgidas en la etapa oral. Siguiendo este esquema de pensamiento, en Klein los mecanismos intervinientes en la producción de una fobia son: el impulso sexual y su propia pulsión destructiva. El miedo interno a la propia destrucción es desplazado hacia un objeto distante. En otras palabras, la fobia es una forma de preservación ante los instintos auto-destructivos.10
El tratamiento de Ian Ward y las fobias
En su trabajo titulado Las Fobias, I. Ward describe la situación de dos personas cruzando un puente (Hungerford) en donde una de las dos sufre una supuesta fobia, y en consecuencia comienza a sentir síntomas de pánico y comprende al fenómeno como "algo que no tiene sentido; es un temor irracional".11. Para Ward, los orígenes de la fobia no sólo se remontan a ciertos traumas de la niñez producto de ciertos procesos traumáticos, sino también a los "sentimientos ambivalentes" producto de la agresión y la filiación (emociones peligrosas).
En palabras del propio autor, se observa que "las explicaciones psicoanalíticas de la fobia se ocupan, pues, del mundo interno de las personas. En especial, atribuyen una influencia determinante a la fantasía, la angustia y el conflicto psíquico, sobre todo el que existe entre el amor y la agresión (ambivalencia). Una mujer que padecía una fobia a los gusanos no relató ninguna experiencia traumática de su pasado que pudiera estar relacionada con ella, pero sí una fantasía que la atormentaba desde que tenía seis años, en la cual era enterrada viva y quedaba expuesta a la acción de los gusanos"12. Precisamente, en la fantasía los objetos adquieren capacidades y habilidades especiales; la aversión hacia un objeto no es suficiente para afirmar que se está en presencia de un caso fóbico; el temor es alimentado subjetivamente conformándole al objeto características que en la realidad sin improbables. Por ejemplo, leones que trepan árboles e ingresan en las habitaciones de los niños para devorarlos.
En Ward, al igual que en Freud, las fobias son conformadas por mecanismos intra-psíquicos: las emociones son controladas con el fin de lograr el equilibrio psíquico, el autor explica su proceso constitutivo de la siguiente manera: "en primer lugar, se produce una escisión de ciertas partes del niño que éste desmiente: yo no odio a papito, lo quiero a papito; en segundo lugar, hay una proyección de las pulsiones pasionales reprimidas: no es que yo quiera dañarlo a papito, sino que papito me quiere dañar a mi; en tercer término un desplazamiento con relación al objeto realmente temido: no es papito el que quiere atacarme, sino el caballo, el perro, el tigre"13. La fobia, en consecuencia para Ward, tiene la función de reducir el "sentimiento ambivalente" y restaurar el equilibrio perdido, y el mismo proceso puede aplicarse a contextos sociales de inestabilidad y amenaza.
Desde una perspectiva, más amplia ante momentos de incertidumbre (ambivalencia) la sociedad construye un objeto (fóbico) para regular, controlar y expiar el temor. ¿Pero que tratamiento hace Ward con relación a la fobia al viaje?. Según su perspectiva, la fobia al viaje se conforma luego de un sentimiento de angustia acaecido luego de una pérdida o separación temprana. Al respecto, el autor escribe "el propio Freud confesó tenerles miedo a los trenes, los teléfonos y la muerte, todo lo cual podría considerarse moderadamente fóbico". Si recordamos que los viajes suelen implicar la separación del hogar, que la muerte es representada a menudo como un viaje y que las voces sin cuerpo probablemente suenen sepulcrales, no nos constará mucho hallar la unidad de todos estos fenómenos en torno a la angustia de separación corriente de la niñez". 14
En el sentido expuesto, la fobia a los viajes (al igual que otras) tiene una naturaleza multicausal; o mejor dicho su fuente puede ser articulada en una infinidad de contextos y tiempos diferentes. No obstante, tras ella subyace el miedo al abandono y a la separación filial, a la humillación y al desprecio. También existe, según el autor, un condicionamiento social en cuanto al génesis de las mismas. Citando a Anne-Marie Sandler, Ward sostiene que existen dos maneras en las cuales se puede desarrollar la fobia: la primera obedece a una dinámica de expulsión, en la cual el sujeto mediante la escisión, proyección y desplazamiento- logra apaciguar la angustia; la segunda, surge cuando esa misma aflicción es generada por un estímulo externo. "En el primer caso, el temor del individuo cumple una función permanente de mantenimiento de su equilibrio interno; en el segundo, el equilibrio es perturbado por la realidad externa". 15
En cierta forma, el objeto fóbico fortalece las figuras de terror creadas por la misma fantasía del sujeto estableciendo un estado de pánico. Esto sucede, precisamente, cuando la persona ya no puede controlar los impulsos perturbadores; en este caso, ya la fobia comienza a adquirir un sentido disfuncional al equilibro psíquico. Esto le sugiere a Ward, un último abordaje con respecto a la forma de tratar estos casos anómicos y desintegradotes del fenómeno.
Más específicamente, en el tratamiento de la neurosis fóbica, los psicoanalistas desaconsejan enfrentar al sujeto con su objeto de temor (terapia conductista). Esto se da porque las angustias subyacentes no se remueven ni se re-elaboran cuando una persona se encuentra con el estímulo que genera su problema. Desde la perspectiva de Ward, la resignación no es un elemento eficaz para el tratamiento de la fobias, por ende, "en el caso de la 16agorafobia hay que alentar a los pacientes a que anden por la calle y luchen con la angustia en ese intento. Aunque no se logre nada más, habrá así algo real sobre lo cual trabajar en el análisis".
He aquí, un intento combinado de observación etnográfica en donde paciente y terapeuta interactúan inmersos en el mundo social donde los estímulos externos van guiando los comportamientos del sujeto; para luego retornar al tratamiento psicoanalítico de manera convencional. Luego de los párrafos expuestos consideramos al texto de Ian Ward como uno de los aportes de mayor significación en el estudio de de la fobia a los viajes por tres motivos principales.
En primera instancia, su escueto y coherente desarrollo permite una clara comprensión del problema; segundo, el autor traza una relación convincente entre los aspectos individuales y sociales de la fobia a los viajes. Tercero y más importante, el desarrollo teórico de Ward hace foco en la pérdida como uno de los elementos centrales explicativos en el pánico que surge al desplazarse. A su vez, esto permite comparar su postura con otras escuelas teóricas que han tratado el mismo tema pero desde otra óptica como ser las escuelas del apego y la base segura en J. Bowlby.
La psicología conductual y las fobias
Según este autor, el vínculo entre el niño y su madre, ha llevado a ciertos investigadores a realizar experimentos tanto en Estados Unidos como en África donde confirmaban cada vez que el niño se despegaba de la madre por un lapso de tiempo y luego se volvía a reunir con ella experimentaba una serie de comportamientos y sentimientos específicos. Estos fueron clasificados como seguro, ansioso resistente y ansioso evitativo 17. Cuando los padres responden y corresponden con estímulos positivos a las necesidades del niño, existe mayor posibilidad de crear una filiación duradera entre ambos.
Cada tipo se construye por medio del estímulo esperado y recibido por el infante. Aquellos expuestos a un grado de privación mayor experimentaban un tipo ansioso evitativo mientras que aquellos expuestos a un tiempo menor de espera se constituían en una modalidad segura. El segundo tipo, ansioso resistente (ambivalente) se ubicaba en la categoría intermedia de ansiedad y angustia.
Según J Bowlby, existen dos tipos de vías por el cual se desarrolla ese vínculo, la primaria relacionada al alimento propiamente dicho y la secundaria derivada de la dependencia niño-cuidador18. La teoría de la base segura propugna la idea que el apego entre madre y niño en una etapa temprana de socialización influye en el sistema conductual de toda la vida biológica del sujeto. Según Bowlby, el surgimiento del temor y la ansiedad en los momentos de exploración del medio se deben a su relación parental y al posterior desarrollo de la propia personalidad. Al respecto, el autor sostiene "la exploración del entorno, incluyendo el juego y las diversas actividades con los compañeros, es considerada como el tercer componente básico, antitético de la conducta de apego. Cuando un individuo (de cualquier edad) se siente seguro, es probable que explore lejos de su figura de apego. Cuando está alarmado, ansioso, cansado o enfermo siente la necesidad de la proximidad".19
La posibilidad de explorar y recorrer grandes distancias lejanas a su base segura, se debe según Bowlby a la capacidad de haber recibido desde su niñez los cuidados necesarios por parte de sus padres. Satisfechas las necesidades del niño se establecen lazos emocionales fuertes entre ambos que acompañarán al individuo en todas sus relaciones sociales. En consecuencia, se podría inferir como hipótesis tentativa que aquellos con un tipo de apego seguro tendrán mayores posibilidades de explorar su medio con un grado de temor o miedo menores, en comparación a los tipos evitativo y ansiosos ambivalente. No obstante, la tesis de la base segura carece de experimentos que confirmen en adolescentes o adultos la relación entre los vínculos parentales y sus miedos a los viajes. Más específicamente, los datos que se disponen hacen referencia a ciertos recuerdos subjetivos de su relación con sus padres manifestados por los entrevistados, más que en como ese vínculo se construyó históricamente20
El viaje, en este sentido, se ha configurado en estos últimos años como un atractivo para diversos investigadores y científicos sociales, pero a la vez que gran cantidad de personas se desplazan grandes distancias ya sea por negocios o placer, otra gran cantidad comienza a desarrollar temores, fobias y pánico hacia los mismos. Lo explicado por Ian Ward nos permite comprender en fenómeno en su total dimensión y aplicar sus contenidos a abordajes de tipo empíricos.
Emilce Dio Bleichmar y las fobias tempranas
Si retornamos al tratamiento psicoanalítico, según confirma E. Dio Bleichmar, no existe en la literatura disponible consenso en cuanto a los mecanismos que generan las fobias como tampoco el momento específico en el cual se producen. Además, existe una diferencia de de posturas en lo que respecta a considerar al temor y a la fobia como fenómenos complementarios. Para la autora, las fobias responden a distintas causas tales como: transposición de la angustia, identificación, insuficiencia en el progreso cognoscitivo, insuficiencia en las funciones del yo, traumas o formas mixtas. 21
Siguiendo el esquema lacaniano, en Dio Bleichmar, "las fobias resultan de una modificación, de una transposición, de una serie de operaciones endopsíquicas que el sujeto realiza con la angustia originada en un conflicto. La angustia, sea producto de la castración, de la pulsión de muerte o de la falta de ser, es un fenómeno propio del sujeto normal, inherente a su existencia en el mundo. El desarrollo y la estructuración del sujeto transcurre a lo largo de una serie de crisis conflictivas que inevitablemente son una fuente de angustia".22
El trabajo de defensa anteriormente mencionado modifica el estadio de ansiedad creando un nuevo equilibrio en donde el estímulo inicial se sustituye por un objeto fácil de evitar. En ocasiones, los temores son fijados arbitrariamente por la cultura, como por ejemplo: el miedo a las serpientes. En otras, hay una elaboración personal en donde se ponen en juego ciertos mecanismos defensivos y de sustitución. Estas explicaciones permiten comprender a los temores y a las fobias desde dos perspectivas: a) una cultural y b) una individual. Un viaje, puede no realizarse todos los días y en consecuencia convertirse en un objeto plausible de fobia (por sustitución de un conflicto antecedente); pero a la vez, también puede el viaje ser fijado arbitrariamente por contextos sociales, económicos y políticos como una forma de generar angustia; por ejemplo, los atentados al Trade Center en Nueva York y a las estaciones ferroviarias de Atocha en Madrid.
También, es recurrente el caso de las fobias o temores por identificación en donde el individuo construye un objeto fóbico como atributo de significación común para él y su grupo. La autora, describe el caso de Bettina (10 años) quien soñaba en forma sostenido con choques en las carreteras y "camiones que se venían encima". Según su posición edípica, existe una competencia con su madre por ganar el amor del padre. La evidencia surge de un testimonio posterior por el cual la madre temía conducir y a la vez aprender; por ese motivo era transportada diariamente en taxi o por su marido. Mediante su miedo, Bettina intenta revertir una situación de "celos" con respecto a su padre. Aun cuando, "la identificación fóbica como fuente sintomal obviamente no queda limitada a las fobias, sino que abarca toda la gama de sintomatología psiconeurótica". 23
Las fobias o temores, también puede adquirirse dentro del seno familiar por medio de una identificación (primaria o secundaria) en donde el yo intenta ser objeto de deseo de los padres o hermanos mayores, y en consecuencia toma como propia ciertas distinciones que sume está relacionado con el anhelo de ser como ellos. Si los padres son fóbicos a viajar, es muy probable que el niño sienta ese atributo como digno de identificación edípica. Esto explicaría, como ciertas fobias se mantienen similares a través de los lazos parentales. Según Dio Bleichmar, el individuo fóbico tiene una particular forma de codificar la realidad (sobre-dimensión del peligro). Todos los eventos experimentados por el yo, se clasifican en neutros, peligrosos y tranquilizantes. El distintivo de la fobia, es que predispone al sujeto a escaparse o evitar sistemáticamente cualquier hecho considerado como amenazante; de esa forma logra reducir la propia ansiedad. Sobre las causas específicas de ese temor recurrente, la autora considera que los padres transfieren a sus hijos ciertas "reglas de enunciación" las cuales ayudarán a construir su propia realidad de varias formas combinadas; en su discurso, no sólo se transfiere un "universo semántico" sino también una función cognitiva específica. Ciertos modos temerosos de desarrollo cognitivo-afectivo son la precondición necesaria para la construcción de una personalidad fóbica.24
Si en Ward, la fobia toma un carácter irracional, en Bleichmar es precisamente ese criterio el que distingue un miedo de una fobia. El temor en los niños se encuentra justificado por la presencia de eventos u objetos percibidos como peligrosos en un contexto de cierta realidad. En cambio, las fobias están dominadas por características fantásticas del objeto al cual se teme en donde las probabilidades de que el evento suceda son remotas o nulas. La racionalidad y la lógica, por tanto, dividen conceptualmente lo que es un miedo de una fobia. A medida que el niño aprende y articula un proceso de categorización lógica los temores pueden desaparecer (reordenación cognitiva de los objetos externos). 25
En efecto, "el desarrollo cognoscitivo del niño se muestra insuficiente para una correcta evaluación del peligro, evaluación que descansa en un conocimiento más complejote las características. Funciones y relaciones que el objeto o situación mantiene con el sujeto". 26
Los miedos "arcaicos", parecen ser comunes y persiguen tipos universales de comportamiento. La angustia señal se considera el estímulo generador de ciertos tipos de temores en la edad temprana; en efecto, los niños al no ver colmada sus necesidades en cuanto a alimentación, filiación o algún otro reclamo, pueden (y de hecho lo hacen) incurrir en temores para captar la atención de sus progenitores 27.
En los viajes existe una tendencia a la angustia por pérdida. Pero ella es sólo ausencia y no necesariamente deba vincularse con el miedo ante el principio de "castración". "Por de pronto, la angustia de separación es una angustia esencialmente narcisito. Se teme por el peligro que se cierne sobre el sujeto. La ausencia de objeto es tan peligrosa por lo que esta ausencia acarrea como déficit para el niño o el adulto. Angustia de la esfera de la dependencia, de las carencias, de los déficit, se teme por la indefensión, por la impotencia, por la falta de recursos que se poseen; angustia de los niños, de los desposeídos, de los desvalidos". 28
Según esta postura, se puede establecer cierta relación entre la tesis del apego (ya explicada) y el psicoanálisis. No obstante, para Bleichmar esto no debe estar vinculado al principio de "castración" como forma de generar fobias tempranas. En efecto, "creemos que nos hallamos ante dos conceptos de separación en juego: el primero, literal, concreto, la angustia que se desarrolla en el niño pequeño ante la separación del objeto protector y de amor. El segundo, un sentido otro, simbólico, sobre esta separación así definida. Una dialéctica de lo parcial y lo tota, no sólo sobre los contenidos del cuerpo (como podría pensarse en la angustia que sobreviene por el nacimiento, destete o defecación), sino sobre su posición en conflictos de poder imaginario a través de los cuales el niño asiste a su surgimiento como sujeto y las sucesivas separaciones o castraciones a las que se ve sometido"29. En realidad, la autora intenta explicar que la angustia no es miedo en sí hacia un objeto, sino el enfrentamiento del sujeto con respecto a la ausencia de un objeto y el sentimiento de dependencia que de ella se deriva.
Finalmente, es interesante en el trabajo de Bleichmar, el tratamiento que se hace de Lacan y la fobia. Así, la autora advierte la relación entre significado y significante que el autor hace con referencia al estructuralismo levi-straussiano. Al respecto, entonces nuestra autora escribe "el método utilizado en la comprensión de las sucesivas fantasías y producciones de Juanito es similar al que aplica Levi-Strauss en los mitos. Lévi-strauss ha demostrado que en todos los mitos y sus distintas variaciones retornan, transformados, los mismos elementos o el mismo grupo de elementos. En los mitos, no se busca una correspondencia entre un elemento presente y un significado sino que también prevalece la combinatoria, es decir, la relación con un elemento con cierto número de otros elementos"30.
En este sentido último, Bleichmar continua su exposición sugiriendo el mito no es forma en sí sino contenido, y como tal permite la comprensión de fenómenos contrariamente opuestos. Esta idea le permite, trazar un puente teórico entre su perspectiva con respecto a los sentimientos de ambivalencia en el ego, y la tesis de Lévi-Strauss. El mito se convierte así en una forma de trasladar y combinar significación y no significante. Los "opuestos inconcebibles" como los pensaba el antropólogo francés, son orientados y operados por medio de las construcciones míticas. Citado por Bleichmar, tenemos que "entre agricultura y guerra es posible admitir un término intermedio, que no operaría como argumento sino como función conectiva: la caza. Entonces, el mito de la caza que se desprende como un puente entre términos antitéticos posibilitaría la conciliación entre los opuestos".31
Ahora bien, para una correcta revisión crítica repasemos al mismo Lévi-strauss y la reacción que su tesis sobre los mitos ha despertado en el seno de la antropología. En una de sus más celebres obras, el autor sostiene "el sistema mítico y las representaciones a que dan lugar sirven, pues, para establecer relaciones de homología entre las condiciones naturales y las condiciones sociales o, más extensamente, para definir una ley de equivalencia entre contrastes significativos que se sitúan sobre varios planos". 32
Volvamos sobre esta frase, en Lévi-Strauss el mito es una clase de narración o cuento que habla de un pasado y que alude a ciertas justificaciones de conductas en el presente. Por lo general, el mito tiene como función conciliar ciertas contradicciones u oposiciones del sistema social. Su sentido no se encuentra en los relatos en sí mismos, sino en la articulación que los diferentes mitos tienen entre ellos y su vínculo con el mundo social. La hipótesis que surge de lo expuesto, lleva a pensar que los mitos (en realidad) poseen estructuras semejantes en todas las sociedades. Entonces, la característica humana está sujeta a varias contradicciones, la función central de los mitos (estructuras mitológicas) es coordinar esas incongruencias que son de por sí irracionales interiorizándolas en el individuo. Un ejemplo claro sobre ellas, es la relación entre la muerte humana y el concepto de trascendencia e inmortalidad (luego del deceso biológico). Particularmente, el mito resuelve en el plano abstracto la oposición (irreconciliable) entre naturaleza y cultura (dentro de la lógica binaria).33
Empero, ¿la similitud de significante realmente explica causalidad científica?. Esta será la cuestión que M. Douglas cuestiona en el tratamiento del mito de Lévi Strauss y que Bleichmar omite. Más específicamente, para Douglas las percepciones y las anomalías se relacionan no con la naturaleza en sí sino con un sistema de clasificación previo. La idiosincrasia cultural clasifica a su manera que elementos encajan en tal y/o cual lugar. Douglas está interesada en estudiar el rol de la metáfora y la anomalía como modos comparativos entre el orden cultural y natural. Al respecto, el autor afirma "la mayor parte de los análisis del simbolismo de los animales muestra un reino animal como una proyección o una metáfora de la vida social"34.
El punto interesante esta autora, es considerar a la semejanza como un producto de la actividad intelectual con arreglo a un atributo o criterio definido por un sistema de clasificación taxonómica. En otras palabras, la similitud no puede ser utilizada como criterio científico de explicación bajo ningún concepto. Sino por el contrario, ese sistema clasificatorio puede verse reflejado en el comportamiento o la conducta. De esta manera, Douglas traza un fino puente entre práctica e idea. Este razonamiento, la distancia en posición de 180 grados con respecto a Lévi-Strauss y su método estructuralista. En otras palabras, dos grupos pueden parecerse pero no por afinidad o relación previa sino por una cuestión de adaptación ambienta. En consecuencia, comparar estructuras mitológicas por su semejanza es un error epistémico grave. Si se considera, este aspecto como una limitación en el tratamiento del mito en Lévi-Strauss, entonces debemos sostener que la postura de Bleichmar (sobre Lacan) no está debidamente fundamentada debido a que sigue los mismos errores que el profesor Lévi-Strauss.
Conclusión
Entre sus alcances, el psicoanálisis distingue tres fases de desarrollo de una fobia: escisión, proyección y desplazamiento. Su función específica, es evitar la personalidad esquizoide y retornar el equilibrio del ego. Básicamente, los miedos se distinguen de las fobias en cuantos a su racionalidad y el operar de la fantasía. Por tanto, la fobia para esta disciplina será "un miedo irracional" ajeno al principio de realidad. La posibilidad de evitar ciertos estímulos generadores de angustia se considera como el elemento fundamental de toda fobia sistemática. El miedo al viaje, no sólo implica la posible pero irrisoria perdida "del ser amado", sino la rememoración mitológica de ese miedo para no perderlo realmente.
Ahora bien, la postura psicoanalítica analizada posee algunas limitaciones las cuales deben ser analizadas y discutidas. En primer lugar, no precisa las causas y contextos específicos en los cuales un temor se transforma en una fobia. Sino que sugiere, una multiplicidad de fuentes las cuales de alguna manera podían o no generar reacciones o neurosis fóbicas. Así, la misma literatura psicoanalítica está sujeta a diversas interpretaciones sobre las formas que toma un proceso fóbico en la formación de la personalidad. Segundo y excepto por algunos casos, los alcances del psicoanálisis parecen haber quedado reducidos (etnocentricamente) a una época y lugar concretos: La Europa victoriana. Por otro lado, los datos relevados tanto por la antropología como por los historiadores antiguos sugieren que en realidad los temores y las fobias parecen ser fenómenos de mayor alcance presentes en otros tiempos35. Por último, el método psicoanalítico -como ha sugerido K. Popper- tiende a tener ciertos problemas a la hora de ser verificado empíricamente36. No obstante, esto no debería descalificar su validez científica y explicativa sobre ciertos fenómenos como sí pretende hacerlo el positivismo.
Particularmente, por su objetivo clínico esta teoría no contiene un criterio de "falsación" que pueda validar o rechazar hipótesis de trabajo en forma experimental. Como observó F. Clavel de Kruyff no significa, como sostenía Popper, que el psicoanálisis no explicara nada, sino que por el contrario su tendencia terapéutica clínica no necesariamente se relacione al modelo experimental; "el propósito es ofrecer al paciente un punto de vista distinto al que tiene sobre sí mismo, para que tenga opciones de cambio esto significa que uno de los valores más importantes del psicoanálisis es heurístico, es decir, inventar nuevas formas de resolver problemas, en este caso de carácter afectivo con los que un paciente se enfrenta"37. Incluso (aún) con sus limitaciones, los aportes de S. Freud fueron aplicados en otras disciplinas como la antropología de B. Malinowski (funcionalismo); con más exactitud el antropólogo polaco trabajó el "complejo de Edipo" en el estudio de la influencia que la organización matrilineal ejercía la conducta individual del tobriandes y sus ritos de pasaje al clan del tío materno38. En este sentido, los aportes del psicoanálisis serían plausibles de ser validados bajo una dinámica inductiva como ser una observación etnográfica o etnológica pero tendrían no pocos problemas en ser aplicados a un modelo experimental.
Notas
1 Maximiliano Korstanje, es Lic. En turismo por la Universidad de Morón, Argentina y Ph. D (Cand.) en Psicología social por la Universidad Argentina John F. Kennedy. Es investigador miembro de AIEST, (International Association of Scientific Experts in Tourism, Saint Gallen, Switerland). Es docente titular de la Universidad de Palermo, Facultad de Ciencias Económicas. Trabaja su Tesis de Doctorado sobre las fobias y los miedos a viajar en contextos de urbanidad y ruralidad
2 Fuente: Cuales son las Fobias más frecuentes. Publicación de la Nación 07-08-04. Estadísticas de la Fundación Fobia club: resultado de seguimiento de 2.000 pacientes. En Actualidad C y T, CONICET. Material Disponible en http://www.conicet.gov.ar/NOTICIAS/ACTUALIDAD/2004/Agosto/nota34.php. (extraído el 13-05-08).
3 Entel, A. La Ciudad y los miedos: la pasión restauradora. Buenos Aires, La Crujía Ediciones, 2007 Pág, 29-30.
4 Korstanje, M. "De fobias y Viajes: la agorafobia como una forma de control económico". Contribuciones a la Economía, grupo Eumed, Universidad de Málaga, (Mayo), 2008.
5 Freud, S. "Análisis de una Fobia: el caso Hans". Obras Completas. Volumen X, Buenos Aires, Amorrortu ediciones, 1990.
6 Freud. S. "Análisis de la Fobia en un niño de cinco años". Obras Completas, volumen X. Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1998, pág. 11
7 Véase que el mismo Freud escribe "la llegada de esta hermana le aparejó muchas cosas que desde entonces no lo dejaron tranquilo. En primer lugar, un poco de privación; al comienzo una separación temporaria de la madre y luego, una disminución duradera de sus cuidados y atención, que tuvo que acostumbrarse a compartir con la hermana". (Op. Cit. pp. 106-107)
8 Op. Cit. Pág. 108.
9 Dio Bleichmar, E. Temores y Fobias: condiciones de génesis en la infancia. Barcelona, Editorial Gedisa, 1991, pág. 108.
10 Klein, M. "El Psicoanálisis de niños" . En Obras Completas de Melanie Klein. Tomo 2. Buenos Aires, Editorial Paidos, 1987.
11 Ward, I. Las Fobias. Buenos Aires, Ed. Longseller, 2001, págs. 11-12
12 Op. Cit. Pág. 22.
13 Op. Cit. Pág. 34-35.
14 Op. Cit. Pág. 72.
15 Op. Cit. Pág. 76
16 Op. Cit. Pág. 84.
17 Bowlby, J. Una Base Segura: aplicaciones clínicas de la teoría del apego. Buenos Aires, Editorial Paidos, 1989.
18 Op.Cit. Pág. 38.
19 Op. Cit. Pág. 143.
20 Casullo, M. M. "Vínculo de apego romántico en adultos: escala de auto-evaluación". Psicodiagnósticar, 14, (Mayo 2005), págs 53-73.
21 Dio Bleichmar, E. Temores y Fobias: condiciones de génesis en la infancia. Barcelona, Editorial Gedisa, 1991, pág. 22.
22 Op. Cit. Pág. 25.
23 Op. Cit. Pág. 59.
24 Op. Cit. Pág. 70-77.
25 Op. Cit. 94-99.
26 Op. Cit. 102.
27 Lacan, J. "Le Group, Leloup (seminario), en Les écrits techniques de Freud, Seuil, París, 1975, Pág. 50
28 Dio Bleichmar, E. Temores y Fobias: condiciones de génesis en la infancia. Barcelona, Editorial Gedisa, 1991, pág. 229
29 Op. Cit. Pág. 230
30 Op. Cit. pág. 41.
31 Op. Cit. 42.
32 Lévi-Strauss, C. El Pensamiento Salvaje. México, Fondo de Cultura Económica,2003, pág, 139
33 Peirano, M.G. "A Análise Antropológica de Rituais". Serie de Antropología 270. Universidad de Brasilia, Brasil, 2000.
34 Douglas, M. Animales anómalos y metáforas animales" en Estilos de Pensar, Barcelona: Gedisa. - "Clasificado como Comestible" en Estilos de Pensar, Barcelona: Gedisa. - "La broma cósmica" en Estilos de Pensar, Barcelona, Gedisa, 1996.
35 Suetonio, Cayo. Los Doce Cesares. Madrid, Editorial Sarpe, 1985, Augusto, versículo XC, p. 104. - Fernández Juárez, Gerardo. "Tutela de las Sombras: enfermedad y Cultura en el altiplano Aymará". En sustentos, aflicciones y postrimerías de los indios de América, Madrid, Casa de América, 2000, Pág. 157
36 Popper, K. La lógica de la Investigación científica. Madrid, Editorial Tecnos, 1999.
37 Clavel de Kruyff, F. "Las críticas de Karl Popper al psicoanálisis". Signos Filosóficos, Num 11, vol. VI, 2004, pág. 88. Material disponible en http://revistasuam/signosfilosoficos
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