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Número 16 - Noviembre 2024
Una mirada psicopedagógica
en el consultorio de pediatría

Sofía Akrich, Agustina Spinelli

Juana es una niña de 3 años y medio, quien asiste a una consulta de control de salud pediátrico, acompañada por su madre y su padre. En la consulta, el pediatra y la psicopedagoga observan que Juana aún no ha logrado construir un lenguaje claro que permita que su interlocutor la comprenda, excepto su madre y su padre, quienes sostienen un vínculo muy apegado con su hija. En relación al control de esfínteres, sus mapadres relatan que continúan colocándole el pañal a Juana, “por si se hace encima y tiene frío”. Sin embargo, durante el transcurso de la consulta, lxs profesionales infieren que la niña ha logrado dicho aprendizaje, ya que le comunica a su madre cuando necesita ir al baño, acción que puede realizar de manera autónoma. Respecto al dormir, ubican que Juana duerme con ellxs en la misma cama, a pesar de tener una propia “porque a la noche toma teta”. Sin embargo, refieren que la niña disfruta de comer sólidos.

La psicopedagoga invita a la niña a realizar una producción gráfica, propuesta ante la cual la niña accede, dibujando tres círculos y expresa “mamá, papá y Shani”. Ante esta situación, la madre refiere “En el jardín, todos los chicos se dibujan en su perchero, al lado de su nombre, para que sepan dónde dejar sus pertenencias. Nosotros estamos muy contentos porque Juani nos dibujó a nosotros tres” A su vez, agrega “el tío de Juani le dice Shani. Ella aún no reconoce su nombre ni su apellido, solamente se reconoce como Shani”
Considerando que Juana no cuenta con un nivel de desarrollo del lenguaje acorde a su edad cronológica, desde pediatría se decide realizar la derivación correspondiente a neurodesarrollo. Sin embargo, como psicopedagogas nos interrogamos: ¿Las dificultades de Juana debemos pensarlas desde él orden del lenguaje o desde el desarrollo? ¿Estas dificultades podríamos ubicarlas del lado de Juana? ¿A qué se deben? ¿Podríamos pensar que este modo singular de ejercer las funciones parentales estarían repercutiendo en la niña?
Esto nos invita a reflexionar sobre el proceso de constitución psíquica de lxs niñxs. Para que dicho armado se lleve a cabo, entendemos como fundamental ubicar los tiempos lógicos del sujeto, los cuales no son evolutivos, sino que están en relación a la posibilidad de separarse del Otro, de dejar de ser objeto para ser sujeto. En los primeros momentos de la vida, ocupar este lugar de objeto en relación al deseo parental será necesario, pero luego deberá producirse una diferencia para el advenimiento de un sujeto. En otras palabras, para el advenimiento de un sujeto resulta primordial que las operaciones de alienación y separación se efectivicen.

En un primer momento, es necesario que la madre y lx niñx sean uno, que lx bebé pueda identificarse con ella, tiempo llamado Alienación. Al mismo tiempo, también es necesario un segundo momento donde puedan separarse, es decir, que comience a marcarse un lugar y tiempo diferente, donde lx niñx ya pueda identificarse a su propia imagen. A esta operación se la conoce como Separación. Para tolerar esta diferenciación es necesario un tiempo; tiempo donde lx niñx pueda soportar y aceptar la ausencia de la madre, porque ya no son uno, sino dos. Para transitar dicha separación resulta fundamental del lado del niño el juego en la infancia. Freud nos va a plantear sobre él juego del carretel cómo constitutivo para dicha operación. “En la ausencia de la madre, el Otro aparece barrado, dividido, en tanto es marcado por un deseo (deseo de otra cosa). El Otro aparece en esta lectura lacaniana, ya no sólo como lugar significante, sino como Otro marcado por un agujero. Agujero que es condición para que el niño juegue. Lacan marca la “separación” como un punto de elección del lado del sujeto, pero que puede ser facilitado o no por quien encarna al Otro.” (Azubel, 2010)

Es posible observar cómo Juani aún no ha logrado separarse de sus figuras parentales ni de los decires de su tío, reconocer su nombre, ni construir un lenguaje inteligible para los demás.
¿En qué lugar queda posicionada Juana en relación a sus figuras parentales? ¿En qué lugar la están esperando sus mapadres? ¿De qué manera esto podría relacionarse con la falta de autonomía de la niña? ¿De qué manera la operación de la falta influye en la constitución psíquica de la niña?
En éste sentido, nos interesa profundizar en la siguiente idea: para que lxs niñxs se constituyan como sujeto es necesario un Otro atravesado por la castración, que no posea un saber absoluto sino que, por el contrario, algo de la falta se haya instalado en él para que lo pueda poner en juego en relación al niñx. Es decir, que si a ese Otro significativo no le hace falta nada, no hay posibilidad de existencia de un otro, ni del propio Yo del lado del niñx. ¿En relación a las figuras parentales de Juana, se logró instalar la falta? ¿Hay algo del orden del deseo operando más alla de la niña?

En relación a las figuras parentales, resulta fundamental el interjuego “presencia y ausencia” “satisfacción e insatisfacción” cómo respuesta a la demanda del niñx. “La insatisfacción dará cuenta de la demanda de amor materna, que para realizarse, requiere la instancia paterna como representante de la falta (deseo) en la madre. Por tanto, no hay función materna sin esta función paterna” (Levin, 2017) ¿Qué sucede con este interjuego en relación a las demandas de Juana? ¿Logran sus figuras parentales instalar la insatisfacción en la niña?

Por otro lado, para profundizar en relación a la constitución psíquica nos resulta pertinente poder ubicar la relación del cuerpo con los tres registros planteados por Lacan, ya que éstos atraviesan a los hitos que hacen a la construcción corporal y como consecuencia, al proceso de constitución subjetiva. Cabe aclarar que los tres registros hacen uno, en el sentido de que no puede pensarse uno separado de los otros dos, sino que están siempre enlazados.
Cuando hablamos de cuerpo en el registro de lo real, lo hacemos en referencia a lo puramente orgánico, a aquello que no tiene posibilidad de representación ni de inscripciones.
En el orden de lo imaginario, nos referimos al cuerpo como imagen, a lo relativo a las apariencias superficiales y fenómenos observables. No es en su organicidad biológica que lx niñx reconoce su cuerpo como unidad, sino que lo hace en esa imagen totalizante que viene del otro, y que la madre desea. Esta instancia constitutiva es denominada estadio del espejo.

En el plano de lo simbólico, partimos de la idea de que el cuerpo humano se constituye por efecto del lenguaje; es decir que para devenir sujeto, ese cuerpo necesitará ser atravesado por lo simbólico, por los significantes otorgados por el otro que a través de sus prohibiciones y legalidades, transformarán el organismo en cuerpo. (Equipo de Psicopedagogía Htal. Durand, 2016)
Nos preguntamos: ¿qué borde le estarían brindando las figuras parentales a Juana? ¿De qué manera se estarían inscribiendo las legalidades para transformar su organismo en un cuerpo subjetivado? ¿De qué forma ese no límite que (no) están pudiendo llevar a cabo sus mapadres estaría afectando a la niña en relación a los hitos del desarrollo “esperables” para su edad cronológica?

Creemos que esto podría deberse a que aún la construcción de su esquema corporal se encuentra endeble, es decir, hasta que no haya una real separación entre la niña y sus referentes aún no podrá construir su propio Yo, hito fundamental para la constitución de su psiquismo.
Nos interesa destacar la importancia del acompañamiento y la orientación a mapadres en relación a la operación de “separación”, como hito constitutivo fundante del desarrollo psíquico de lxs niñxs. Habilitar la posibilidad del niñx de situarse en tanto sujeto, diferenciado y separado de un otro, nos permitirá “evitar” o “anticiparnos” a múltiples etiquetas diagnósticas con las que suelen llegar nuestrxs pacientes al consultorio de psicopedagogía.
Pensamos en lo oportuna que resulta nuestra participación como psicopedagogas en los consultorios externos de pediatría; con el objetivo de construir junto con lxs médicxs una lectura singular de cada niñx desde el paradigma de la complejidad. Interesa pensar más allá de los hitos del desarrollo en función de lo esperado según la edad cronológica. Asimismo, consideramos primordial para el desarrollo de las infancias la posibilidad de leer las situaciones de manera contextualizada y singular, diferenciándose de la “universal hegemónica” la cual atribuye únicamente al niñx sus dificultades, a partir de las cuales coloca una etiqueta diagnóstica.

Referencias bibliográficas

Azubel, A. (2010). Acerca del lazo entre hermanos a partir del alcance estructural del complejo de Edipo en la teoría psicoanalítica. Clase 8, Módulo 2. Diploma Superior “Psicoanálisis y prácticas socioeducativas”, FLACSO Argentina, disponible en: flacso.org.ar/flacso-virtual
Equipo de Psicopedagogía del Htal. Durand. (2016). Ateneo General de la Residencia: De los decires que hacen cuerpo al decir del cuerpo.
Levin, E. (2017). Constitución del sujeto y desarrollo psicomotor. La infancia en escena.
Noveduc.

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