Volver a la página principal
Número 16 - Noviembre 2024
¡(No) es para llamar la atención!
Una lectura posible sobre el fenómeno del cutting

María Lorena Bostany, Analía Leguizamón


Autolesión como recurso, ¿a qué?.
Nos sentimos convocadas e interpeladas como analistas cuando escuchamos adolescentes con este tipo de presentaciones.
Este trabajo es un intento de pensar el fenómeno de cutting como una forma de alivio posible frente a la angustia a partir de algunos extractos clínicos (no como acting out) situación que podrían estar facilitadas frente a las nuevas formas de
vincularse con el otro. Es necesario precisar que el análisis que presentaremos a continuación se refiere a adolescentes cuya presunta estructura puede pensarse desde la neurosis, ya que las autoincisiones en una estructura psicótica adquieren otra lectura posible.
Cabe destacar que, más allá de la coyuntura particular de cada sujeto, nos preguntamos si las formas de comunicación actuales, atravesadas por el uso de las tecnologías son compatibles con este tipo de presentaciones.
¿Es un grito de la época? ¿Es una dificultad en la comunicación? o se trata, más bien, ¿de una respuesta a la idea del cuerpo= máquina?

Según Néstor Canclini, “El acto de leer se multiplica en la colaboración personalizada o anónima de las opiniones y consultas individuales; si escribimos en un Chat buscamos el parecer de amigos y luego leemos sus opiniones.” Se pasa de
la lectura en papel a la computadora chatear, linkear, etc. Las redes sociales son claves en esta disgregación , de un texto se pasa a otro , a videos, audios,  hablamos de fragmentación e intertextualidad...”
¿Acaso el cutting tiene alguna conexión con esta forma de comunicación, donde emisor y receptor aparecen indefinidamente multiplicados? En esta sociedad todo es mostrable sin embargo el cutting no.

En palabras de Alexandra Kohan es una fantasía pueril suponer que la liberación es equivalente a mostrarlo todo, no existe la manera de que algo no sea tabú. Desde este punto, el cutting, quizás sea acaso, una forma privada, íntima, donde la
mostración no tiene lugar, de hecho es guardado y ocultado en general para el otro, no constituyendo una escena, no siendo motivo propio de consulta, siendo los familiares o personas allegadas quienes se inquietan por esta práctica, poniendo
cierto límite a que todo queda para ser visto o mostrado, incluyendo además que quizás la búsqueda es de la alteridad, de un llamado al otro, donde se encuentre un“lugar” diferenciado y particular, donde está implícita la particularidad, subjetividad,
de cada sujeto, un llamado a un otro que no responde a la llamada, que deja el lugar vacío, habilitando a que ocurra esta acción.

¿Será un acto, acción a modo de repetición, que no conlleva intención alguna de dejar una marca permanente en el cuerpo, sino más bien marcas temporarias que vienen a denunciar algo?
En el esquema de comunicación clásico se incluyen diferentes elementos entre los que están el emisor y el receptor, y en esa hiancia entre ambos, el mensaje, expresado en código a través de un canal, nos permite pensar que el cutting puede
contener este esquema, donde hay un mensaje que se expresa a través del cuerpo (canal) y el código son estas marcas que en la mayoría de los casos no dejan huellas permanente y de ser así el emisor de alguna manera intenta ocultar o borrar en el
transcurso del tiempo. Esto lo distanciaba de ser pensado como un cuerpo que  habla (zonas erógenas), sino que sería un elemento a ser usado para obtener alivio.

El cutting supone marcas no significantes.

Sabemos que no todo es decible, y desde el psicoanálisis, hablar supone necesariamente navegar en el malentendido. Esto nos pondría frente a una forma de comunicar, un vacío, un desamparo, rechazo, un sin lugar, una búsqueda frenética de hallar un lugar en el Otro, lugar, al que nosotros convocados como analistas estamos para hacer semblante, para asistir o atender provisoriamente, transferencia mediante, como límite al corte el cual viene a traer alivio, a partir de la existencia de ciertos factores y circunstancias
que le generan angustia al sujeto. Sosteniendo un antes y un después en la repercusión que les provoca la instalación de la transferencia en estos casos.

Según Josefina Dartiguelongue, el estatuto que presenta, es que “el corte no es fijación de goce, el corte calma y alivia”.

Un padecer que en principio no tiene palabras, significantes, y está puesto en el espacio analítico, como forma de dar lugar a eso que no encuentra lugar en el Otro. Es a partir de allí, que se genera lo diferente al hacer ingresar en un circuito donde
lo que se incorpora es la cadena significante. Según refiere una joven de 16 años:“...Es un respiro, necesitaba hacer doler el cuerpo para que el dolor mental se vaya. Me pasa cuando no puedo manejar las situaciones. “Es para olvidar o tapar el dolor,
“no es para llamar la atención...”. Comenta que lleva un registro de las autolesiones en una carpeta ubicada en su celular que denominó “autolesiones”, incluyendo fecha y hora, además de consignar cada vez con una foto.

Otra joven de 15 años menciona, luego de un tiempo de encontrarse en análisis...“hace un tiempo que no me corto, tengo ganas, pero cuando me pasa eso escribo y se me pasa”, y trae consigo un cuaderno donde relata lo que va sintiendo a modo
de diario... Este tipo de práctica tiene determinadas características que lo distancian de ser considerado un acto sintomático, ya que es una “acción consciente sobre el cuerpo” y no “a través del cuerpo” a modo de proceso psíquico inconsciente. No interviene
el proceso de la represión. No hay un órgano doliente, ni redistribución de la libido.

No dando cuenta el sostenimiento de un goce, sino más bien, alude al principio del placer, produciendo, cada vez, un efecto económico apaciguador (alivio) frente a un estado de angustia que se torna insoportable. Esto también lo pone frente a un
estatuto diferenciado del síntoma, ya que este último está puesto al servicio de evitarla, mientras que esta práctica conserva un fin económico.
La tarea del análisis, en el caso que se den sus condiciones de posibilidad, será sintomatizar esta presentación, y, por qué no , equivocarla, hacer semblante, causa de deseo. Sólo en estas condiciones el corte es para llamar la atención.
 
BIBLIOGRAFÍA:

Canclini Nestor y otros: HACIA UNA ANTROPOLOGÍA DE LOS LECTORES, EDICIONES CULTURALES PAIDOS, 2015, CAP 1. Leer en papel y en pantallas: el giro antropológico.

Dartiguelongue Josefina: EL SUJETO Y LOS CORTES EN EL CUERPO. Para una clínica de la autoincisión. Editorial Letra Viva

Freud,S : “Más allá del principio del placer”. Tomo XX. Editorial Amorrortu

Freud: S: “Primeras publicaciones psicoanalíticas”. Tomo III. Editorial Amorrortu

Kohan Alexandra. UN CUERPO AL FÍN Cap. VIII. El cuerpo: instrucciones de uso, Editorial Paidos.

Jacobson, Roman y Halle, Morris. FUNDAMENTOS DEL LENGUAJE. Editorial Ayuso / Editorial Pluma

 

Volver al sumario de Fort-Da 16

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet