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Número 5 - Junio 2002
Sobre los sueños y el dormir en la infancia
Mario Waserman

Agradezco mucho a David Maldavsky el haberme sugerido escribir sobre los sueños en la infancia en ocasión de cumplirse los cien años del descubrimiento Freudiano que develaba el secreto de los sueños. Este descubrimiento, lo sabemos por sus cartas, instalaría a Freud en el espacio de la inmortalidad. Un espacio que el mismo ateísmo no ha resignado. Todos nosotros somos testigos de que esa inmortalidad acaba de cumplir sus primeros cien años. Y creemos firmemente que resistirá los embates por desalojarlo- que siempre existen- muchos otros de cientos de años más .

En mi primer trabajo sobre el juego, tema que me intrigo de manera especial, me dediqué de manera exhaustiva a homenajear a Freud comprobando hasta que punto era cierto la tesis de M.Klein de que sólo se puede entender el sentido del juego de los niños si uno se acerca a ellos con las herramientas que Freud nos legó para entender el sentido de los sueños.(1) La metodología freudiana es incuestionable y sigue rindiendo los mismos frutos desde que se instauró como modelo del método psicoanalítico. Sólo a partir del descubrimiento freudiano y sus postulaciones metodológicas el psicoanálisis con los niños empezó su desarrollo .

Ahora bien, es necesario aclarar que esta metodología freudiana para el análisis de los sueños infantiles sólo se aplica cuando los verdaderos sueños se han podido construir, lo cual necesita como condición que el buen dormir se haya instalado. No instalado el dormir el sueño no es el guardián de nada. .Cabe pues , a mi entender, para los sueños, la misma distinción que hicimos para los juegos en el texto que elaboramos conjuntamente con el Dr. David Liberman y otros autores(2). En esa ocasión basamos nuestros psicopatología en la diferenciación entre verdadero juego y actividades pseudolúdicas. Ahora podemos también diferenciar entre el sueño verdadero y el pseudosueño , es decir aquellos sueños donde ese estado de verdadero sueño no es alcanzado. Esta distinción ha sido hecha ,con otros nombre, por numerosos autores. En los verdaderos sueños se llega a un estado tal que lo fundamental no es solo que se pueden reconocer las equivalencias descubiertas por Freud entre las conexiones lógicas que brinda la adquisición del lenguaje y su representación pictográfica lo cual permite el acceso a su sentido ,sino que es un espacio donde se logra, como lo afirman Fain y David(3) un estado de equilibrio entre proceso primario y secundario. El sueño verdadero no es la banalidad repetitiva ni el fantaseo, diferencia que sutil y profundamente señaló Winnicott.

Como sabemos Freud consideró inicialmente los sueños infantiles como de mayor simplicidad que el de los adultos , se ocultaba en ellos de manera más torpe el deseo frustrado, generalmente por los padres en la vigilia cuya realización el sueño satisfacía: el sueño infantil estaba un paso más evolucionado que el sueño del cerdo que ansía las bellotas. Con el descubrimiento de la sexualidad infantil ,el análisis del caso Juanito, la postulación más tarde de los sueños traumáticos esa consideración se limitó muchísimo y se descubrieron ,por la clínica , sueños de una extrema complejidad donde el deseo infantil había sufrido un proceso de represión ,y era sometido al trabajo de la censura. El peso del lenguaje dominaba la escena del sueño y era condición indispensable de su desarrollo. El establecimiento pleno de los recursos metafóricos y metonimicos que la adquisición del lenguaje posibilita sólo es visible en los sueños en la etapa donde se instauran los primeros juegos simbólicos, conjuntamente al ingreso de la etapa fálica. Los sueños previos son condición indispensable de este segundo momento pero no aseguran su establecimiento. Los sueños de mayor complejidad son coetáneos s la instalación del juego simbólico y coinciden con la aparición de la pesadilla que es un signo de maduración evolutiva en esa edad comparable a la instalación de la angustia de los ocho meses ante el rostro de un extraño. El pleno uso de la metáfora se producirá cuando el niño se muestre en condicones de comprender un chiste, lo cual requiere de un sofisticado mecanismo de interpretación del doble sentido, que se adquiere a una edad más avanzada, cuando la latencia ya ejerce largamente su dominio y la pubertad hace su entrada. Conjuntamente a la entrada de la genitalidad el chiste adquiere su mayor sabor. Por otra parte la inclusión de la pulsión de muerte y la compulsión a la repetición en el andamiaje teórico permitió dar otra lectura a los sueños de angustia y ver el enorme campo que la repetición ocupaban en la vida psíquica del niño y en la producción de sus sueños

Podemos pensar en una jerarquía evolutiva vinculada a la función hípnica: En primer lugar el establecimiento de una buena función alucinatoria es necesaria al establecimiento del sueño reparador. Esta buena función alucinatoria- los primitivos ensueños diurnos- que al perderse posibilitan el establecimiento del soñar, no se consigue en los cuadros de deprivacion temprana ni en los estados psicóticos iniciales.

En los trastornos iniciales del sueño, encontramos una incapacidad de establecer el dormir porque la función alucinatoria, que es su antecesora, no se puede establecer. El estudio del insomnio del lactante cuadro grave de la patología del recién nacido fue estudiado por Kreisler, Fain y Soulé(4) que lo han incluido juiciosamente en los trastornos psicosomáticos. El dormir no puede ser establecido como función porque los mecanismos que aseguran la regresión narcisistica del dormir no están dados en el ambiente.

Estos autores realizan una investigación muy interesante sobre el insomnio precoz del bebé y sitúan ,por su frecuencia, al insomnio en el primer plano de los trastornos psicosomáticos de la infancia. En su trabajo ven el sueño ,en su aspecto funcional, al igual que Freud, como un despertar parcial que apacigua el deseo cuya tensión impediría el proceso del dormir. Pero, aclaran que los sueños no se organizan sin vivencias previas que hayan dejado huellas mnémicas y puedan ser reactivadas alucinatoriamente, es decir, que se requiere una organización mental previa. La enfermedad sobreviene por la imposibilidad de re gresar al narcisismo primario y a la falta de suficientes huellas mnémicas capaces de producir una organización mental que contenga las tensiones. Se organiza entonces, en vez de una actividad alucinatoria, un actividad motora de tipo autodestructivo. El punto que recalca Fain en su análisis del trastorno es que el niño para poder dormir con sueños, debe previamente poder alucinar el acunamiento. Si no lo puede hacer necesitará que la persona que lo cuida desempeñe el rol de guardián del sueño. Esto se prolonga, entrada la infancia, en el niño que no puede dormir solo.

Ellos distinguen dos momentos en el proceso del logro del sueño, uno corresponde al dormir y el otro al soñar: Afirma Soulé : Hay dos apuntalamientos libidinales posibles en el acto de dormir, ya que este implica dos funciones fisiológicas: a) el adormecimiento. Hay un centro nervioso y una función central que adormecen. La libidinazación del adormecimiento, posibilitada por la madre primero y más tarde por una ensoñación autoerótica (es necesario que al bebé le guste adormecerse) permite descubrir el primer apuntalameinto. b) el ciclo de FMO (fase de movimientos oculares que aparecen en ele feto cuando su maduración alcanza determinado estadío) permite que la actividad onírica se apoye en esta función. Si no se producen estos FMO , si no se libidiniza , a salud se altera. Como vemos, la posibilidad funcional del sueño de convertirse en guardián del dormir, tal como lo postuló Freud sólo se consigue si la función del dormir se puede instalar. Esta instalación depende del funcionamiento de la díada madre- bebé.

Un paciente mío, que no había cumplido aun sus tres años, me preguntaba: cómo se duerme? Y agregaba: "Yo no aprendí a dormir." Mi mamá me dice que me vaya a dormir pero yo no sé como hacer. En sus juegos reconstruía en la sesión la noche , dejaba apenas en el consultorio una luz mortecina y me acostaba a mi en el suelo para caminaba en gran silencio alrededor mío. Me pedía que durmiese y el me investigaba intensamente Creo que investigaba como hacía yo para dormirme y poder imitarme. Su hermano, que también había padecido el impacto de una tremenda ansiedad de la madre, presentaba una verborragia compulsiva e incontrolable, padecía y hacía padecer la imposibilidad de establecer un silencio , un momento de recogimiento interior en el discurso. No había creado un lugar para desarrollar un sueño en la vigilia. Con ese paciente yo me encontré en una tarea que no tenía que ver con interpretar los sueños, sino con establecer el dormir ,es decir , libidinizar la función fisiológica, para que el pudiese soñar mientras dormía y no cuando no dormía. Para reparar en sesión la ausencia de holding materno era fundamental el trabajo sobre los ritmos más que el análisis del contenido, es decir, introducir, la pausa ,el silencio , la calma, el lugar de aparición del sueño. Esta perturbación de la entrada al sueño puede apreciarse asimismo en los pacientes adultos que han padecido un ambiente muy ansioso. Un holding deficiente impide los procesos de relajación y satisfacción propios de la regresión narcisista y afecta el mismo soñar introduciendo un matiz crónico de angustia.

Los ritos del rezar antes de dormir son una manera de reasegurar los mecanismos del adormecimiento porque el futuro durmiente se entrega espiritualmente al holding parental que protegerá su regresión al narcisismo primario del sueño. Puede afrontar el riesgo de la muerte por contar con un sostén seguro. ("Dormir es morir un poco") Ese sostén, en un momento de disolución del yo, lo protegerá durante el sueño. Esta regresión narcisista es lo que el insomne no puede hacer por no contar con las condiciones internas o externas necesarias.

Hay que distinguir esta imposibilidad del no poder dormirse por miedo a soñar. Este tipo de perturbación es más característico de las ansiedades fóbicas, -ya que el paciente cuando se duerme , sueña- En el contexto psicopatologico con el cual nos manejábamos corresponde al estilo evitativo en la sesión psicoanalítica. Es más característico de los pacientes que instituyen una serie de conductas evitativas para no toparse con la situación de angustia. En este caso particular, lo angustioso es el sueño vivido como muy equivalente a la presentación en lo real de sus fantasmas. Difiere del no dormir por deficiencias primarias en la libidinización del adormecimiento que es más característica de los procesos depresivos y melancólicos .

El niño con insomnio precoz es un candidato seguro si supera esa etapa a otra gran perturbación del dormir- soñar que es el terror nocturno. Este cuadro revela ansiedades fóbicas de un alto contenido paranoide. En esta perturbación el sujeto entra en una situación de terror al ingresar a la regresión que lleva al sueño. Podemos decir que responde a la inhibición del polo motor necesaria a la instalación del sueño como si respondiera a un ataque de claustrofobia. El sujeto no puede escapar y se desespera restaurando la función motora corriendo desesperadamente. No restaura la función perceptiva que sigue aprisionada en el espacio del sueño de angustia sin imágenes. Se diferencia del sonambulismo por su mayor grado de mentalización, como lo señala Fain. En el sonambulismo no hay producción alucinatoria, hay un vacío mientras se realizan los actos, con una ausencia de angustia mientras que en el pavor nocturno hay un desborde de angustia .

Desde el punto de vista del contenido M.Klein hizo un extraordinario trabajo de interpretación de los sueños en sus pacientes niños y pudo vincular estos episodios de pavor nocturno con juegos que mostraban las imágenes más primitivas del super-yo, en tanto perseguidor, característicos de un estado donde este super-yo aun no puede ser imaginarizado. Se corresponde al estado de terror sin nombre descripto por Bion, que corresponde al super-yo en sus etapas más tempranas dónde los mecanismos más ligados a lo originario están en funcionamiento.

Las ideas de Bion sobre el sueño son muy interesantes y recaen también sobre el alto funcionamiento mental que tener sueños supone. Bion diferencia entre "sueño" como estructura mental y el soñar o los sueños como actividad o producción. El "sueño" es la estructura mental que posibilita la diferenciación inicial y la posterior discriminación entre consciente e inconsciente lo cual permite soñar cuando se duerme y estar despierto durante la vigilia. Esta estructura constituye una barrera de contacto, en la terminología de Bion, fundamental para que haya diferenciación consciente - inconsciente. La barrera de contacto es un producto del operar de la función simbolizante a la que Bion denomina función alfa. El sueño como producto es evidencia del establecimiento de esa estructuración de la barrera de contacto .Para Bion, un sueño es un sueño si cumple ciertos requisitos simbólicos.(en el mismo sentido que M. Fain y otros y en el sentido de lo que llamamos verdadero sueño.)Dice Bion que un paciente puede afirmar que tuvo un sueño para referirse a un hecho evacuativo o para relatar un dolor corporal que tuvo mientras dormía. Pensamos que lo que Bion llama barrera de contacto que separa consciente e inconsciente en el momento de vigilia, ese "soñar" ,corresponde también a cierta capacidad establecida en la infancia para el dormir. Es la capacidad de dormir bien lo que aseguraría, a mi entender ,la primera diferenciación en el aparato entre consciente- inconsciente basado en la diferenciación entre dormido- despierto. El mismo efecto tiene el silencio en la vigilia como lo referí en el ejemplo del niño verborragico que no podía dejar en reposo en su discurso ninguno de los contenidos de su psiquismo, no podía mandar a dormir momentáneamente una parte de su yo, no podía establecer una capa de silencio dentro de si mismo y dejar que el verdadero sueño tratara con ellos cuando el descansara.

El pavor nocturno, cuadro que estabamos tratando ,mostraría para Bion que la barrera de contacto formada por la función alfa no se ha logrado establecer . Lo que para él se ha formado en cambio es una barrera de contacto de elementos beta .Estos elementos, a diferencia con los alfa, son hechos no digeridos mentalmente, por no contarse con esa capacidad digestiva temporal o permanentemente. Por eso, las percepciones y las experiencias emocionales conservan el carácter de cosas en si y solo se puede tratar con ellas mediante la evacuación violenta. Esto cristaliza esa experiencia evacuativa motora nocturna que muestra el fracaso de la función hípnica. Esta falla se debe entonces a una severa distorsión en la conformación del super-yo temprano que responde sobre todo a los aspectos devoradores, sexuales e intrusivos de la madre arcaica cuya retaliación temida se corresponde a la furia espontanea del bebé ante la experiencia de frustración. La función de reverie materna, en términos de Bion, o el ambiente facilitador de Winnicott fallan en reducir esa furia en los estados de vigilia y por el contrario la acrecientan. A la investigación psicoanalítica se percibe que el clima hogareño es generalmente de terror .Este clima no puede ser filtrado por la madre o aveces es producido por ella misma. En esto tenemos que incluir entonces un factor ambiental muy poderoso conjuntamente con los mecanismos proyectivos estudiados por M.Klein y Bion quien le otorga también una función esencial a la capacidad de reverie materna. Hagamos hincapié que el término reverie está íntimamente conectado a la capacidad de soñar de la madre.

Una perturbación ya especifica del sueño que encaja perfectamente en la categoría de no sueño es el dormir sin sueños. El paciente duerme pero nunca sueña. El paciente dice no "no recordarlos" sino que dice no tenerlos. Estos pacientes presentan una perturbación grave del desarrollo de la fantasía y son los que desarrollan un trastorno del pensamiento conocido como pensamiento operatorio. Corresponde a la categoría de no sueño, pero con dormir. Este tipo de paciente es el que más se adecua al trastorno psicosomático típico. En ese sentido, he trabajado el tema desde lo psicosomático proponiendo como hipótesis la necesariedad del trabajo psíquico sobre lo reprimido inconciente como base de los procesos biológicos que protegen la salud no sólo psíquica sino física. He vinculado este trastorno a una perturbación de la díada inicial madre- hijo donde la relación es plana,. Hay un pictograma de fusión pero que no es productor de desarrollo psíquico en el mundo de la fantasía. En el plano del lenguaje el eficientismo a ultranza es rápidamente instalado. No hay intercambio enriquecedor, sino permanente achatamiento de las experiencias emocionales. La sobreadaptación es estimulada y el lenguaje como relato que enriquece y da sentido a las experiencias prácticas dándole un color emocional es relegado a un estado de informe administrativo o noticiero neutro. Es necesario mencionar en concordancia el extraordinario aporte de M. Fain y C. David (5) en su lectura del aspecto funcional de los sueños . Estos autores consideran que el establecimiento de la función del soñar y la maduración del aparato psíquico son concomitantes e inseparables. El sueño, para ellos es una función encargada de asegurar el equilibrio del proceso primario y secundario .La observación del soñar del sujeto – no su contenido- nos dirá si esa relación es satisfactoria Ellos distinguen sueños de simple realización de deseos-(quizás los primeros sueños infantiles considerados de Freud)y sueños de elaboración dramática de angustias primarias. Consideran que debe haber un equilibrio entre estos y que ambos responden a una bipartición del proceso primario. A este equilibrio nosotros lo consideramos como característico del verdadero sueño así como del verdadero juego. Una separación grande entre ambos da lugar a la pesadilla crónica por un lado o sueño sin contenidos por otro, éstos últimos sueños planos de gran chatura sin trabajo elaborativo ,con poco trabajo de la fantasía. Para los autores dentro del mismo sueño se pueden distinguir el sueño y la realidad. Por un lado, materiales oníricos relacionados con directamente con las tendencias pulsionales ,por otro parte los sueños directamente inspirados en los intercambios reales con el mundo externo que ponen en escena las satisfacciones impedidas (sueños simples de Freud) o las situaciones vividas con los padres. Según ellos la noción original de realidad se forma en el seno del proceso primario con el apoye de un buen objeto que suministra las posibilidades de defensa contra la invasión de angustia ligadas al objeto malo. La imposición precoz por parte de los padres de modos de pensamiento que caracterizan el proceso secundario produce una disociación entre ambos procesos y todo el proceso secundario deviene una formación reactiva que limita su tarea a impedir la expresión del proceso primario en el sueño o lo deja sin contención en la vigilia.

Otra distinción sutil que separa el sueño del pseudosueño - en el sentido de que el sujeto piensa que eso que le pasa es un verdadero sueño- es la que hace Winnicott entre sueño y fantaseo donde muestra dentro de la actividad onírica misma un uso meramente defensiva y no integrador del proceso primario en el sueño, muestra congruente con la aparición de la más variada sintomatología. Es sólo con un proceso secundario pleno ,resultante del contacto con los padres que, en términos de Winnicott permiten la instalación momentánea de lo informe en el niño puede explorar en sueños la sexualidad genital infantil, el otro gran protagonista de los sueños. En el capítulo 2 de su libro "Realidad y Juego" titulado justamente "Sueños fantasías y vida" Winnicott trabajo la diferencia entre juego creador ligado al sueño y fantaseo compulsivo como un sustitutivo de una actividad libidinal autoerótica, p. ej la succión del pulgar. Este tipo de perturbación donde el sueño está más cerca del ensueño diurno que del sueño en el dormir se observa también en esos grandes sueños novelados que parecen no tener fin. En la paciente de Winnicott el fantasear ocupaba un lugar central en su vida y reemplazaba al vivir real; esta misma condición se expresaba en no poder tener sueños verdaderos. Transcribo este breve trayecto que da cuenta de ese descubrimiento en el análisis de esa paciente: Dice la paciente "... aquella vez desperté a medianoche y me vi cortando afiebradamente ,planeando, trabajando en el modelo de un vestido. Casi lo hacía en la práctica y me sentía sumergida en eso .¿Es soñar o fantasear? Tenía conciencia de lo que pasaba pero estaba despierta Le respondí: No lo sabemos ¿no es cierto? Y se lo dije porque era así." Más adelante, cuando lo compara con un verdadero sueño dice: "... dije que el fantaseo se refería a un cierto tema y era un callejón sin salida. No poseía valor poético. Pero el sueño correspondiente tenía poesía, es decir, capa sobre capa de significación vinculada con el pasado ,el presente y el futuro y con lo interior y lo exterior referidas siempre en lo fundamental ,a ella."

Winnicott en su clínica ha demostrado constantemente un uso magistral del análisis de sueños de la infancia integrando en su técnica el fundamental aporte de M.Klein de recoger para las asociaciones los dibujos y los juegos y ampliándola con la integración del garabato. El intercambio entre garabato y sueño permitía la exploración y la curación de la sintomatología infantil.

Los niños que presentan un estilo estereotipado y aburrido en la transferencia producen un tipo particular de pseudosueño. Son los sueños de los chicos obsesivos que durante el sueño siguen realizando las tareas escolares .Es decir, el sueño es una continuación del trabajo y no constituye un espacio diferente más relacionado como el verdadero sueño, al mundo imaginario de la fantasía. Siguen en la realidad y no en el espacio transicional. Es un grupo de trastornos de sueños infantiles no vinculados a la angustia sino a la categoría de falso self. Un sistema defensivo ultratemprano que ha desterrado la espontaneidad. Como los anteriores hay en ellos un peligro psicosomático. Supone también un riesgo en el plano psicosomático aunque no lleguen al total sofocamiento del proceso primario que caracteriza ese tipo de personalidad.

El tercer trastorno de la función hípnica a considerar son las pesadillas a repetición .Se corresponde a los sueños de angustia crónicos lo que denuncia una situación traumática de base. Como dijimos la aparición de la pesadilla es normal ,en tanto sintomática de la neurosis de los niños como parte del desarrollo, pero se hace psicopatologico si se extiende en el tiempo. Corresponde a fallas de la represión ligadas al poderío de los sentimientos edípicos. El incesto y el parricidio. Pero potenciada por identificaciones primarias. Cuanto más se acercan a ese plano en el transcurso de la regresión hípnica más sin salida se torna la situación. .El sonambulismo y la somniloquia son pesadillas sin angustia porque el polo motor tiene una descarga y de esa manera la situación claustrofóbica no llega a su clímax. Las pesadillas más angustiosas que se vínculan a la madre arcaica o una angustia de castración extrema corresponden a un grado de patología que fluctúa entre la fobia y la paranoia.

La pesadilla indica un grado de organización mental que posibilita la interpretación psicoanalítica porque los recursos para ser escuchada están presentes en el psiquismo En los trastornos del insomnio tenaz o el no sueño de la sobreadaptación la interpretación tiende a girar no sobre los contenidos sino alrededor de la instalación tanto de la función del dormir en un caso como la instalación de la función hípnica en el otro. Al igual que en los trastornos obsesivos la aparición de verdaderos sueños es un momento de avance en la cura.

El establecimiento de una función hípnica satisfactoria que implica una buena capacidad de dormir es un logro subjetivo que se establece tempranamente. Las dificultades iniciales a menudo se transmiten a lo largo de toda la vida complicando el bienestar que deviene del trabajo psíquico reservado al reposo.

Bibliografía:

Freud. S. : La interpretación de los sueños. Obras Completas. Ed.Amorrortu

M.Klein: Contribuciones al Psicoanálisis Ed. Paidós-

Winnicott. D. W. :Realidad y Juego

Bion W.R. Aprendiendo de la experiencia . Ed. Paidós.

Bion: W.R. Elementos del psicoanálisis Ed. Paidós.

(1)Waserman. M.: Pensando en Jugar Revista Argentina de Psicología N° 33

(2)Liberman, Miravent, I Podetti. R. Y Waserman. M: Semiótica y Psicoanálisis de niños. Ed. Amorrortu

(3)Mfain y C.David.: "Aspects fonctionnels de la vie onirique" Revue Francaise de Psiychanalyse XXIII

(4)Kreissler L. ,Fain M. y Soulé M: El niño y su cuerpo. Ed . Amorrortu

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