Volver a la página principal
Número 15 - Noviembre 2022
La angustia es una apuesta no una elección.
Porque el jugador cuando dice apuesta cree en la certeza, no necesita del Otro

Luis Carlos Restrepo

Introducción.

La angustia, si bien no es el punto central de la metapsicología freudiana, constituyó un factor importante en la conceptualización del aparato psíquico. Como sabemos, la teoría freudiana está basada fundamentalmente en los representantes psíquicos de la pulsión, pero fue por la vía de la angustia que llegó a la libido y a ubicar el deseo sexual como centro de su teoría de la neurosis.
Sin embargo, no podemos desconocer que el punto de vista económico, que es el quantum de lo que cualitativamente se percibe en lo consciente como afecto, constituya uno de los pilares de su metapsicología y nunca fuese abandonado por Freud. Como consecuencia del proceso de la represión, el afecto queda reducido a energía pura, libidinal, que se transformará en angustia con el fracaso de la represión.
Tanto en la investigación de las neurosis actuales como en la de las psiconeurosis, el deseo sexual es preeminente; pero mientras que en las primeras la angustia aparece descrita como un proceso somático, en conexión con factores nocivos de origen actual, en las segundas adquiere el valor de un afecto que se vinculará a representantes inconscientes reprimidos.

Si en un primer momento, con su teoría de las neurosis actuales, la referencia eran las manifestaciones somáticas del coito, en las conferencias de 1916-17 estas manifestaciones somáticas estarán adscriptas al trauma de nacimiento y en último término a experiencias significativas vividas por la especie. Esta insistencia en el proceso somático como modelo fisiológico de la angustia se conecta con la importancia central de la pulsión en su metapsicología, una de cuyas caras mira al soma mientras la otra mira al aparato psíquico.

Junto a lo actual Freud abre el camino a la investigación de lo histórico, al que en definitiva concederá su mayor interés. Es decir, que además de la noción de excitación sexual insatisfecha motivada por practicas sexuales inapropiadas y que encuentra cerrado el camino de la elaboración psíquica, desarrolla el concepto de libido reprimida por hallarse unida a representantes psíquicos infantiles inaceptables para otras instancias del aparato. Estos representantes son las figuras parentales o sus sustitutos y por consiguiente la libido reprimida es tanto la pulsión incestuosa hacia la madre como la pulsión homosexual hacia el padre. Estos representantes pulsionales son reprimidos en virtud de la amenaza de castración. Esta amenaza es la consecuencia de la situación triangular, ya que la madre pertenece al padre, asíí como de los propios deseos hostiles del niño hacia el padre. De esta manera se reprime no solo la pulsión sexual, sino también los componentes agresivos de la misma.
Por consiguiente, los deseos edípicos traen aparejados en el niño situación de gran angustia, debido al complejo de castración. Esta angustia sobreviene en el varón no solo como castigo debido a sus impulsos incestuosos sino también respecto a los deseos pasivo-femeninos en relación a su padre ya que éstos implican en sí mismos una castración.

Si la angustia de castración tiene tanto efecto en la vida psíquica, tanto en el varón como en la niña, ello es debido a que constituye una grave herida narcisista, ya que el pene es el órgano más narcisísticamente investido.
Con el desarrollo de la teoría que condujo a Freud a poner el acento sobre el yo, con la elaboración de la segunda tópica, se produce un cambio importante en su concepción de la angustia. Sin abandonar su teoría de las neurosis actuales, enriquece su concepción de la angustia en las psiconeurosis. La angustia deja de ser un resultado de la represión para volverse un instrumento al servicio del yo para sus operaciones defensivas. El yo se vuelve sede de la angustia y es precisamente la angustia del complejo de castración el motor de la represión, así como el conjunto de las pulsiones edípicas constituirán lo reprimido. Es decir que el yo, en lugar de sufrir el acceso de angustia, la utiliza como señal de peligro con el propósito de evitar su desarrollo. A este desarrollo de angustia le llama angustia automática, que consiste en un aflujo de excitaciones que el yo no puede controlar. La angustia, vuelta ahora señal, adquiere un estatuto más complejo en la teoría, porque sin dejar de ser un afecto se ha vuelto también un símbolo anémico de una situación pretérita. De este modo, se reproduce en cantidad mínima, como una vacuna, para evitar su reproducción masiva. La situación pretérita que se trata de evitar tiene no solo un origen ontogenético, en la experiencia del trauma de nacimiento, sino también un origen filogenético, ya que la castración constituye una de las fantasías originarias descritas por Freud.
Tanto en el contexto de la primera como de la segunda tópica, angustia y síntoma aparecerán relacionados por oposición; el síntoma evita que el fracaso de la represión desarrolle angustia y a veces lográndolo totalmente: como ocurre en algunos síntomas obsesivos o en la conversión histérica.

El seminario de la angustia en Lacan nos va a permitir ver como es la estructura del sujeto, partiendo del concepto de que la angustia es un elemento que media, que funciona entre dos término que son el objeto a y el deseo.
La angustia es la condición según Lacan más humana que tiene el sujeto, porque le posibilita según la clínica que su angustia permita al sujeto acceder al deseo, y no a un plus de goce, como vecino del goce absoluto, de aquel que padeció Edipo, cuando miró lo que no debía de la escena primaria. Quiso saber mas de la cuenta, de lo que no debía por ley.
Realmente el sujeto como lo plantea el psicoanálisis es efecto de un significante para otro significante. Es decir que para que haya un sujeto humano debe estar atravesado por la palabra que viene del Otro. Pero si dicho sujeto no es hablado desde el Otro difícilmente tiene la posibilidad de ´´ elegir ´´dentro de la cadena significante. Porque el sujeto es un significante más para elegir. Pero esto depende mucho de como se relaciona el sujeto con el Otro, cuando se trata inicialmente de una dependencia, de una enajenación o alienación al Otro. Porque el sujeto en su condición fisiológica u orgánica tiene que aprovecharse del Otro en su auxilio. De tal manera que el llanto tiene una significación de algo que tiene que ver con la representación de objeto. De esos objetos que a él se van acercando a medida que va creciendo, según las etapas del desarrollo libidinal.

El sujeto recrea, y repite situaciones que tienen que ver con aquello que en un primer momento vivió, y que trata de evocar o repetir no por una necesidad fisiológica, sino por las marcas que deja el objeto en su cuerpo. Son marcas de una escritura, letra que deja en el cuerpo como algo aparentemente elaborado. Véase la fase del espejo en el esquema óptico: cómo Lacan fija la asunción de jubilo que experimenta el sujeto cuando su imagen se ve reflejada en el espejo, que no es mas que la mirada del Otro, en su misma falta. Surge la angustia dice Lacan en esta fase cuando el sujeto se da cuenta de que, en la mirada del Otro, hay una mancha o agujero que indica que algo cae, algo se ha movido. Dice Lacan que en ese tránsito de a a`; de un yo a un yo ideal, ahí se empieza a generar angustia. No es solo por la falta de objeto, de pequeño a que cae, sino también por la presencia del Otro, que no cree poder satisfacer el deseo del infante. Es decir, el Otro en su impotencia deja traslucir su misma angustia.
En esta operación que se efectúa entre necesidad, demanda, deseo, está la interacción de un objeto, que media entre ellos, y produce una operación o función matemática representada por la palabra que viene del Otro y que el sujeto asimila, no solo por una relación ``directa” al objeto vgr el pezón, sino que dicha actividad esta generada por lo que Freud llamó lo pulsional. Porque el cuerpo es algo que se representa como zona erógena, que se bordea por la relación que tiene el significante en el organismo. Es el cuerpo efecto de goce, sustancia gozante, que se efectúa por causa del significante en lo real (1).

El sujeto produce, actúa para satisfacer algo del hambre, de la demanda y del deseo. Produce algo así como lo que dice Karl Marx, con la teoría del valor dentro del sistema capitalista. Cuando se produce una mercancía por parte del trabajador, el capitalista le paga por lo producido, pero estableciendo que del pago o salario, una parte de esa actividad laboral necesaria para la producción de un objeto, el valor social que se exige, se paga una parte y otra que Marx la llamó plusvalía, el capitalista se queda con ella. Esa plusvalía (2) es la diferencia de valor de la mercancía cuando se fabrica y luego cuando se vende. Eso depende de la oferta o demanda dentro del mercado. El objeto tiene un valor de uso, y un valor de cambio. Es el valor lo que define el trueque o intercambio.

El sujeto produce por medio del significante un llamado (anuncio?), de que hay un objeto que le evoca algo de placer, o de goce dentro de ciertos limites. El principio del placer es el limite a un goce, que es el plus de goce que efectúa el significante en lo real. El sujeto tiene que vérselas con el Otro, como portador de un objeto, que realmente no tiene. Es simplemente la falta que se colma parcialmente, transitoriamente con la aparición del Otro. La angustia tiene una importancia con relación del encuentro del sujeto y el Otro, como hemos definido inicialmente en la fase del espejo.
La estructura del sujeto es la que nos posibilita ver como es la representación del organismo en un espacio. Es decir, el cuerpo es una construcción del significante para otro significante. Ya que entre los dos hay diferencias. Me refiero al significante amo (S1) y al del saber como es el S2 que Lacan considera el del discurso.

El cuerpo es una representación topológica, como la figura del Toro, que es un cilindro. Ese cilindro tiene como inicio de su construcción un exterior que es el radio de una circunferencia, que alrededor de el se construye y que limita lo de afuera con lo de adentro de la figura del Toro. Es decir, el organismo se configura alrededor de lo pulsional como lo refirió Freud, dando al cuerpo lo de zona erógena. El Toro es la representación de esa zona erógena que es el propio cuerpo. Hay algo afuera que se excluye y otra parte interna que es un vacío. Estas referencias a lo que se excluye, y a lo del vacío tienen relación con el objeto pequeño a descubierto por Lacan. Y es lo que le permite dar la idea de que la estructura del sujeto es una representación de una superficie, en una dimensión topológica. El cuerpo tiene esa representación espacial.
El sujeto aborda lo del objeto a a partir de una experiencia que tiene que ver con el Otro, en la medida que se repita, en la medida que algo se evoque por el efecto de que algo lo causa, que es una perdida. Esa perdida o falta se va estructurando en el sujeto por la vía no solo de la demanda sino por lo que es propiamente el deseo. El sujeto produce por la estructura de su psiquismo, algo que se representa, se simboliza, como lo que definimos como objeto. El objeto se diferencia de la cosa, porque es algo que afecta al sujeto en su dimensión de la catetización de la libido por algo que busca en el Otro.

Lo simbólico mata la libido en la medida que puede nombrar eso que está ausente. Es decir, el sujeto cuando nombra o es nombrado por el Otro en esa dependencia, que es algo estructural dentro de la relación dialéctica hace que pueda ir asumiendo el lugar que le corresponde; la dependencia o alienación con el otro hace posible que el sujeto tarde o temprano tenga que ver con su falta, mas que con la del Otro. Cuando se asume la castración primaria, es decir que algo se pierde hasta asumir que el no tiene el falo, se hace posible que esa construcción del falo pase a ser una operación matemática a partir de que el nombre propio es lo que distingue al sujeto en su mismo entorno (3) .
La producción del sujeto con relación al objeto no solo es a partir de una experiencia, sino de la elaboración significante que hace que la palabra mate a la cosa. La cosa es propiamente los elemento que la constituyen, pero el valor de ella esta en la medida de lo que representa para el sujeto. Es decir, de un significante para otro significante. Y ello es en la medida que la palabra como elaboración de representación, permite que el deseo no sea mas que una falta de algo que el sujeto no tiene en realidad. No es la carencia de algo propio del cuerpo, no es amputar algo del organismo. Es la manera de como nombrar algo de la cosa como lo real, es decir ir más allá de la representación o del valor que representa dentro del contexto en que vive el sujeto.
La angustia es entonces la que media, entre el goce y el deseo. Es la que de alguna manera posibilita en el ser humano, como lo demuestra Lacan en su texto del Seminario diez de La Angustia según la experiencia clínica, como el sujeto se las tiene que ver con la angustia como impedimento y de otro lado como la posibilidad de acceder a una falta. Es lo que realmente en su función cumple la angustia. Es algo que el sujeto no puede prever, con lo que simplemente tiene que vérselas de alguna manera; por la cual está determinado por unas condiciones que hacen que el sujeto, como tal esté atado por la acción significante para otro. Los significantes están vaciados de sentido, y eso hace que no tengan una relación de sentido único. Eso depende del contexto de cada sujeto.
Lacan habla de que la angustia es la que media entre el goce y el deseo. Esto según su criterio tiene que ver con una relación de los dos términos. Es decir, con lo que es el deseo de un lado y de otro el goce. Algo así representado como un algoritmo con el deseo en la parte superior, en la mitad la angustia y luego en la parte inferior lo que es el goce. Es semejante al algoritmo del signo lingüístico en Lacan, donde hay una predominancia del significante sobre el significado, y en la mitad de los dos términos la barra que los separa (4). La media (5)en matemáticas es un promedio de una serie de números que divididos dan una media o promedio. La angustia es un promedio (6), es algo que se pueda decir se relaciona con los dos términos tanto del goce como del deseo.
Entonces volviendo a lo que dice Jacques Lacan en el seminario de La Angustia, sobre este tema, se experimenta un cierto giro con relación a lo que es la cuestión del significante y su relación con el goce por medio de la operación significante (7), produciendo un plus de goce.

En el seminario diez de La angustia, Lacan dice que es lo que no engaña. Esto quiere decir, que el afecto es algo que se produce como una consecuencia de lo que él llama el objeto pequeño a; Ese objeto, a minúscula, se desprende de una relación que el infante establece con el Otro, en una primera experiencia. Es por el hecho de lo instintivo de alimentar a un infante, que se convierte en una situación más allá, que tiene que ver con un pedido de una de las partes o de las partes; que son el sujeto y el Otro, en una relación dialéctica, porque intervienen elementos distintos, como son el objeto y el ser del sujeto, este ultimo representado por un significante. Pero dicho fenómeno de lo que se convierte en objeto (8) es definido por Lacan como aquello que se pierde y se puede representar por la vía de lo imaginario o por la vía de lo simbólico. Esto tiene que ver mucho con lo que tanto Freud como Lacan adjudicaron a lo pulsional, como un limite entre lo biológico y psíquico (9).
Entonces la necesidad, la demanda que es un llamado de amor, y esta acción se repite muchas veces, dejando claro que hay una falta que se trata de colmar, pero que no se satisface del todo, dejando un resto, y ese resto o caída de objeto es lo que denomina Lacan el objeto pequeño a.

La necesidad, demanda, deseo se estructuran por una falta. Hemos dicho que el infante tiene acceso a la madre como objeto. Dicho objeto luego le es prohibido, prohibido en relación al acceso al goce en ella. Es lo que se conoce en el complejo de Edipo, una relación incestuosa. Por lo tanto, el deseo es una ley; prohibición de un incesto.
Este goce es prohibido al sujeto. Pero este goce tiene efectos en el sujeto. Porque cuando algo se prohíbe, a veces es algo que se desea. La importancia que tiene este goce, como un goce otro, un plus de goce, se prohíbe, se limita, se contiene por una ley que se dicta, y por las normas que lo regulan. El transgredir una prohibición tiene las consecuencias en el sujeto (10).
Lacan dice que el deseo se presenta en ella como una voluntad de goce, bajo cualquier sesgo que aparezca. Se habla de las maneras del goce del sujeto como en la clínica o en la estructuración del ``a ` ``en el deseo de un sujeto. Lacan habla del sesgo de lo sadiano (11), no del sádico (12); según él no se deben confundir.

De lo anterior con respecto a la perversión la relación del objeto y la angustia, del masoquista como del sádico, Lacan muestra el juego de ocultamiento por el cual la angustia y el objeto (13), el uno y el otro son llevados a pasar al primer plano, el uno a expensas del otro termino(,,,)y así mismo se muestra, el lazo radical de la angustia con el objeto en tanto cae. Por ahí mismo, se alcanza su función esencial, su función decisiva de resto del sujeto, el sujeto como real dice Lacan con relación a los objetos ``á ``su realidad. Ya se ha dicho (,,,) ¿ la angustia aparece en la separación? Pero entonces lo vemos bien, si son objetos separables, no lo son por azar, como la pata de una langosta, son separables porque ya tienen, si se puede decir, muy ampliamente, anatómicamente, un cierto carácter de apliques, están ahí enganchados- el significante- fase oral. El seno o la madre no es lo mismo. Una parte por el todo.
El corte no pasa, para ambos, por el mismo sitio; hay dos cortes tan distantes que incluso dejan para ambos desechos diferentes, pues el corte de cordón para el niño deja separada de él una caída que se llama envoltura. Para la madre, el corte se sitúa a nivel de la caída de la placenta, es incluso por eso que son caducos, y la caducidad de ese objeto a es ahí lo que constituye su función.
El goce esta relacionado, ligado a la función del objeto. Que el goce, él orgasmo en los sujetos, para limitarnos a nosotros, coincida con, si puede decir la puesta fuera de combate o la puesta fuera de juego del instrumento por la detumescencia,,,,es la esencialidad de lo biológico.
¿Qué es lo que vemos con la primera intuición de Freud sobre una cierta fuente de la angustia? El coitus interruptus. Es justamente el caso donde, por naturaleza misma de las operaciones en curso, el instrumento aparece súbitamente destituida del acompañamiento del orgasmo, en tanto se supone que el orgasmo significa una satisfacción común.

La angustia en Sigmund Freud.

Para Freud, la angustia la definía como una señal de peligro en unas determinadas situaciones o en un determinado contexto. Qué dice Freud al respecto; Como sabemos, la teoría freudiana esta basada en la representación psíquica de lo pulsional, pero es por la vía de la angustia que llega a la libido y a ubicar el deseo sexual como nódulo de la teoría de la neurosis.
Freud  que lo cualitativo de lo pulsional, está acompañado por un cuántun de energía libidinal. Como consecuencia del proceso primario y secundario que es llevado a partir de la represión como esfuerzo de desalojo de la representación, el afecto queda reducido a energía pura, que se transforma en libido por el fracaso de la represión, no hay síntoma.

Freud planteó en el estudio de las neurosis actuales y las psiconeurosis la relación con la angustia. Desde el punto de vista de las primeras la angustia se sustentaba en algo somático, en una excitación de alguna parte del cuerpo, que como define Freud al cuerpo, es una zona erógena que se bordea por la acción que tiene lo pulsional con el lenguaje mas concretamente con la gramática. Es decir, lo pulsional se relaciona con una representación u objeto llamado parcial, representado por lo que es lo imaginario en el cuerpo y representado por un significante. Es decir, el menos fi metonimia y el fi como metáfora.

Estas excitaciones producto de insatisfacciones a nivel de la relación sexual según Freud son derivado de conflictos, llamase el clítoris, la vagina en la mujer, o el pene en el hombre por citar algo.
En la psiconeurosis Freud va más allá de lo somático y agrega lo anímico desde el punto de vista de lo mental o psíquico. Esto lleva a Freud a pensar que no es la angustia origen de algo somático, sino que tiene que ver con la historia del sujeto, con su pasado. Esto es lo que posibilita que el síntoma cuando no está, porque la libido se transforma en angustia, sea una señal que tiene el sujeto de algo que no es soportable para él.
Freud en la conferencia del año 1916-17 (13) ya que los afectos somáticos que generan angustia pueden describirse como herederos del trauma del nacimiento y de las vivencias de la especie humana. Lo importante es que lo somático como lo psíquico en el sujeto se media por lo pulsional. Es así como en su trabajo sobre la Meta-psicología de la Pulsión y sus destinos, Freud definía que lo pulsional es el limite entre lo psíquico y lo biológico. Inicialmente Freud describe en su practica clínica prácticas sexuales reprimidas, insatisfechas como por ejemplo un coito, aspecto a que el mismo aludía por los conflictos, dificultades psíquicas o de representación más que por algo fisiológico.
Freud no cerró el camino a la historia del sujeto, si no que abrió el abanico de consideraciones de que tras el soporte biológico hay una interposición de lo mental. Esa historia o relato del pasado del sujeto está sustentada por ciertas representaciones que han sido reprimidas, desalojadas de una instancia, debido a que no son aceptadas por ella.

Es el caso del infante del amor a las figuras parentales, pues es una energía libidinal de carácter incestuoso. Las representaciones pulsionales son reprimidas por la amenaza de una castración. Esto ocurre por el deseo del infante por una de las figuras parentales, ya que tanto uno como otro no le pertenecen, sino la madre al padre y viceversa. Esto genera una rivalidad, hostilidad contra una de las partes o las partes. De tal manera que no solo se reprime la representación, sino que se deja de alguna manera el afecto aislado por un momento, en busca de aprovechar el recurso de engancharse en otra representación que sea accesible a las partes en conflicto. Como se decía antes si no se llega a satisfacer el deseo creando síntoma, el afecto libido flotante genera angustia.
Freud aludía retroactivamente en el desarrollo infantil, a que esta angustia era generada por un complejo de castración como motor. Las consecuencias de la resolución del Complejo de Edipo son un factor básico en el sujeto; es una herida narcisista ya que el pene en el varón es el órgano más narcisisticamente investido ( cactetizado por ello) de la libido como masculina en su elección de objeto.
Freud destacó dentro de la historia del sujeto en determinadas circunstancias ciertos peligros que son prototipo de angustia. Lo que el llamaba angustias realistas, puestas al servicio de la pulsión de auto- conservación. Estas angustias no difieren mucho de las psiconeurosis.

Cuando Freud desarrolla la segunda tópica, sobre-acentuando la diferencia que se establece del yo con otras instancias del aparato psíquico, hace del yo la sede de la angustia.  que es una manera de defensa o resistencia sobre algo desagradable o displacentero.

El yo se constituye con relación a lo traumático en algo angustiante, es señal de algo que padece el sujeto, es el afecto como dice Lacan pegado al objeto, diferente a otros afectos que se pueden desplazar. A esto Freud lo llamó automatismo de angustia, que consiste en un aflujo de excitación en el yo que no puede controlar. El sujeto trata por algún medio a su ``alcance `` de evitar repeticiones de su historia pasada. Lo pasado o la historia del sujeto, es como lo define Freud en relación a lo conflictivo o traumático que establece la relación de lo ontogenético y lo filogenético. Lo primero es la predisposición hereditaria a nivel fisiológico y lo otro es la historia o vivencias de la especie humana. En el primero es el trauma del nacimiento y en el otro las representaciones pulsionales del sujeto.
Tanto en la primera tópica como en la segunda la relación entre síntoma y angustia es de una oposición; el síntoma evita el fracaso de la represión que se genera en angustia lográndolo por medio de los síntomas de histeria y obsesión.
Lo angustiante hemos dicho se da por ciertas realidades que definíamos de prototipos. Una de ellas es el trauma del nacimiento por la indefensión del infante, la perdida de objeto y la de amor de objeto, la castración, el sentimiento de culpa ante el súper yo, y el caso de la autodestrucción que demanda un sujeto como el masoquista que se valora como escoria o residuo.
Si bien Freud valora estas situaciones como algo inherente a lo angustioso, cuenta la angustia de castración como pilar de la angustia del sujeto. Cabe señalar que en la angustia de la pulsión de muerte encuentra Freud una expresión consciente del sentimiento de lo siniestro, ominoso o familiar, como expresión amortiguada, de meta inhibida de la pulsión de muerte.

La angustia en Jacques Lacan.

Si bien podemos decir que la angustia como afecto esta ligada al objeto a, como una consecuencia de éste, lo está también el goce, como una operación del significante, de lo real, como el deseo lo es en relación a la caída de ese objeto pequeño a, que es algo de lo real porque no es especular; por lo tanto dicho concepto de lo real es lo que es imposible, así como la angustia dice Lacan es lo que no engaña. Es decir, en la angustia hay una certeza de una verdad que le concierne al sujeto cuando opera en el lenguaje, cuando es representado por un significante para otro dentro de una cadena o saber.
Ahora bien, si la estructura de la angustia tiene una homologación con el signo lingüístico en Lacan, relación de un significante sobre un significado, ¿podríamos decir al igual que la angustia es una función? Aquí debemos recurrir al termino de función, en relación a los elementos que intervienen en una operación, para ello nos debemos remitir dentro de las matemáticas en relación a los números logarítmicos dentro del plano cartesiano. ¿Qué es una función?
En el análisis matemático se define que una función, se refiere a un concepto que asigna a cada elemento de un conjunto un elemento de otro conjunto. Las funciones son unas relaciones entre los elementos de un conjunto con otro conjunto. Por ejemplo, está el conjunto de los números enteros positivos, y el conjunto de los números enteros negativos, de tal manera que un elemento de uno corresponde a uno del otro; vgr 1, -1, 2,-2 etc. Cortan a la recta en un punto del plano cartesiano en la línea de las abscisas.
Volviendo al cálculo matemático que hace Lacan, con ``su algebra `` cumple con lo que es una función matemática dentro del lenguaje. Si bien un significante sobre un significado en una cadena, que se hace por un desplazamiento entre significantes produciendo un efecto de significado o significación, decimos entonces que ese producto o resultado es una función. ¿De tal manera que a la relación de un significante con otro en una cadena le corresponde un determinado efecto de significación. Por qué esto? Esto se debe a que algo del sujeto produce un efecto, y dicho efecto es producido por algo que se pierde, es decir, se busca para el sujeto en términos de lo que es una carencia, o vacío que se produce en el cuerpo del sujeto, y lo habíamos planteado en el inicio por lo que era el fenómeno de lo pulsional (14).

Lacan se hace la pregunta del sujeto con relación al Otro, ¿ chez vois ? ¿Que quiere él de mi y yo de él? Esto realmente está en la estructura de lo que es el deseo como falta. Y como dice Lacan el deseo es el deseo del Otro; su falta. En el Seminario diez de la Angustia (15), Lacan hace la operación o la división subjetiva, ¿cómo es dicha operación o calculo matemático?
En el caso de que sea posible efectuar la división, esta consiste en indagar cuántas veces un número (divisor) está «contenido» en otro número (dividendo). El resultado de una división recibe el nombre de «cociente», además hay un residuo o resto cuando la división no es exacta.

La gráfica de la división subjetiva en Lacan. ¿Cuantas veces el sujeto cabe en A? Esquema de la subjetivación del sujeto según Lacan en el seminario de la Angustia.

                               A                          S                     X
                                a                  A (barrado)       Angustia
                                S (barrado)                              Deseo

En la sesión del 21 de noviembre,  del año 1962 la división de A por S daba A (barrado) como cociente, con un resto como parte de la operación, S (tachado), cuya segunda división por S, dejaba un ´´resto ``definitivo a. El sujeto se inscribe como un ´´cociente `` en relación al Otro (el A tachado ´´lo que me constituye como inconsciente) ``, está marcado por el rasgo unario del significante en el campo del Otro``, y a (16) es un ´´residuo de la puesta en condición`` (17) de un sujeto, por la operación segunda del S (tachado) por S.

Este ´´ residuo pasa entonces a ser `` lo irreductible del sujeto`` (18) y asume una determinada posición anterior. `` Ella es lo que permanece irreductible en la operación total del advenimiento del sujeto al lugar del Otro, y ahí es donde adquirirá su función`` (19).
La relación de a / S (el sujeto del nivel mítico anterior a la operación significante)- donde a es ´´aquello que representa al S en su real irreductible`` (20) , completa la operación de la división ( ya que A no tiene como denominador con respecto a a y S) obteniendo como resto final el S (tachado)

S(tachado)= a/S. (21)

En esta ubicación de una estructura donde vemos que la relación del objeto pequeño a esta con respecto al deseo como una falta, producida por el efecto del significante en el cuerpo del sujeto, en los extremos de el a como resto y el deseo como la falta en ser, del sujeto representado por un significante, aparece en el esquema la angustia como un elemento media. ¿Como explica esto Lacan Jacques en su seminario numero diez?
Abordemos cuando Lacan dice que el fenómeno de la angustia es consecuencia de un objeto, y está en relación a lo real. En el seminario diez de La angustia, Lacan advierte de que la angustia si bien es en relación con algo objetal (22), es real en el sentido de realidad, de algo que amenaza al sujeto, y en eso coincide con Freud. Pero llevado más allá de la realidad, debemos ubicarnos en el contexto de lo que tiene que ver con el psiquismo; el miedo o angustia no viene de afuera, sino del interior del cuerpo, con la relación de lo que decimos tiene que ver con lo representado.

Jacques Lacan, como Freud, señala que la angustia es un mecanismo de defensa de una instancia psíquica, como es el yo frente a un determinado peligro. Es decir, al yo se le advierte de otra fuente de peligro que puede correr; es una señal. Lacan lo va a ejemplarizar con el esquema óptico de la relación que se establece entre yo y yo ideal; relación del i (a) con el ì(a) (23); y si está en algún lugar, piensa Lacan lo plantea con el interrogante de la variable x. Es un fenómeno de borde en lo imaginario del sujeto, de aquella imagen que se refleja en el espejo, donde hay un agujero o mancha que nos dice que las dos imágenes no son reciprocas o iguales, sino homologables o semejantes (24). El borde es del orden de lo que sostiene el espejo en el cuadro colgado en una ventana. Lo que separa el adelante y atrás de dicha imagen, es una construcción virtual, como objeto del deseo (25).
El yo es el producto de una serie de identificaciones que establece el sujeto con el Otro, en los comienzos de su crianza; ello se hace en el contexto de los vínculos que el sujeto establece en dicho entorno como es lo familiar (26)o parental. Véase el complejo de Edipo en sus tres tiempos en el seminario cinco Las formaciones del inconsciente, de Jacques Lacan..
El sujeto frente al espejo, frente al Otro poniéndose como objeto, cuando se pregunta si tiene cabida en el deseo del otro, busca servirse del Otro, desde su nacimiento. Cuando busca con la ayuda del Otro evitar cualquier riesgo de un peligro, es el Otro el que le significa en sus demandas.

Ese cuerpo del infante es real frente a una imagen virtual que refleja el espejo, y ese espejo para Lacan es el Otro. El cuerpo topológicamente es un vacío, es algo así como la figura del Toro (27) en topología, de la cual se sirve Lacan para su representación. Al cuerpo lo representa como el florero vacío, pero al continente le pone un contenido, unas flores, como los puntos de referencia de los diversos objetos ´´ a` ``que aparecerán en las distintas fases de superposición que tiene la libido al ir catectizar dichos objetos (28).

Lacan plantea que la fase del espejo es como una anticipación de la estructura de un cuerpo unificado por esa imagen que se refleja, anticipando un yo, como siendo estructurado en una unidad que está determinada imaginariamente como algo que le falta, al igual que algo del lenguaje (el significante) como la expresión del deseo.
O sea que desde el punto de vista fisiológico el cuerpo del infante está algo así como fragmentado, no tiene una coordinación motriz desarrollada; son pedazos de un cuerpo desmembrado no mielenizado, y lo que hace el significante es tratar de unificar el cuerpo en una falta, que lo estructura. Es el significante que hace del cuerpo una zona erógena, de borde.
Freud dice que la angustia es un fenómeno de borde, una señal en el limite del yo contra esa otra cosa, llamada variable x que aquí no aparece como a sino como resto de una operación del lenguaje en la función que hace el gran Otro, lugar del tesoro de los significantes.

Lo que aparece en el espejo no resulta susceptible de ser propuesto al reconocimiento del Otro, es porque lo que aparece en el espejo es angustiante; y para referirse a un momento que marca como característico de la experiencia del espejo, la mirada del Otro, como paradigmático de la constitución del yo ideal en el espacio del Otro, dirá Lacan que se establece una relación tal con la imagen especular que el niño no podrá volver la cabeza, según el movimiento que Lacan describe en dicha fase, a ese adulto que esta detrás de él, para comunicarle su sonrisa, las manifestaciones de jubilo por lo que hace comunicable con su imagen especular, y que en cambio se establece otra relación de la que se halla demasiado cauto para que ese movimiento sea posible. Es decir, la posición no solo es el reconocimiento del Otro, sino que el mismo infante asume esa imagen como siendo suya, que se constituye a partir de algo faltante. De aquello como hemos dicho el infante se somete al deseo del Otro, en cuanto dicho deseo es una falta. En la relación del infante y las figuras parentales es muy importante ver como el amor a ellos se establece por un elemento que Freud valora de manera importante: es la cuestión del falo. Es decir, las relaciones entre sujeto y Otro están mediadas por lo fálico. Es por la falta.

Ese resto es lo que realmente Lacan define como algo que deja un vacío, algo que cae. Y en esa división que hay entre los números por ejemplo de 7 y 6 se produce la angustia, como aquello que cae. Ese objeto no es especular, no es predecible, ni articulable, ni articulado en relación a lo que se refleja en el plano de lo imaginario del objeto; de esos objetos que se proyectan como una manera de la satisfacción del deseo. Pero como dice Lacan el deseo es deseo de nada.
En aritmética se puede hacer una división de dos números enteros por ejemplo 30 y 7. El resultado de dicha operación es 30/7=4,2 y un residuo de 6/7. Al aplicar la propiedad de la división inexacta se puede comprobar dicho resultado que seria la multiplicación del divisor por el cociente mas el residuo o resto.
Por la división euclidiana de números enteros se puede hacer dicha demostración. Dados dos números enteros a y b de tal manera que b es diferente de cero, existen dos números enteros que son c y d siendo d un positivo, pero menor que c.
Entonces a=b*c+d con 0 menor o igual que d y d menor que b. (Dividir el dividendo a por el divisor b da un cociente c y un resto que es d. Aplicando con los números anteriores tenemos lo siguiente; Entonces sería 4,2*7= 29,4 más el residuo que seria la división 6/7= 0,8. Lo cual da aproximadamente, 30,2

Por ser b diferente de cero, se puede dividir miembro a miembro la formula (29) a=b*c+d;  a/b=(b*c+d)/b=b*c/b+d/b=c+d/b. Entonces a/b=c+d/b.
a/b =s tachado 30/7=4,2+6/7

El esquema sería este; a; dividendo A; b; divisor S; c; cociente (A/); d resto a. 30/7=4,2 + 20; equivalente A/S=A(tachado) + r (30).
Diagrama  Descripción generada automáticamente

El sujeto, bien arriba a la derecha, en la medida en que, por nuestra dialéctica parte de la función significante, el sujeto S hipotético en el origen de esa dialéctica se constituye en el lugar del Otro como marcado por el significante; es el único sujeto al que tiene acceso nuestra experiencia, e inversamente suspende toda existencia del Otro de una gramática que falta, el Otro tachado. Lo que busca inicialmente Lacan con el sujeto y el Otro no tachados, es el comienzo de un sujeto y otro como míticos, como un axioma, que de alguna manera liga a seres completos e imposibles dentro de la dimensión de lo que sería el sujeto cuando es atravesado por una falta o división que aparece en cada uno de ellos.

Que se busca mas allá de lo que se desea. Y es que tanto el uno como el otro, la cuestión del lenguaje, mas concretamente del significante que antecede al ser humano. Y como ser humano está representado por un significante en una cadena significante, de tal manera que un significante es lo que representa al sujeto para otro significante que en el espejo aparece como algo de lo articulado de ese resto como objeto que causa una falta, un deseo en relación al Otro. El juego del fort-da es ver como el falo, es una relación de representación de la madre como un objeto deseado por el infante, de igual manera puede suceder que el niño se convierta en el falo de la madre. Algo cae como residuo en el cuerpo del sujeto para ser representado por una palabra.
Ese borde, esa costura que se establece en dicho espacio, que como define Lacan es un vacío, del que no hay nada, que érase una vez un objeto, que ya no está como ocurre en los cuentos infantiles con ciertos personajes. Pero por la representación de un significante podemos advenir con la evocación de que algo hubo, y se pierde como resto, producto de una caída. Y es como ese objeto puede ser simbolizado, representado por lo que no es. Como se define lo real como lo no conceptualizado, lo que no se puede decir; pero hay vía imaginaria y significante de representante de lo no representado, y es que, según Lacan, retomando a Freud, el yo es una instancia de objeto que se toma así mismo en relación a otro, de ese Otro que no lo tiene.
Lacan habla en el seminario nueve sobre la topología, como la representación geométrica de lo que es el cuerpo, como una estructura vacía donde una superficie hueca es un vacío donde no hay nada. Para ello Lacan habla de la zona erógena como una superficie o borde de que algo estuvo allí y algo se cae dejando un vacío o hueco. Esto lo llamó Lacan el conjunto de los elementos fi letra griega como vacío. El se apoya en que un conjunto de elementos determinados de una naturaleza siempre incluye al conjunto vacío. Y ese conjunto vacío se cuenta dentro de los otros elementos que tiene el conjunto potencia o conjunto de las partes de un conjunto, según como se define este en una operación lógica de conjuntos incluidos en otro conjunto (31). Entonces entre los objetos a los que accede el sujeto, esta el vacío que también suma. Si hay un vacío, una nada, también es importante subrayar que la falta está en relación a que algo falta, un objeto, y en el lenguaje jurídico lo relacionamos con un objeto que es la madre como lo prohibido.

Lacan toma la figura del Toro donde hay algo que se puede colmar como agujero, es decir algo es reductible, pero en general los dos radios el interno y el externo son irreductibles.

                                              Una caricatura de una persona  Descripción generada automáticamente con confianza baja
Es la figura del Toro que ha sido para Lacan, una vía diferente de abordar lo que es el sujeto representado como significante para otro significante en una cadena (32). En la que connota una falta en ser. La falta es radical. Es radical para la constitución misma del sujeto tal como ésta se presenta en la experiencia del encuadre analítico. Porque dentro del análisis se sabe que dentro del discurso del paciente algo de lo real aparece como un resto, como residuo de algo perdido y que no es posible de ser encontrado (33).
Lacan buscó en la topología poder dar cuenta de la cuestión del sujeto por el efecto del significante en lo real. En el seminario nueve Lacan empieza a dar en algunos elementos de la topología, como son la banda de Moebius, la figura del Toro, el Cross cap, la botella de Klien, la relación que se establece entre el síntoma y la verdad. O más concretamente entre saber y verdad. Esto es para Lacan una manera de mostrar con la topología una estructura del sujeto. En sus escritos, en el texto de 1953, Función y campo de la palabra y del lenguaje en el psicoanálisis”. Lacan lo plantea así: “Decir que este sentido mortal revela en la palabra un centro exterior al lenguaje es más que una metáfora y revela una estructura” (34).    

La figura del Toro es una cámara o neumático, que tiene una circunferencia exterior, y una interior, cuyos radios como dice Lacan Jacques son irreductibles. De un lado ese agujero central o circunferencia es un vacío que deja la caída de un objeto que Lacan definía como el pequeño a, y la parte interna del circulo corresponde al deseo, como una manera de rodear ese vacío bajo la relación de borde o zona erógena. Hace pensar inmediatamente en la lógica del deseo, más en particular en el objeto causa de deseo –objeto a –, ese objeto primero que nunca se alcanza. Este irá, lógicamente, a ocupar esta zona excluida, este agujero central; conduciendo al deseo a rodearlo sin nunca poder alcanzarlo. La palabra o lo que Lacan denominó simbólico, es ver que en el sujeto algo se excluye con el significante de un lado el objeto, y lo real como la muerte, lo que es indecible, infinito, que es un imposible de ser definido por el lenguaje. La estructura topológica (35), como el lenguaje que viene del Otro son exteriores al sujeto, pero realmente por la relación con ese Otro en una dependencia, empieza a vérselas con lo que es el deseo como bordeando una falta que viene del Otro.

Dentro de la figura del Toro, se pueden hacer, como se define en topología, lazos (36)en la superficie, que tienen por finalidad que algunos de ellos se pueden deformar, reducir hasta convertirse en un punto. Si bien esos lazos son curvas cerradas, y como tal algunas son reductibles a un punto, hay en la figura del Toro una excepción de lazos como curvas o círculos que no se pueden reducir a un punto (37), esto tiene que ver con el hueco principal que genera el Toro y la parte interna del mismo.

Serpiente de color negro  Descripción generada automáticamente con confianza baja

En la fase del espejo el sujeto busca ser reconocido por ese Otro, y plantea que el Otro en el cuerpo del infante se refleja es el ojo del Otro que lo mira y donde el es mirado para su reconocimiento de que dicho cuerpo es el que se refleja. Ese reflejo del cuerpo del infante en el espejo es el equivalente a la figura del Toro en topología. Es una superficie ahuecada, donde algo se excluye, una superficie cerrada donde hay un agujero interno, donde hay un vacío. Cada uno de los puntos de esa superficie se reflejan de la manera que hace un espejo. A decir de la topología, es hacer una figura donde no interesan las medidas, las distancias, los tamaños, o las formas. A decir que, si se toma una figura como la figura del Toro, y se puede deformar hasta construir un tasa o pocillo, sin cortar ni pegar se dice que son dos figuras equivalentes. Entonces con relación al infante diremos que su cuerpo es una figura del Toro, hueca vacía, que tiene un borde que se hace por medio de una figura interna que es el ocho interior, que nos va a mostrar como un primer giro o vuelta es en relación al objeto a, o sea el hueco, y luego está la parte interna del radio o circulo que recorre la demanda. El deseo no es mas que la suma D+a. Esto se puede apreciar como el equivalente a la banda de Moebius, en que hay una continuidad entre la parte inconsciente con la consciente. Aquí en la figura del Toro hay una relación de equivalencia entre el objeto pequeño a, la demanda en parte interna y el deseo que seria la costura o corte que se le llega a hacer al toro con un lazo o curva de Jordán que hace que ese circulo se reduzca a un punto, como costura. Esa costura en si es un borde como un ocho interior, o banda de Moebius que conecta la demanda del sujeto con el Otro como objeto, y viceversa del Otro hacia el infante o sujeto, bajo la falta o deseo (38).

La figura del Toro es homologable a un Cross Cap, con una costura. Esto nos muestra que en ella hay un ocho interior que como en la banda de Moebius es un continuo de una parte externa y una interna, pero como subraya el efecto de la apariencia nos muestra una superficie, con un solo lado. Esta continuidad no resuelta es la estructura del sujeto, la relación de lo inconsciente con la conciencia. (39)Freud lo entendía inicialmente como una cinta que al unirla producía un cilindro, pero la intuición de Lacan era mostrar que la estructura del sujeto era una cinta con una media torsión y uniendo los extremos nos da la idea de una sola cara o superficie. Freud penso en la cinta cerrada abajo estaba el inconsciente y arriba la conciencia y en la mitad la división producida por una barra. En Lacan esa barra que separa un significante de un significado es porosa. Esto nos da la idea de que realmente es el significante lo que produce un efecto de significación con relación a otro significante que es distinto del primero.

Véase El seminario cinco de las formaciones del inconsciente con relación al grafo del deseo (40).                                      

   Un dibujo de un perro  Descripción generada automáticamente con confianza media
                                       El amarillo el sujeto- gris el Otro.

La relación del sujeto al Otro es aquello donde se sitúa la posibilidad de la simbolización y del lugar del discurso (41), donde el saber es un saber no sabido, de algo que como dice Lacan el paciente habla como de una verdad dicha a medias, incompleta, donde algo falta, por ser prohibido. La mejor experiencia nos la muestra Freud en el texto de la Psicopatología de la vida cotidiana (42), donde los equívocos, errores, actos fallidos son efectos de algo que falta, en el discurso del sujeto. En esa cadena significante.
Ese punto donde surge el significante es aquel que es efecto de significación por la función que tiene un significante que remite a otro. Véase el mecanismo de desplazamiento y condensación en lo que tiene que ver con los sueños, el chiste y los actos fallidos que se estructuran dentro del lenguaje con esos mecanismos. Lo que equivale en Lacan a la metáfora y la metonimia. Véase el Grafo del deseo en el seminario cinco de las formaciones del inconsciente de Lacan.
Lacan nos dice que la falta no es un vacío, sino que es algo que se representa en el sujeto por la vía del significante. La falta no es ausencia de algo, sino que el significante, lo simbólico trata de ``recuperar `` lo que no está. No está, pero es posible de ser articulado en alguna palabra, que recuerde en el sujeto que hubo una pérdida, y esa pérdida, como resto, nos mueve a actuar por medio de la representación de un significante para otro en la cadena. Lo que nos demuestra que la falta está en esa operación o desplazamiento que se origina en la cadena. Algo se mueve, y lo que se mueve es por lo que es propio del significante. Lacan dice que el significante por mucho que desee borrar una huella o rastro de algo que sucedió, esa huella realmente es significante porque nos dice que algo pasó allí. Véase lo que es rememoración,  recordar y repetición en el seminario XI de Los cuatro conceptos del Psicoanálisis de Jacques Lacan.

Lo importante es cómo la huella realmente no desaparece porque es significante, se marca como representación en el sujeto. Cuando lo inscribimos en el esquema (43), donde la relación de dos está mediada por un tercero, Lacan habla del falo, como esa x de una variable de una operación significante, que toma el valor de una significación con relación a lo que deseamos.

Ese a como resto, que se relaciona con el esquema óptico, alude a que la angustia es precisamente ese objeto, cuando comienza a caer, en esa apertura (44) de lo imaginario (45) del objeto que aparece reflejado en el espejo. Es en esa relación donde la angustia se produce, precisamente  ya que las dos imágenes no son simétricas, sino asimétricas. Lacan apoyándose en Freud dice que la angustia es una señal de algo que parece nos produce un afecto debido a que algo va a caer de parte del Otro, de su deseo (46).
La angustia se constituye para un sujeto del lado de una cierta defensa que atenta contra una instancia del sujeto, y como dice Lacan en el discurso analítico se divide con respecto a dos situaciones referenciales: una es lo que tiene que ver con lo real, en tanto la angustia es una respuesta al peligro más original, a lo que hemos señalado antes y después del nacimiento que es el desvalimiento que se experimenta frente a situaciones de la realidad, como a representaciones pulsionales. Todas esas situaciones son experimentadas y retomadas por el yo del sujeto.
La angustia es una señal, pero contra lo que se defiende es contra lo que puede advenir, o padecer el sujeto en relación al Otro, y su entorno. Si Freud afirmaba que la angustia se producía como señal de algo era inicialmente porque algo falta. En Lacan es porque el deseo falta, es porque aparece el Otro como tratando de apropiarse de lo suyo (47). El Otro con su presencia hace obstáculo, peligro. Como define Lacan la angustia es con objeto. Y ese objeto tiene que ver con el ``a ``. Es con ese ``a` ``que tenemos que vérnosla en la relación narcisista que se relaciona con el corte llevado más lejos y con aquel que concierne a ese ``a ‘`cómo tal, en tanto que aparece que se expresa. Es con ese objeto que tenemos que vérnosla a un determinado nivel, como puede ser en el encuadre analítico, o en el dispositivo analítico que se establece entre el paciente y el Otro. Nos referimos a la situación transferencial (48).
En el esquema óptico, que tiene que ver con el florero vacío, con un cuerpo que se estructura vacío, es a partir de que algo está ausente. Pero en ese vacío se puede bordear el orificio por medio de lo que hace el lenguaje desde un punto de vista gramatical, sincrónico; y es que tiene que ver con unas vivencias que se enmarcan con la representación significante en relación al objeto perdido. Es muy importante que el fantasma sirva como soporte de una situación determinada en relación al deseo. Si el fantasma se tambalea aparece la angustia como señal.

Ello plantea por parte del sujeto la elaboración de una perdida, que no es más que un duelo por algo que se tuvo, o se tenia, pero que es imposible que sea representado por otra vía. Así afirma Lacan en su seminario sobre la angustia, que un duelo, es una identificación con el objeto perdido. Pero lo que se pierde no es propiamente algo propio del sujeto, sino que tiene que ver con la relación al Otro, como soporte de supervivencia en la infancia. Es el Otro, aquel que demanda, pide y de cierta manera yo era su falta.(¿?) Afirma Lacan que el duelo está en relación a la persona que se trata de una determinada manera, y respecto de la cual no sabíamos que jugábamos un determinado rol de estar en el lugar de la falta (49).
Lo que se juega en la relación del sujeto y el Otro no solo es ser el objeto, sino que la situación de acercamiento de las partes está en relación con la demanda, con aquello que el sujeto tiene como don y que es la palabra. No es dar el objeto, sino la importancia del objeto como tal representa algo en el sujeto. Lacan define que, en esa relación de demanda, de amor, damos algo que realmente no poseemos, pero damos eso que no se tiene, como si lo tuviéramos; es algo mas de lo imaginario, tiene que ver con el significante. Y cuando nos damos cuenta de que no es lo que damos, que siempre algo falta, dicha falta en el sujeto a posteriori nos es devuelta por una operación donde el Otro también está en falta. Este es uno de los aspectos de certidumbre que produce la angustia en relación a la falta del Otro. Si el otro tiene la capacidad de responder por la necesidad que viene de ese otro.
La idea de que el infante era el falo de la madre dice Lacan, por una cierta operación hace que el infante vivencie que él realmente no era el falo de la madre, aun cuando se haya puesto en un determinado lugar. Dicha falta, actúa como prohibición en este caso de un objeto como es la madre y hace que el sujeto busque por otro medio, en otro contexto, el objeto que le falta. Es decir que su deseo pueda darse en unas determinadas condiciones.
Si bien Freud ha relacionado la angustia frente a un peligro como señal de amenaza, y hemos determinado en un contexto que se produce por algo que en el ser humano se repite en varias oportunidades como era el caso Juanito, esa angustia tiene una diferencia con relación a lo que es un miedo.

Hay una diferencia entre angustia y miedo. No es que la angustia sea sin objeto y el miedo si, según Freud. ¿Qué es un peligro? Se dirá que el miedo es, por naturaleza adecuado, correspondiente al objeto de donde parte el peligro.
En el campo de la literatura hay una serie de autores que tratan el tema del miedo o del horror, cuando se empieza a narrar una serie de episodios que tiene que ver con el tema. Donde se describe al personaje y su ambiente como un escenario donde algo esta produciendo un efecto de miedo, como si en el marco de dicho escenario se pudiese pensar, identificar que algo lo produce. Sea miedo inicialmente como algo que aparece de repente en el escenario o no, lo importante es que para Lacan ese peligro que genera miedo o angustia tiene una connotación. Volviendo al caso de Juanito con relación al caballo, el miedo no es al caballo (50) como tal, sino a la acción que representa cuando se narra lo que dicho animal hace; y representa algo de lo reprimido.
Dice Lacan que el miedo no es algo concreto que lo amenace sino que es miedo de algo desconocido por el sujeto y que se manifiesta en él. ¿Cuándo se pregunta sobre el fenómeno, de dónde viene? ¿A dónde va? En el caso de la aparición del lobo, en el cuento de Caperucita Roja, es algo que el autor del cuento tiene de cierta manera calculado en la secuencia que va a hacer cuando se aproxima al peligro: es como una especie de aparición arrancada en apariencia a todo determinismo situarle. He ahí otra vez lo que pone, por un instante, en un desorden, en un verdadero pánico, que es perfectamente del orden del miedo.
El sujeto que escucha el cuento parece según Lacan poner afuera algo que él esta escuchando, pero si bien dicha amenaza inicialmente esta en el cuento, por cierto efecto del significante, es decir transferencialmente, se ubica en el sujeto que lo escucha, sin saberlo porque lo experimenta. Esa amenaza va para el sujeto en relación a una situación traumática del pasado que produce un efecto de goce, porque el síntoma no es mas que el engaño, el velado de un goce.
(,,,,)el miedo tiene de alguna manera un carácter de adecuación, de principio, a saber, desencadenar la fuga (,,,,) se manifiesta como una acción inhibitoria , incluso plenamente desorganizada, y hasta puede arrojar al sujeto al desorden. Conviene buscar la distinción, la referencia por donde la angustia se distingue del miedo. (51)

Lacan cuando define que la angustia no es sin objeto, lo correspondiente al miedo tiene la misma homologación, porque alude a que el peligro (52) en un determinado contexto, o lo que se define como medio ambiente del sujeto, hay que trascenderlo, que la elaboración de un objeto por parte del sujeto, está soportado por la teoría de lo que es un objeto en psicoanálisis, como la representación inicialmente de algo de lo reprimido en el sujeto. Pero esto reprimido es una característica de lo inconsciente, y nos vemos obligados a decir, como lo dice Freud, que no todo lo reprimido es inconsciente. Esto nos lleva a lo que es el deseo como falta, la caída de objeto (53).
Lacan trata de dilucidar, frente a esa amenaza de peligro, como una señal en la estructura donde se puede localizar. Es decir, la amenaza pone en relación a un mecanismo de defensa, ¿como actuar?
Partiendo de la señal de lo real (54), que es aquella de la que ustedes saben, como dice Lacan, que parte para oponerle la del significante y nos permite orientarnos; aquí Lacan opone lo real a lo que es el significante. Es decir, si la angustia es señal de un peligro no de afuera, sino de una experiencia que el sujeto, va a vivir de manera penosa, porque es algo de un recuerdo, encubridor, velado (el objeto), ello hace que la angustia suscite ese peligro para el yo del sujeto. De tal manera que aquí tiene que verse como la angustia, media ante aquello que de alguna manera empieza a abrirse como un telón, que como dijimos antes, hay entre el sujeto y el Otro, con relación a su deseo. Hay algo de lo irreductible de eso real; donde la formula; que la angustia de todas las señales es la que no engaña. Es lo que se denomina certeza.

Del objeto pequeño a, como la manifestación de algo irreductible en el sujeto es aquello de lo que la angustia da señal; tal es el momento, del punto al que se llega. Ese real y su lugar es exactamente aquel del cual, con el soporte de un signo, de la barra puede escribirse esa función matemática de la cual hemos dicho es una división de dos números 7/6= 1,16 resto 40.     

Freud habla de la angustia o señal que se produce en la instancia del yo (moi) en lo que concierne a un peligro ¿cuál? Es, dice Lacan, un signo que representa algo para alguien; el peligro interno para el yo, del sujeto. Pero el peligro, como lo define en el caso del esquema óptico, existe cuando aparece algo del orden de un significante como en el caso del hombre de los lobos o del caso Juanito, donde el miedo no es al caballo, sino a la figura del padre (55), o a los lobos cuando miran (56)al que lo está soñando. Esto es lo que tiene que verse como una señal. La angustia es entonces introducida según Lacan como la manifestación específica del deseo del Otro en tanto que sobreviene por este sesgo. El caso de la anorexia es otro ejemplo..
Es en este caso que toma valor la señal que se produce en un lugar determinado topológicamente llamado yo, y concierne precisamente a otro. Si el yo es el lugar de una señal, no es para el yo que la señal es dada, esto es muy evidente. Si eso enciende el nivel del yo es para que el sujeto, no podemos llamarlo de otro modo, esté advertido de algo. Hay una diferencia entre yo y sujeto que es muy importante tener en cuenta. Es advertido de algo que es el deseo, es decir de una demanda que ya no concierne a una necesidad, que concierne a algo más allá de ella, que es la falta, la nada es decir lo que le pone en cuestión; digamos que lo anula en principio, que no se dirige al sujeto como presente, que se dirige a él, si nosotros pensamos , como algo esperado, que se dirige al sujeto, mucho más todavía, como perdido, y que para que el Otro se encuentre allí. Es la relación del sujeto con el Otro (57).
Eso es la angustia. El deseo del Otro no me reconoce como lo que soy. ¿Es decir, no soy el falo del Otro? Si me reconociera, como no me reconocerá nunca lo suficiente, y no tengo más que emplear violencia, por lo tanto, no se reconoce ni me desconoce, pues eso sería demasiado fácil; siempre puedo salir de eso por medio de la lucha y la violencia me pone la cuestión muy fácil, me interroga en la raíz misma de mi propio deseo como a minúscula, como causa de ese deseo, y no como objeto. Y es porque ahí apunta, en una relación temporal, que yo no puedo hacer nada para romper esa captura, salvo al comprometerme con ella. Esta es la dimensión temporal que es la angustia, y esta dimensión temporal que es la del análisis. Porque el deseo del analista suscita en mi esa dimensión de espera, que soy tenido en algo, que es la eficacia del análisis (58).

La angustia una prohibición del goce, y la media con el deseo.

La angustia en este apartado del texto nos plantea de cierta manera como ella se convierte en lo más humano del sujeto. Porque hace posible que no se acceda en determinadas circunstancias a un goce Otro. Debemos ubicarnos en lo que concierne al psicoanálisis en la practica clínica. De hecho, inicialmente en el desarrollo del texto se han establecido algunas diferencias y aproximaciones de lo que es demanda, necesidad y deseo.
La necesidad, demanda, deseo se estructuran por una falta. Hemos dicho que el infante tiene acceso a la madre como objeto. Dicho objeto luego le es prohibido, prohibido en relación al acceso al goce en ella. Es lo que se conoce en el complejo de Edipo, una relación incestuosa. Por lo tanto, el deseo es una ley; prohibición de un incesto.

Este goce es prohibido al sujeto. Pero este goce tiene efectos en el sujeto. Porque cuando algo se prohíbe, a veces es algo que se desea. La importancia que tiene este goce, como un goce otro, un plus de goce, se prohíbe, se limita, se contiene por una ley que se dicta, y por las normas que lo regulan. El transgredir una prohibición tiene consecuencias en el sujeto (59).
Lacan dice que el deseo se presenta como una voluntad de goce, bajo cualquier sesgo que aparezca. Se habla de las maneras del goce del sujeto como en la clínica o en la estructuración del ``a ` ``en el deseo de un sujeto. Lacan habla del sesgo de lo sadiano (60), no del sádico (61)según él no se debe confundir.

En la perversión, donde el deseo en general aparecería como dándose aquello que hace ley, es decir como una subversión de la ley, el sujeto transgrede la ley, la ``burla ``planteando una `` denegación ``de la falta como prohibición. El perverso de hecho es el soporte de una ley, y si hay algo que se sabe del perverso es lo que aparece desde afuera como satisfacción sin freno y actúa como defensa ante el otro; el perverso juega en esa posibilidad de tener acceso al goce prohibido. Dice Lacan que en el perverso por mucho que ignore la castración, el deseo como una ley, el acceso al goce termina en la posibilidad de aceptar esa ley que transgrede inicialmente. (62)
La voluntad de goce en el perverso, como en cualquier sujeto, es una voluntad que fracasa que encuentra su propio límite; su freno en el mismo acto que lleva a cabo es un deseo perverso. El sujeto perverso no sabe lo que hace esta constreñido a actuar por alguien que lo somete a un goce o sufrimiento de parte del sujeto en relación con ese otro.
Freud, con Lacan, al analizar la cuestión de la perversión en la sexualidad, se hacía la pregunta de por qué el sujeto goza? No cómo goza. Esto sobre todo llevó a Lacan a analizar la perversión en sus Escritos 2, retomando el texto de Sade afirmando que en la perversión la importancia tiene que ver con el goce, no tanto con el objeto fetiche planteado por Freud.

La producción de goce no es propiamente su miseria. Con lo cual se muestra que un goce es aquello con que se modifica la experiencia sadiana; el goce rompe la barrera de la voluntad instalándose en lo mas intimo del sujeto. Su pudor es amboceptivo (63) de las contingencias del ser, el impudor de uno le permite realizar la violación del pudor del Otro y producen un sujeto, en el lugar del Otro. Someterse a un sacrificio u ofrenda al Otro que lo somete a una voluntad de goce.
Lacan sustenta lo del párrafo anterior, en lo que dice Juliette (64); A- ``Présteme la parte de su cuerpo que pueda satisfacerme un instante y goce, si ello le place de aquella del mío que sea agradable.´´
Lacan afirma en la versión critica de 1963: ``Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, diré a quien me plazca, y ese derecho lo ejerceré, sin que ningún limite me detenga en el capricho de los excesos que me vengan a saciar.´´ (65)
La versión de 1966 hace alguna modificación de la primera versión del año de 1963; ``Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme quien quiera, y ese derecho lo ejerceré, sin que ningún limite me detenga en el capricho de los excesos que me vengan en gana saciar.`` (66)

Las dos versiones que hace Lacan con el texto de Sade en sus Escritos II tanto en la primera como en la segunda favorecen la actuación de violencia de un sujeto en relación a otro. Es decir, la demanda inicialmente es como la define Lacan en su primera versión; ``Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, diré a quien me plazca,,,`` En este caso es el sádico el agente de someter al otro. En la versión de 1966 la situación cambia según la demanda; ``Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme quien quiera,,,,``. En este caso seria el masoquista que desea someterse a una voluntad de goce del Otro.

Esta situación de perversión es de cierta forma como alternativa de una prohibición. Pero las consecuencias de transgredir una prohibición hacen que según Lacan se imponga a la voluntad de poder de goce algo de angustia, en donde ese goce de cierta manera fracasa, para dar paso al deseo como tal. La angustia media entre lo real y el deseo; lo real remitiendo al sujeto a la huella. Dicha huella es por el significante, ya que la huella nos da la idea de que algo pasa en el sujeto: el sujeto es por un acto del significante para otro significante. (67)
Lacan afirma que cuando el sujeto se identifica con otro, el rasgo unario hace que de un yo se pase al yo ideal. Tomando como referencia lo que es el narcisismo primario en la constitución del sujeto. Dice Lacan Jacques en sus Escritos II, acerca del texto de la agresividad (68) , que hay un resto de imagen con la que el sujeto se identifica cuando se refleja en el espejo. Ese resto o residuo, dice Lacan, hace que dicha imagen no complete al sujeto, siendo esto la consecuencia de una agresividad que se genera en lo inconsciente del sujeto, porque algo no le satisface. El sujeto busca agredir esa otra imagen en el Otro que no tiene. O, como dice, se pone como objeto del Otro, como un residuo o deyecto, como define Lacan al sujeto en esta caso del masoquista, que busca que el otro lo agreda.
Sigmund Freud en los textos de ´´En el problema económico del masoquismo ‘` del año de 1924 y el texto ``Pegan a un niño `` del año de 1919, nos muestra como el masoquismo se constituye en un sujeto como una manera de ser castigado por otro, le demanda que lo castigue, busca, como dice Lacan, someterse a una voluntad de goce que se impone y el sujeto accede hacer objeto de si mismo.

En el texto de ``Pegan a un niño `` la importancia que tiene es la construcción del segundo tiempo de esa fantasía como una construcción misma del análisis. Mostrando que el castigado no es el otro, sino que ese otro yo se identifica como el castigado por la figura del padre como figura amenazante. Esta construcción le permite a Freud, como a Lacan, mostrar que la construcción de esa fantasía es el equivalente a lo que posteriormente Lacan llama fantasma. Este fantasma que se construye en el sujeto del masoquista, lo que realmente esconde es la angustia del Otro. La persona que castiga no importa si es el partenaire u otra persona; la importancia es el padecer como goce de una voluntad a la que se somete.
La posición del masoquista hemos dicho es ser el objeto del Otro como voluntad de goce. El masoquista busca someterse hacerse objeto de un goce. Ahora bien, esa identificación tiene mucho que ver con relación al yo. Porque el yo es una instancia que se produce por las relaciones que tiene el sujeto con otro en sus inicios de alienación o enajenación (69)del sujeto con ese Otro. La constitución del yo implica la fijación a una imagen y la expulsión del propio objeto ´´malo ´´al mundo exterior (70).
En el texto de Lacan ´´Acerca de la causalidad psíquica ``de 1946, con lo que el sujeto trata de identificarse es con un objeto que debe ser golpeado, maltratado, castigado por otro; no es más que el kakon de su propio ser (71)
En su tesis del año de 1932 el acto de agresión que recibe el sujeto por parte del Otro se considera como una manera de resolver un conflicto o tensiones que hay en el interior del sujeto que demanda. El sujeto con relación a su yo, a esa identificación que asume, establece una diferencia entre lo que acepta y lo que no acepta de esa identificación, y es la agresividad que hay en el inconsciente del sujeto, por una imagen ´´ mala ´´ que el realmente no ´´ asume ´´ siendo presa para un castigo. Lo que define Lacan en el masoquista es de alguna manera ese resto o residuo frente al otro, como lo ´´malo´´ lo que se debe castigar. No es un problema ético, sino que el objeto de por si no es malo ni bueno, sino como lo asume, se identifica el sujeto con eso otro del cual desea deshacerse (72).

La pregunta que hace el sujeto es que soy yo, sino que es eso de la falta en ser, de un sujeto dividido elidido por algo que no aparece, se cae.(¿?) Ya hemos dicho que la angustia en esa parte tiene que ver con relación al objeto. El masoquista busca con ser residuo para el Otro y en el acto de agresión poder producir angustia en el que inflige el acto.
Lacan afirmaba en su texto (73)sobre el cuerpo; ``algo esta hecho para gozar de si mismo``. El goce de si mismo conduce a señalar que no hay acceso al goce del Otro. El goce es del propio cuerpo del sujeto y no podremos saber nunca y como goza el Otro.
El goce del Otro es para Lacan un fantasma neurótico; el fantasma sostiene al ser en el deseo. Encubre la alienación, obtura la pregunta por el ser (74). El fantasma vela, permite ver como en una pantalla lo que soporta el sujeto. Sin esta función de borde del deseo es vivido como angustia. La inexistencia del goce del Otro, que Lacan trabaja a partir del concepto de masoquismo, afecta a todo sujeto. ``Lógica del fantasma `` (75).  Hay un resto, de una construcción imaginaria.
Captura misteriosa en que la sexualidad queda atrapada; en eso consiste el goce y en eso consiste el masoquismo primordial. El orden simbólico mata la libido. Estamos atrapados en una red cuya significación ignoramos en parte. Ante eso el masoquista tiene una posición ilusoria, pero mas lúcida que la del sádico. El sádico cree que poniéndose en el lugar de la ley produce el sufrimiento del Otro. En cambio, el masoquista sabe que no existe el goce del Otro (¿Sádico?) y el masoquista adquiere el estatuto estructural cuando Lacan sitúa que todo sujeto es pasivo al estar sometido al significante. Es por ello por lo que la posición de resto pasivo hace al masoquista superior, pues mediante ella puede alcanzar su verdadera dignidad de sujeto (76).
En el juego erótico- el masoquista es el que goza, haciendo creer al amo, sádico que quien decide, ordena y goza es él. El masoquista goza y llega a gozar incluso, ``cuando todo falla ``mientras que el goce del amo el sádico como dice Lacan, queda a la deriva`` 77).

El masoquista cuando pone en escena que el es un objeto para el Otro, al que se somete para una voluntad de goce, lo que hace es taponar la falta, es decir que él es lo que le hace falta al Otro, para colmar, taponar el deseo como una falta (78). El es el refugio de un goce, que está por fuera de los limites del principio del placer.
Este objeto residuo, deyectado como dice Lacan en su seminario de la Angustia, (79)no es algo real, es el objeto imaginado por el sujeto, para representar esa parte del sujeto que la asume identificándose con lo que no acepta, no es, pero lo es, en la medida de que la significación de ese acto realmente esta representado por una red de significantes en la que la sexualidad esta atrapada y el sujeto lo ignora, pero pone en escena.
El deseo del masoquista (80), dice Lacan en su seminario de la Angustia, sabe bien que es el otro el que goza; eso seria por lo tanto el perverso puesto al corriente de su verdad. Pero haría una excepción; que el perverso no sabe que el goza. Por supuesto, es siempre el Otro (81), y el masoquista lo sabe.

Lo que cree el perverso en el caso del masoquista, es que el cree que lo que busca es el goce del otro, pero justamente lo que busca, lo que a el se le escapa, aunque sea ello una verdad sensible, verdaderamente trillada, y al alcance de todo el mundo, pero realmente por la misma situación lo que busca es la angustia del Otro. Plantea entonces Lacan que tanto el masoquista, como el sádico están sometidos a un goce que proviene de un Otro (82).
El masoquista podrá decir; yo el masoquista, despierto, hago posible, suscito el deseo en los otros; hago posible que se den cuenta de su deseo(,,,) por mi. Es decir que, disponiéndose como objeto a manipular, los incito a ello por su deseo. Y pidiendo hacer conmigo lo que quieran, yo me avengo al final de cuentas a este lugar de ´´desecho ´´en el cual ellos me ponen y que yo acepto porque yo ya habría previsto así para ellos mucho mas que un simple objeto de deseo.
En el perverso hay una denegación de la ley, niega la castración lo que es el deseo. Deseo y ley van aparejados. Lo que, aparece ``desde el exterior como una satisfacción sin freno es defensa y puesta en ejercicio de una ley en tanto que frena, suspende detiene al sujeto en el camino al goce. La voluntad de goce en el perverso es, como cualquier otro, una voluntad que fracasa, que encuentra su propio limite, su propio freno, en ejercicio mismo del deseo.`` (83)
La posición masoquista la clave de esto es la angustia. Pero es preciso buscarla, saber por qué. ¿El masoquista- Cuál es su posición? ¿Qué es lo que enmascara para su fantasma? Ser objeto de un goce del Otro (A) que es su propia voluntad de goce, pues, después de todo, el masoquista no encuentra un apólogo humorístico a su partenaire ¿ qué es lo que esta posición de objeto enmascara sino es alcanzarse a él mismo, postularse en la función del andarnos humano, de ese pobre desecho de cuerpo, separado, que aquí nos es presentado? (84)Y es por eso que Lacan afirma que la mira del goce del Otro es una mira fantasmática. Lo que es buscado, es el otro la respuesta a esa caída esencial del sujeto en su miseria ultima, es como dice Lacan un deyecto y que es la angustia.

¿La angustia el tapón del goce del Otro? ¿ dónde esta este Otro del que se trata? Se ha producido en este circulo el tercer termino, siempre presente en el goce perverso: la ambigüedad profunda donde se sitúa la relación en apariencia dual se vuelve a encontrar aquí. Esa angustia que es la mirada ciega del masoquista, pues su fantasma se lo enmascara, no por ella es menos, realmente, lo que podríamos llamar la angustia De Dios (85). Lacan habla de que una angustia que no encuentra su verdadero ciclo más que en el nivel de aquel para el cual esta instaurado el sacrificio, es decir en el nivel del padre.

Dios no tiene alma. La relación con Dios cambio en relación aun drama, una pasión, en la que alguien se hizo el alma De Dios. Para situar también el lugar del alma a ese nivel ``a ``, de residuo de objeto caído, de lo que se trata esencialmente(,,,) sino acompañado, justamente de la manera más esencial, por esa imagen de la caída. ¿La angustia surge por esa caída de ese objeto imagen del cuerpo? (86)
El sádico su posición es la de hacer sufrir al Otro, someterlo a una voluntad de goce. ¿Pero el sádico sabe de donde viene esa voluntad de goce?
La línea sadiana es el objeto a como objeto de deseo, la formula sadiana que expresa ``diré a quien me plazca ``encuentra un mejor lugar en ese momento y enunciada por la boca del sádico interpelando a su objeto. Esta fórmula es dicha por el sádico, para quien su pareja (victima) es el objeto de su deseo, objeto dice Lacan que va a `` voltear `` como un guante.
En el escenario el sádico busca a su victima para realizar la voluntad de goce, que es un imperativo a la que se somete el sujeto. Ese goce dice Lacan es algo que se impone, pero el sujeto no sabe que goza. En el sádico hay un objeto a que de alguna manera es algo que le dicta lo que debe de hacer, le dicta el mandato de gozar infringiendo dolor a su victima, este es el que se pone como objeto, para tal fin.
El sádico y su relación con a, como un instrumento de goce del Otro. ‘`Un instrumento es precisamente, un objeto que sirve como medio para hacer una cosa o conseguir un fin; dicho fin, en este caso, el goce del Otro, del cual el sujeto perverso será el leal servidor. Es así como su deseo tomara la forma de voluntad de goce, lo cual constituye una diferencia fundamental con las formas de los neuróticos del deseo; ``insatisfacción en la histeria, lo imposible en la neurosis obsesiva y prevención en la fobia. ´´ La defensa perversa consiste en sostener fantasmáticamente la voluntad de goce desde una posición instrumental. Dicha voluntad es una defensa afirmativa- hace honor al lema ´´no mejor defensa que un buen ataque.`` La escena como campo de demostración. 

`El plus de gozar se descubre bajo una forma desnuda.``(87)

El sádico busca en la victima su objeto, de tal manera que tapone su falta. Y en el escenario de ser sometido por una voluntad de goce como mandato de Otro que le exige de goce del objeto para colmarlo en su plus de goce. Este objeto que busca el sádico es algo positivo que lo ´´llena ´´con un plus de goce.
El sádico aprovecha la voz como un elemento del objeto a, que como dice Lacan, esa voz que se le impone, que viene de otro, la adapta a sus intereses. Lo hace por medio de un partenaire, así no quiera obedecerle. La angustia de la victima aquí es manifiesta, se torna patente en la escena y no velada en el caso de la victima. En el sádico se hace presente así la función de la voz de mando, la ´´orden ´´que somete a la victima quitándole la palabra al imponerle su voz (88).
Esa voz que al sádico se le impone y que no sabe de donde viene, es lo que le permite someter al otro su victima a unas condiciones de humillación de castigo por lo que la victima demanda del Otro. La víctima del tormento sadiano es solo un medio para este fin.

Siendo el sádico el agente de una voluntad de goce- su partenaire se revela a la sombra del Otro. Se trata de un orden divinizado, aunque esté oculto. La localización del sádico es homologable; hacerse instrumento del goce del Otro (89), más allá de su partenaire circunstancial en la escena. Se trata de Otro, de distintos modos aparece divinizado, aunque oculto. Por el efecto que tiene en la escena de ser instrumental al que se reduce el sádico, que se le vela, salvo en algún relampagueo, donde apunta su acción, tiene el carácter de un trabajo relacionado con Dios…(90)  De lo que se trata en el caso del sádico, es realizar el goce de Dios.
En el sádico, la angustia está menos oculta. Lo está incluso tan poco , que ella viene delante del fantasma, el cual, si se lo analiza, hace de la angustia de la víctima una condición completamente exigida. Pero, es esto mismo lo que debe hacernos desconfiar. Lo que el sádico busca es el Otro (víctima)- pues está muy claro que, para él, el Otro existe y es su condición para que su voluntad de goce tenga su objetivo, tal como Lacan lo articula en su texto de los Escritos II en el texto de Kant con Sade.
El esencial cuestionamiento del Otro llega hasta simular (,,,) las exigencias de la ley moral para mostrarnos que la referencia al Otro, como tal, forma parte de su mira- ¿qué es lo que busca con eso? ¿Qué hay detrás de la acción del sádico?

(,,,)que algo es buscado que es en cierto modo el revés del sujeto, lo que aquí toma su significación de ese rasgo de guante dado vuelta que subraya la esencia femenina de la víctima ( el goce) de la mujer? (91)
Es el pasaje al exterior de lo que es mas oculto que se trata; o sea de adentro afuera. (92)
La angustia con relación a la angustia del sádico;(,,,) como estando totalmente impenetrado por el sujeto, dejando justamente aquí, enmascarado, el rasgo de su propia angustia. (93)

El carácter instrumental de su fantasma al que se reduce la función del agente (94)es la importancia de su trabajo al Otro. La relación del sádico según Sade tiene relación con Dios. El no puede avanzar sin esta referencia a ese ser supremo en mandad. Es De Dios de que se trata. La realización el goce De Dios.

Del lado del masoquista, de manera análogo se apunta a la función del Otro, y es que, justamente ahí, lo que es patente, es la angustia del Otro igual que en el masoquismo. Es decir, el sádico como punto de gozar con el sufrimiento del Otro, lo que determina es que aparece su angustia, debido a que la voluntad de goce da paso al deseo. Lo que por medio de eso esta enmascarado, es no por un proceso inverso de puesta del revés, el goce del Otro. Goza como una mujer.
El sadismo no es el revés del masoquismo por una simple razón que no se trata de una pareja de reversibilidad, la estructura es más compleja (,,,) o sea que el sádico no deviene en masoquista. No se trata del análisis de los términos sino de una estructura de cuatro términos; el pasaje al acto de un termino al otro se hace por un cuarto de giro, no es una simetría. (95) lo que se oculta tras esta búsqueda de la angustia del Otro, es el sadismo, es la búsqueda del objeto a.
Entre sadismo y masoquismo hay algo velado y se presenta como alternancia, en realidad la ocultación reciproca, de la angustia en el primer caso, del objeto en el Otro; rectifica según nota se oculta o se vela la angustia en el masoquismo y en él sadismo la ocultación del objeto a.

La castración es simbólica.

De lo anterior con respecto a la perversión, la relación del objeto y la angustia, del masoquista como del sádico, Lacan demuestra el juego de ocultamiento por el cual la angustia y objeto (96), el uno y el otro, son llevados a pasar al primer plano, el uno a expensas del otro término. (,,,) se muestra, el lazo radical de la angustia con el objeto en tanto cae. Por ahí mismo, se alcanza su función esencial, su función decisiva de resto del sujeto, el sujeto como real dice Lacan con relación a los objetos ``á ``su realidad. Ya se ha dicho (,,,) ¿ la angustia aparece en la separación? Pero entonces lo vemos bien, si son objetos separables, no lo son por azar, como la pata de una langosta, son separables porque ya tienen, si puede decirse, muy suficientemente, anatómicamente, un cierto carácter de aplique; están ahí enganchados- el significante- fase oral. El seno o la madre no es lo mismo. Una parte por el todo.
El corte no pasa, para ambos, por el mismo sitio; hay dos cortes tan distantes que incluso deja para ambos desechos diferentes, pues el corte de cordón para el niño deja separada de él una caída que se llama envoltura. Para la madre, el corte se sitúa a nivel de la caída de la placenta; es incluso por eso que son caducos, y la caducidad de ese objeto a es ahí lo que constituye su función.
Ese corte que como afirma Jacques Lacan se da en el cuerpo (97), por un registro de lo simbólico, que da cuenta de que algo falta, pero que de alguna manera es evocado por una representación en la lengua por el significante que proviene de Otro, como lugar de lo que inicialmente en el grafo del deseo es el lugar del código.
Pero Lacan habla de perdida de objeto, o por decirlo de una manera más concreta de separación ´´castración ´´de un objeto que parece que el sujeto no lo tiene supuestamente desde que nació. Nos referimos a lo que Freud en su texto sobre la femineidad habla de la envidia del pene (penisneed).

Nada falta que no sea del orden de lo simbólico, de lo agujereado por el significante en lo real. Dice Lacan que la privación es algo de lo real. De aquello que se habla es algo real, aquello alrededor de lo cual gira el discurso del saber de lo inconsciente. La privación es algo que existe tanto desde lo teórico, como de lo experimental. Es algo real y como tal puede ser reducida. Es lo que Lacan retomando a Freud sobre la sexualidad femenina dice de que la mujer está privada del órgano que tiene el hombre; es lo que dijo Freud con relación a la mujer como envidia del pene. El pene como órgano pertenece a lo real, pero si se simboliza entramos en algo que es ya del orden de lo representante, de lo que no aparece. Aquí Lacan habla de lo fálico en ambos casos.
La castración aparece en el curso de la relación analítica, en tanto relación con el Otro, que por otra parte no ha esperado al análisis para constituirse en fundamental. Es decir, la relación transferencial que se establece entre el paciente y el analista, éste ultimo como supuesto saber; Para Lacan la castración no es algo real, sino que es simbólica, es decir, que se relaciona con Otro, en tanto el sujeto tiene que constituirse en el discurso analítico, como una manera posible de la aparición de una falta que es aquí el menos fi: ese menos fi como soporte imaginario (objeto especular) que no es mas que una traducción posible de la falta original, del vacío estructural inscrito en el ser en el mundo del sujeto.
La importancia para el sujeto es la distancia que se establece entre el objeto pequeño a como resto y el objeto parcial. Esa asimetría que se establece entre el que se cae y el que aparece como lo aparente (la imagen) hace que se produzca una angustia, y esa angustia es un impedimento, pero también la posibilidad de ser franqueada para acceder al deseo.

Esta falta como arquetipo de lo que es el complejo de castración, si bien la experiencia de la angustia puede ser un impedimento o impase, no dificulta hablar de la castración como una manera de asumir la falta, que se corrobora en que dicha falta es el deseo, de querer ´´encontrar ´´ lo perdido. Lacan habla de corte, de algo que se produce en el cuerpo del sujeto o del Otro: corte efectuado por la pulsión.
Alude Lacan a que, en los estadios del desarrollo libidinal, la superposición de los estadios lleva a cada una de las etapas a establecer un corte o separación, de un objeto que en ese momento es crucial para el sujeto.
En la fase oral el corte se establece entre el Lactante y el seno- donde se originan las tensiones, agresiones y las debilidades del sujeto. El comienzo de dicho acto esta en la succión del infante que tiene hambre y esa otra parte que se le añade en dicha operación que es el placer de la succión acompañado de el reconocimiento de la madre al infante.

Los labios son la mejor manera que define Lacan del corte en la fase oral, los labios como borde, como limite, costura borde de que algo se succiona en un vacio del cuerpo del sujeto en relación al cuerpo del Otro; si bien el infante desea el seno, es en relación a una parte por el todo. Es a la madre que desea, busca. Dichos labios y su corte se homologan con la banda de Moebius donde el corte hace que dicho borde o lado sea el que posibilite que el significante tenga esa importancia de que se constituya como elemento de separación, de placer frente al plus de goce. Es decir, el significante pone un limite a la función de lo oral.
En estas primeras experiencias del sujeto y el cuerpo del Otro, se empiezan a construir de cierta forma eso que Lacan llama los fantasmas que acompañan en dicha etapa al sujeto. Es la relación del deseo con un objeto, que se caracteriza porque en la relación hay algo que los separa y algo que los acerca, como dos términos diferentes desde el punto de vista dialectico.
Para Lacan el corte no es propiamente separar el seno de la boca del infante, el corte es algo de lo que se constituye el cuerpo del sujeto, como un vacío, que se define por algo que ha caído; y en ese vacío hay la posibilidad de que se ´´llene ´´con algo, y ese algo es el objeto a, lo que es especular. Me refiero al falo imaginario.

¿La angustia es en esta fase donde aparece? Dice Lacan que está mas allá de la esfera, o de eso que llamamos la construcción topológica del cuerpo como si fuera un toro, o un neumático, donde lo real del objeto está en el centro, en ese vacío; y lo otro del vacío está relacionado con la parte interna del cuerpo que se constituye en lo que es la demanda. Entre esas dos instancias se da la angustia. Es decir, demanda deseo- en la que la angustia se ubica, cuando la falta de la madre, su deseo se asume como una forma de ella no poder satisfacer esa demanda; es como una impotencia en la madre lo que se constituye en una angustia.

El punto de angustia no se confunde con el lugar de la relación con el objeto del deseo (el menos fi). El punto de angustia es que el objeto no es todo lo que se imagina o piensa como totalidad; cuando algo empieza a perder surge la angustia como un signo de perdida del objeto generando un resto del deseo de él. Es importante resaltar en la pulsión oral la relación con ese objeto, el seno, como objeto que ulteriormente se convertirá en el objeto fantasmático. Y también por otro lado resaltar la situación en otra parte, en el otro, a nivel de la madre y de manera no coincidente, deportado, el punto de angustia como siendo aquel donde el sujeto tiene relación con lo que esta en juego, con su falta, con aquello a lo que está suspendido.
Que el punto de angustia esta más allá del lugar donde juega la función, más allá del lugar donde se asegura el fantasma en su relación esencial con el objeto parcial, esto es lo que aparece en esa prolongación del fantasma (98) que hace imagen, que permanece mas o menos subyacente al crédito que damos- la angustia es de alguna manera el preámbulo de la perdida de objeto o de una parte de ella: es la señal.
Lacan define que la angustia en esta fase viene del Otro, por el agotamiento del seno, del cual el infante no se quiere separar, está suspendido como un ´´vampiro´´. La falta como característica de lo que es un deseo en el sujeto, que Lacan alude como el fantasma que es el axioma o el principio que rige el funcionamiento del deseo como deseo de nada. Es lo que une al sujeto con el a, como lo oculto que no es preciso identificar, que es inalcanzable, no conceptualizable. Como se puede apreciar en el esquema óptico donde el S del sujeto, donde está ubicado el florero que se refleja en el espejo del Otro, se encuentra más acá de ese espejo, he ahí donde en la pulsión oral, se encuentran las relaciones (99). Pero más allá de ese corte está la relación del sujeto con el encuentro del objeto parcial. El deseo funciona en esa representación que puede tener el infante cuando duerme y sonríe y, afirmaba Freud, el infante alucina el pecho de la madre. Eso es lo que lleva la huella de algo que se ha perdido en esas primeras etapas de crecimiento del infante.

Jacques Lacan se pregunta en esa pérdida primordial como arquetipo o modelo de una castración que no es todavía, cuando se llega a una etapa más avanzada, que es el complejo de castración. En este nivel asistimos a una verdadera inversión del punto del deseo y el lugar de la angustia.

Jacques Lacan hace un paralelo de la fase oral, con lo que viene a ser de manera ``definitiva ´´el asumir la castración, cuando los sujetos valoran que el falo, tanto el hombre como la mujer no lo tienen. En relación al objeto a como prohibición, interdicción por parte de la ley que dicta el padre, o como afirma de parte de la madre con relación al objeto que algunos califican de madre castradora, aquella madre que no posibilita la caída del objeto a, la falta. El ejemplo está en las madres que a toda hora acceden a satisfacer las demandas del sujeto. Si en esta fase se establece la diferencia de los sexos, y la función del órgano de cada uno, Lacan dice que es en el contexto del órgano copulatorio como función de corte- orgasmo- limitación privación- limites de erección. Aquí alude Lacan a la relación de la copulación de una erección e introducción en una cavidad como es la vagina de la mujer y el parecido al florero en la fase del espejo, e introduciendo un objeto. Afirma Lacan en su seminario de la angustia en una clase, que en ese contexto, la angustia en la fase del espejo era el tránsito de lo biológico a lo psíquico; la relación del i(a) al i`(a); en la fase donde se hace énfasis en la diferencia de los sexos y donde el orgasmo es el clímax del amor, el goce de una relación sexual, la angustia dice Lacan del punto de angustia, es el orgasmo mismo, como experiencia subjetiva.(100)

Esta simetría entre una etapa como la fase oral que define como una castración ``primaria ``en el sujeto y la castración propiamente dicha, la simbólica, tiene una homologación en que la angustia de la primera existe cuando el sujeto queda suspendido como un vampiro al seno que no fluye nada, y en la segunda donde el orgasmo es una satisfacción y Lacan dice que produce angustia que es lo más certero del sujeto en relación con el deseo. El deseo y la angustia no coinciden en los dos casos anteriores. Y es que, sin duda, debemos ver el origen del enigma que nos ha legado Freud en su experiencia, y es la cuestión del falo, el menos fi.

El deseo es una falacia, y es que siempre se dirige a nada, no tiene un objeto definido, fijo; el a es un resto constituido por una relación que se establece entre el sujeto y el Otro que viene allí en su auxilio. La certeza de ese vacío está en el cuerpo del sujeto. Como dice Lacan no hay ningún objeto que lo pueda llenar, o remplazar al que se ha caído; es tal la relación del sujeto con el Otro, que el deseo es igual en ambos, pero está mediado por un real, que no se llega a descifrar por mucho que haya un significante que simbolice eso de lo real. La experiencia del deseo, es lo que resta cuando el deseo es satisfecho, lo que resta, si podemos decir, al fin del deseo; fin que es siempre el resultado de una equivocación.
El objeto cae del sujeto esencialmente en relación con el deseo. Que el objeto cae en esa caída, es una dimensión que conviene acentuar esencialmente, para franquear ese paso de más, al que alude Lacan en su seminario de la Angustia. A nivel del a es por el falo, el falo en tanto que es, en la copulación, no solo un instrumento del deseo, sino un instrumento que funciona de una cierta manera , a un cierto nivel animal; es por esto que se presenta en posición de a con el signo menos.
La mujer no tiene, y supuestamente el hombre se cree en el valor de tener, un falo; pero no es más que eso, un mas fi, que representa metafóricamente lo que cree que tiene, pero no es simplemente algo de lo imaginado, de lo representado en ese órgano, que no es mas que la simbolización de una falta, una separación con lo que realmente no posee.

Salomón dijo; hay cuatro cosas de las cuales no puedo decir nada, porque de ellas no queda huella- la de la estela del águila en el cielo, la de la serpiente sobre la tierra, la del navío en el mar y la huella del hombre, el acento está puesto, incluso sobre la joven. Ahí se trata del deseo y no de lo que adviene cuando es el objeto como tal lo que se hace valer.(101)

Si bien Freud dejó planteada la envidia de la mujer por el pene del hombre, como siendo éste la representación fálica. ¿Como toma Lacan esa situación de que la mujer está en falta al igual que el hombre?

Tanto para uno como para otro, la relación con el objeto pequeño a es algo determinante. El hecho de que la mujer busque lo que ella cree tiene el hombre, el falo, es realmente desde un punto de vista imaginario. El hombre cree poseerlo, pero realmente en el drama edípico de la mujer como del hombre, ese falo hay que buscarlo no donde tanto uno como otro piensan; la mujer dirá que es él quien lo tiene y me puede dar ese falo, o el hombre que teme perderlo en la castración propiamente dicha. Pero como dice Lacan, en la realidad lo que se pierde es del orden de un deseo, que se experimenta como la caída del objeto pequeño, un resto que es irreductible.
Si resulta que ella se interesa como tal en la castración (menos fi), esto es, en tanto que ella va a entrar en los problemas del hombre, es secundario, es la cuestión del falicísimo de la mujer (102).
Lacan pone el caso del hombre Don Juanesco, como aquel seductor de mujeres que las conquista, después las engaña, y las abandona a su suerte. El ejemplo de que él como hombre cree tener aquello que le interesa a la mujer, y por lo cual la seduce, pero luego ella se da cuenta que realmente no da nada de nada. Don Juan huye de la mujer conquistada, como el asesino de la escena del crimen. El se crea esa fantasía de tenerlo, así como se lo cree la mujer en su fantasía. Dice Lacan que el Don Juan tiene un fantasma femenino.

Lacan, tomándolo de la clínica, alude a otro ejemplo de lo que el define como la erotomanía; sobre todo en el caso de la mujer, que se encuentra enamorada de un hombre, al que le atribuye unas determinadas condiciones, y que tiene que ver con lo que es el objeto de su mismo enamoramiento o deseo. Pero el mismo Lacan dice en el caso de Santa Teresa de Jesús, que dicho hombre es un engaño por ser inalcanzable para ella, por la condición social, económica, o laboral.
Es la castración lo que permite ver el a como aislado. Para la erotómana, no hay necesidad de que el trabajo esté preparado; ella misma lo hace;

El menos fi, es ese vacío del florero, el mismo define al homo faber; si la mujer, se nos dice es la tejedora, el hombre el alfarero, y éste es incluso el único sesgo por donde se realiza en la especie humana, el fundamento del estribillo(,,,) el hilo es a la aguja como la chica al muchacho; esto no es algo natural. (103)

Si se calcula que la mujer no lo tiene, el equivalente al florero vacío, busca en el hombre el dicho objeto a perdido, el falo, para ponerlo en su cuerpo vacío. Es realmente la paradoja tanto para el uno como para el otro. Como dice Lacan, la mujer es la tejedora, la que hace el tejido, y es el hombre el que hace el objeto para decorar, lo que se coloca en eso vacío; en este caso el florero. El cuerpo de la mujer es el florero, y el pene el objeto fálico.
La presencia fantasmática del falo, entiendo del falo del Otro, en el fondo de ese florero, es un objeto cotidiano de nuestra experiencia analítica. Desde luego, hay algunas cosas que se encuentran dentro de ese florero, y muy interesantes para el deseo: el ovulo, por ejemplo. Pero, en fin, este viene del interior y nos prueba que, si hay florero.

El objeto del deseo, para el hombre, no tiene sentido sino cuando ha sido vuelto a verter en el vacío de la castración primordial. Esto se constituye no con la entrada al Edipo de los partenaires sino cuando se resuelve el complejo a partir del narcisismo secundario, es decir en el momento en que se desprende o cae de i(a) la imagen narcisista (104).

La banda de Moebius le sirve a Lacan para dimensionar en una representación lo que seria esa marca o escritura en lo real (105) del sujeto, cuando bordea esa superficie que hemos dicho es lo erógeno (106); y como en la gramática el significante empieza a dar forma a eso que se demanda o se desea, cuando algo de lo real no puede ser significado, ni representado. Solo como afirma Lacan es articulado en lo que realmente no es, como agente. En ese i(a) a i(a`), el paso es lo que genera angustia. Es el homologo en la banda de Moebius pasar de un lado a otro, teniendo en cuenta la apariencia de que dicha banda es una sola superficie, un solo lado. Es asumir un menos con un más en relación a la imagen que se refleja en el espejo, lo equivalente del florero, el vacío de un resto, y como dice Lacan, cuando se le ponen algunos objetos como para llenarlo, siempre hay un vacío, que nos dice que el florero no es completo en relación a los objetos que contiene. Ese vacío es lo que se determina en un afecto para el sujeto.
¿Por qué? Porque lo que viene a llenar a medias el hueco constituido por la castración original, es ese a minúscula en tanto que viene de otra parte, en tanto no es soportado, sino constituido, por intermedio del deseo- supuestamente el Otro lo tiene (107).
Si en esas primeras etapas en las que el sujeto va trasegando, como lo definía Sigmund Freud en relación al establecimiento de la libido, en cada una de las etapas donde iba catetizar un objeto, se constituía para Lacan en el preámbulo de la castración propiamente dicha, ya en una etapa mas avanzada, donde se puede ejemplificar que el falo es algo que se constituye y es exterior al sujeto.
Cuando se establece por la castración primordial donde se hace un agujero por la pérdida de algo ``original ``, dice Lacan que el fenómeno de la circuncisión encarna un sentido propio del término. El circunciso, y la circuncisión tienen todas las coordenadas, toda la configuración ritual, e incluso mítica, los primordiales accesos iniciáticos que son aquellos donde se opera, la relación mas evidente con la normativización del objeto del deseo. El circunciso (108) esta consagrado, consagrado incluso menos a una ley que a cierta relación con el Otro, con el A mayúscula, y es por eso por lo que se trata del a minúscula (109).

El plus de goce es un efecto del significante, y su relación con el objeto a.

El goce es el resultado de una acción significante en lo real. Lo real es el objeto a, y ello tiene que ver como dice Lacan con ese goce en los sujetos que es el orgasmo, con eso que se juega con el instrumento con la detumescencia. Ese goce como culmen de la satisfacción de un deseo.
Freud según Lacan intuyó una cierta fuente de angustia en esa relación con el coitus interruptus. Es justo por la misma naturaleza de la relación sexual, el instrumento aparece con relación al orgasmo súbitamente destituido. Esto es por lo que de alguna manera la no erección y el orgasmo dan como resultado algo en relación a la angustia.
El sujeto puede llegar a la eyaculación, pero es una eyaculación en el exterior, y la angustia es justamente provocada por este hecho que está puesto de relieve, por eso que he llamado la puesta afuera de juego del aparato, del instrumento de goce. La subjetividad, si ustedes quieren , está focalizada sobre la caída del falo; existe también en el orgasmo como satisfacción.
La cuestión del falo en su caída es el equivalente a cuando la copulación entre un hombre y una mujer es vivenciada como una falta, un vacío que se experimenta como lo que es el deseo (110). Eso es la castración, la perdida de algo que se reactiva en cada experiencia de manera distinta, en ´´encontrar ´´que el falo que como dice Lacan no esta ni en uno ni en otro; está en otra parte.
En tanto que el deseo no está situado estructuralmente, no está distinguido de la dimensión del goce, en tanto que la cuestión no es saber cuál es la relación y si hay una relación para cada sujeto entre deseo, especialmente el deseo del Otro y el goce; todo el asunto esta condenado a la oscuridad (111). El sujeto, bien arriba a la derecha, en la medida en que por nuestra.(¿???)
La castración Lacan la define en relación a la posición masoquista como deyecto, un residuo, escoria, algo caduco en su significación. Lo vemos en su representación imaginaria, como un objeto parcial al que se ´´agarra ´´el sujeto neurótico; es un fantasma. La angustia está del lado del eros, del goce y del deseo.   

´´Solo el amor permite al goce condescender con el deseo (112). ``Es un aforismo lacaniano.

El a es un objeto que el mismo Lacan define como lo que no se puede conceptualizar. Sólo por vía de lo imaginario o de lo simbólico podemos tener una representación parcial de lo que es el a, pero el acceso al a no es a lo real, sino lo que esta en juego con el Otro, su entrada.
Desear, entonces, al Otro A, no es jamás desear sino ``a ``. Queda, puesto que es del amor que he partido de mi primer aforismo, que, para tratar del amor, como para tratar de la sublimación.(¿???)
El fenómeno del amor es una realidad en el sujeto; busca en el otro eso que aparentemente le falta, pero que realmente no lo tiene; es una manera que como dice Lacan en el amor hay un rasgo con ese otro por la vía de un significante en la cadena. El amor se sustenta en la palabra que viene del Otro. El amor no es ni el primero ni el último termino; lo irreductible es ``a``
La relación de un hombre y una mujer no es tanto por la vía del amor. sino por causa de lo que es el deseo y el goce. Decimos entonces que plantear al sujeto como deseante (eros) es ponerse en falta de un ´´a ´´. Lo que se trata es de sustentar, que existe por la vía que el sujeto abre la puerta al goce de su ser; de su falta en ser, representado por un significante que lo nombra.
El sujeto es hablado por otro, identificado en el Otro, y por esa vía de un yo que se relaciona con otro como distinto, diferente, y parecido o semejante algo que quiero, deseo. El sujeto se pone como eromenos, es decir como amable (deseado), pero lo que se lee es algo de lo perdido, donde el Otro como objeto es una réplica.

Cuando el sujeto se identifica con la mirada del Otro, en el espejo, en su reconocimiento de un yo, es como lo que dice Lacan del rasgo unario, pasar de un yo reconocido por el deseo del Otro. O sea, hay un sujeto que es amado como tal, por el nombre que se le da, y el juego que se establece en esa relación de amor, mediada por el don de la palabra.
El amor sublimación del objeto permite al goce, para repetirme, condescender al deseo. El deseo es límite al goce- la cuestión de la pulsión de muerte, es limitada por una de vida; el placer, limita ese goce.
Lo que el Otro quiere necesariamente, sobre esta vía (a) que condesciende a mi deseo, lo que quiere, incluso si no sabe en absoluto lo que quiere es sin embargo necesariamente mi angustia. (113)
Los sujetos se definen con relación a la falta en tanto una mujer quiere mi goce, es decir gozar de mi, eso dice Lacan tiene otro sentido- que ella suscita en el hombre su angustia, pues no hay un deseo como tal completo, sino implicando la falta, la castración. Es en la medida en que se trato del goce, es decir, en que es mi ser lo que ella quiere (el falo) que no lo puede alcanzar sino castrándome.

Bibliografía.

Por Andel Balseiro. El Toro: Introducción a la topología del sujeto en Lacan. Punto de fuga. Revista de la sección clínica de Madrid, Nucep. Issn 2695-270 X.
Claude Levi Strauss. Estructuras elementales del parentesco, Editorial Paidós, 1984.
Diana Rabinovich Pudor y violencia. psicoperspectivas revista de la escuela de psicología facultad de filosofía y educación pontificia universidad católica de Valparaíso vol. VI 2007.
Freud Sigmund. Inhibición, síntoma y angustia, volumen XX, Editorial Amorrortou, Buenos Aires, Argentina. 1978.
Freud Sigmund. Psicopatología de la vida cotidiana, volumen VI, Amorrortou, Buenos Aires, Argentina, 1978.
Freud Sigmund. Pulsión y destinos de pulsión, volumen 14, Editorial Amorrortou, Buenos Aires, Argentina, 1978.
Freud Sigmund. El caso Juanito, obras completas Editorial Amorrortou, volumen Buenos Aires, Argentina, 1982.
Freud Sigmund .´´Pegan a un niño.`` Editorial Amorrortou, volumen XVII, Buenos Aires, Argentina, 1978.
Freud Sigmund. Tres ensayos de una teoría de la sexualidad, volumen VII Editorial Amorrortou, Buenos Aires Argentina, 1978.
Freud Sigmund. De las conferencias de Introducción al psicoanálisis volumen XVI, Editorial Amorrortou, Buenos Aires, Argentina, 1978.
T.C. Hales. The Jordan Curve Theorem, Formally and Informally. The American Mathematical Monthly 114 (10): 882–894, 2007.
Jacques Lacan. Seminario de la Angustia, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006.
Jacques Lacan, La lógica del fantasma, (1966-7), Seminario catorce. Editorial Paidós Buenos Aires, Argentina, 2006.
Jacques Lacan. Escritos I y II Editorial Siglo XXI. México, 2009.
Jacques Lacan. Seminario IX “La identificación” (1961-1962).Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina,
Jacques Lacan. Seminario cinco las formaciones del inconsciente, Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina.
Jacques Lacan. De otro al otro, Seminario 16, Editorial Paidós, Buenos Aires Argentina,
Jacques Lacan. De la psicosis paranoica y sus relaciones con la personalidad. Editorial Siglo XXI, 2013
Michel Sauval. Seminario de la Angustia, de Lacan, Jacques,  Lectura y comentarios de la sección 6 de marzo de 1963. Esquema de la división subjetiva. www.sauval.com .
DAF. Sade, Historia de Juliette, t-1, Sceaux, chez. J-J Pauvert ; o OC. J-J Pauvert, 1987, t-8; o OC. CLP,(Cercle du livre precieux), éd, de G. Lely, Paris, 1967, Vol IV, t, 8.
Ricardo E. Rodríguez Ponte. La angustia, Seminario X, 1962-1963, De Jacques Lacan (versión critica),Revista Acheronta. Argentina. Michel Sauval.

Notas.

(1) Es algo así como la banda de Moebius de una costura y de un solo lado.

(2) Karl Marx- Federich Engels. Obras fundamentales: Sobre las teorías de la plusvalía, III. Tomo IV de El Capital. Fondo de Cultura Económico, México, 1980.

(3) Véase el texto de Claude Levi Strauss. Estructuras elementales del parentesco, Editorial Paidós, 1984, p 584.

(4) Que sería la represión.

(5) La media es una prenda de vestir que en las mujeres tapa algo y deja ver algo.

(6) Pero que no se puede cuantificar, ni el sujeto da cuenta de ello. Es decir, no hay relación sexual.

(7) El significante es la causa del goce. Es el significante un referente.

(8) Jacques Lacan, Seminario La relación de objeto Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina, 2008.

(9) La posición dualista en Freud. Soma – Psiquis. Sigmund Freud, Pulsión y destinos de pulsión, volumen 14, Editorial Amorrortou, Buenos Aires, Argentina, 1978.

(10) Véase el complejo de Edipo, cuando el se saca los ojos, por querer saber mas de lo que estaba prohibido. La tragedia de Edipo, de Sófocles.

(11) El sadiano se engalana en una postura que le permite dar a entender que se encuentra al servicio del placer. Del consentimiento mutuo, de lo que debe de ser algo sano y por ende consensuado.

(12) Como es que los deseos y las lujurias mas oscuras se tornan en pro de una satisfacción que solo se jacta de consumir todo a su paso. 

(13) La angustia ligada como afecto a un objeto.

(14) Sigmund Freud, De las conferencias de Introducción al psicoanálisis, volumen XVI, Editorial Amorrortou, Buenos Aires, Argentina, 1978.

(15) Sigmund Freud. Pulsión y destinos de pulsión. Editorial Amorrourtou,,,, Ídem.

(16) Jacques Lacan. Seminario de la Angustia, clase 13, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina,  2006, pp 185 y ss.

(17) Es precisamente por esto que a simboliza aquello que en la esfera del significante, es siempre lo que se presenta como perdido en la significantización. Jacques Lacan. Seminario diez de la Angustia, clase 13 de marzo de 1963, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006.

(18) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidós,  2006, página 36.

(19) Ídem, página 175

(20) Ídem

(21) Ídem.

(22) En ese sentido, si por un lado puede ser válido decir que "este a sobre S es lo que completa la operación de división", es incongruente, matemáticamente hablando, decir que "$ es equivalente a a sobre S" (subrayado mío), primero porque $ es el resto y no el cociente de la división: "a sobre S" (el cociente de este segundo paso serían los decimales que habría que agregar al cociente del paso anterior), y segundo, porque la división "a sobre S" solo podría tener una "equivalencia" (igual valor) si su resto fuera cero. Véase Michel Sauval. Seminario de la Angustia, de Lacan, Jacques,  Lectura y comentarios de la sección 6 de marzo de 1963. Esquema de la división subjetiva. www.sauval.com .

(23) Hay una diferencia entre objeto y objetivo. Según Lacan Jacques en su seminario de la angustia.

(24) La cuestión del rasgo unario; i(a) i(a`).

(25) Asimétricas. A diferente de A. Porque algo se excluye. Véase La instancia de la letra en el inconsciente. Jacques Lacan Escritos 1 y 2. Editorial Siglo XXI. México 1977

(26) Seminario de La angustia, Clase 9, Jacques Lacan, Editorial Paidós.

(27) Lo familiar, lo parecido a lo ominoso en Freud, y esto tiene que ver con la angustia.

(28) La botella de Klein: geometría 'palindrómica' — Cuaderno de Cultura  Científica

(29) Estos objetos son imaginarios ´´satisfacen ´´ temporalmente el deseo.

(30) Mónica Lidia Jacob .Comentario acerca de la división significante del sujeto. www.alaletra.com, p 10.  

(31) Jacques Lacan. Esquema de la división subjetiva. En el seminario de la Angustia, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006.

(32) Véase en matemáticas La teoría de conjuntos. Los elementos del conjunto como se calculan. Mónica Jacobo. De la lógica a la topología en psicoanálisis: un recorrido posible. Psico-mundo. Red de seminarios de Psicoanálisis.

(33) La figura del Toro no es una metáfora, es la estructura del sujeto.

(34) La relación entre saber y verdad. El discurso del paciente es un S2 sobre un resto a.

(35) Lacan, Jacques. Función y campo de la palabra y del lenguaje en Psicoanálisis. En Escritos 1. México, Siglo XXI. 1971

(36) “Esa estructura es diferente de la especialización de la esfera o de la circunferencia en la que algunos se complacen en esquematizar los límites del ser vivo y de su medio: responde más bien a ese grupo relacional que la lógica simbólica designa topológicamente como un anillo``. El Toro: Introducción a la topología del sujeto en Lacan Por Andel Balseiro. Punto de fuga. Revista de la sección clínica de Madrid, Nucep. Issn 2695-270 X.

(37) Estos lazos son curvas que se pueden hacer en una superficie. También se les denomina curvan de Jordán teorema de Jordán: Teorema de la curva de Jordán. Toda curva cerrada simple del plano lo divide en dos componentes conexas disjuntas que tienen la curva como frontera común. Una de estas componentes está acotada (el interior de la curva) y la otra es no acotada y se le llama exterior. Algunas se pueden reducir a un punto dentro de la superficie del Toro otras no. T.C. Hales. The Jordan Curve Theorem, Formally and Informally. The American Mathematical Monthly 114 (10): 882–894, 2007.

(38) Lacan, Jacques dará su pleno sentido a estos lazos irreductibles en el Seminario IX “La identificación” (1961-1962). Buenos Aires, Versión inédita, 2009.

(39) El deseo se satisface con pequeños objetos imaginarios.

(40) Podemos poner el ejemplo de que la banda de Moebius es la representación de la estructura del sujeto del inconsciente. El primer ejemplo de ello es la banda de Möebius como la estructura del “sujeto del inconsciente”. Lacan (2009) en su esquema R (esquema del neurótico) propone un movimiento topológico uniendo las letras “i” (imagen especular) con “I” (Ideal del yo) y “M” (significante del objeto primordial) con “m” (yo). La unión resulta en una banda de Möbius. Jacques Lacan, De una cuestión preliminar a todo tratamiento de la psicosis. Escritos Editorial Siglo XXI, México, 1971.
                                                       page10image2774304
Lacan, Jacques lo explica de la siguiente manera: “Así́, se consideran los vértices del triangulo simbólico: I como ideal del yo, M como significante del objeto primordial, y P como la posición en A del Nombre-del-Padre, se puede captar como el prendido homológico de la significación del sujeto S bajo el significante del falo puede repercutir en el sostén en el campo de la realidad, delimitado por el cuadrángulo MimI. Los otros dos vértices de éste, i y m, representan los términos imaginarios de la relación narcisista, o sea, el yo y la imagen especular” (pág.. 529). Escritos 1 y 2 de Jacques Lacan, México Siglo XXI, 2009.

(41) Jacques Lacan Seminario cinco las formaciones del inconsciente, Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina, 2010.

(42) El discurso para Lacan Jacques hace referencia al S2.

(43) Sigmund Freud. Psicopatología de la vida cotidiana, volumen VI, Amorrortou, Buenos Aires, Argentina, 1978.

(44) Se refiere al esquema de la división del sujeto en el seminario de la Angustia.

(4) Es ese abrir y cerrar de ojos. O en el teatro cuando se abre el telón de una representación teatral,,,

(46) Esta en relación a la demanda como una manera de `` satisfacer ``el deseo temporalmente.

(47) De la impotencia que tiene el Otro de no poder satisfacer el pedido del Otro, del sujeto. Porque en ultima instancia la necesidad en el fondo pasa por una falta.

(48) Es el caso de las madres castradoras.

(49) Véase lo que es le acting- out y pasaje al acto. En el seminario de la Angustia. Lacan Jacques. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2006.

(50) Véase el análisis que hace Lacan del Duelo en la obra de Shakespeare. Hamlet. Seminario de La angustia, Ídem.

(51) El caballo se cae. El caso Juanito, Sigmund Freud, obras completas Editorial Amorrortou, volumen Buenos Aires, Argentina, 1982.

(52) Clase trece del seminario de la Angustia, de Jacques Lacan, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2006.

(53) Ese vor etwas de Freud darle inmediatamente soporte. Es lo que el llama peligro. Pues si bien ya he señalado su carácter problemático, cuando se trata de un peligro exterior, en otros términos que es lo que advierte el sujeto  que es un peligro sino el propio miedo, sino la angustia, el sentido que puede tener el termino de peligro interior esta tan ligado a la función de toda una estructura a conservar, de todo el orden de la denominación de la defensa, que no vemos que en el termino mismo de defensa la función del peligro esta en ella misma implicada, pero no por eso esta aclarada. Clase 13 del Seminario de la Angustia, de Jacques Lacan.

(54) Es claro que la extracción del objeto a se trata de una operación lógico- matemática. No hay que quitar nada a nadie materialmente del cuerpo. Es así como la banda de Moebius la estructura del inconsciente no tiene ni interior ni exterior. No es sacar algo de adentro.

(55) De ese objeto pequeño a. Que como dijimos no es especular, ni se puede decir nada de él.

(56) Dice Lacan que el caballo no es un objeto, sino un significante dentro de lo que se narra en el caso clínico de Freud.

(57) Se refiere a la escena primaria.

(58) Véase el caso de lo ominoso en Freud. Como eso familiar en el sujeto le sorprende, como algo inesperado impredecible.

(59) La cuestión de la transferencia. El paciente le supone al analista un saber de lo que a el le pasa. Esto dirá Lacan Jacques el sujeto supuesto saber, que ocupa el analista.

(60) Véase el complejo de Edipo, cuando el se saca los ojos, por querer saber mas de lo que estaba prohibido. La tragedia de Edipo, de Sófocles.

(61) El sadiano se engalana en una postura que le permite dar a entender que se encuentra al servicio del placer. Del consentimiento mutuo, de lo que debe de ser algo sano y por ende consensuado.

(62) Como es que los deseos y las lujurias mas oscuras se tornan en pro de una satisfacción que solo se jacta de consumir todo a su paso. 

(63) Mas adelante veremos como de la cuestión del Márquez de Sade, según Lacan, Jacques.

(64) Pudor y violencia. Diana Rabinovich psicoperspectivas revista de la escuela de psicología facultad de filosofía y educación pontificia universidad católica de Valparaíso vol. VI 2007 [pp. 73 - 81]

(65) DAF. Sade, Historia de Juliette, t-1, Sceaux, chez. J-J Pauvert , p 77; o OC. J-J Pauvert, 1987, t-8, p, 109; o OC. CLP,(Cercle du livre precieux), éd, de G. Lely, Paris, 1967, Vol IV, t, 8, p 71.

(66) Lacan Jacques Versión critica de 1963. Escritos 2 , Siglo XXI, México, 1971.

(67) Lacan Jacques versión de 1966 pp 768-9. Escritos I y II, Editorial Siglo XXI, México, 1971.

(68) El significante, cuando viene del Otro, y es asumido por el sujeto, pone limites al goce. Es que un significante como producción en el sujeto, produce un plus de goce. La ley es prohibición, y tiene unas normas que lo regulan desde el punto de vista del derecho.

(69) Informe teórico presentado en el XI Congreso de los psicoanalistas de lengua francesa, reunido en Bruselas a mediados de mayo de 1948. Jacques Lacan Escritos II, Editorial siglo XXI, México, 1971.

(70) Estos conceptos no tienen nada que ver con Hegel, sino que el sujeto aparece y desaparece.

(71) Véase el texto de Jacques Lacan La agresividad en psicoanálisis en Escritos I y II, Editorial Siglo XXI, 1971.

(72) Lacan Jacques Acerca de la causalidad psíquica,  Escritos 1 y 2, Editorial Siglo XXI, México, página 173.

(73) La tesis de Lacan Jacques. De la psicosis paranoica y sus relaciones con la personalidad. pagina 275

(74) Lacan, Jacques. En psicoanálisis y medicina, Escritos 1 y 2, Editorial Siglo XXI, México,1966, pagina 92

(75) Por lo que es la falta.

(76) Jacques Lacan La lógica del fantasma, (1966-7),  Seminario catorce. Editorial Paidós Buenos Aires, Argentina, 2006.

(77) Es victima de su propio invento. El ser objeto residuo hace que dicha identificación en la escena que el monta, es insostenible, por lo que hace que el acceda a un deseo como ley, que posibilita la prohibición del plus de goce, al que el quiere ser como un objeto deyecto. La mierda que se bota y que no sirve. Freud habla de la posición pasiva en la construcción del segundo movimiento de la fantasía. Sigmund Freud. ´´Pegan a un niño.`` Editorial Amorrortou, volumen XVII, Buenos Aires, Argentina, 1978.

(78) Lacan, La lógica del fantasma, sesión del 14 de junio de 1967. Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina.

(79) La falta falta. Aparece el objeto, angustia.

(80) Lacan, Jacques. Seminario de la angustia, Editorial Paidós, Buenos Aires Argentina,  año 2006, pagina 120.

(81) Freud Sigmund abordo dicho tema en el texto de Tres ensayos de una teoría sexual, y en el apartado de las perversiones con relación al tema del masoquismo, se establece la diferencia entre un masoquismo erógeno, femenino y otro moral. Sigmund Freud. Tres ensayos de una teoría sexual, Volumen VII, Editorial Amorrortou, Buenos Aires, Argentina 1982.

(82) Se refiere al sujeto que se somete a una voluntad de poder, no solo el que lo infringe, sino que el mismo masoquista se inflige dolor, porque se pone como lugar de objeto a, donde hay otro que desde el punto de vista de su fantasía lo somete. Me refiero al masoquismo moral, donde hay un sentimiento de culpa, el Otro es un superyó que insta al goce, como voluntad de poder. El caso del Marques de Sade. Lacan Jacques, Kant con Sade, Escritos I y II, Editorial Siglo XXI, México, 1971.

(83) Ese otro, es una figura parental internalizada, que partiendo de Freud es el superyó. Véase el caso del pequeño Hans en la construcción analítica de la segunda fase de la fantasía, cuando es golpeado por otro.

(84) Clase 8 del Seminario de la Angustia, en Lacan, Jacques. Estenotipia de Ricardo Aponte Rodríguez.

(85) Ese objeto a como desecho, residuo. El busca identificarse con ese objeto en la posición ante el dolor, o el sufrimiento que recibe. El placer como dolor, esto es goce.

(86) Señor porque me has abandonado. Ahí se produce la angustia de Dios.

(87) En el masoquismo esa voluntad de goce fracasa cuando aparece en el sujeto la angustia, por el desfallecimiento del cuerpo como resto que cae, y cuando cae adviene según Lacan que dicha angustia genera una resistencia a ese goce, dando paso a un deseo, es decir acceder a una prohibición.

(88) Lacan, Jacques. 1968-9-22, Seminario 16, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2006.

(89) La dimensión divina viene del Márquez de Sade- voluntad de goce. Soy feliz con el mal que hago a los otros. Como Dios es feliz con lo que me hace ( Sade 446). El sádico obedece al Otro, se consagra a su goce a la maldad.

(90) De ese Otro como ya internalizado para el perverso.

(91) Jacques Lacan Seminario de la Angustia, Editorial Paidós, Buenos Aires Argentina, pagina 180

(92) Freud habla de la posición pasiva, como algo de lo femenino. Es una forma de identificar una cualidad de lo femenino en la mujer.

(93) ¿Como una media, estamos hablando topológicamente de la figura del toro?

(94) Jacques Lacan. Seminario de la Angustia,  El deseo sádico, sección del 16 de enero de 1963. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2006.

(95) Del Otro del cual dice goza. Es decir, el sádico no sabe que goza, pues esta sometido al mandato de otro que le exige que someta a la victima como un instrumento de goce.

(96) Esto se refiere al esquema primero y segundo del análisis que hace Lacan en los Escritos sobre el Marques de Sade-

(97) La angustia ligada como afecto a un objeto.

(98) El Croos cap su costura es un corte. El del significante del analista en una sección clínica.

(99) Si el fantasma se debilita aparece la angustia. El fantasma es el soporte del deseo.

(100) Esta aludiendo al corte, a la perdida de un objeto. Ese mas acá genera un lugar para la angustia.

(101)   Es la posibilidad de no poder sostenerse o mantener ese estado por mucho tiempo. Ese goce de por si tiene los limites, y como alude Lacan produce en el sujeto esa angustia, no poder renovarlo como desearía el sujeto. Hay un momento, del orgasmo, pero este tiene su limite. Ese limite produce una angustia. Clase 18 Seminario de la   Angustia, Jacques Lacan,,,Idem.

(102) Jacques Lacan. Seminario 10. La angustia, sección del 27 de marzo de 1963, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006.

(103) Entra en una lucha de poder de alguna manera, de encontrar para ella eso que cree le falta, no lo tiene y si aparentemente el hombre. Pero aquí se trata del falo como objeto prohibido, y de cierto poder. No es poseer un objeto, es tratar de representar eso perdido mediante lo que es una falta, eso es el deseo. Reglamentado por una prohibición, de algo que jurídicamente falta, por que es prohibido.

(104) Jacques Lacan. Seminario 10, La angustia, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006.

(105) Esto depende de un proceso de identificación, donde el rasgo unario juega un papel importante.

(106) La marca es una escritura de una falta, pero que no deja huella, solo es huella cuando es del registro del Yo. Ver diferencia entre marca y huella en Lacan

(107) Ese borde o costura es lo que posibilita pegar los dos extremos de una cinta, que al hacerle una media torsión queda como una superficie donde lo de adentro y fuera de la banda, es una completa circulación de continuidad de la verdad y el saber. Es el equivalente de un ocho interior, donde si una hormiga circula por una superficie hasta llegar a otra aparentemente distinta. Esto es lo que tiene que ver con el síntoma, como el velar de una realidad. Es la relación de un discurso con una verdad.

(108) Esa relación de sujeto objeto. Yo tu en relación dialéctica.

(109) Un resto del cuerpo que se desprende del mismo. Pero que metafóricamente en relación al cuerpo, el corte se da por la vía del significante, produciendo un efecto en lo real.

(110) ``Castigaré a todo circunciso en su prepucio``. En este punto para indicarles que es precisamente de cierta relación permanente con objeto perdido como tal que se trata, y que es solamente en la dialéctica de ese objeto a como cortado y mantenido, sosteniendo, presentificando una relación esencial con esa separación misma, que efectivamente podemos concebir de que se trata en este punto, que no es único en la biblia lejos de eso, en esa puntita de carne que constituye el objeto del rito. Incircunciso de los labios `` incursiso  ``del corazón, tales son los términos que, a todo lo largo del texto,,,,, subrayando de que se trata de una separación esencial con cierta parte del cuerpo, cierto apéndice, con algo que, en una función, se vuelve simbólico de una relación con el cuerpo propio para el sujeto en adelante alienado, y fundamental. Jeremías parágrafos 24 y 25 del capitulo 9. Clase 17 seminario de la Angustia Lacan, Jacques., Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006.

(111) La caída del falo.

(112) ¿Lo real como imposible?

(113) Lacan Jacques. Seminario X de la Angustia, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006, p 193.

(114) Lacan Jacques. Seminario diez de la Angustia, clase 14 13 de maro de 1963, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina, 2006.

Volver al sumario de Fort-Da 15

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet