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Número 16 - Noviembre 2024
Un siglo de clínica psicoanalítica con niños.
Un linaje teórico y clínico que continua y se fortalece recreando las mismas preguntas:
¿cómo favorecer los procesos de humanización en las infancias y adolescencias hoy.
Clínica del desvalimiento en un hospital

Lorena Patricia Aguirre

RESUMEN

Este texto se compone de teorizaciones, argumentaciones y resultados de investigación centrados en la problemática de las infancias y adolescencias institucionalizadas (1) que transitan internaciones y/o tratamientos en hospitales públicos en Argentina. El plural remite a la gran heterogeneidad de realidades desde diversas perspectivas históricas, sociales, culturales y económicas que tiñe cada historia de vida con la singularidad propia de lo subjetivo y convoca una clínica particular que va a “contracorriente” de un sistema que esta invisible pero instituido en Argentina, como en otros países también: sistema tutelar (2) y de mercado con la feroz industria farmacológica (3) de la mano de la ciencia en su amplio aspecto con sus procesos de patologización y medicalización de la infancias y adolescencias actuales.
Esta clínica particular (4) se ubica en la filiación teórica e histórica de dos campos: en primer lugar del campo de saberes interdisciplinarios de infancia e instituciones que tiene amplios desarrollos teóricos argentinos, y a su vez se emparenta con los pioneros de la Argentina en la temática de la práctica clínica psicoanalítica de las infancias y adolescencias en el ámbito hospitalario. De esta manera, este articulo fortalece los aportes históricos mencionados profundizando este objeto teórico y empírico delimitado llegando a orillas que abren nuevos caminos.

Introducción. Un siglo de trabajo con infancias y adolescencias en las instituciones.

El abordaje del sufrimiento psíquico de las infancias y adolescencias tiene su historia en Argentina y a la cual este artículo se filia y hace un enlace con el tratamiento social de la infancia ya que sus fundamentos teóricos tocan dos orígenes: la clínica psicoanalítica clásica y el campo teórico de las infancias e instituciones. Ambos orígenes se refuerzan e interactúan en el que hacer de un psicoanalista en un hospital de niños. Allí se juega una clínica muy particular que requiere de un paradigma de la complejidad tanto para su observación, evaluación y procesos de diagnóstico como de tratamientos o intervenciones en el amplio territorio intersectorial que convocan siempre las infancias y adolescencias actuales, especialmente de poblaciones desfavorecidas.
Resulta interesante como la historia de los pioneros en la clínica infantil en Argentina resuenan en las practicas actuales, no solo por su adelantada visión vanguardista del periodo 1920 al 1980 sino porque aún nos encontramos con las mismas dificultades y preguntas. Como lo describe Bloj (2013), desde Lanfranco Ciampi, Thelma Recca, Escardo y Coriat como Giberti, Rascovsky y finalmente Aberastury junto a Gharma se palpa y revive una clínica sobre las infancias desde hace un siglo que porta lo incipiente de un movimiento teórico, clínico y de investigación profunda sobre la problemática de las infancias y que tiene los mismos colores de las preocupaciones actuales.

Son estas mismas preocupaciones que en las diferentes décadas se fueron vistiendo con ropajes de moda para denunciar la dificultad de ubicar el sujeto infantil y sus padecimientos en las instituciones con los diferentes discursos hegemónicos que lo atravesaban, a saber, el dominante discurso médico, jurídico, educativo, tutelar, tradicional y religioso, y la resistencia de una sociedad en crecimiento como nación con sus mitos y tradiciones heredadas e instituidas que obstaculizaban una mirada más crítica hacia el sujeto en construcción como niño o niña o adolescente.

Es decir, se podría establecer que los problemas que la sociedad quería resolver hace un siglo atrás en Argentina tenían que ver con la delincuencia, la orfandad y la locura como problemas sociales, no pensando en el psiquismo de aquellos sujetos implicados en tal situación, haciendo un reduccionismo de las políticas sociales y generando efectos en las subjetividades de la época. Se comprende de esta manera que los pioneros intentaban alojar al sujeto infantil que era intervenido por las instituciones, discursos disciplinares y sus poderes: Ciampi en Rosario cuando forja la catedra de Neuropsiquiatría infantil en la Facultad de Medicina en 1923 previo a la Facultad de medicina de Paris y de la Universidad de Buenos Aires (Bloj, 2013:38) y como este profesional en estos tiempos abordaba los casos clínicos de abuso sexual desprejuicidamente y con una amplia mirada clínica (Bloj, 2013: 43). Recca en1928 en el hospital de clínicas de Buenos Aires teniendo su preocupación en la delincuencia infantil, o en los “hijos de nadie” y qué hacer con estas infancias (Bloj,2013:58). Los hermanos Racovsky en el Hospital de niños de Capital Federal de Argentina también pudieron observar en 1944 como la epilepsia en los niños tenía que ver con una tensión tipo sexual y problemáticas vinculares como el colecho (Bloj, 2013: 129). Escardo y Coriat en los años 60 continúan esta lógica de trabajo en el hospital de niños de Buenos Aires, recomponiendo la trama familiar y estableciendo la categoría del “niño sano” (Bloj,2013: 85). Siguen este camino Giberti con sus aportes controvertidos y que tocan a la sociedad saliendo de lo hospitalario con su “Escuela para padres”, estableciendo el concepto de “lo familia” (5) tan vigente hoy en nuestros tiempos. Mismos tiempos en que Arminda Aberastury en 1937 en un Hospicio de Las Mercedes se preguntaba sobre el diagnostico de oligofrenia de una niña de 8 años. Su fuerte convicción de que podía trabajar el síntoma con el esclarecimiento o relato de aspectos ocultos de la historia de un niño es lo que siguió fundando el campo de la clínica psicoanalítica con infancias desde estos tiempos históricos junto a Elizabeth Garma como a su posterior etapa de practica hospitalaria junto a Susana Luftig de Ferrer, como sus principales colaboradoras (Bloj, 2013: 150). Pero, cabe destacar, en esta historización que, tres desarrollos innovadores (6) la colocan a Garma en lugar de pionera más que de colaboradora ya que no solo trabajó con Melanie Klein (Bloj, 2013: 185), sino que además su posición de analista tenía una especial disponibilidad integral en la que se ponía al servicio de la proyección de los conflictos no resueltos del paciente (Bloj, 2013: 189).
El desarrollo de las prácticas clínicas se vio influenciado por diferentes discursos y poderes (7), especialmente en el proceso de ingreso del psicoanálisis al hospital público. De allí la importancia de poder abrir el juego al pensamiento crítico en relación a las prácticas y como estas se construyen. He aquí el campo de las infancias e instituciones como herramienta fundamental. Este campo de saberes interdiscipilinares tiene su historia argentina de pioneros también. Las teorizaciones y apuestas clínicas e institucionales de Maud Mannoni en Bonneuil, las reflexiones de D W Winnicott en los centros de alojamiento de posguerra en Inglaterra, las experiencias de Siegfried Bernfeld y August Aichhorn en Viena, como también la Casa verde en Francia de Francoise Dolto , la experiencia de Fernand Deligny en los hospitales de Cevenas son aportes e intervenciones innovadoras a la sociedad en el campo de la infancia e instituciones y pueden tomarse como antecedentes internacionales de este campo de trabajo. Pero es con Mercedes Minnicelli que se enlazan los términos infancias e instituciones y comienza a nombrarse “infancias e instituciones” a un campo interdisciplinar que conjuntamente fundan una Maestría, una especialización homónima en la Universidad Nacional de Mar del Plata y una red interuniversitaria nombrada INFEIES que porta la sigla de sus mismas letras. A lo largo de más de 15 años se va consolidando este campo con Simposios internacionales en “Infancias e instituciones” realizados y conjuntamente, la creación de su propia Revista Científica Multimedia sobre la Infancia y sus Institución(es) (8). A su vez diversas acciones fueron derivándose de este campo de formación teórica y de producción de conocimiento como el mismo PEF (una ONG en Mar del Plata llamada “Punto de encuentro familiar”) como una pata concreta de acción territorial de este mencionado aparato teórico-epistémico-interdisciplinar que implica este campo. La publicación del libro “Resistidas y desafiadas. Las prácticas en las instituciones” (9) pone en la mesa la problemática, sus teorizaciones, investigaciones y abordajes. Los autores nombrados en este párrafo y los autores del libro mencionado hablan de un estudio profundo y de acciones en torno a una pregunta central: ¿cuáles y cómo las instituciones pueden alojar los sufrimientos o problemas de las infancias y adolescencias desvalidas que se nos presentan hoy? Cuando se leen los abordajes y los pensamientos que motivaron a cada uno de los nombrados y sus construcciones institucionales-clínicas se puede observar una profunda reflexión inter-discursiva e inter-disciplinar crítica sobre las infancias, sus padecimientos, sus instituciones y una amplia creatividad para poder abrir el juego a algo nuevo, a acciones diferentes, que, de hecho, marcaron y marcan rumbos, cuestionando lo instituido y naturalizado.

Es en este entrecruzamiento de ejes teóricos se establece un interrogante que surge de la práctica clínica de las infancias y adolescencias en un hospital de niños general público de una ciudad pequeña de la Argentina: ¿Cómo favorecer los procesos de humanización en las infancias y adolescencias desvalidas que llegan a la consulta o la internación? (10) Y este interrogante remitía a múltiples demandas desde los centros de alojamiento (hogares estatales de niños y adolescentes) que manifestaban no saber qué hacer con las crisis, agresiones y problemas de salud mental que tenían los NNyA que llegaban a sus instituciones por medida excepcional según la ley 26061 (11).
En la misma escucha que se sostiene durante varios años en el hospital se comienza a delinear una modalidad de trabajo que no podía dejar a las instituciones de infancias por fuera de la escucha clínica, al contrario, tenía que incluirlas y trabajar con ellas. Así, en el año 2016 surge el dispositivo hospitalario de admisión institucional que proponía un espacio para las instituciones, para los adultos que cuidaban y trabajaban con los NNyA (12). A continuación, se explicitará este dispositivo y se intentará plantear conceptualizaciones teóricas que emergen del quehacer de este dispositivo a lo largo de estos años y que se filia tanto a la tradición de la clínica psicoanalítica en los hospitales de Thelma Recca, Ciampi, Escardo, Coriat, Giverti, Rascovsky, Gharma pero principalmente de Mercedes Minnicelli que en sus conceptualizaciones como “ceremonias mínimas” e “instituir infancias” traza un modo de unificar y trabajar diferentes aristas que se observaban sueltas, poco articuladas y no inscriptas.

Clínica del desvalimiento. La práctica clínica hospitalaria como una lupa para observar el problema actual e histórico.

El dispositivo institucional de clínica del desvalimiento surge en el hospital de niños bajo un interrogante: ¿Por qué es importante pensar el trabajo en términos de clínica del desvalimiento ya sea desde el ministerio de salud, educación, Desarrollo, poder judicial?
La clínica que se plantea con las infancias en orfandad abre una dimensión clínica específica de múltiples aristas, exigiendo una lectura de la complejidad donde, por un lado, están las instituciones, territorios, actores adultos y sus funciones, lógicas de cuidado, discursos, tejido social que rodean al sujeto infantil; y por otro lado, la subjetividad de ese niño o niña que se juega en su constitución psíquica y sus vínculos más estables o cercanos.
Plantear esta clínica es poner a trabajar estos dos ejes fundamentales: institución y subjetividad en todo el complejo entramado que lo sostiene. ¿Qué trabajo es posible cuando el OTRO que cuida, asiste y cría es variable y entre muchos, no está a disposición, lo cambian de institución de un día para el otro o muchas veces es el psicólogo el único que aloja de forma estable? El desvalimiento también los atraviesa a los mismos adultos. Y como si esto fuera poco, el niño o adolescente porta historia de vida con vivencias de pérdidas y situaciones traumáticas del horror o del espanto. Es necesario nombrar la especificidad de este tipo de clínica, por eso nombrarla como clínica del desvalimiento (Aguirre, 2021:57) le otorga entidad y nos hace tomar conciencia de dos cosas, en principio:

  1. por un lado, del trabajo intrapsíquico con el pequeño sujeto infantil y/o adolescente en su singularidad de su historia de acuerdo a las manifestaciones clínicas que traiga. Esto implica un encuadre terapéutico de trabajo en transferencia y la necesidad de un sostén clínico estable con un Otro presente.
  2. y por otro lado el trabajo con este OTRO fundante que son los actores institucionales en las Instituciones de infancias (13).

Este OTRO fundante que puede ser los diversos sujetos adultos de la institución que están a cargo de esa subjetividad, que están inmerso en lógicas institucionales. Este OTRO que en palabras de Minnicelli, serían los sujetos que ejercen las prácticas profesionales entre figuras de segregación y dispositivos de inscripción simbólica. Ese Otro que Winnicott conceptualizó como la función de esta madre “suficientemente buena”, aludiendo a esa enorme capacidad de captar las necesidades del bebé, echando así las bases de la salud mental (14).
Ambas dimensiones: sujeto infantil y adulto en la institución están atravesados por el desvalimiento. Pensarlo como una clínica del desvalimiento profundiza el trabajo entre la institución y las infancias o adolescencias. Si no se interviene sobre el centro de vida, el lugar vital del Otro, no se interpelan algunas cuestiones institucionales de los Hogares, no se hacen visibles algunas lógicas y malestares, el niño o adolescente siempre queda en un mismo lugar desvalido y no se comprende su padecimiento psíquico. A su vez, este OTRO fundante que lo cuida queda por fuera de esta lectura, y ausente en su poderosa posibilidad de humanizar, volviendo a los niños a este desvalimiento y desamparo simbólico.

El desamparo simbólico (15) es una de las formas contemporáneas de expresión de lo real en los sujetos infantiles. Desamarrados, despojados a merced de sus pulsiones, exponen sus desregulaciones y demandan que allí hace falta marcos, bordes que permitan otros destinos para la pulsión. Y esta tarea es de los adultos a cargo, sea cual sea su lugar en la institución. Pero, como se viene observando, este Otro que forman los actores institucionales de las instituciones están también desvalidos, no saben qué hacer frente a las situaciones de crisis, sintiéndose superados, angustiados y desesperados.

Este dispositivo sigue funcionando y en su accionar va generando producción de conocimiento ya que en la misma escucha de los actores institucionales surge delimitar un objeto empírico: la infancia institucionalizada como prototipo del mayor desvalimiento humano. Es decir: ser niño/a o adolescente, estar institucionalizado y transitar una internación por un hospital. Y de allí plantear una hipótesis teórica y de trabajo que se re-edita en cada caso que se toma, que es la siguiente: Si ese sujeto infantil institucionalizado puede ser creativo y nosotros los adultos que cumplimos una función de cuidado, crianza y asistencia también, se puede hacer creatividad en cualquier contexto, institución y situación, entendiendo a la creatividad como el gesto espontaneo que teoriza DW Winnicott (1986) y favorece los procesos de constitución psíquica.

Del desvalimiento a la creatividad

Surge de esta práctica clínica mencionada una tesis teórica de una dupla conceptual: desvalimiento y creatividad, dupla teórica que se juega o reedita en los tiempos históricos como en cada institución o vida de cualquier sujeto infantil, bebe, adolescente o joven. Este desvalimiento también se ha jugado históricamente en los pioneros de la Argentina (Bloj, 2013) y en los mismos desarrollos de infancias e instituciones (Minnicelli, 2004). Tomar conciencia de esa dupla nos pone en la responsabilidad y ética de cuidar la fragilidad y en la responsabilidad y valentía de habilitar lo creativo, el gesto espontáneo, el propio ser en acción al decir de Winnicott.

Desde diferentes dimensiones de análisis y haciendo foco en la idea de niño Sacer de Bustelo (2005) y la paidoharapodofobia de Saibene (2020), enlazándolo a los procesos históricos de infancia – estado - familia – sociedad de Cicerchia y Rustoyburu, y del contundente aparato teórico que Minnicelli ofrece junto a otros autores, se puede ubicar un lente para observar estos procesos de humanización. Hoy, como plantea Minnicelli la infancia está en “banda”, fuera del lazo, infancias con carencia o deuda de institucionalidad destacando lo paradojal de los tiempos que vivimos en la era de los derechos, siendo meramente enunciativo porque la realidad muestra otra cosa (Minnicelli, 2017: 10).
Entonces desde estos recorridos que se resumen en pocas palabras se puede decir que existe, se produce y re-produce desvalimiento todo el tiempo en una dimensión social-histórica actual donde el discurso capitalista como dice Imbriano (2010) en su odisea del siglo XXI.
Se observa desvalimiento también en la dimensión institucional donde las instituciones no saben qué y cómo hacer. Zelmanovich, Minnicelli, Tizio (2003) y Winnicott lo plantean y proponen salidas. Pero nos volvemos a encontrar con el niño Sacer de Bustelo y se vuelve a cuestionar lo que ya Donzelot había subrayado que ocurría desde el siglo XVIII (Donzelot, 1979). Repetición de lo mismo en la historia: desvalimiento institucional. A pesar de las innovadoras leyes y una fuerte tradición clínica del psicoanálisis con niños16 en Argentina siguen las preocupaciones sobre el desvalimiento de las infancias y adolescencias en las poblaciones vulnerables, denotando una profunda crisis en materia de cuidados (De la Aldea, 2019).
Es desde este desvalimiento (social, institucional y subjetivo) en condiciones específicas que emerge la categoría creatividad como búsqueda y camino. De allí, el modo de decir: Del desvalimiento a la creatividad. Esta dupla conceptual teórica se enlaza para poder pensarse como lente estructural de análisis y reflexión.

Winnicott nos enseñó que en el lactante bebe aparece el gesto espontaneo como el primer signo de creatividad y donde está el ser de ese pequeño cachorro humano. “La creatividad es el hacer que surge del ser. Indica aquel que es, está vivo” (Winnicott, 1986: 48) Por eso “...la creatividad es pues, la conservación durante toda la vida de algo que en rigor pertenece a la experiencia infantil: la capacidad de crear el mundo…” (op.cit: 49) Como nos dice Mena, Winnicott habla de “creación primaria” (Mena, 2021) ya que el gesto espontaneo del bebe aparece en su prematurez biológica y significativo desvalimiento.
¿Qué ofrece pensar en términos de creatividad? Abre la puerta a lo más propio, a lo singular, modo privilegiado de entrar en el trabajo de lo subjetivo, allí donde habita el sujeto. Sería maravilloso siempre regar este aspecto infantil en el adulto, porque allí talvez este la clave para la renovación y transformación de las prácticas en forma constante.

CONCLUSIONES

Habiendo realizado una filiación histórica de los recorridos de la clínica psicoanalítica de infancias y adolescencias y del campo de infancias e instituciones con la clínica del desvalimiento como dispositivo hospitalario de admisión institucional, se plantean las siguientes ideas a modo de cierre del presente escrito. La clínica de infancias y adolescencias sigue llevando en su mochila los mismos problemas que hace un siglo tanto en la clínica psicoanalítica como en el campo de las infancias e instituciones. Poder visibilizar este recorrido histórico con un enfoque de trabajo concreto hospitalario nos permite reflexionar dos aspectos:
En primer lugar, no seguir naturalizándolo la crueldad del sistema que se viene reproduciendo hace décadas es una necesidad ética que todo profesional o adulto a cargo que trabaje con infancias y adolescencias tendrá que asumir.
En segundo lugar, apostar a su transformación desde lo mínimo y lo creativo es una posición de lucha y trabajo que trae un horizonte esperanzador. Lo mínimo desde el concepto de ceremonias mínimas de Mercedes Minnicelli (2013) que propone una herramienta de trabajo a modo de faro para la oscuridad de nuestras realidades. Y lo creativo como proceso psíquico que atraviesa a todo sujeto tanto en proceso de constitución como ya transitando los tiempos de la adultez donde también se resignifican las vivencias y situaciones de trabajo. La creatividad tiene mucho para aportar al campo de trabajo tanto para la clínica psicoanalítica de las infancias y adolescencias como al campo de las infancias e instituciones. Serán desafíos pendientes para las actuales y futuras generaciones de trabajadores de la salud mental poder tomar el legado de todos estos grandes teóricos, analistas, psicólogos, pediatras, psiquiatras que nos han precedido y dejado huellas que no podemos olvidar y que debemos re-crear.

Bibliografía

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Aguirre, L (2022) Breve historia de los primeros hogares en la ciudad de Santa Fe, desde 1920 hasta su actualidad performativa en 2020, en el cuidado y la crianza de las infancias institucionalizadas. Investigaciones. INFEIES RM Año 11 No. 11 mayo 2022: http://www.infeies.com.ar, 2022
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Documentos y normativas

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LEY NACIONAL 26061 LEY DE PROTECCION INTEGRAL DE LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES Accedido en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/110000-114999/110778/norma.htm

Notas

1 La infancia institucionalizada adquiere relevancia cualitativa y cuantitativa ya que existen numerosos registros de información sobre el estado delicado de las mismas. Unicef plantea ya en 2011, 14.675 NNyA sin cuidados parentales vivían en Argentina. En marzo de 2014 se identificaron 9.219 en esa situación, los cuales permanecen en instituciones. Dentro de estas mismas, el mismo documento informa que 5 de cada 10 NNyA sin cuidados parentales fueron objeto de violencia y maltrato y 2 de cada 10 sufrió abandono o abuso sexual, y en esta realidad se destaca que la intervención del estado posee significativos obstáculos en la política de protección. Plantea la dificultad de aplicación de protocolos, cuestión que este articulo intentara debatir, ya que no se trata de protocolos sino de poder revisar las practicas desde otros discursos que tomen en cuenta la problemática de la subjetividad en las instituciones en el campo de la infancia. (Documento de Unicef mencionado es: Estado de la situación de la niñez y la adolescencia EN ARGENTINA 2016, accedido en https://www.unicef.org/argentina/media/2211/file/SITAN.pdf)

2 Sistema Tutelar se denomina al gran aparato jurídico-social-institucional de la Minoridad que se origina con la Ley de Patronato de menores Ley 10.903 que fue sancionada en 1919.

3 Este sistema feroz queda muy descripto por el Psq Vasen cuando habla de la “epidemia en el aire” cuando dice en su libro que “cada 20 minutos se diagnostica un nuevo caso de autismo” (Vasen,2015:15)

4 Clínica particular se comienza a ubicar aquí lo que luego se define como Clínica del desvalimiento.

5 “Lo familia” un concepto que plantea a deconstrucción de la familia tradicional. lo familia fue un término usado por Eva Giberti para significar el entramado de lazos con el que nos sentimos filiados más allá de la consanguinidad, es un entramado de identificaciones que darán curso al devenir subjetivo de los sujetos infantiles. En GIBERTI, E (1994) “Lo familia y los modelos empíricos” en “Vivir en familia” Wainerman, C.; (Comp) (2016) Buenos Aires:Unicef-Losada, Cap 4.

6 Los tres desarrollos innovadores, sitúa Bloj, fueron: fue la primera en trabajar con un niño “Pedrito” de 21 meses que llama la atención de Melanie Klein, realizo el primer tratamiento pre-quirurgico en el mundo y comenzó a trabajar con el primer grupo de madres del país en la Sede de la APA. Estas innovaciones no fueron transmitidas en sus publicaciones lamentablemente.

7 Cicerchia establece la fundación de la SAP (Sociedad Argentina de Pediatría) en 1919 como un discurso poderoso relacionado al movimiento higienista y de la eugenesia. Luego en 1940 la psicosomática disputaba un lugar de poder con la fisiología. En 1950 las madres comienzan a tener presencia en los hospitales al lado de sus hijos y junto a Florencio Escardo se consolida el conocer medico como uno de los saberes al servicio del crecimiento y de la salud integral de los más pequeños (Cicerchia, 2018).

8 INFEIES – RM Revista Multimedia sobre la infancia y sus institución (es) es un espacio editorial científico social. Publicación de carácter académico y profesional cuya meta es promover la actualización en el estado del conocimiento desde el Psicoanálisis, las Ciencias Humanas y Sociales respecto de la Infancia y sus Institución(es) discursivas. La infancia es entendida como un significante polifacético; como un término amplio que involucra responsabilidades sociales, políticas e institucionales relativas a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en lazos intergeneracionales.

9 Zelmanovich P y Minnicelli M (2020) Buenos Aires: FLACSO

10 Aguirre (2020) Revista EL SIGMA. ARTICULO: Acerca de los procesos de humanización de niños, niñas y adolescentes a cargo del Estado, Aguirre, 2020, accedido en https://www.elsigma.com/hospitales/acerca-de- los-procesos-de-humanizacion-de-ninos-ninas-y-adolescentes-a-cargo-del- estado/13918?fbclid=IwAR0wxvqr2JS8d2uFkgZgk7VuEcGKh3EnHrae5MCIJELvXwLtbEEpE41ddck

11 Ley Nacional 26061 Sistema de protección de derechos para niños, niñas y adolescentes. Articulo 52 y que tiene su ley provincial: el artículo 51 de la ley provincial 12967 (Santa Fe). Los hogares comienzan a alojar los NNyA con medida excepcional ya que interviene el Estado en lo privado de las familias. Lo cual establece una población infantil y adolescente con alto grado de traumatismo psíquico, vulneración y situación de conflicto familiar de diversa índole y gravedad.

12 NNyA Nomenclatura para expresar la diversidad y heterogeneidad de las infancias y adolescencias actuales.

13 Las instituciones Hogares de niños vienen reproduciendo sus lógicas de cuidado y crianza desde hace un siglo (Aguirre, 2022)

14 WINNICOTT (1986) El hogar, nuestro punto de partida. Capítulo 13. Aprendizaje infantil, Pág. 167. Reeimpreso en 2011, Ed. Paidós, Bs. As.

15 ZELMANOVICH P., Minniccelli M (2012) Instituciones de infancia y prácticas profesionales: entre figuras de segregación y dispositivos de inscripción simbólica. Propuesta Educativa. Año 21 Nro. 37 pag.41.

16 Los pioneros han forjado un camino en la escucha de las infancias digna de destacar y de la cual el planteo de Clínica del desvalimiento se inscribe en ese linaje académico e histórico.

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