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Número 11 - Agosto 2014
La función de lo escrito
Norma S. Querequeta

En este trabajo desarrollaré la autoridad o la instancia que la letra tiene en el inconsciente, como se origina, la equivalencia que tiene con las formaciones del Inconsciente  y como opera en la cura analítica.
Comienzo citando a Freud que en la Interpretación de los Sueños dice “Nos parece mas justo comparar el sueño con un sistema de escritura que con una lengua. De  hecho la interpretación es análoga en todo punto al desciframiento de una escritura figurativa de la Antigüedad como jeroglíficos egipcios. (1)

Freud  comparó la imagen de un sueño, es decir el contenido manifiesto, con un caligrama o con un jeroglífico en donde pueden leerse estas figuraciones como rébus, es decir como letras.
Cometeríamos un error si a estas imágenes las leyéramos como imágenes pictóricas y no como una escritura jeroglífica.
Recordemos cómo Freud relata el sueño de la inyección a Irma: él lo lee y lo fonetiza “Veo la garganta de Irma”, “Irma se transforma en esos niños de la consulta”, “Irma se opone abrir la boca”.
En la Instancia de la Letra, cuando Lacan se refiere a las formaciones del Inconsciente, dice que hay que tomarlas al pie de la letra, es decir según su estructura literante, deletrearlas silabicamente, que es una de las definiciones de rébus.
El Psicoanálisis tiene una invención propia que es leer en lo que se escucha, esto hace a la singularidad de esta práctica, desechando de esta manera, la escucha en relación a un sentido o a una significación predeterminada.
Será en función de esa escucha y como resultado de la misma  que, lo escrito en un análisis será otra versión del fantasma del goce y del deseo.                                                                                                                                                                                                                                          
Es en el jeroglífico que plantea el sueño, donde encontramos la autoridad, la instancia de la letra.
Es porque hay imágenes en el sueño, que son significantes y que nos permiten deletrear, que podemos operar una lectura hay  diversos mecanismos en el sueño, como la transposición o Enstellung (que es la condición de la función del sueño, es decir, el deslizamiento del significado bajo el significante).

Nos encontramos entonces, con esas dos vertientes que son la metáfora y la metonimia. Es decir la  metáfora en tanto  sobreimposión de los significantes y la metonimia en tanto  viraje de la significación, donde se burla mejor la censura.
No sólo la letra aparece en los sueños, sino que también el  síntoma es una letra y proceden del mismo origen, de la perdida del goce del  cuerpo.
Gerard Pommier dice: “Lo que se reprimió primeramente es el goce del cuerpo, nuestro cuerpo fue primero el objeto del deseo materno y en esa medida nosotros nos somos ese cuerpo, solamente lo tenemos, habitamos una armadura que nos fue primero extraña”, y sigue la cita diciendo: “La significación de la imagen de nuestro cuerpo dio ocasión a una primera represión porque su goce no fue primeramente nuestro, porque su reconocimiento dependió de otro goce del que quedo suspendido fuera de nosotros.” Hasta ahí la cita. (2)

Esta significación fálica del cuerpo se encuentra en las palabras que nos han sido dirigidas, esa imagen del cuerpo se pierde cuando nos llega el momento de hablar.
La inscripción del lenguaje en el sujeto implica una pérdida de goce del cuerpo, lo que deja es una marca, una fijación por lo traumático de este encuentro, queda una marca donde va a dar lugar a la repetición.
En el laleo de los bebes, en el llamado y en el momento en que las palabras adquieren significación, se produce el primer duelo de la especie humana que es la pérdida de la voz como objeto.
La letra va a estar en relación con las dos fuentes de goce: la voz y la imagen en tanto perdidas.

Esas palabras que se nos dirigen, esas demandas engendran  esa significación de nuestro cuerpo que es necesario reprimir, se reprimirá y por lo tanto habrá un retorno de lo reprimido de ese cuerpo barrado de su goce.
“La letra no retorna tal como fue reprimida sino que se re-presenta llevando la huella de la represión. Permanece incluida en el habla donde constituye huella para el sujeto. (3)
En el retorno de lo reprimido se abre un camino en forma literal de las formaciones del inconsciente, se oye  en un fallido se muestra en las imágenes oníricas del sueño o  se escribe en el síntoma.
Hay también otra consideración de la letra que tiene que ver con la latencia de lo significable en tanto a todo aquello a ser escrito.
Se posibilitará un trabajo de la letra en el inconsciente a través de los mecanismos de condensación y desplazamiento.

Este conjunto de letras sueltas, no están ordenadas, no quieren decir nada. Lacan las homologa a los conjuntos.
Al proponer la regla fundamental, es decir, dentro del discurso del Psicoanálisis,  podrá suceder que este conjunto de letras se agrupen, se cifren de una manera novedosa o distinta, se moverán fijaciones libidianales que son letras muertas.
Estas letras sueltas por efecto del trabajo de la letra en el inconsciente van a retornar en las formaciones del inconsciente.
La garganta de Irma es una letra, se escucha el significante pero es el efecto del trabajo de la letra en el inconsciente de Freud.
Hay dos procedencias de la letra: una sería la represión y otra el retorno de lo reprimido.

Voy a hacer una referencia a un sueño de una analizante en donde confluye un trabajo de condensación de la letra en el sueño y en el síntoma.
Comienzo relatando el sueño para luego realizar algunas consideraciones.

Ella sueña que camina de la mano de un señor que viste traje negro a rayas y que de la otra mano lleva una gallina de las patas.
En el sueño ella mira esta escena desde atrás.
Dice que en la figura del señor de traje hay un recorte, como en esas fotos donde no se toma el total de la persona sino que queda una mitad del cuerpo sin ver, aparece un solo brazo.
El sueño termina cuando ella suelta la gallina y dice “Que asco”.
Respecto de las asociaciones dice que ese hombre podría ser su padre o su marido.
Le pregunto: ¿Agarrada de la mano? y contesta “Del brazo de mi papá”,¿de cual? y contesta “del que vi en el cajón cuando murió”.
Hago algunos comentarios:
El padre muere en un accidente,  y en la sala velatoria ella pide verlo, pero no sólo ve la cara, sino también el brazo golpeado del accidente de un color bordó.
Pasan unos meses y ella comienza con una comezón en los pies y con el agregado de manchas rojas en  los pies y en la parte inferior de las piernas, tiene 16 años
Con los años, estas manchas aparecen en las manos, de un rojo intenso como si estuviera en carne viva.
A los cuatro años comienza con una fobia a las gallinas, a las plumas, que luego se extiende a todas las aves en actitud de vuelo, con las plumas levantadas y también teme  verlas muertas.
Sigo con el sueño: le pregunto por “el asco” y refiere una serie de asociaciones respecto del miedo al contagio, situaciones en que iba a un sanatorio o a un vacuantorio y cuando llegaba  a su casa  se lavaba las manos con alcohol o abría las puertas de esos lugares con la punta de un solo dedo.
Le pregunto por la gallina y el recuerdo es de cuando ella tiene aproximadamente 7 años, recuerda una gallina que la madre había matado y estaba colgada de las patas. Ella había entrado a ese lugar y se había encontrado con la gallina a la altura de la vista con los movimientos reflejos, pero ya muerta.
Cuando se despierta y ante el horror que le causa el sueño, pensarse tocando una gallina de las patas, dice “Debo estar mejor... la pude agarrar”.
Le digo que el término “gallina” es cuando se hace referencia a alguien que no se anima a realizar algo, que retrocede, juego con la significación de este significante, justamente porque ella trae como problema central el no animarse a realizar muchas cosas, dice no animarse, que necesita siempre del otro.
Ante esta intervención mía dice:
“Cuando mi papa me retaba, yo siempre decía que quedaba como un pollo mojado”.
Se sonríe cuando se escucha decir esto y agrega: “justo la misma gallina que aparece en el sueño, es la que vi ese día que estaba colgada de las patas

Esta analizante realiza esta escritura propia del saber inconsciente, formado por esas letras que aparecen en el sueño y en el síntoma.
El síntoma se escribe a la manera de un contagio con el padre, escribe en su cuerpo estar atada de pies y manos .
Podría decir de una mano tomada por el padre y de la otra de la fobia.
Cuando en el momento del despertar de este sueño dice “debo estar mejor porque la pude agarrar”, efectivamente el síntoma que se escribió en el cuerpo ha cedido, “el la pude agarrar” es el envés  de “se pudo soltar”.
Se pudo soltar  de esa  traza de goce, de esa fijación al cuerpo del padre muerto.
En el Seminario Aún Lacan plantea que la operación analítica implica una desarticulación de la armadura de sentido del discurso del analizante, hacer caer lo sagrado de la letra, hacer correr esa fijación para que se produzca una escritura diferente.
En esta analizante el trabajo se ha situado en soltarse de la mano de este padre  en tanto un padre en relación a la muerte.
En el análisis la letra tiene por destino ser tomada al pie de la letra, para que la letra no oficie como destino del sujeto.
Esta analizante decide cambiar de destino de ser un pollo mojado o estar colgada de pies y manos para ser alguien que solo le resta la fobia.

Notas

1.-Freud, S. (1900) La Interpretación de los Sueños. Obras completas. Buenos Aires. Amorrortu.
                                                     
2.-Pommier, G. (1993) Nacimiento y Renacimiento de la Escritura. Nueva Visión Cáp. La Instancia de la letra en el Inconsciente y escritura.

3.-Ídem. Cáp. La letra medusa Topología de la escritura y represión.

 

 

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