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Número 10 - Noviembre 2008
Juanito y los nhombres del padre
Mónica Vidal

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De la palabra hablada al escrito hay un paso. De las palabras que a veces se pierden en sus propios remolinos a los trazos en la escritura hay un intento de articulación. De ése pasaje estoy hablando al escribir, ya que éste texto surge de una conferencia. Al modo cómo circuló la palabra de Juanito, a las notas escritas por el padre para ser leídas por Freud, también se produjo un pasaje.

El sujeto sólo inventa el significante a partir de algo que está allí para ser leído: la huella.

El descubrimiento de una huella en la arena consiste en una identificación del sujeto con un trazo negativo que hace corte sobre un fondo de angustia.

Sabemos de los tres tiempos del engendramiento del significante. El primero que es el descubrimiento de una huella en la arena. ¿Es un signo? ¿Para quién? De entrada se revela como proveniente del Otro.

El segundo tiempo, es el de la vocalización y de tal modo esa huella tiene el estatuto fonemático, como sílaba se articula al menos con otra sílaba para marcar la diferencia, con ello la creación de homofonía.

El tercer tiempo, el de retorno sobre el primero para engendrar el significante: huella de paso en el cual el significante "paso"-"pas" corresponde al concepto "paso" pero; el significante "paso"- "pas", transforma al mismo tiempo la huella de paso en letra tachada y excluye la huella inicial, es decir que "no hay huella"-"pas de trace": la acogida de la letra, que se ofrece en la negatividad.

Se tratará entonces de seguir el trazado significante en Juanito, aquellos que surgen en las homofonías, las que lee Freud cuando señala el anudamiendo de palabras. En algunas formaciones del inconsciente, sean sueños, fantasías es donde se puede escuchar el efecto del significante en la metonimia y en la metáfora, de ése paso, el pas, produciendo efectos de significación.

En el juego significante de "wegen"-por causa de- y "wagen"- carruaje- es allí donde la posibilidad de leer ésos significantes es tarea del analista. Si fracasa el padre aún en sus interrogaciones, en sus insistencias, es precisamente por no considerar el estatuto significante.

Mi propuesta inicial para jóvenes estudiantes de psicología era que al escuchar a Juanito en sus relatos, en sus construcciones, en su tarea, en el trabajo del lado del sujeto que produce fantasías y mitos, hay una construcción del sujeto que nos permite leer la estructura, o tal vez, cómo fueron ésos primeros trazos significantes que hicieron huella, borramiento y escritura.

La hipótesis es: los trazos de un sujeto leídos en su escritura.

Aquello que el sujeto, recalando en las primeras pinceladas simbólicas esbozadas por el Otro, hace -en el sentido del hacer con- en un intento de eslabonar con sus propios trazos, la escritura de la estructura.

 

En 1908 el pequeño Hans ocupa la atención de Freud, quien dirá "nunca logré una comprensión más sutil del alma de un niño".

A su vez, Freud con la publicación del caso Juanito, complementa la teorización de Tres ensayos sobre una teoría sexual.

Había visitado al niño llevándole un regalo cuando cumplió tres años

Después trabajó casi exclusivamente a través del padre, que funcionó de intermediario entre Juanito y Freud.

La madre había sido paciente de Freud y Max Graf, el padre- alrededor de 1902- junto con Hugo Heller y Alfred Meisl se contaron entre los primeros partidarios del psicoanálisis, quienes concurrían a la Sociedad Psicológica de los miércoles.

Comencemos a recorrer el entramado significante que nos propone Juanito. Antes de los tres años, a través de dichos y preguntas muestra el interés que le causa una parte de su cuerpo a la que llamará: "hace pipí" (wiwimacher)

Le pregunta a la madre: "Mamá, ¿tú también tienes un hace-pipí?

Mamá: Desde luego, ¿por qué?

Hans: Por nada, se me ocurrió."

Éste interés que lo lleva a conjeturar o teorizar, coincide con tocarse el pito.

A los tres años y medio, su madre lo encuentra con la mano en el pene.

Ella lo amenaza: "Si haces eso, llamaré al doctor A, que te corte el hace-pipí. Y entonces, ¿con qué harías pipí?

Hans: Con la cola (popo)

Sigue la investigación quién o quienes tienen pito, así le adjudica a las locomotoras, a los animales etc. Puede distinguir entre un ser vivo y algo inanimado. Ratificando lo que Freud había teorizado a cerca de la premisa universal del falo.

Incluye obviamente, al padre: "Papà ¿ tú también tienes un hace-pipí?

Yo: Sí, naturalmente

Hans: pero si nunca te lo he visto cuando te desvestías"

"Otra vez, tenso, ve cómo su madre se desviste para meterse en la cama. Ella le pregunta: "Pues, ¿por qué me miras así?

Hans: Sólo para ver si tú también tienes un hace-pipí

Madre: Naturalmente ¿no lo sabías?

Hans: No, pensé que como eres tan grande tendrías un hace-pipí como el del caballo"

Un poco después, Juanito presencia el baño de su hermana de una semana de edad y dice: "Pero... su hace-pipí es todavía chico."

Otro hilo de la trama:

A los cuatro años y medio, habiendo sido bañado por la madre, cuando le entalca el pito, con cuidado de no tocarlo, Hans dice: "¿por qué no pasas el dedo por ahí?
Madre: Porque es una porquería

Hans: ¿Qué es? ¿Una porquería? ¿Y por qué?

Madre: Porque es indecente

Hans: riendo: ¡Pero gusta! "

Entre las particularidades del análisis de Juanito es que éste fue conducido por el padre del niño y la dirección de la cura conducida por Freud.

Otro elemento importante es que a Freud le llegan las notas tomadas por el padre con el relato de los sucesos, de lo dicho por el niño, el texto de Juanito pasa por el padre, con las implicancias y distorsiones que esto produce en el análisis.

Sabemos que S. Freud entrevistó sólo una vez al niño, punto que retomaré más adelante por la función de Freud en ése encuentro.

El padre escribe en las notas "El miedo a que un caballo lo muerda en la calle parece entramado de alguna manera con el hecho de que le asusta un pene grande.

Como Usted sabe, él reparó ya en el pene grande del caballo, y entonces sacó conclusión de que la mamá, puesto que es tan grande, por fuerza ha de tener un hace-pipí como el del caballo."

Miedo a andar en la calle y la desazón al atardecer, son los primeros signos de la irrupción de la fobia.

"Tuve miedo que un caballo me mordiera- dirá al regresar de un paseo con la madre- a lo que agrega llorando: "Sé que mañana me llevaran de nuevo a pasear" y luego: "el caballo entrara en mi pieza"

Así da comienzo a la angustia y a la fobia.

Juanito dice lo que sabe, que por la calle le falta la mamá a quien pueda hacerle cumplidos.

Que le falte algo a la madre implica una aproximación a la lectura que podemos hacer del síntoma de la angustia, que precentifica la falta de la falta.

Intervenciones de Freud

"Convine con el padre que le dijera al muchacho que lo del caballo era una tontería y nada más. Y que la verdad era que quería muchísimo a la mamá, y pretendía ser recibido por ella en su cama. Y que ahora tiene miedo de los caballos por haberse interesado tanto en el hace-pipí de ellos".

"Propuse al padre internarse por el camino del esclarecimiento sexual.

En la prehistoria del pequeño, su libido adhería al deseo de ver el hace-pipí de la mamá, el padre debía sustraerle esa meta comunicándole que ella y todas las otras personas del sexo femenino, como podía saberlo bien respecto a Anna, no poseían hace-pipí alguno."

Retomo el relato del padre:

Hans: "qué lindo que el buen Dios ya ha soltado al caballo."

Por el camino le explico que su hermana no tiene ha hace-pipí como él. Niñitas y señoras no tienen hace-pipí. La mamá no tiene, Anna tampoco, etc.

Hans: ¿Tú tienes un hace-pipí?

Yo: Naturalmente, ¿qué habías creído?

Hans: Pero si las nenas no tienen un hace-pipí, ¿cómo hacen pipí?

Yo: No tienen un hace-pipí como el tuyo. ¿Todavía no has visto cuando bañan a Anna?

A posteriori de la intervención del padre- según lo indicado por Freud, Juanito relata:

"En la noche había en la habitación una jirafa grande y una jirafa arrugada, y la grande ha gritado porque le he quitado la arrugada. Luego dejó de gritar, y entonces yo me he sentado encima de la jirafa arrugada"

Yo: ¿Qué? ¿Una jirafa arrugada? ¿Cómo era?

Hans: Así. (Agarra un papel, lo hace un bollo) Así estaba arrugada.

Yo: ¿Y te has sentado encima de la jirafa arrugada?

Se sienta en el suelo."

"Yo: ¿Qué quiere decir "una jirafa arrugada"? Sabes bien que a una jirafa no se la puede comprimir como un pedazo de papel.

Hans: Sí lo sé. Lo he creído simplemente... la arrugada está toda tirada sobre el piso y yo la he quitado, la he tomado con las manos.

A la arrugada yo la he tomado con la mano.

La grande estaba parada más allá.

La arrugada la he tenido un poquito en la mano hasta que la grande dejó de gritar, y cuando la grande dejó de gritar me le he sentado encima.

Yo: ¿por qué la grande ha gritado?

Hans: porque yo le había quitado a la pequeña"

Interpretación del padre: La gran jirafa soy yo, o más bien, el pene grande ( el cuello largo), la jirafa arrugada mi mujer o más bien su miembro, he ahí, el esclarecimiento

Leamos la interpretación de Freud: el sentarse encima es probablemente la figuración de Hans para el "tomar posesión".

La angustia de no gustarle a la mamá porque su hace-pipí no puede medirse con el del padre.

La lectura de Freud de la fantasía de las jirafas es la siguiente: "Él vislumbra que está prohibido ponerse en posesión de la madre, ha chocado con la barrera del incesto. Pero lo considera prohibido en sí mismo".

Entrevista con Freud:

..."El padre comenzó diciendo que a pesar de los esclarecimientos la angustia a los caballos no había aminorado.

...y le relevé que tenía miedo a su padre por querer él tanto a su madre.

Él no podía menos que creer, le dije, que el padre le tenía rabia, pero eso no era cierto: el padre le tenía cariño, y podía confesarle todo sin miedo.

Que hacía mucho tiempo, antes que él viniera al mundo, yo sabía ya que llegaría un pequeño Juanito que quería mucho a su madre, y por eso se vería obligado a tener miedo del padre; y yo le había contado esto a su padre."

Retomemos otra línea del trazado.

"Yo: ¿En Gmunden has jugado al caballito con los niños?

Hans: Sí, me parece que ahí me he cogido la tontería"

Yo:.... ¿quizás te caístes cuando tú eras el caballito?

Hans: ¡No! Cuando Berta ha dicho ¡júooo! Yo he corrido ligero, he salido disparado.

Yo:¿Y a la diligencia no jugaron nunca?

Hans: no, casi siempre al carro y al caballo sin carro. Cuando el caballo tiene un carro, puede andar sin el carro y el carro puede quedar en la casa.

...

¿A menudo eras tú el caballo?

Hans: Oh, sí

Yo: Y ahí cogistes la tontería

Hans: Porque ellos siempre decían: por causa del caballo y por causa del caballo- (acentúa el "por causa de" wegen ), y yo quizás porque ellos dijeron tanto por "causa del caballo", yo quizás cogí la tontería"

En una cita al pie S. Freud dice: "Juanito no quiere afirmar que haya contraído la tontería en ésa época, sino en conexión con ello.

Es que es preciso admitir y la teoría lo exige, que una vez haya sido asunto de elevado placer lo mismo que hoy es objeto de la fobia..

Y además, yo completo, por el niño lo que él no sabe decir: que la palabrita "wegen"por causa de - ha allanado el camino de la extensión de la fobia del caballo al Wagen – carruaje-

Nunca se debe olvidar cuanto más que el adulto trata al niño las palabras como si fueran cosas del mundo y cuán sustantivas son entonces para él las homofonías entre ellas."

Yo: ¿Allí ya le tenías miedo al caballo?

Hans: Oh, no, yo no le he tenido miedo

Quizás Berta te habló del caballo....

Hans: (interrumpiéndome)... ¿Hace pipí? ¡No!

"El 10 de abril reanudo la conversación de ayer, y quiero saber qué significa el "por causa del caballo". Hans no atina a acordarse, sólo sabe que a la mañana temprano ante la puerta de calle había varios niños y decían "por causa del caballo". El mismo se encontraba entre ellos. Al insistir yo, manifiesta que no habían dicho "por causa del caballo", él debía tener un recuerdo falso."

Freud en una llamada en el texto señala "no cabe recoger ahí otra cosa que el anudamiento de palabra, que al padre se le escapa. Un buen ejemplo de las condiciones bajo las cuales el empeño analítico fracasa."

El 11 de abril: Hans cuenta: "escucha lo que he pensado: yo estoy en la bañera entonces viene un mecánico y la destornilla. Entonces toma un gran taladro y me lo mete en la panza"

El padre traduce así esta fantasía: "Yo estoy en la cama con mamá. Entonces viene papá y expulsa. Con su gran pene me desaloja (Verdrangen) de la mamá".

El 30 de abril: Hans vuelve a jugar con sus hijos imaginarios, le digo: ¿Cómo es que todavía viven tus hijos?.Ya sabes que un varón no puede tener hijos.

Hans: Lo sé. Antes era yo la mami, ahora soy el papi"

Yo:¿Y quién es la mami, de los niños?

Hans: bueno, mami y jul eres el abuelo.

Yo:"O sea que te gustaría ser tan grande como yo, estar casado con mami, y que ella tuviera entonces hijos.

Hans: Sí, eso me gustaría, y la de Lainz ( mi madre) es entonces la abuela.

Freud: "Todo termina bien. El pequeño Edipo ha hallado una solución más feliz que la prescripta por el destino.

En lugar de eliminar al padre, le concede la misma dicha que ansía para sí, lo designa abuelo, y también a él lo casa con su propia madre".

El 2 de mayo relata Hans a su padre: "escucha me he pensado hoy una cosa"

"Ha venido el instalador- plomero- y con unas tenazas me ha quitado primero el trasero y después me ha dado otro, y después el hace-pipí. El ha dicho: "enseña el trasero" y yo he tenido que darme vuelta, y él lo ha quitado y luego ha dicho: "Enseña el hace- pipí"

Padre:" el te ha dado un hace-pipí más grande y un trasero más grande.

Hans: Sí

Padre: ¿Cómo los de papi, porque te gustaría ser el papi?"

Freud: "Con la última fantasía de Juanito quedaba superada también la angustia proveniente del complejo de castración.

El médico, el instalador- plomero- etc, viene le quita el pene, pero sólo para dar a cambio uno más grande".

Al seguir el recorrido de los distintos hilos del tejido significante podemos leer lo que nos da a leer en ésos trazos.

Partimos de escuchar a un niño preguntando esencialmente por el falo.

Interrogando a la madre si tiene un hace-pipí, lo cual viene ratificado por ése Otro, en quien su deseo de falo está fuertemente marcado.

A un padre que dice tenerlo y no desmiente que su mujer lo tenga.

Así, Juanito remarca la concepción de la presencia del falo, en la madre, en el padre, en los animales. Sólo se habla de falo, no de otra cosa.

La amenaza de castración- nos dicen tanto Freud como Lacan- incide en el desarrollo del Edipo, tanto en el varón como en la niña. Ahora bien, ésta amenaza que recae en lo imaginario, hace mella en el registro simbólico.

El niño escucha la amenaza de castración, a su vez le servirá precisamente para construir lo que necesita, es decir el Complejo de castración.

Además tenemos un elemento importante que hace irrupción, y es el pene real, allí cuando Juanito comienza a tocarse, pasa a otro registro - del plano del interés y de la investigación - a las incidencias de su pene real.

¿Qué sucede entonces? La madre designa como porquería a ése miembro viril que aún no lo es, por no haber recaído sobre él los títulos habilitantes.

¿Cuál es la posición para éste Otro, que no diferencia entre su necesidad o deseo de falo al que viene a ocupar el sujeto- llamado Juanito – y el pene real que en el niño comienza a manifestarse?

¿Juanito es tomado como falo, que recubre ésa necesidad imaginaria de lo que a la madre le falta?

El niño en éste caso, es tomado como metonimia del falo. Todo el comportamiento de la madre con Juanito nos lo demuestra llevándolo a todas partes, al baño, a la cama etc. ¿Qué nos dice ésta posición ? Sino que él es para ella un apéndice, una especie de prolongación.

¿El rechazo del Otro, de ése real que –como diría Lacan comienza mostrar sus veleidades- en un tiempo donde el niño realiza el intento de identificarse con aquello que es el deseo de deseo del Otro- qué marcas deja ése rechazo para que aparezca el síntoma de la angustia?

¿Si todo él es tomado como falo, qué sucede con el propio cuando emerge en lo real, al menos en éste tiempo?.

Lo alienta a sostener ése lugar de falo imaginario para lo cual - el niño - encarna para ella su falo, y en éste lugar, es mantenido en la posición de sujetado. Él es sujetado y ésta es toda la fuente de su angustia y de su fobia.

La posición del padre está puesta en cuestión por el hecho de que no es su palabra la que constituye la ley para la madre. ¿Cuál es el lugar de la palabra del padre en la madre?.

Algo más tiene que acontecer para que se produzca la salida de donde está sujetado. La estructura del sujeto se las ingenia, a través de la intervención de otra versión del padre, para que produzca el efecto de des-sujetar.

Sabemos por los tiempos del Edipo, que la habilitación – los certificados en el bolsillo – le serán otorgados por el padre, al finalizar el drama edípico.

En el primer tiempo de la constitución de la metáfora paterna lo que el niño busca es deseo de deseo, poder satisfacer el deseo de la madre, ser o no ser el objeto de deseo de la madre.

También, en esta etapa, es cuando en forma especular, el sujeto se identifica con el objeto de deseo materno, allí se establece la relación entre el yo-je en constitución en el niño y el objeto metonímico.

El niño recibe pues el Mensaje en bruto del deseo de la madre, mientras que en el nivel metonímico con respecto a lo que "dice" la madre, efectuándose la identificación con el objeto deseado por ella.

El deseo de la madre está en el discurso, en la linea del discurso.

Situar el objeto de deseo en el nivel imaginario, sería tener en cuenta la identificación del niño con el objeto del deseo de la madre, allí donde está como objeto metonímico.

Lo estructural del deseo es lo que está en el más allá del deseo. O sea que el deseo de deseo, establece un registro diferente pasa al plano de la enunciación. Es en éste plano, donde el padre será mediado por la madre, es el padre en el discurso de la madre.

El más allá de la madre instaura el lugar de la interdicción. Allí se inscribe el No del padre, el no de la prohibición que recaerá sobre la madre, en tanto "No reintegrarás tu producto" y el No al niño en "No te acostarás con tu madre"

En consecuencia el niño resulta cuestionado en su condición de sujetado. Esta interdicción paterna, es en el registro del padre imaginario que priva, prohíbe, instala una salida para el sujeto, en tanto el niño o niña soporte, asuma o rechace ésta prohibición, punto nodal que incluye la responsabilidad del sujeto en constitución.

En el segundo tiempo del Edipo- para Lacan- el padre interviene como privador de la madre. Lo que vuelve al niño es pura y simplemente la ley del padre, en tanto ella es concebida imaginariamente por el sujeto como privado de la madre.

El padre es por ahora, de hecho y no de derecho quien ejerce la ley. ¿Qué sucede cuando éste padre, en ése registro y con la modalidad que tome, no priva, no descomplete al Otro, y al sujeto lo deje solo, amarrado a ésa identificación de ser el objeto deseado por el Otro?

¿El padre de Juanito llevó adelante ésa función de descompletamiento, de corte ?

¿Qué es la fobia como función? ¿Cuál es la estructura de la fobia en Juanito?

Nuestro Juanito se ve, pues caído de golpe, o al menos ve que puede caer, de su función de metonimia.

Lo cierto es que ante los caballos se angustia y experimenta miedo. El niño teme que ocurra algo en lo real, que los caballos muerdan, que los caballos se caigan. Los caballos surgen de la angustia, pues lo que le traen es el miedo.

El miedo es siempre articulable, nombrable, real. La fobia introduce en el mundo del niño una estructura, sitúa en primer plano la función de un interior y un exterior. Hasta ese momento, el niño estaba en el interior de la madre, acaba de ser rechazado, o se lo imagina, está angustiado y entonces con ayuda de la fobia, instaura un nuevo orden del interior y exterior, articula una topología donde los umbrales se ponen en función de estructurar el mundo.

La fobia es una llamada al padre. Donde el padre, por estar en una trama de la cual él forma parte, sólo que detrás de un significante que lo encarna un animal, un objeto que es esencialmente del orden significante.

El caballo se sitúa en un límite preciso, que nos muestra cómo éstos objetos se toman prestados de significantes homogéneos, en general extraídos de un listado de significantes heráldicos.

La función del objeto en la fobia, es la de suplir al significante del padre simbólico.

Es decir que en el lugar del Nhombre del Padre en la metáfora paterna está el significante heráldico, que nos señala aquella marca de lo fallido de la metáfora.

Juanito, luego de la intervención del padre, siguiendo los lineamiento de Freud, al introducirlo en la diferenciación sexual, teje la fantasía de la dos jirafas, hay un paso de lo imaginario a lo simbólico.

Su metonimia no es más que un trozo de papel, una jirafa arrugada sobre la que se sienta. Hay un pasaje elaborado por el niño, entre la imagen materna y los significantes en juego.

La alternancia significante jirafa grande- arrugada despega el sentido que puede escucharse a nivel del enunciado. Es ésa misma equivalencia significante la otorgada por el falo simbólico en el plano de la enunciación.

En la interpretación que realiza el padre, sobre la construcción fantasmática de Juanito, aclara en relación a la jirafa arrugada: "mi mujer o más bien su miembro". Le sigue afirmando que la madre es fálica.

Por lo tanto se hace necesario otra lectura, la de Freud para reubicar, que está prohibido ponerse en posesión de la madre, la de convocar la ley de la prohibición del incesto.

La versión del padre imaginario, es la del padre omnipotente, es el fundamento del orden del mundo en la concepción de Dios, basta con leer en qué circunstancias Juanito convoca al buen Dios, para hacer uso de ése padre, que organiza lo imaginario y lo real.La lectura de Juanito sobre la intervención de Freud, "es que el Profesor debe de hablar con el buen Dios, para decir todo lo que acaba de decir."

¿Y qué fue lo que Freud ha dicho?. Ni más ni menos que relatar el mito de Edipo, de su amor por la madre y del temor al padre, de su ambivalencia en torno al padre. Ésta es la concepción freudiana del Edipo, en la cual se basará Lacan para proponer los tres tiempos del Edipo y la metáfora paterna.

Lacan- tomando el aporte realizado por Levi Strauss en Antropología estructural en el capítulo la Estructura de los mitos- plantea que el mito es el articulador entre lo Real y lo Simbólico. Es esta la función que realiza Freud en su intervención.

El relato del mito de Edipo, es el que anuda los registros simbólico y real, produciendo efectos, entre ellos la disminución de la fobia y un acotamiento del despliegue imaginario.

La función de la palabra de Freud, anuda los registros por la invocación al lugar de la palabra, al padre simbólico siendo éste una construcción simbólica, que sólo se alcanza mediante una elaboración mítica. Es un significante en la metáfora paterna.

Ésta versión del padre simbólico es la función de Freud.

Es Juanito quien vincula a Freud con el buen Dios, podemos una vez más ubicar una actividad del lado del sujeto.

¿A qué recurre la estructura para introducir la castración? De su posición de estar agarrado, y su pene está agarrado, pasa por el sueño de la muñeca perforada e introduce en su pasaje mítico, entre lo agarrado y lo perforado que deja un vacío, un agujero necesario.Si el pene no está agarrado, entonces ya no hay nada más, y por eso se hace necesario una mediación que permita quitarlo y volverlo a poner.Ahí la función metafórica del instalador o plomero que viene y desatornilla el pene para ponerle otro mayor.

Con éste eslabonamiento, Juanito llama al lugar del padre al plomero, está allí para que des-sujetar algo. Esto sólo produce efectos por la articulación simbólica ya producida.

El padre real, es el agente de la castración instalando en el lugar de la falta de objeto, la deuda simbólica, y el objeto sobre el que recae es el falo imaginario negativizandolo por efecto mismo de la operación de la castración.

Entonces cabría la pregunta ¿ el padre real, en Juanito llevó a cabo su tarea?. Ya que la ausencia del padre real deja marcas, incluso exige la sustitución del padre por algo o alguien que lleve adelante el corte, el descompletamiento.

El padre simbólico es una metáfora. Una metáfora es un significante que sustituye a otro significante.

El padre de éste tercer tiempo del Edipo es un significante que viene a sustituir a otro significante, al del deseo de la madre.

Que el padre ocupe el lugar de la madre, cuando se hace preferir a la madre como portador del falo, está operando como significante.

Es en lugar de éste significante, al que acude, como respuesta el significante: caballo.

Los Nhombres del padre implican el no-al hombre que hay en el padre, para encontrarse allí, con el nombre mismo, que es el que produce efectos. Ésta versión del padre la simbólica es que hace a la estructura..

Jacques Lacan en el Seminario RSI define: "Yo llamo eso Nhombre del padre, lo que quiere decir nada más que el Padre como nombre, no solamente el padre como nombre sino como nombrante. Es el padre como nombre."

En el análisis de Juanito, Lacan anticipa el anudamiento de los tres registros real, simbólico e imaginario con la elaboración del lugar del significante caballo como metáfora, produciendo efectos de enlace de los registros.

Es estructurante, en el pasaje por el Edipo en el varón, el pasar de ser el falo y dejar de serlo, para tenerlo. Debe perderlo para recobrarlo, habilitado. A nivel del falo como significante el cual es efecto de la metáfora paterna.

De allí, que el falo es incluído en el juego simbólico, circula, es un elemento mediador, siendo además el que designa la castración de la madre, el no-toda, que algo le falta.

Aunque haya que preguntarse cómo se articuló en Juanito ésta salida del Edipo.

Mónica Soledad Vidal

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