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Número 2 - Octubre 2000
"Piel Pura"
María del Carmen Grizzuti

Dentro de las consultas que recibimos los analistas que trabajamos con niños, ocupan un lugar preponderante los trastornos que alcanzan al cuerpo. Desde muy temprano los pediatras detectan padeceres que, comprometiendo al organismo de muy diversas maneras, los hacen pensar ineludiblemente en que algo del orden de lo "psíquico" está produciendo, acentuando o manteniendo una dolencia de expresión "física".

De diverso grado es también la incidencia activa que el niño o sus "otros" significativos tienen sobre su padecer. Nos encontramos con una gama que va, por ejemplo, desde la desnutrición por perturbaciones metabólicas a aquella debida al hipoaporte o a la anorexia nerviosa; así como con sufrimientos concernientes a cicatrizaciones que no se producen, a operaciones que no pueden efectuarse (poniendo en peligro la vida o la integridad corporal del niño) a causa de ataques de angustia que impiden el ingreso al quirófano y la efectivización del acto médico indicado.

Una fuerte asociación entre carne, pecado, cuerpo , enfermedad y demonio tiene un peso, en algùn sentido excesivo, si bien no totalmente descaminado. Véase como ejemplo la insólita idea de Víctor Hugo en "Los miserables", aludiendo a la indigestión : "...la glotonería castiga al glotón...las indigestiones están encargadas por Dios de moralizar los estómagos". 1

Si de niños se trata, el cuerpo (sufriente, movedizo, ruidoso, etc.) está casi siempre comprometido. En el niño no parece extraño que el cuerpo sea extraño (ajeno), dado que de él suele hablar otro (madre, médico, etc.).¿ Será que el concepto psicoanalìtico mismo determina al niño (a diferencia del sujeto infantil) como aquel de quien se dice?

…………………………..

Me interesa en esta oportunidad discurrir sobre la "construcción" que del análisis de un niño muy pequeño pude efectuar. Dicho análisis tuvo un principio y un fin y, si bien justamente por ser una construcciòn estamos en el plano de la conjetura 2, creo que, una manera posible de releer lo que S. y yo produjimos durante nuestro trabajo es delinear los andariveles según mi entender estructuralmente importantes y su desenvolvimiento y confluencia en una de las conquistas que se produjeron: la constitución de la intimidad.

¿Por qué privilegiar en esta ocasión el recorrido que va del trastorno del cuerpo a la constitución de lo íntimo?. En principio creo haber constatado que la intimidad, lejos de ser un dato con el cual nos hallamos al inicio de cualquier análisis (se trate de niños, adolescentes o adultos) es más bien aquello a lo que se accede luego de un largo trabajo, "lugar" invisible, espacio virtual, escena diferente de la "puesta en...." ¿Sentimiento de ser persona? Sí, si entendemos por ello, tal como lo señala Winnicott "...integración...en lo referente a la residencia en el cuerpo o habitarlo, y el funcionamiento corporal" 3.

Atravesamiento mutuo, entonces, entre la "carne" y el espíritu que sólo así dará lugar a un "cuerpo", posibilitando la apropiación (tomo aquí lo propio como "lo característico, lo peculiar de cada persona..." 4 de zonas que, por no ser perdidas como "carne", no participan en el juego del cuerpo y ¿por qué no? del amor.

Quiero decir que el hecho de que se produzcan actos sexuales entre un hombre y una mujer no asegura que se hayan dado relaciones "íntimas" ni que cada uno haya participado del encuentro en tanto que hombre o mujer. ¿Cuántas veces hemos escuchado relatos de hazañas sexuales que sólo correspondían al "uso del instrumento", a sensaciones parciales que, por sospechosamente parciales, eludían el reconocimiento para un hombre de haber estado con una mujer y viceversa, ¿cuántas reacciones terapéuticas negativas se produjeron luego del logro puntual del encuentro con la diferencia?. Trato aquí lo diferente precisamente como alternativa entre la semejanza absoluta (todo es Yo) y la desemejanza radical (todo es no-Yo); es decir, lo que alude a la constitución del sujeto y el otro con semejanzas y diferencias: "Siempre llega un momento en que se descubre que ella es otra, irreductiblemente otra.", dice algún hombre. "Y la parte de misterio que se le opone forma parte, con toda seguridad, del amor.", dice una mujer. 5

¿La intimidad como mística? ¿Como "lo que incluye misterio o razón oculta" 6? Otro de los nombres del tratamiento de Sebastián: Del "saber" (de la madre) al enigma. Allí vamos.

Resultó de importancia excluyente la tarea efectuada por los padres durante el análisis de S., ya que su colaboración fue indeclinable tanto en lo que a pensar, implicarse y ¿por qué no? desimplicarse cuando correspòndía se refiriera, como en el cumplimiento de cuestiones formales que, por formales, no dejan de ser indispensables para el tratamiento de un niño (respeto de horarios, honorarios, solicitud de entrevistas por parte de ellos, respuesta frente a propuestas de entrevistas por parte del analista, etc.).

Parece en este punto imprescindible señalar que, cuestiones tan espinosas para los psicoanalistas que trabajamos con niños tales como si es posible el análisis, si está constituído o no el fantasma, si podemos hablar de un sujeto y si éste sería algo más allá de un mero síntoma de los padres, fueron, por mí, si bien no explicitadas ni fundamentadas (han sido y pueden seguir siendo objeto de muchos otros trabajos y tomarlas aquí sería hacerlo sólo a la ligera, dado que en este caso privilegio el tratamiento de otros tópicos) sí decididas; y confío en que esa decisión, atravesada tanto por la práctica como por la lectura, se refleje en el presente escrito.

Pasaré ahora a relatar el motivo por el cual consultaron Ana y Guillermo, padres de Sebastián, en parte debido a la sugerencia del pediatra, en parte a su propia preocupación e hipótesis de la madre acerca del origen del trastorno de su hijo.

Recibo en ocubre de 1991 a quienes me consultan por el que era su único hijo, en ese momento, de 3 años y dos meses de edad.

La madre describe la afección, un eczema que comenzó en los pliegues y luego se localizó casi totalmente en la cara, con frases como éstas:

Cuando alguien le dice "Qué bien que estás"..."a las dos horas se destruye..."

El tema de la cara ha tomado una importancia tal que antes de mirar cómo está el día, escudriñan la cara de Sebastián.

Con mucho menor énfasis aluden a los problemas en el dormir. Se despierta y los llama muchas veces por la noche. Cuando no van a la pieza, "él se rasca y se hace sangrar".

Al preguntarles por los juegos, responden que, más que jugar, trata de hacer "cosas reales".

Cuando vuelven para la segunda entrevista, dicen que pasaron una semana más tranquila, y que estuvieron pensando que quizás, cuando Sebastián lloraba por la noche, estaba teniendo pesadillas. Antes trataban de despertarlo, pero ahora no, y vieron que seguía durmiendo.

Al tratar de armar una historia, concurren tres constantes: siempre fue un chico muy maduro, siempre durmió no más de 2 horas seguidas y siempre tuvieron temor de que se ahogara o muriese. Aclaran también que cuidan mucho lo que ve en televisión. Cuando hay una escena violenta, directamente, cambian de canal, sin explicación.... No quieren que juegue con revòlveres, " cuando juega con armas viene loco" (¿?) "inquieto".

"A los cuentos les sacamos la parte trágica... nadie se come a nadie ni nada..."

En relación con el embarazo, recuerda la madre, que ella se negaba a averiguar nada de embarazos o partos.

Regresan a la semana contando extrañados que hace cuatro noches que Sebastián no se despierta. Retomamos el tema del embarazo y, al preguntarles cómo se imaginaban que iba a ser su hijo, me responde la madre: "nunca jugué a imaginármelo a S., pensaba que iba a ser inquieto" S. es... lo que está donde no tiene que estar, lo cual angustia mucho a la mamá, una mujer en general replegada, ordenada, distante en su cotidianeidad.

"No sé qué es, no sé..." dice el padre mientras se rasca la punta de la nariz sacándose sangre...

Decido que las próximas entrevistas serían con el niño.

Sebastián no quiere de ninguna manera entrar solo, así que accedo a que entre con la madre. Puedo situar en las primeras entrevistas con él tres producciones:

Cuando la madre se acerca al escritorio, él le dice que lo que está pegado (sellado) no se puede ver más. Inmediatamente me dice, mostrándome, "se me curó la cara".

Ahí resuelvo iniciar el tratamiento. Algo del sello y lo imposible de volver a ver hizo que S. encontrara (en parte anticipatoriamente) el camino que llevaría a la solución de lo que para él hasta ese momento parecía no plantearse como problema. Quiero decir que la aparición de una solución me indicó que algo se había problematizado para él.

"Nos vemos" le digo arrepintiéndome al instante y rascándome suavemente la cara. ¿Qué sería del analista sin sus claudicaciones? ¿No son ellas acaso las que nos permiten encontrar ciertas claves en relación al concepto con el que nos estamos manejando frente a un trastorno?. En algún punto yo creía que "a esa cara le faltaba un semejante", lo cual me llevaba a pensar en el estatuto del Otro y su función en la institución de lo imaginario 7. Más adelante veremos cómo la función-semejante que por momentos representaba el analista aparecía en las sesiones, fundamentalmente en relación con su/mi/¿nuestra? condición de hijos.

 

Comenzamos el análisis con la madre dentro del consultorio y con Sebastián -cuando no dentro de la madre- haciendo falso contacto con ella. Mostrando rabia cuando el Otro no adivina lo que él quiere o necesita; amo de lo ajeno y enajenado de lo que debería ser propio.

Podemos no obstante, señalar una dirección en el proceso de separación de ambos:

- La madre dentro del consultorio, casi como única interlocutora de S.

"Mira, mami, comela (a una rana de juguete) "

O: "Escondela", le dice en voz baja.

"Comelo al camello, mami".

"Cuidalos que no se vayan, que no se pierdan tus monos, ¿eh?"

"Si era un monstruo avisame que lo mato, Ana".

- Leyendo un libro en el consultorio, S. intentando distraerla de la lectura, azorado de que no le respondiera si él le preguntaba u ordenaba algo (ej: "atendé, Ana", si sonaba el timbre").

Como dice su mamá, "pone en juego todos sus recursos" para que ella deje de leer y le preste atención.. No puede entretenerse con sus cosas si la madre no le presta atención. Finalmente logra reinstalar la interlocución. Seguimos así durante varias sesiones, hasta que le propongo jugar a que la madre no está. "Sí... no...", "Bueno, cuando puedas, jugamos a que tu mamá no está" (invito). Como último manotón de ahogado, interpela, grita, seduce, no deja de convocar a la madre hasta sentarse en el mismo sillón que ella.

En las sesiones siguientes comienza a hablar de ladrones, policías, malos, buenos, los que se portan mal, los que se portan bien.... Todo ello casi sin incluir a "Ana". Había aceptado tácitamente la consigna de jugar a que la madre no estaba.

- En la sala de espera, con la puerta abierta.

Llora porque no quiere que la madre lo espere afuera. "No quiero que me esperes acá, Ana" (llorando).

En esa misma sesión le digo que dejo entrar a la madre no porque él quiera, sino porque se ve que no puede separarse. Los dibujo más que juntos, pegados (eso los representa bastante en su vinculación). Se interesa por el dibujo, pero pasan varias sesiones hasta que soporta que la madre espere afuera.

Varios meses después camina descalzo. Subsiguientemente dice que el suelo tiene olor a patas. El suelo queda ¿identificado, mimetizado? con lo que estuvo en contacto. Ser lo que está pegado a... Ese día él había entrado como pegado a la cola de la madre. "¿Entonces cuando estás pegado a tu mamá sos como si fueras ella?" "No" (riéndose). "¿Estar enfermo es una manera de estar pegado a tu mamá?". Empieza a rascarse la cara, como confirmàndolo. "¿Te empieza a picar todo si no ves a tu mamá?"- "Sí" (gesto con la cabeza). Se rasca con fuerza la oreja. Digo: "¿De quién será esa oreja? " Ahí pregunta por la madre. Le respondo que, aunque no la veamos, ella está. Esconde la lapicera. Tomando eso, confirmo: "aunque no la veamos, está". - "¿Mi mamá también?". Juega a que la lapicera está en el cielo. Le pregunto si cuando no ve a la madre, piensa que está en el cielo y se empieza a asustar. "Sí. ¿Tu mamá está en el cielo?", me interroga con inquietud.

- En la sala de espera, con la puerta cerrada.

En la primera de estas sesiones, una oveja toma leche y mata a la madre.

Empieza la temática de los nacimientos, por dónde salió él, "por un agujero, el ombligo", "A mí me dieron una inyección para que yo salga cuando era chiquito"

Más adelante, dice algo en voz muy baja y le pregunto: "¿Dijiste una palabra secreta?", "Sí"- "Ah, entonces no me puedo enterar", respondo.

Comienzan los juegos con sujetos armados

Concomitantemente, los padres relatan que S. ya duerme solo la siesta y a la noche casi siempre también. A veces si no se duerme habla solo, jugando.. Les llama ahora la atención algo que sin embargo no es nuevo: si hay globos no entra a un cumpleaños.

Cuentan, un poco más adelante, que a la casa le falta pintar las paredes, y que la sala de juego es un lugar de paso. En ese período, S. empieza a querer pintar dibujos.

En lo que pienso como alineado junto al "zapping de lo trágico" (¿por qué no "carnicería televisiva"?), admiten que "juguete que no está ordenado, juguete que le hacen desaparecer"

Dentro de lo novedoso, también relatan que ahora le interesa estar más con el padre.

Van tomando cuerpo, además, ciertas preguntas sobre la muerte, así como algunas teorías. Por ejemplo: Jesucristo murió ahogado porque tomó mucho vino. Sólo mueren los que toman mucho vino. Me dice que el abuelo toma mucha sangre " en verano (tratando de horrorizarme), que es calentita la sangre, te hace bien tomar sangre, ahí la podés tomar". El que se enferma o muere es un boludo. Solamente se mueren los boludos.

Por momentos no puede creer que la madre esté aunque no la vea, necesita abrir la puerta y comprobarlo. Se inquieta, se rasca la cara. "Si te la lastimás, será que no es tuya...¿de quién es esa cara?" -"Este lunar es de mi mamá" ¿? "A mi mamá le gusta este lunar..." -" ¿Y porque a ella le gusta es de ella?" (simulo escandalizarme). Me mira desconcertado.

La sospecha de lo irreversible va merodeando y ya no lo abandona. Me cuenta que muchas veces tiene miedo de no poder volver a la casa. Miedo, por ejemplo, de que el padre se vaya, yo no sepa dónde vive él y no pueda llevarlo, no tenga cómo volver. Más adelante me pregunta , conmovedoramente: "¿Un día tu papá se fue de acá?"- " Decís si alguna vez me dejó en un lugar de donde no podía volver?" -"Sí...", pensativo. ¿Qué y para qué agregar algo a lo que acabábamos de "producir" : la función-padre como interdicción del reintegro?

Juega a matar y resucitar animales e intenta, por milésima vez, quebrantar la regla que impid e llevarse cosas del consultorio a la casa: "Nada se puede llevar de acá, ¿no?".

"¿Sabés por qué luchaban los soldados de San Martín? Porque algunos malos querían toda la tierra, y los soldados mataron a los malos, pero algunos soldados murieron, murieron. ¿Qué querés?, así es la lucha. Y también luchaban por la comida y eso. ¿Sabés cómo se llaman? (ahí comienza a des-bocarse) uno era un lobo, pero se disfrazó de soldado de San Martín y después abrió la boca y se sacó todo el disfraz de los soldados de San Martín, abrió la boca y se los tragó a todos los malos, explotó, murió y se fue con toda la gente al cielo".

Incansable defensor del Edén con manzana permitida, otro día da vueltas antes de entrar, pasa y le señalo que la puerta no está cerrada, "¿Qué me importa?" - "Es que yo sólo trabajo con la puerta cerrada". Cierro. Toca la estufa eléctrica, provocando. Encuentra una forma "legal" de trasponer el límite diciendo que quiere ir al baño, va y, finalmente, se pone a jugar con plastilina. Construye un espiral.

- En el auto, teniendo Sebastián la tutoría de las llaves para "que no se vaya".

"María del Carmen, mi mamá se queda en el auto porque quiso descansar. Traje la llave para que no se vaya." Cuenta que fue al cumpleaños de un amigo sin sus padres.

En otra sesión juega con las llaves, igual me advierte que yo debería saber la dirección de su casa, por si tuviera que llevarlo. Quiere contarle a la madre que dijo "boludo", "hay que contarle"- "¿quién dijo que hay que contarle?", se queda en silencio.

- En el auto.

A partir de aquí siempre trae él el dinero de la sesión. A veces me lo da al comienzo, otras al final "como mami". Más adelante, tratará de engañarme diciendo que no lo trajo, o que ya me pagó.

Citaré por último, para no superponer material que utilizaré para otros fines, algo que sorprendió a los padres a quienes, al inicio de lo que parecía iba a ser una discusión, les dijo: "discutan cuando no esté yo"...

Entiendo que cada modificación "posicional" implicaba una diferencia pulsional, se tratara de la mirada, la voz, la pulsión de dominio, etc.

¿Qué fue actuando como separador, tejiendo esa especie de membrana invisible, lugar virtual que indica la existencia de una persona?.

- En gran medida, la determinación de la madre , quien, con mayor o menor resistencia quería salir del círculo asfixiante en que se había convertido la relación con el hijo.

- A su vez, fue Sebastián quien en un momento del tratamiento sintió que era necesario un agente externo (un "doctor") que detuviera ese "escándalo" donde no había palabra que hiciera de límite al malestar que los aquejaba.

- Ciertos reclamos del padre en relación con la sexualidad del matrimonio, que luego ambos asociaron con las dificultades de sueño del niño y condujeron a la madre a pedir un análisis. El papá se hizo responsable de impedir que la madre fuera junto a la cama del hijo, no sin dolor por parte de cada uno. En Tres ensayos para una teoría sexual, Freud asevera que "...la vida sexual de los neuróticos se exterioriza exclusiva, predominante o parcialmente en sus síntomas...expresión de la vida sexual de los enfermos" 8. Nada se opone a que el síntoma se localice en un área que, vista con realismo ingenuo, pertenece al cuerpo del niño; sin embargo, los analistas estamos desengañados respecto de los territorios y límites "oficiales". ¿Y si durante este análisis hubiéramos ido, contrariamente a lo que se aduce para invalidar el análisis con niños, del síntoma del niño al niño como síntoma de los padres? Donde "niño" es un resto diurno tan y tan poco importante como cualquier otro, ya que con lo que verdaderamente operamos es con el sujeto (infantil, adolescente o adulto si lo hay).

- El análisis, asimismo, el cual giraba, alejándose un poco cada vez, alrededor de problemas nodales, tales como:

A- EL VER/MOSTRAR

. lo que se quiere ver/mostrar,

"Gasta todos los recursos para que lo miren", dice la madre en las primeras entrevistas. "Toda la gente pregunta: "¿qué tiene el nene"?"

. lo que cuesta el ver/mostrar lo que no se puede ver/mostrar,

"Maldito boludo!!! Vas a poder ver pero no te voy a dejar mover!!!" Le dice a un soldado que está atando con una banda elástica.

. lo que se empieza a prohibir ver/mostrar,

"No te veo a vos", le dice llorando a la madre, que se queda en la sala de espera.

. lo que se oculta del ver/mostrar ,

Me va contando lo que hay en una bolsa con juguetes que trajo. Hay una tortuga que se puede ver, otra que no quiere que la vean., la esconde "no quiere que la vean, la tortuga... "

Aparición del pintar como forma de velamiento del dibujo.

Juega a esconderse en la casa, a perderse de la mirada de los padres, a lo cual él llama hacer un "chiste".

. lo que vela con palabras (mentiras),

Tenía el dedo lastimado "porque le picaba". "¿Por qué no le pediste a tu médico que te diera algo para que te picara menos?", pregunto. "No, ya me dieron una inyección, otra inyección. En el ombligo".

"Vine con otro chico, con mi hermano, Jorgito se llama".- "¿Y qué apellido tiene?"- "B. será... Yo no le puse el nombre, nació antes que yo..."

Ya llegando al fin del análisis, luego de que exagerara desmesuradamente las medidas de los peces que habían pescado con el padre, le pregunto "¿Pasaste de tenerle miedo a los globos a contar globos?", riéndose, cuenta las verdaderas medidas de lo que pescaron.

. lo que puede no mostrarse

"Traje algo que no se puede ver. Algo para ver, un largavista. No te lo voy a mostrar" .- "No me lo muestres si querés, puede ser un secreto tuyo".- "Vos no mires para acá porque se puede ver".- "Yo voy a mirar lo que quiera, pero si vos querés que no lo vea, escondelo"-"¿dónde?" -"Donde te parezca".-"Ah, no, ¿y si no lo encuentro?" -"¿Esconderlo es perderlo?". Saca el largavistas del consultorio y lo lleva a la sala de espera.

"¿Pensás que tu mamá se enteraría de que te tocás el pito?"-"Sí". -"¿Cómo?"- "Y... si entra a mi pieza y me ve desnudo..."- "Va a tu pieza porque la llamás, pero podés decir que no entre nadie, si es tu pieza..."

. lo que puede no decirse,

Recordar el momento en que dice "Boludo" y luego agrega que hay que contarle a la madre, lo cual fue cuestionado.

Ana ya estaba embarazada de la que sería hermana de Sebastián y le pregunto a él qué nombre le pondrían si fuera nena. "Ninguno".- "¿No tiene nombre, pobre?" -"Puta se podría llamar. No le cuentes a mi mamá ¿eh?".

. la selección en relación al ¿qué quiero contar?¿qué quiero que me cuenten?

"María del Carmen, quiero decirte algo. ¿Cómo podemos hacer para solucionar el problema de que nos peleamos con mami..?"

"¿A quién podría preguntarle de mi abuelo?" (el abuelo paterno, muerto mucho antes de que él naciera).

 

B- LO QUE HAY QUE PERDER PARA PODER DAR (fundamentalmente, "la cara") en lo que atañe a la posibilidad de amar/se, cuidar/se.

Al respecto, resulta interesante una sesión que evidencia la teoría de Sebastián sobre su curación. Faltaba poco para que cumpliera 4 años. Los padres comentaban en las entrevistas que no había cumpleaños en el que S. no saliera en las fotos con la cara lastimada. "Para el cumpleaños siempre tiene la cara hecha un desastre".

Le cuento eso implicándolo: "Tu mamá dice que en los cumpleaños siempre tenés la cara lastimada, ¿qué pensás hacer este año?", -"El día de mi cumpleaños no voy a tener más la cara" (¿?) "Me voy a cuidar" (¿?) "Voy a venir siempre acá". A partir de allí comenzó una serie de juegos en los cuales jugábamos a que se sacaba la cara. "Ni loco me saco la cara" dijo la primera vez que lo invité a jugar a eso. Luego lo hacía espontáneamente riéndose.

Ubico dentro del mismo proceso el momento en que, "dando la cara" en relación a su participación, me pregunta cómo puede hacer para solucionar el que se pelean con la madre. Al preguntarle por què se pelean, responde "porque yo no duermo a la noche, a la tarde. Solamente llamo, llamo, llamo..."

Poco antes del siguiente cumpleaños (el de los cinco) viene con la cara un poco lastimada. Se lo señalo y se ríe , tomando lápiz y papel pregunta:"¿Me dibujo yo?" (aludiendo a la cara) "Y, sería mejor que te dibujes lastimaduras antes de que te las hagas". En la misma sesión, rompe el dibujo de una manzana.- "¿rompiste el dibujo como te rompés la cara?" -"Todo esto es mi bronca!"- "¿Tu bronca?"- "Sí, porque me agarra bronca, por eso me rasco. -"¿Qué te da bronca?"- "Cuando tengo bronca me pica y me rasco. Siempre me agarra la bronca con mi mamá cuando no me trae la crema" Después aclara que no es que él le pide la crema y la madre no se la trae. Admitiendo su implicación, confiesa que la bronca es porque la madre no adivina, él tiene entonces que pedir. Nótese cómo el pica/rascarse se fue enlazando con el otro.

Por último, en esta serie coloco la sesión en la que enumera sus logros con el análisis y su deseo de finalizarlo, sesión que relataré llegando al final.

C- LA CONSTRUCCIÓN DE TEORIAS que, causadas por el trabajo que produjo una falta de saber, intentan reintegrarlo; pero ello mismo denuncia el alejamiento irreversible de ese centro. Sebastián iba cada vez más preguntando y jaqueando el saber materno. El agujero central posibilita la trama fantasmática que rodea el no-saber del Otro.

La madre sabe que se trata de la carne (recordar "carnicería"), una carne que, en algún punto, justamente en la cara, no puede hacer cuerpo. ¿Qué tramitación psíquica prestarle a lo horroroso?. Ni cuentos ni televisión (ni oído ni visto). ¿Qué entonces de la construcción del fantasma?. Cuando se le empieza a permitir ver y oír lo que cabe en las generales de la ley, asistimos a la producción casi vertiginosa de fantasías.

"...si yo tengo más, es culpa mía..."-"¿ El que tiene más es culpable?" -Vos tenés medio poquito, yo tengo muchísimo...".

"Me da picazón cuando me voy a la cama..."- "¿Y qué te querés tocar?" -"Las piernas, la escopeta..."- "¿El pito?"- "No¡¡¡, si se tocan el pito se le van hinchando más gordo. No hay que tocarlo, sólo para ir al baño, dice mi mamá" - "¿Tu mamá qué sabe de eso? A los chicos de tu edad les gusta tocarse el pito..." Continúa lo relatado anteriormente en relación con el temor de que la madre entre a la habitación y lo vea desnudo y su posibilidad de cerrar la puerta de su pieza. -"...se puede romper..." (hablando de "otra cosa") -"¿el pito si te lo tocás?¿se podría romper?" -"No, si es piel pura..." (¿toda la piel es pito ?)- "¿Entonces tocarte otra piel es tocarte el pito para vos?"

Unos dos meses más tarde, dice "Rompe ceniceros, encendedores, rompe las guindas el capitán Garfio..." -"¿Qué son las guindas?" -"El pito"-"Así que vos pensás que el pito se rompe, entonces"- "No, las guindas es una palabra y el pito es otra parte de la palabra. Al pito le dicen guindas y a la palabra le dicen romper las guindas. Pero no se rompe el pito, se dice la palabra romper guindas". Es verdad que no lo piensa, simplemente, lo cree.

"Los hijos respetan a Jesusito y a los padres. Los ladrones no. Jesusito es malo...digo...Jesusito está en la panza de los ladrones..." (¿?) "Me equivoqué, está en la panza de los buenos, en mi panza está Jesús y en los varones también y en el cielo. En la panza y en el cielo es de verdad, pero en los veladores y en las mesas es una imagen..."

El viento cierra las persianas del consultorio: "Qué oscuro! Bueno, mejor, así vos tenés miedo. Porque puede aparecer el lobo..." -¿Qué hace?"-"Te come" -¿Y te quedás en la panza?"-"Sí, cuando bosteza te podés escapar..."

Una de sus últimas teorías afirmaba que las mujeres no tienen firma (que se diferencia totalmente del nombre: "si querés, a la firma le podés poner el nombre..."), el único poseedor de firma es el hombre; el niño (varón) debe esperar para tener ese poder. La mujer, sin discriminación de edad, sólo puede alcanzarla por procuración.

D- LO QUE, DE NO PARAR DE PICAR/RASCAR, DEBE PASAR A UBICARSE EN OTRA ZONA Y CON UNA FUNCION DISCONTINUA.

Me refiero aquí a lo que Freud ha dado en situar como perversión polimorfa en el niño, aludiendo a, por un lado, la coexistencia de zonas y modalidades de satisfacción diferentes,sin la hegemonía de ninguna; por otro, a la vertiene autoerótica de esta posición, en tanto sólo el pasaje por el Otro, por el "deseo del Otro" más específicamente permitirá la constitución de un cuerpo en consonancia con un sujeto deseante, posibilitando la emergencia de la sexualidad merced a "escenas invisibles" que la sostienen y apartan de lo obsceno; también, por supuesto, de lo público.

Recién iniciado el análisis, Sebastián contaba que le pasaba que no podía parar de rascarse (así como no podían parar el escándalo de la fusión ni la madre ni él). De allí hasta su preocupación por un pito que podía romperse, hay un recorrido sostenido de ejercicio pulsional entremezclándose (¿intrincándose?) con la ley.

El grito, por ejemplo, toma carta de ciudadanía alrededor de un año después de comenzado el análisis , en una sesión en la cual canta en voz muy alta a través del ojo de la cerradura. En la sesión siguiente sigue gritando, sin acertar a darle a ello ninguna dirección hasta que, bastante más adelante, se transforma en una manera de hacerse oír por el doctor del consultorio de al lado, función (más que persona, ya que nunca lo vio) que fue tomando la posta en la "modulaciòn de la voz".

El recorrido del mirar lo he detallado anteriormente, y podría asegurar que con todos los movimientos pulsionales se iba produciendo el pasaje por el Otro como condición para su pacificación.

A partir de allí aparece con claridad el valor fálico del pene. Recuérdese la sesión en la que habla del pito como sólo "piel pura" . Su continuación se produce dos o tres sesiones más tarde, en que abre la puerta del consultorio (la madre en la sala de espera) para mostrarle a la madre "un gusano así de largo..." "Te gusta así de largo?".Vuelve al consultorio, "esto no es una tijera, es para agarrarlo porque está caliente". Lo enrolla en espiral, lo corta por la mitad. Le dice a la madre: "Mirá, mami, la cosa del capitán Garfio". Es luego de esta sesión que la madre solicita un análisis; coincidentemente el padre se separa del socio, que ya había sido socio de su propio padre: "Por primera vez voy a ser cabeza de algo".

 

Dos operadores de la separación van indicando diferencias y similitudes que se van tallando a lo largo del análisis: la puerta, el doctor.

La primera, de desconocida pasa a ser aliada de la potencia e intimidad de S.

El segundo, convocado y provocado imaginariamente en cierto momento, pasa luego a ser demandado como función de corte de una banda que, por no parar de serlo, enloquece a la madre y al hijo. La función tiene como antecedente la aparición de un compañerito al que todos temen por encarnar algo así como la castración salvaje, en su vertiente más arbitraria e imprevisible. Enseguida comienza a consolidarse la figura del "doctor" que de ninguna manera quedaba asociada a su pediatra o a la función médica en sí. Se mostraba muy interesado en saber si estaba o no y era motivo de alboroto el escuchar su voz. "Quedate calladita que escucho yo de acá". Más adelante hacía todo lo posible por hacerse escuchar por el doctor. Poco después iniciamos la sesión en medio de un desborde dentro del cual decía "vamos a tener que llamar a un doctor para que diga unas cuantas puteadas para poder dormir y no hacer lío", gritaba, saltaba, sòlo se calmó cuando le dije"¿Qué?¿Te creés que porque no está el doctor podés hacer y decir lo que se te ocurra?", frente a lo cual respondió con un "¿no?" y se puso a dibujar.

Por último, la figura del doctor pasó a ser la de alguien que trabaja con pacientes como trabajamos nosotros y entonces había que respetar los espacios y decibeles necesarios para que todos pudiéramos hacerlo en buenas condiciones.

 

AL FIN...EL FIN. Al principio (del fin) casi sin creerlo, luego con mayor firmeza despunta esa posibilidad, respaldada màs tarde por la enumeración de S. en relación a sus logros en análisis, así como la puesta a punto de lo que restaba trabajar: "aprendí a dormir", tiene amigos, puede divertirse tranquilo...de la cara ni se acuerda. En relación a lo que falta, puse el acento en cierta tendencia a alejarse de lo doloroso, de lo "necesariamente" doloroso, lo que le produce angustia, a veces por relacionarse con algo que desea mucho, y entonces tiende a postergarlo. Está de acuerdo).

Consecutivamente, pedido de análisis por parte del padre, de la mano de la decisión de pintar las paredes de la casa, tarea pendiente desde mucho tiempo atrás. Al final de la entrevista, el papá dice: "es un problema de piel que tengo con mi vieja, de no expresar sentimientos...".

Lenta despedida, con intentos de marcas visibles, tematización de lo invisible, hasta llegar a poner la mirada "en juego". Faltaban muy pocas sesiones para terminar y S. intenta marcar la pared del consultorio,- "No hace falta marcar la pared, S., yo me voy a acordar de que trabajamos juntos, las marcas quedan en la memoria, las más importantes son las que no se ven"-"¿Por qué son esas las más importantes?". Me tomo un tiempo para responder: " Porque son las que ayudan a pensar, a vivir..."-"El que nos ayuda a pensar también es el cerebro"-"Claro. Y esas marcas de las que te hablaba son nuestras, los otros no tienen por qué enterarse; si queremos, se las contamos."-"Yo a mi mamá se las cuento".-"Claro, si querés , se las contás".

Aparición de:

1-La posibilidad de estar a solas en presencia de...

Que fue manifestándose muy de a poco, de manera inversamente proporcional a la permanente interlocución de los inicios. "Silencio sin terror, la oscuridad sin el temblor de las tinieblas." 9

 

2-Un saber que se va transformando en la operación de conocimiento.

Interés en aprender a escribir su nombre, averiguaciones sobre la vida de ciertos animales raros, como la iguana, etc, descubrimientos: "Son cuentos que los lobos tienen dos patas como la gente, la verdad es que los lobos tienen cuatro patas..."

3-Mirada que, lejos de mostrar, puede hacer una verónica al saber del Otro,

Jugamos al veo-veo y me gana. Al finalizar (era la última sesión) me dice con una sonrisa serena: "te hice trampa, miré para ese lado pero no estaba en ese lado..."

"La intimidad es la idea...de que en el océano colectivo se preserva un resto a la mirada de los otros, una parcela de la que el sujeto posee la única llave y confiere al que la empuña una decisiva ración de poder." 10

4- división del mundo en fálico-castrado ("yo tengo una pileta grande y vos una chiquita"), verguenza frente a prendas íntimas femeninas, sexñalando (valga el neologismo) la incidencia de la sexualidad posibilitada por la represión y el pasaje por el Otro (no hay de la una sin lo otro) y la constitución de la premisa fálica: "Todos tienen pito"-"¿Todos?"-"Todos menos las mujeres"-"¿Quienes son todos?" -"Todos". Está claro. Que LA mujer no existe. Más adelante 11 lo comprobará en "carne propia"; pero, por ahora, el futuro es una caja cerrada.

Notas

1 Hugo, V.:"Los miserables", De Porrúa, México, 1989, p.90.

2 Freud, S.: "Construcciones en Psicoanálisis", Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1978, p.3365-3373.

3 Winnicott, D.: "Exploraciones Psicoanalíticas I", Paidós, Bs.As., p.312.

4 Diccionario de la Lengua Española, Espasa Calpe, Madrid, 1992, p.1678.

5 Giroud,F.; Levy, B-H.: "Hombres y mujeres", Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1993, p.113-114.

6 Diccionario de la Lengua Española, Espasa Calpe, Madrid, 1992, p.1382.

7 Eidelsztein, A.: "Modelos, esquemas y grafos en la enseñanza de Lacan", Manantial, Buenos Aires, 1992, p.31-51.

8 Freud, S.: "Tres ensayos para una teoría sexual", Biblioteca Nueva, Madrid, 1978, p.1189.

9 Castilla del Pino, C.:"De la intimidad", Crítica, Madrid, 1989, p.74.

10 Ibíd., p.176.

11 En referencia al ‘arranque bifásico’ de la vida sexual humana que plantea Freud en el "Compendio del Psicoanálisis", Biblioteca Nueva, Madrid, 1978, p.3384.

 

BIBLIOGRAFIA GENERAL

Aramburu J. y otros: "Niños en psicoanálisis". Manantial, Bs.As., 1989.

Castilla del Pino y otros "De la intimidad", De. Crítica, Barcelona, 1989.

Eidelsztein, A. "Modelos, esquemas y grafos en la enseñanza de Lacan", Manantial, Buenos Aires, 1992.

Dolto, F.: "Seminario de psicoanálisis de niños", Siglo Veintiuno Editores, Mexico, 1984.

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Giroud, F. y Henry-Levy, B.: "Hombres y mujeres", Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1993.

Kristeva, J.: "Al comienzo era el amor", Gedisa, Bs.As., 1986.

Krysler, Fain y Soule: "El niño y su cuerpo", Amorrortu, Bs.As., 1977.

Lacan, J.:

Lefort, R. y R., "Diálogos sobre clínica de la infancia", Paradiso, Barcelona, 1984.

Raimbault, G.: "Pediatría y psicoanálisis", Amorrortu, Bs.As., 1977.

Rodulfo, R.: "El niño y el significante", Paidós, Bs. As., 1989.

Sami Ali,

This, B. "El Padre: Acto de Nacimiento", Paidos, Barcelona, 1982.

Winnicott, D.W.:

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