Soy artista visual. El punto de partida en mi trabajo es el vestigio que pone en evidencia que algo sucedió. Busco, como una arqueóloga, huellas cotidianas que me permitan hacer visible lo oculto y poner de manifiesto lo silenciado. Son huella de huellas que vienen a sobrevivir y a desajustar la identidad del presente.
Utilizo objetos de la vida cotidiana como testigos mudos de nuestra existencia. Ellos, como los cuerpos son portadores de memoria. Considero el territorio de lo doméstico como político. Un lugar donde se dan y se replican ciertas batallas.
A partir de un duelo, y después de haber soñado que envolvía una copa con una servilleta de tela blanca, envuelvo y coso vajilla. Una acción simple que se transformó en un ritual.
En el proceso personal y en diálogo con la obra, la misma se ha transformado mediante performances, instalaciones y videos, que suman capas de significado. En este proceso el cuerpo, como portador de memoria, fue adquiriendo cada vez más protagonismo.
En “La memoria es un cuerpo”, una instalación realizada en CNB, el cuerpo se hace presente en una video performance desarrollada en tres actos simultáneos. En el primer acto, mi cuerpo camina con cuidado el textil de vajilla envuelta y cosida con manteles heredados propios y de otras personas. Atravieso ese territorio afectivo en actitud exploratoria, evitando algunos obstáculos y sobreponiéndome a algún tropiezo. En otro, es el objeto o mejor dicho la historia que es atravesada por el cuerpo, que se activa como un nuevo ser, respira, se contorsiona y se eleva. En el tercer acto, envuelvo ese gran objeto, lo abrazo hasta espejarme en él.Según Laura Casanovas en el texto de sala, “Los límites entre los objetos y el cuerpo se diluyen, si es que alguna vez existieron, si es que alguna vez las cosas fueron independientes de su cotidianidad, de las memorias y de los vínculos con los demás”. Porque la memoria como los cuerpos tienen peso y cicatrices que se vuelven marcas de un territorio afectivo.
En el marco de esta exposición realicé la performance “Umbral de vos”. En la misma el público descalzo, caminó rodeando el gran manto textil que se extendía en el suelo. La acción comenzó en círculo. La palabra se activó cuando desenvolví una de las cucharas que forman parte de la obra, y la utilizamos como amplificador de voz. El objeto circuló propiciando el relato que remite a la tradición oral. En esta instancia cada espectador se involucró con la obra y con los otros, desde el cuerpo y desde su propia memoria. En la ronda que habilitó la palabra, cada uno compartió la propia memoria que se resignificó colectivamente.