-En primer lugar quiero plantear mi deseo de que, al participar de esta nueva experiencia dialógica, algunas de mis palabras hagan posible una interdiscursividad, aún en la distancia.
-En segundo lugar, aclarar que se trata el presente escrito de notar, a-notar algunas coordenadas respecto del tratamiento de un niño entre cuatro y cinco años aproximadamente. La notación considero que resulta, una cuestión interesante respecto de dar testimonio de una lectura, lectura que es de la experiencia, aquella que me llevó a detenerme en lo maravilloso del descubrimiento freudiano. Nombre bajo el cual inscribo mi práctica, no dejando de retornar a la manera en que Lacan lo situaba, de retornar a la autoridad de la letra en Freud.
Es importante comprobar que lo dicho por este último, en su transmisión, aún continua escribiendose en el campo del lenguaje y como tal nos permite dar cuenta de la existencia de un discurso, el del Psicoanálisis, pues de lo contrario, es decir de no poder comprobarse esta transmisión su devenir sería riesgoso.
Entiendo, además, al menos ésta es mi posición, que en el discurso del Psicoanálisis se trata de un sujeto, que no se mide en la cronología de la evolución, sino en el campo del cual venimos y que nos hace humanos el humus del lenguaje-.
Trataré de conducirme en estas líneas, en relación a una lógica que podría considerar dos ejes:
- Del orden de las entrevistas con los padres (Mario y Carmen en este caso).
- Del orden de la entrevistas con el niño (al cual llamaremos Andrés)
Primer eje: plantear las primeras entrevistas con los padres resulta desde ya una cuestión: -porque en las mismas se sitúan las coordenadas de la novela familiar.
Porque en ellas está incluido el niño, aunque no este presente.
Porque hay síntomas en los niños que más de una vez se revierten a partir del trabajo con los padres.
Vayamos entonces a las entrevistas con Mario y Carmen:
Ambos son profesionales y el motivo que los lleva a la consulta, es una amenaza del colegio donde concurre Andrés, de expulsión, porque no participa, no quiere hacer nada. Padece de una fuerte inhibición..
Carmen : "Tenemos tres hijos, el mayor de diez años, le sigue una nena de ocho años y finalmente Andrés, de cuatro. El hijo más esperado, más buscado, lo buscamos durante dos años. Sabía que era el último que iba a tener. Se transformó en el preferido".
Mario: "De la madre, porque vos lo consentís. Tu mamá también. Nosotros vivimos con mi suegra."
Analista: "Y Andrés, ¿ Qué pasa con él?"
Carmen: "Andrés no quiere hacer nada en la escuela. Va contento y viene contento, pero cuando le preguntamos siempre responde: " No te digo nada". En la escuela se comporta con total indiferencia, niega todo, no lo motivan. En casa es de espíritu creativo, investigador, maneja y juega con las computadoras muy bien, construye, dibuja. Es servicial, siempre quiere estar en todo".
Analista: "Bueno, esto de ser el preferido le está saliendo un poco caro".
Corte de la entrevista, aclarando que pueden hablar con Andrés, que se trata de su elección, sin presionarlo, respecto de la posibilidad de iniciar un tratamiento. Entendiendo por esto un espacio donde jugar con las palabras.
Próxima entrevista:
Mario : "Yo pienso que en realidad el problema somos nosotros. Le decía a mi señora cuando nos fuimos, nos esta analizando a nosotros.
Para mí esto de la preferencia es importante, yo pienso que el gran obstáculo es mi suegra, una mujer todo poderosa.
Cuando el padre de Carmen falleció nos quedamos a vivir con ella, primero para ayudar, después por no dejarla sola; yo no tengo autoridad, no me puedo imponer, la autoridad es mi suegra. Pelea por todo, no soporta a nadie. Cuando se trata de la madre de Carmen vienen los problemas. En verdad cuando se trata de la madre, siempre hay problemas".
Carmen : "Yo no sostengo lo mismo. Hay que entenderla...
¿ Sabes que Andrés quería venir hoy?.
Los otros días, cuando estuvimos en la casa de fin de semana, repare en que no juega con chicos de su edad, sólo con grandes, o bien con la computadora. No le hizo caso a Mario cuando lo reto porque le pegó a uno de los chicos".
Analista : "Entonces Andrés no sólo tiene problemas con las autoridades de la escuela, sino con la autoridad de alguien que no es cualquiera".
Respecto de lo antes enunciado podríamos desprender algunos sintagmas.
¿ Qué pasa con la palabra del padre de Andrés?. Más allá de que la maestra en la escuela sepa o no motivarlo, no actúa sino negando, como lo hace con la palabra del padre?. Es decir, duplica en la escuela lo que sucede en su casa.
¿Esta preferencia es solidaria de un posible rechazo respecto del Nombre del padre?.
Tomando como referencia, algunas apreciaciones de Freud, en el caso Juanito ¿ Para quedarse con la madre, niega al padre, o bien su trato inconsciente es la muerte o el deseo de muerte del padre?.
¿ De que lado está la amenaza?.
Pasemos entonces, al segundo eje: entrevistas con Andrés.
En la primera entrevista viene acompañado por su madre; resulta imposible hacer entender a ambos que es necesario que Andrés entre solo. La escena se impregna de las siguientes frases, todas de Andrés: "No quiero, no te lo voy a decir, no hago nada, no tomo la merienda, en el jardín no juego." ( Acompañando cada frase con permanente llanto).
Analista : "Bueno, ya me lo dijiste".
Le explico a la madre que la próxima sesión sería importante que Andrés viniera acompañado por el padre.
Pasaré a detallar, ahora, el recorte de algunas entrevistas:
Cuando Andrés llega con el padre, entra solo; se instala en la alfombra de entrada al consultorio, no para de llorar, moquea, saliva, hace cualquier tipo de "chanchada" que se pueda imaginar a través del llanto.
Analista : "¿ Cuánto llanto?, Pero... ¿ Cuánto llanto?".
Andrés: ( Esbozando una sonrisa ) "Son mentiras. ( Dejando de llorar) ¿ Querés que dibujemos?"
Analista: "Bueno, dale, dónde".
Andrés: ( saliendo de la alfombra con temor) "Allá donde están los papeles y los lápices.
Dibujemos el no: con cara mala, se hace pis, y se llama: chancho, nada, asquerosa, chancha, miente."
Analista : "¿ Entonces el no miente ?"
Andrés : "Si"
Analista : "¿ A quién ?"
Andrés.: "A los chicos y le crece la nariz".
Otra sesión:
Andrés : "Fui al zoológico. Te voy a dibujar las jirafas: el papá grande con un pito largo y gordito, la mamá gorda y el hijito con un pito chiquitito, chiquititito. ¿Sabes por qué?. Porque quiere quedarse con la mamá y no quiere crecer".
Analista : "¿ Cómo quién? "
Andrés : "Como yo. Me quedo con mi mamá. , a mi papá lo regalo, los pelados son feos".
Analista: "¿Te quedas con mamá?"
Andrés : "Si, porque tengo miedo, a la oscuridad, la noche me da mucho miedo".
Otra sesión:
Andrés: ( Dirigiéndose a una escopeta que está sobre la chimenea del consultorio) "Juguemos a la escopeta, la saco y te mato. Como si fuera al policía y al ladrón, de mentiritas".
Repite el juego varias veces hasta que en un momento dice: "No quiero jugar más a matar, es suficiente. Sabes hoy no me quiero ir, a mí me gusta estar con vos, cuando tengo miedo a la noche me acuerdo de tu voz, y me duermo".
A partir de este momento trae a las sesiones un grabador para grabar mi voz.
Otra sesión:
Andrés : "Juguemos al puente". ( Construye con almohadones y sillas un puente).
(Entra, sale, se tapa, se destapa, mientras la analista como consigna del juego tenía que buscarlo).
( En un momento se queda bajo el puente y no quiere salir)
Analista: "¿Andrés queres decirme algo?"
Andrés : (Saliendo) "No me gusta jugar a esto, me da miedo, es feo, ahí dentro uno no puede salir, me da miedo, estoy sólito. Es como en la escuela, había un conejo tonto, grandote, era una maestra disfrazada, y como yo me asuste, me llevaron a otra salita vacía y me dejaron sólito. Me dio miedo,mucho miedo".
Analista: "Pero era un juego, un disfraz".
Andrés: "De mentiritas. Silvia, decile a la coneja que no vuelva más, que ya esta, que para Andrés ya terminó. Juguemos a que yo cuento y vos te escondes..."
Cuando Freud habla de la histeria de angustia, hace referencia a esa sensación que también aparece traducida como miedo en las fobias. A estas últimas les da un estatuto indeterminado, solidario a mi entender a la placa giratoria de la que habla Lacan.
Ahora bien, siguiendo a Freud la neurosis de angustia es la enfermedad psiconeurotica más frecuente, junto al nerviosismo, la inquietud, que plantean una relación particular a lo que podríamos llamar, la lógica de la fobia; lógica que responde a una relación al espacio y al tiempo.
En lo que respecta al espacio el significante presente es el encierro, la omnipresencia respecto de la escopía de una madre fálica; que promueve un espacio, un orden, perfecto, sin tiempo. No hay corte, ni escansión, sino detenimiento, parálisis, al igual que una postal, una reproducción fotográfica.
Respecto de este segundo eje que atañe al sujeto, pasaré a plantear una serie de articulaciones:
*¿Qué sea el padre quién lo traiga y lo retire después de cada sesión, habilita un lugar que hace diferencia?.
- Considero que sí, diferencia del encierro con la madre, y es por esta diferencia que Andrés puede hablar, hablar del no.
* ¿Hablar del no es una manera de significar lo ficcional?, es decir, cada sujeto hablante, acaso ¿no necesita del armado de una ficción?¿En defensa de qué?.
* ¿No habría una dificultad respecto de cómo una madre hace pasar la función del padre, en este caso?.
* Por otra parte ¿podríamos tomar el juego de la escopeta como la puesta en acto de la ambivalencia que Andrés siente respecto del padre?.
-Las coordenadas a mi entender conducen a una relación particular con la madre. Relación que angustia y que refuerza la vía sintomática traducida en impedimento, inhibición, consistencia. Algo que no anda y se lee en el encierro, en la coordenada de un espacio sin falta.
Pero volviendo al recorte de la última entrevista, él "yo cuento" del juego a las escondidas,:
*¿es que puede faltar?.
-Alguien cuenta, cuando puede descontarse de una totalidad que ya no es tal.
Para concluir, y porque se trata, al menos a mi entender, de deshacer con palabras lo que fue hacho por palabras, transcribo la canción que Andrés inventó, como herramienta respecto de este encierro.
Andrés: " Voy a sentarme acá" (haciendo alusión al sillón del analista).
" Inventé una canción que dice así: "La coneja ya no está, la coneja ya no está, ahora yo cuento, ja-ja-ja."