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Número 14 - Noviembre 2020
Adolescencia, tecnología y psicoanálisis
Verónica Berenstein

1. ACERCA DE LA TECNOLOGÍA

Las nuevas tecnologías han introducido cambios en la vida cotidiana con una velocidad inédita en la historia del ser humano.
Se han modificado las maneras de tramitar lo pulsional, el modo de goce y las maneras de vincularse; los lazos sociales y afectivos han ido cambiando.
Esto incide en la presentación de los “nuevos síntomas”.

Síntomas que, como sabemos desde el psicoanálisis, tienen un lado mórbido, un pathos, una cara de padecimiento y a la vez cumplen una función en la subjetividad de una persona, en su economía libidinal. Es aquello que le permite a un sujeto funcionar de un modo singular.

2. BORRAMIENTO DE LA PRIVACIDAD

Uno de los efectos que se observa con el uso cotidiano y masivo de elementos tecnológicos es que se modifica la vivencia de un límite claro, una diferencia nítida entre el mundo íntimo y el mundo compartido, la vida on line y off line. Es decir cambió la noción de lo público y lo privado y la delimitación entre éstos no es contundente.

Algunos usuarios tienen la falsa creencia de que el estar o no conectado en la red depende de su voluntad. Que cada uno decide en cada momento si estar on line u off line, si compartir información o no.
Actualmente se sabe que esto no es así. La conectividad no es manejada por los usuarios. Uno puede decidir, por ejemplo, cerrar una aplicación y no tenerla abierta o a la vista en su Smartphone. Pero nadie puede evadir la geolocalización satelital ni la acumulación de datos de patrones de consumo, de preferencias, de tendencias, etc. que son guardadas y gestionadas por las compañías de internet.
Aunque uno utilice una aplicación en “modo incógnito” o bloquee ciertos contactos, o borre el historial de búsquedas on line, uno, como usuario dejará de verlo, pero Facebook, Twitter, Instagram o la aplicación que sea sí tienen acceso a los datos, así como a quién o a qué tipo de publicaciones uno pone “me gusta”, “me enoja”, ante qué temas uno se detiene más segundos, con qué imágenes uno sigue de largo, con qué paisajes se queda observando, con qué melodías se queda escuchando, que personas le generan curiosidad, cuáles desagrado, etc,etc.

Es decir que cambia radicalmente la noción y vivencia de lo privado, de lo íntimo, de la autonomía y del control.
Otra particularidad con que nos encontramos en las nuevas tecnologías es que su capacidad de alcance es casi infinita, imposible de controlar, automatizable y de alcance global e instantáneo. Lo “veloz” se ha convertido en una marca de identidad histórica global y en un valor a alcanzar, en un ideal.

Estas características hacen que se hable del carácter “viral” de las nuevas tecnologías.
Uno de los efectos de esto es que la función psíquica que conocemos como “atención” sea gestionada como una mercancía más por parte de las grandes compañías de comunicación. Captar la atención de los usuarios durante más tiempo implica ganancias enormes. Se trata de la “economía de la atención”.

Lo que es negociable, mercantilizable tiene que ver con conseguir más cantidad de usuarios, de consumidores que estén más tiempo conectados a alguna app, ya que todo lo que se hace en la web queda como dato, como información de comportamiento, de preferencias y con esos datos, el consumo es pasible de ser inducido, promovido y personalizado.
Con el manejo de los datos que los usuarios otorgan voluntariamente y de forma casi permanente, las empresas van sabiendo cuantas y qué tipo de películas alguien ve, cuándo apaga Netflix, cuándo conecta con Facebook, cuántas veces chequea mails, cuántos “likes” pone y a quién, a quién bloqueó, a quién le solicita amistad, qué música prefiere, qué buscó en mercado libre, qué redes sociales usó, dónde, cómo y con quién se va de vacaciones, qué le gusta comer, qué político le gusta y cual le disgusta, qué hace en el tiempo libre, qué dificultades tiene, etc, etc.
Se trata de un modo de negocio que depende de que más cantidad de gente instale las aplicaciones y que las utilice la mayor cantidad de tiempo, lo que brinda a las empresas un modo de vigilancia de los usos, costumbres, gustos y disgustos de la gente.

3. ALGUNOS EFECTOS DE LA TECNOLOGIA EN LOS SUJETOS

El mercado “ofrece” métodos para conseguir mejorar el rendimiento de las personas. El significante “performance”,” rendimiento” se han constituido en significantes amo, valores supremos que orientan usos y costumbres actuales.
Se promueve y enseña cómo lograr el multitasking (la multitarea); hay cursos on line para lograr hacer más cantidad de cosas en menos tiempo, mejorar el uso utilitario del tiempo, surfear a alta velocidad en las redes, páginas de aprendizaje de lectura rápida, actividades para aprovechar el tiempo libre, etc, etc.

Una consecuencia es que cambia la estructura de la atención. La atención dura cada vez menos tiempo, es superficial, no se detiene en un foco y menos aún si no hay un elemento visual.
Se trata de la “atención parcial constante”, es decir, la imposibilidad de concentrarse de manera fija en una sola cosa y en cambio, desplazar la atención de un foco a otro rápidamente, sin posibilidad de detenerse.
Lo habitual hoy es prestar atención a una gran cantidad de estímulos breves, fugaces, simplificados y con predominio de lo visual.
En nuestra clínica observamos la contracara de lo que es promovido como logro, como éxito, por el mercado tecnológico-científico.
Se trata de la aparición y globalización de síntomas que tienen que ver con la falta de atención, la dificultad de concentrarse, de retener cierta información y el cansancio, la abulia, la falta de deseo.

Un fenómeno que adquirió características de epidemia es que los jóvenes y niños presentan dificultad en mantener la atención o comprender textos leídos o narrados.
Acaso el síndrome de déficit de atención (ADD) tan diagnosticado en la actualidad, sea signo de la expansión ilimitada del multitasking y su contracara.
El cansancio como queja contemporánea y la abulia tan presente en algunos jóvenes, también podríamos pensarla como síntoma o respuesta a la oferta permanente de posibilidades infinitas.

4. PROMOCION DE LA CONDUCTA ADICTIVA

 En Silicon Valley, los diseñadores de aplicaciones (app) estudian y aplican las formas para que los usuarios estén conectados el mayor tiempo posible y para que los invada la sensación de que están perdiéndose de algo si no chequean permanentemente sus app.

 Las aplicaciones actuales se basan en el diseño y la lógica de las máquinas “tragamonedas”. Este programa se caracteriza por tener una alta frecuencia de “eventos”, lo que hace a su característica adictiva. Consiste en que un sistema produzca una alta cantidad de pequeños acontecimientos inesperados en el menor tiempo posible. En la industria del juego se llama event frequency. Cuanto más alta es la frecuencia, más rápido se produce la adicción.
El no saber la consecuencia que el evento va a tener, es decir, la imprevisibilidad y la posibilidad de decepción y de perder también contribuyen a la cualidad adictiva.
Otra característica es la satisfacción inmediata, lo cual barre con cualquier posibilidad de otro tipo de satisfacción que implique un plazo de espera, que no sea instantáneo.
Esto lo vemos en la compulsión a revisar constantemente las pantallas para chequear si se recibió alguna notificación, un mail, contar los “me gusta”, los retweet, etc. Hay técnicas que utilizan los diseñadores de aplicaciones para inducir la sensación de que si no se chequea constantemente, uno se pierde algo.

Un matiz particular es que se trata de lo que dice la comunidad, en términos de aceptación, de valorización o desvalorización, de rechazo. Es decir, se trata del lugar que el sujeto tiene en el Otro y de actualizar permanentemente la aceptación o no.
Lo particular es que cada uno gestiona su propia adicción y que ésta no es detectada como tal, ya que es parte de los usos y costumbres de la vida cotidiana.
Si alguien consume cocaína o heroína, choca con lo social pero a nadie que use Instagram, Twitter, o Facebook se lo considera adicto. Incluso hoy día el uso de éstas se convierte en herramientas de productividad, de mejoría del rendimiento, de inserción laboral, de circulación social. Todos valores promovidos por el discurso imperante, el Discurso Capitalista.

O sea que una conducta que tiene las características de una adicción, hoy día se la concibe en términos de estar actualizado, al día, conectado, generándose así un “círculo virtuoso” de consumo ilimitado.

5. PSICOANÁLISIS Y TECNOLOGÍAS.

Para ubicar el modo en que incide lo tecnológico en los adolescentes, señalaremos algunas características de “lo actual”, haciendo un contrapunto con “lo clásico”, que es la configuración edípica.
Bajo la égida de lo que Lacan desarrolla como el “Pseudodiscurso capitalista” (1), ubicamos la constitución del sujeto ya no determinada por un consentimiento a la castración y al límite que ésta implica; lo que está en juego hoy es un “rechazo de la castración”.
La inscripción de una ley y del orden simbólico que ésta implica, como marca de lo prohibido y orientadora del deseo, ya no tiene una fuerte incidencia.

Esto se verifica en el rechazo de toda marca o determinación que viene del Otro, sea del Otro familiar, cultural, escolar, etc.; lo que implica que el peso de la ley, de los límites ya no es tan claro ni tan determinante. Las tradiciones, como modo de transmisión intergeneracional de valores, de permisiones, de prohibiciones hoy día no tiene tanta incidencia y fue reemplazada por las determinaciones del mercado.
Es por estas cuestiones que se habla de que el orden simbólico está en declive. La figura del padre, la familia, las instituciones como ser la escuela, no son referencias firmes para los jóvenes, que encuentran guías y figuras ideales en pares o en personajes ofrecidos por el mercado y accesibles por los medios tecnológicos cotidianos (youtubers, streamers, influencers, etc).

Byung Chull Han (2) plantea que lo que interpela al sujeto ya no es la amenaza externa (represión) que generaba una resistencia, una oposición, rebelión, sino la sobrecarga interna.(empuje pulsional) que lleva a un agotamiento, fatiga, asfixia, cansancio, indiferencia, falta de deseo.

Es decir podemos ubicar un pasaje del sujeto del conflicto (edípico) al individuo adaptado.

En éste, los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley; por eso caracteriza al sujeto del siglo XXI como el del “sujeto de rendimiento”.
Lo propio de nuestra época es un empuje a la iniciativa individual, devenir uno mismo, con la paradoja de que se trata de una libertad obligada, de la autoexplotación para superarse y mejorar la performance. Se trata de lograr ser emprendedores de sí mismos.
El recurso a los objetos tecnológicos en la crianza y educación de los niños se convirtió en un fenómeno cada vez más extendido.
Ejemplo de esto es la “parentalidad google”, a la que son adeptos los millenial, en la que siguen aplicaciones que los controla segundo a segundo acerca de la crianza de los niños.

También tiene su particularidad el hecho de que el saber no esté encarnado en figuras como profesor, padre, abuelo,etc. Hoy día, un niño o un adolescente no le es necesario recurrir a otro para acceder a determinado campo del saber sino que la información está accesible con un click, el saber cada uno lo porta en su bolsillo (3).

Es decir, no es necesaria una estrategia que pase por los otros para acceder a cierta información, como lo era hace unos años en que era necesario pasar por alguna institución educativa, o el lugar donde estaban los libros o una persona que tuviera un saber determinado, para poder tener acceso a él.

Actualmente, cualquier niño con su “Smart” accede a conocimientos de todo tipo sin la injerencia o influencia de otros adultos ni de instituciones educativas.

Por esto se puede pensar la tecnología como suplencia del Nombre del Padre.

6. ALGUNOS FENÓMENOS ACTUALES

A modo ilustrativo daré algunos ejemplos que reflejan la imbricación de la tecnología en la vida cotidiana.

El término proviene de la combinación de  costume  (disfraz) con play (interpretar/ jugar/ actuar); o sea, actuar/ jugar a disfrazarse de un personaje, muchas veces de un animé. Es la representación a través de la vestimenta, disfraz y maquillaje de un personaje.
El cosplayer es quien se disfraza de sus personajes favoritos de mangas, animes, cómics y videojuegos, tratando de imitar a la perfección cada detalle del vestuario, del maquillaje, el peinado, de los rasgos, los movimientos, el modo de hablar, etc. El número de seguidores del cosplay aumenta desde su surgimiento en los 70 en Japón.  Algunos cosplayers son famosos y tienen miles de seguidores que los siguen presencialmente o virtualmente a los eventos.
El fenómeno tiene que ver con jóvenes que buscan encontrar una identidad globalizada y muy ligada a la tecnología, a las imágenes virtuales o artificiales, sin quedarse restringido a un sólo estilo.
El crossplay, es una variación del cosplay que consiste en vestirse de un personaje del sexo contrario, o el furry, que es disfrazarse de algún animal dándoles características humanas.

- Hikikomori
En Japón (aunque también se ha expandido a otros países de Occidente) el fenómeno Hikikomori (aislamiento voluntario) llegó a la dimensión de epidemia entre los adolescentes. Varones en su mayoría, viven en casa de los padres y se encierran en su dormitorio y juegan sin fin a videojuegos, aislándose de los lazos sociales y sustrayéndose de las exigencias de su medio. No salen ni siquiera para proveerse de comida; todo lo manejan a través de la computadora, del celular, etc.

7. LAZOS SOCIALES

Hoy día, las redes sociales se han convertido en el principal vehículo de socialización y de búsqueda en el plano amoroso y sexual. Si bien inicialmente las redes fueron usadas por personas con dificultades en la vida social o con dificultades por la no aceptación del entorno (Tinder empezó con la población gay), hoy día se usa masivamente.

La variable que introduce esta modalidad es que la búsqueda de un partenaire sigue la misma lógica que la de cualquier compra online, lo que permite alimentar la fantasía de fabricar a alguien en la medida de los sueños, encontrar un complemento ideal, un ser que no decepcionará. Esta lógica sigue la del Discurso capitalista, del cual una de sus características es la renegación de la castración, es decir, una aspiración a cierta totalidad, a una completud; una ilusión de que todo sería posible y que la relación podría ser complementaria y armónica.

Sin embargo, sabemos, desde psicoanálisis, que la cita siempre es fallida. Que entre el sujeto y el objeto hay una fractura inevitable.

8. ¿A QUÉ APUNTARÁ EL PSICOANÁLISIS?

Los aparatos tecnológicos pueden ser un objeto que calma la angustia o un objeto angustiante. Un refugio de cierta adversidad con la que un sujeto se encuentra o una confrontación con algo hostil de los otros que se impone a través de la pantalla, un modo posible de conectarse con otros o un modo de desconexión, un entretenimiento durante un momento del día o una actividad que consume la mayor parte del tiempo y que el no disponer de él produce una ansiedad insoportable.
Como psicoanalistas, no se trata de juzgar si las cosas son mejores o peores, ni de idealizar con nostalgia lo pasado.

Se tratará de establecer diferencias, cernir cuál es la relación singular que cada joven establece con el objeto tecnológico.
Solemos encontrarnos con adolescentes desorientados, que se amarran a una identificación ofrecida por el mercado y generalizada según el objeto de satisfacción. Se tratará, entonces, de responsabilizar al sujeto de sus respuestas sintomáticas frente a la inconsistencia de ese Otro; se buscará localizar la relación con lo real para que pueda maniobrar separándose del imperativo de goce ilimitado propio de nuestra época; se orientará a separarlo del mandato contemporáneo de gozar siempre más, de consumir objetos  y/o de transformarse en ellos (4).

Se deberá tener en cuenta el arreglo sintomático de cada uno a la hora de abordar un tratamiento y saber cuánto puede ser “tocado” y ante qué se debe mantener una actitud cautelosa y respetuosa de dicho síntoma.
La posición del psicoanalista tendrá que ver, entonces, con alojar ese resto que producen las coordenadas actuales que es el sujeto en su estatuto de objeto.

Se apuntará a  “hacer creer en el síntoma” (5), moviendo aquello que está cristalizado en identificaciones de goce masivas y en síntomas colectivos.
Como plantea Philippe Lacadée, en relación a los adolescentes, se tratará de ofrecerles “un lugar de conversación posible” como contrapunto del descrédito de la palabra y de la promoción sin fin de objetos de consumo.

Para eso, se tratará de no desconocer lo imposible -como impone el capitalismo- y orientarse por lo real del síntoma, por ese resto que persiste…aún.

 

BIBLIOGRAFÍA

(1) J. Lacan: Seminario XVII: “L`envers de la psychanalyse”.1969.  Edition Seuil, 1991

(2) Byung Chul Hann: La sociedad del cansancio. Herder Editorial, 2012

(3) Jacques Alan Miller”: En dirección a la adolescencia. Texto on line

(4) Berenstein, V: Capítulo “Adolescentes contemporáneos” de “El adolescente contemporáneo. Problemas clínicos” En co-autoría. Publicación del ICDEBA. Editorial Grama. Buenos Aires,2016

(5) Laurent, Eric: “La sociedad del síntoma”. Revista Lacaniana nº 2. Bs. As. 2004. Pág.113.

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