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Número 10 - Noviembre 2008
Historia de las "Reuniones de los miércoles"
Intervenciones de Max Graf
Ariel Pernicone

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Seguramente, cuando Sigmund Freud llegó a Londres el 6 de Junio de 1938, entre una de las tantas preocupaciones que le ocasionaron su precipitada partida del lugar donde había creado su monumental obra , estaba su duda acerca de cual sería el destino final de esos valiosos papeles testigos de sus inicios, que habían sido escrito de puño y letra por Otto Rank, y que habían resistido heroicamente el paso del tiempo, luego de 30 años de haber sido atesorados y conservados con afecto en un sitio especial de la Bergasse19.

Ese año 1938, quizás uno de los momentos más trágicos y dolorosos de su vida, a sus 82 años, cuando dejó Viena, habiendo padecido ya la salvaje quema hitleriana de sus libros, Freud no titubeó : miró por última vez esa sala de espera, el sofá, las sillas de terciopelo, la infinidad de fotos conteniendo su historia, las estatuillas antiguas, y esos pocos metros cuadrados donde se habían celebrado las lejanas reuniones de los miércoles , y extrajo cuidadosamente los manuscritos originales del lugar donde habían permanecido tantos años, tomando así la decisión de entregar a Paul Federn las Actas de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, confiando en la posibilidad de rescatarlas del riesgo de la perversa eliminación.

Por suerte para la legión de psicoanalistas que recibimos el legado freudiano, Paul Federn pudo al poco tiempo, seguir a su maestro en el exilio y salvar esos valiosos manuscritos de la destrucción Nazi, posibilitando así su posterior publicación que llega hasta nosotros como uno de los documentos más valiosos que nos permite leer en forma directa los intensos históricos debates de los pioneros del psicoanálisis.

Paul Federn, quien se desempeñaba en ese momento como presidente de la sociedad psicoanalítica, en tanto Freud cayó enfermo, había formado parte de ese grupo inicial, y por eso fue tan conciente de la importancia de publicar esas actas y tuvo la impresión al recibirlas en forma directa en sus manos, que su deber, a partir de allí, sería lograr trasmitirlas de alguna forma a las siguientes generaciones.

A pesar de eso, su mala salud, y la falta de fondos, le impidieron llevar adelante ese objetivo del cual se sentía plenamente responsable, al punto que dejó expresamente estipulado en su testamento, a modo de último deseo, su pedido expreso de que fueran publicadas, deseo que su hijo Ernst Federn junto a Herman Nunberg , finalmente pudieron cumplir a modo de compiladores.

Las Actas publicadas se extendieron al periodo 1906 hasta 1915, teniendo a Otto Rank como secretario oficial rentado de la "Sociedad " quien se dedicó durante ese tiempo a transcribir cuidadosamente el desarrollo de dichas reuniones.

Los originales de Otto Rank contienen los protocolos de esos encuentros científicos volcados a mano en grandes hojas de papel y una pequeña libreta negra que contenía la lista de asistentes, el pago de las cuotas, y ciertas comunicaciones que ha permitido reconstruir con exactitud quienes participaron de los debates de los orígenes del psicoanálisis y principalmente poder auscultar que temas ocuparon y de que modo discutían ese primer grupo de intelectuales que junto a Freud y en la intimidad de su departamento de Viena, en la Bergasse 19 , contribuyeron a la gestación de uno de los movimientos mas revolucionarios del Siglo XX.

Las reuniones se iniciaron en 1902 con un pequeño grupo formado por Wilhlem Stekel, quien había sido tratado por Freud en ese tiempo, y tres médicos vieneses a quienes Freud mismo envió tarjetas de invitación en forma personal : Max Kahaen , Alfred Adler y Rudolf Reitler , prematuramente fallecido en 1917 y considerado el segundo analista del mundo después de Freud .

Esos encuentros fueron bautizadas en sus comienzos con el nombre de " Reuniones Psicológicas de los miércoles" y posteriormente como "Reuniones de los miércoles", a secas, establecié ndose dicho día como una tradición que se mantuvo a lo largo del tiempo , incluso al formarse la posterior " Sociedad psicoanalítica de Viena " en 1908.

Lamentablemente no hay registro de las primeras reuniones ocurridas entre 1902 y 1906, a excepción de los recuerdos escritos de sus participantes, fecha a partir de la cual contamos con los magníficos manuscritos de Otto Rank que fueron finalmente publicados.

Los testimonios de ese tiempo recuerdan a Freud como un hombre sociable, quien padecía el aislamiento intelectual producto de la comunicación de su novedosas ideas y que le interesaba rodearse de personas procedentes de los más diversos ámbitos en su deseo de trasmitir sus enseñanzas y encontrar interlocutores con quienes debatir su obra .También algunos lo recuerdan siendo inflexible en sus opiniones en dicho ámbito, y aportando la última palabra en cada reunión.

En un contexto previo al inicio de dichas reuniones , un joven intelectual, musicólogo, de nombre Max Graf, se sintió atraído por las " novedosas ideas" de ese " profesor" del que tuvo noticias directas a través de su novia Olga Hoenig ,a quien Freud estaba tratando desde sus 19 años, en el verano de 1897, por " ideas obsesivas casi puras" tal como es posible ubicar en la carta de Freud a Fliess del día 22 de junio de ese año.

Según el relato mismo de Max Graf, expresado tanto en sus "Reminiscencias" ( 1942) como en su reportaje realizado por Kurt Eissler ( 1952), su novia le habría relatado en detalle, durante los paseos vespertinos por el centro de Viena, como era ese extraño tratamiento con sesiones diarias que se basaba principalmente en la palabra, y fue dicho relato el que atrajo su inquietud intelectual y su anhelo de conocerlo.

Por tal motivo fue invitado por Freud a su consultorio y se produjo ese encuentro alrededor del año 1900, iniciando a partir de entonces un diálogo personal directo, con extensos períodos de un importante aprendizaje, de intercambio de opiniones e ideas, y por momentos también , según Max , de una estrecha amistad, y consultas frecuentes sobre decisiones centrales de su vida, que dieran como fruto de esa proximidad e intensa relación transferencial, el aporte del relato detallado en torno a los síntomas de su hijo que brindaría el sustento y el discurso del que nació la escritura del "Análisis de la fobia de un niño de 5 años (pequeño Hans)" en la letra de Freud- (1909).

A partir de ese estrecho vínculo personal con Freud, y su propia avidez de conocimiento, Max Graf tuvo una participación muy activa en los debates de los comienzos mismos del psicoanálisis al incorporarse en los primeros tiempos de las "Reuniones de los miércoles", quien recordaba su impresión del clima de esos encuentros de esta manera:

"La reuniones seguían un ritual definido. Primero uno de los miembros presentaba un trabajo. Después se servía café negro y pastelillos. En la mesa había cigarros y cigarrillos que eran consumidos en grandes cantidades. Después de un cuarto de hora de formalidades sociales, empezaba la discusión. La decisiva y última palabra siempre la pronunciaba el propio Freud. En aquella habitación había un clima parecido al de los inicios de una religión. Freud era el nuevo profeta, que hacía que todos los métodos anteriores prevalecientes en las investigación psicológica parecieran superficiales".

Las diversas intervenciones de Max Graf en las "reuniones", su participación en los debates, sus comentarios, y alguna de las conferencias que dictara en dicho ámbito, quedaron consignadas bajo la minuciosa pluma de Otto Rank, quien también dejó consignada en su libreta las ocasiones en las que concurrió.

Probablemente su participación mas valiosa y amplia la encontremos en la reunión del día 11/12/07, cuando desarrolló su lectura de la " Metodología de la psicología de los poetas".

Curiosamente esa conferencia fue dictada tan solo unos días previos al inicio de su consulta por el síntoma fóbico de su hijo, que se produjera en enero de 1908, y además en forma coincidente, con la primera ocasión en que Freud diera a conocer su escrito:

"El creador literario y el fantaseo" , en una conferencia del día 6 de diciembre de 1907, en consonancia con el intenso debate que se había generado en torno a dicha cuestión en la " reuniones" y del cual Max Graf, por el interés intelectual de su profesión, no estaba ajeno.

También es posible encontrar un comentario sorprendente en el acta del 8/4/08,dos dias antes del cumpleaños número 5 de su hijo, cuando se refiere a su amor por la letra H, y su relación con la elección de los nombres de sus hijos, Herbert y Hanna, agregando además que probablemente hubiera elegido el nombre Hans para su hijo varón, de no haberle puesto Herbert, brindándonos así, a la distancia, una pequeña pista acerca de cual pudo ser el origen del pseudónimo elegido por Freud para el niño que protagonizó su Historial.

En la transcripción de las Actas podemos leer también que en el transcurso de las diversas reuniones Graf dió su opinión sobre temas diversos tales como el incesto en el Tasso de Goethe, realizó amplios estudios sobre Wagner, aportó reflexiones sobre la creación artística y el valor de las repeticiones en ciertos motivos en las obras de los autores, participó además de intensos debates en torno a cuestiones como la neurosis de angustia en la infancia, los traumas infantiles y la información sexual en los niños, el estudio de las mujeres en Medicina, el odio al padre, el simbolismo o la obra de Nietszche . Además integró una comisión junto a Adler, entre otros, a los fines de establecer la reorganización de la Sociedad Psicoanalítica de Viena.

Al leer sus distintas opiniones, su intervención, y su activa participación, de algún modo llegamos a conocer, a partir de dicha letra, al menos algunas de las ideas , pensamientos y hasta ciertos sentimientos, que por ese tiempo cercano a su consulta, ocupaban a este hombre del que tanto se ha debatido a partir del Historial Freudiano.

Freud inició estas " Reuniones", siguiendo una sugerencia de Stekel, y en un tiempo en que declinaba definitivamente su vinculo con su principal interlocutor de entonces, Wilhem Fliess.

Rodeándose de ese pequeño grupo de audaces intelectuales, que probablemente no temieran a las bromas de salón , los prejuicios, ni a la censura que agitara la difícil comunicación del nacimiento del psicoanálisis en la vida social y científica de la Viena conservadora y victoriana de esos tiempos , Freud comenzaba el camino de su enseñanza al mundo.

De las mas diversas procedencias, esos iniciadores que acompañaron la aventura freudiana se componía de médicos, filósofos, educadores, editor de libros, y hasta este particular joven critico de música, profesor de la academia Vienesa, versado en leyes y literatura quien al ingresar al grupo con 27 años, ya había escrito y publicado dos libros en torno a su interés intelectual sobre la composición musical , y que desde su admiración personal por este " profesor " aportaría esa pieza fundamental en esos comienzos que haría posible la publicación de ese maravilloso historial llamado "pequeño Hans" y que es considerado ya por todos como el caso fundante de la práctica del psicoanálisis con niños.

Alrededor de 1912 , después de mas de una década comprometido con el psicoanálisis, finalmente Max Graf se alejaría de Freud , en medio de los conflictos que se produjeron en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, en torno a Alfred Adler (quien fue expulsado en ese periodo), del cual tanto Max como su esposa Olga eran amigos personales.

A pesar de esta partida personal bastante conflictiva y desilusionado del clima que se había generado en las reuniones, antes de alejarse, Max Graf no dejó de testimoniar su emotivo recuerdo sobre ese tiempo, su agradecimiento por la importancia que tuvieron para el esos debates y el clima intenso de los comienzos, y principalmente expresando el reconocimiento de una deuda con la enseñanza de Freud que quedó escrita de este modo en el año 1911 , en la introducción de su libro " Richard Wagner, en " El holandés errante". (Una contribución a la psicología de la creación artística)":

- Su escrito nos aporta una pincelada de lo que allí ocurría y del enorme compromiso intelectual de Freud y de ese grupo del que Max fue deudor y parte a la vez:

" Con este pequeño libro desearía mantener vivo el espíritu de las discusiones sobre problemas psicológicos llevados a cabo dentro de una pequeña sociedad que , durante varios años, se reunía todas las semanas en el cálido hogar del profesor Freud. Ante ese grupo de amigos que se impusieron la tarea de verificar, en muchos contextos diferentes, las ideas y conceptos freudianos, di una conferencia sob re El holandés errante de Richard Wagner. El presente trabajo surgió de dicha conferencia. Las ideas que desarrollo aquí son el resultado de un ininterrumpido intercambio de ideas con el profesor Freud y de las numerosas sugerencias recogidas en el curso de las conversaciones que mantuvimos en su casa, sugerencias que con el correr de los años, fueron madurando poco a poco. Este artículo es pues, el fruto de un largo intercambio de ideas y pensamientos, y me seria imposible distinguir entre las que surgieron gracias a la orientación de Freud y las que deben atribuirse a la crítica de mis colegas. Por consecuencia dedico este estudio a la memoria de esas horas estimulantes y llenas de interés que consagramos al esfuerzo intelectual en nuestro circulo de amigos".

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Lo que sigue es la trascripción de algunas de las intervenciones de Max Graf en las "Reuniones de los miércoles , Actas de la sociedad psicoanalítica de Viena, en el periodo 1906/ 1909 – compiladas por Herman Nunberg y Ernst Federn- en su versión en Español de Ediciones Nueva Visión- 1979.

Título original en Alemán : "Protokolle de Wiener Psychoanalytischen Vereinigung".

Vaya esta transcripción como un reconocimiento a este pionero del psicoanálisis, por su aporte realizado al comunicar los avatares sintomáticos y el maravilloso dialogo con su hijo Herbert , diálogo que Freud nos hizo conocer a través de su Historial de 1909.

Pienso que quizás, mas allá del tiempo transcurrido y las distancias, y mas allá de tantas opiniones y escritos vertidos sobre su persona, aun todos nosotros psicoanalistas, seamos probablemente un poco deudores de su transmisión.

Intervenciones de Max Graf en las "reuniones de los miércoles"

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