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Número 5 - Junio 2002
Algunas reflexiones en torno a la cuestion del cuerpo
¿El cuerpo de quien?
Estela S. de Gurman

Partiré de un recordatorio: todo saber es fragmentario, así como es fragmentaria y parcial la sexualidad. También recordemos que para el psicoanálisis cuerpo es siempre cuerpo sexual, cuerpo libidinal.

Este recordatorio es un modo de presentación en el que anticipo que lo que trataré de transmitir serán cuestiones parciales, algunas puntuaciones, reflexiones, etc, nada acabado.

Referirse al cuerpo en psicoanálisis puede abrir a muy diversas cuestiones y preguntas. Por ejemplo: ¿hablaremos del cuerpo de la histeria?¿de los fenómenos llamados psicosomaticos?¿del cuerpo en el dispositivo psicoanalitico?¿De qué cuerpo?. Y también por que no del cuerpo ¿de quién?.

Entre el ser y el tener se abren una serie de cuestiones... Si agregáramos lo que hace al padecimiento mas específicamente al padecer del cuerpo, el abanico se va ampliando: padecer, dolor, mortificación,... podríamos así seguir deslizando significantes hasta nunca acabar.

Para introducir recortadamente algunos de los tantos temas abiertos quiero hacerlo con la cita de un autor que no proviene del campo del psicoanálisis, sino del de la neurología, cito a: Oliver Sacks quien nos dice lo siguiente: "para situar de nuevo en el centro al sujeto (el ser humano que se aflige y que lucha y padece) hemos de profundizar en el historial clínico hasta hacerlo narración o cuento , solo así tendremos un quien además de un qué".

Alguien que tiene un cuerpo padece, ¿qué status le damos a esto del padecer?. Una definición de diccionario nos recuerda que padecer es sentir corporalmente un daño o dolor. Recibir la acción de una cosa que causa disgusto o malestar . También padecer es soportar. Hasta aquí el diccionario, ahora mis preguntas:¿què se soporta?¿què o quién soporta?¿es el cuerpo un lugar que soporta o es un soporte que sostiene?.¿Qué del sujeto allí?.

Cuerpo y alma fueron modos de decir de una separación, de una disociación. También psique-soma, tal vez por eso Winnicott habla del psiquesoma como indisociable.

También se habla del cuerpo marcado por el lenguaje. Pero ¿acaso el cuerpo del que habla el psicoanálisis no es a caso cuerpo de lenguaje?. Cuerpo erógeno, cuerpo libidinizado, cuerpo humano. Otra cosa es el organismo, aquello del cuerpo en tanto real que parece perderse; escabullirse, del embate significante.

Es de la relación a Otro en sus momentos inaugurales que el cuerpo del infans queda entramado en un orden que hará lazo social. Será desde la impronta narcisizante de los cuidados maternos hasta lo que es dado a leer como gesto, sonrisa, etc, que ese cuerpo se perderá como organismo. Se adviene cuerpo a partir de una pérdida.

Será en algunas circunstancias, en algunos momentos de la vida, que creeremos confrontarnos con algo de esa organicidad mítica en cierto sentido, que retorna. Quizás allí cuando la posibilidad metaforizante de la palabra se pierde o cuando circunstancias históricas y sociales tienden a reducir al sujeto (sujeto de deseo) a la condición de puro ser de necesidad.

Así como la historia se va imprimiendo en el cuerpo como una historia de amor/es también la vertiente pulsional en la modalidad que Freud llamó vuelta contra sí mismo , puede producir alteraciones o fenómenos disgregativos como efectos de una agresividad que se consuma autoplasticamente.

Cabe recordar que Freud decía de la neurosis que esta era asocial, en tanto el síntoma apuntaba a una modificación que no se efectuaba sino en el plano de la fantasía (realidad psíquica). Algo así como un ejercicio autoeròtico que excluye la remoción de los obstáculos que impiden otra satisfacción que no sea sino en el propio cuerpo.

Cuando la función anticipadora de cierta unidad no se logra, si la relación al Otro falla y la relación especular no se ordena desde lo simbólico se queda entonces librado a la pura agresividad especular y transitiva que no hace sino promover la furia de dominio y apoderamiento. Rivalidad no triangulada que en sus excesos puede llevar a lo peor. En este sentido el cuerpo del otro ya no es el del semejante sino tan solo un posible objeto de despojo y violencia.

Es en torno a esta cuestión que podemos reflexionar cuando hoy se habla de los efectos de la crisis social sobre los cuerpos. No podemos plantearlo como algo lineal causa-efecto, sino de lo que se trata es de poder ubicar el problema en las coordenadas que el Psicoanálisis nos da. Por ejemplo, esto que he señalado respecto a que acontece cuando el marco simbólico se halla vacilante, cuando la Ley simbólica (aquella que ordena también los cuerpos --- quien con quien --- que se puede, que se prohibe, etc) se ve afectada por la exaltación gozosa de la transgresión, transgresión muchas veces justificada por razones que exaltan actitudes presuntamente renovadoras. Un ejemplo de ello muy reciente y sobre el cual vale al menos reflexionar es el siguiente: la discapacidad ya no es tal, es decir un hecho que aporta una diferencia, sino que se convierte en una nueva forma de identidad que reúne lo mismo con lo mismo. Rechazo de la diferencia al quedar esta ubicada en términos de desvalorización. Me refiero al caso informado en los diarios acerca de la pareja lesbiana, que buscara concebir hijos sordos dado que ellas también lo eran.

Si las condiciones peculiares de la sexualidad hacen que necesariamente una mujer ha de hacer del hijo el falo, para en un segundo tiempo aceptar ser privada de él, muy otra cosa acontece cuando como en el decir de L. Kanner el niño se transforma en el órgano hipocondríaco de la madre. Niño- órgano enfermo, que prolonga el cuerpo materno, que padece y sufre en él o por él. Quizás de esto puedan decir mucho mas los pediatras, sobre todo aquellos que puedan reconocer que no necesariamente lo que se dice en torno a un niño, corresponde a ese cuerpo-niño que le es mostrado.

De aquí también que podamos decir con Eduardo Foulkes que "tener un cuerpo no es ser un cuerpo. Si se tiene un cuerpo se tiene algo mas que un cuerpo, se tiene también aquello que permite tenerlo y gozar de el. Para ello es menester que todo un bombardeo de cortes significantes inicie una secuencia de subversión de la necesidad en el recién nacido. Se originará entonces una metabolizaciòn imaginaria del cuerpo orgánico, para elevarlo al estatuto de cuerpo erógeno. Desde luego esa transformación nunca cesará de operarse ya que la metaforizaron de la materia corporal es imposible y al mismo tiempo va realizándose por olas".

Quiero insistir entonces en aquello que hace que al decir cuerpo no estamos simplemente recortando una geografía de carne y huesos. El cuerpo no es sin los otros. Pero tener un cuerpo es poder apropiarse de el. Como ejemplo de su envés, esta lo que le acontece al psicotico cuando desconoce su cuerpo, es de otro. Y sin llegar a la psicosis recordemos aquél caso de Dolto que al ser interrogado acerca de su dolor de cabeza, resulto ser que este se alojaba en un lugar de su pierna donde la madre apoyaba su cabeza doliente.

Relataré ahora algunas viñetas clínicas que pueden ser leídas en el marco conceptual que he tratado de esbozar.

Dice J: no me vio, se refiere al médico que lo atiende por sus problemas visuales. Este no me vio se acompaña de la descripción de la consulta a la que le atribuye eficacia técnica, pero en la cual en su decir el médico no lo supo contener (en su angustia o mejor dicho por su modalidad en lo relacionado c on su preocupación). Tampoco su padre vio cuando en su temprana adolescencia, otro médico dejo pasar el tiempo sin dar respuesta a su problema, lo que implicó la irreversible perdida de la visión de un ojo. De ahí en más, algo así como el calvario, donde solo en algunos intervalos puede dejar de pensarse en términos de ver o no ver. Queda todo él subsumido al recorte de un ojo o más aun en el recorte del recorte de......

Eso si, prestándole siempre cuerpo, su cuerpo al Otro para no ver lo fallido. Sostén de un padre engañador, vacilante, poco decidido a jugar su suerte de un modo firme, pasándole la pelota al hijo.

Sobre el real de su cuerpo, su dolencia inscribe todo el dolor que no puede terminar de ser subjetivado. Cómo hacerlo si en la marca física se condensa una (llamémosle historia) en continuidad en la que no se puede marcar un corte. Vivencia de su padecer como un destino, entregado a Otro que lo mortifica, pero adviniendo como salvador dado que toda su preocupación se centra en como hará para sostener, cuidar y mantener a aquellos que de el dependen. (En su ejercicio profesional es una persona muy dedicada, abnegada y cuidadosa).

En una larga sucesión de intervenciones quirúrgicas mas o menos cruentas, su cuerpo o mejor dicho ese recorte de cuerpo que es su ojo, opera como ofrenda sacrificial."La suerte así lo ha querido" "mala suerte" "que se va a hacer" estas son algunas de sus expresiones.

Cierta esperanza de que algo pueda tener una derivación diferente, asoma cuando en el discurrir del análisis surge la posibilidad de transformar algunas sombras en escritura. Frente a su temor y resignación en relación a un futuro que lo sumiera en la perpetua oscuridad, se me ocurre nombrarle a Borges. Es a partir de ahí que comenta que suele escribir cuentos y relatos, alguno de ellos relatado en análisis, expresa claramente su posición subjetiva. Pensé entonces que allí podría abrirse un nuevo espacio. Se trataría de un otro cuerpo donde se inscribiera simbólicamente aunque no se agotara allí ese algo de la aprehensión de un real que aprecia demandar permanentemente una operación que acotara tanto sufrimiento y dolor.

Otra viñeta: Con un rostro y cuerpo casi adolescente M 39 años, sostiene desde hace tiempo una lucha interminable con su cuerpo, no se gusta y expresión de esa guerra silenciosa es la bulimia que padece desde hace años,bulimia que la ha llevado a transitar diversos tratamientos.

Este disgusto con su cuerpo no esta solo, vive angustiada, temerosa, etc y estas cuestiones invaden todos los ordenes de su vida. No obstante el tema de la bulimia aparece de costado, marginalmente (me arriesgaría a decir que para nadie es fácil hablar de las peculiaridades de su vida erótica, sobre todo sí tienen esta cualidad de lo secreto y oculto, como lo era su bulimia).

Por otra parte no creo que sea golpeteando sobre el síntoma que este se disolverá, tampoco es esta necesariamente la idea que sostiene un análisis. Se trata en todo caso que algo de un goce cristalizado en el síntoma pueda entrar a circular de otra manera en la situación transferencial.

Resulta que incidentalmente, M se entera que su mamá, una señora muy mayor en la actualidad y que siempre aparece en sus relatos como alguien para quien la vida se le mostraba luminosa y alegre , a pesar de algunos hechos dolorosos y trágicos que compartió con su hija, he aquí digo que M se entera que su mamá desde que se casó, y de ahí en más, vivió vomitando y con problemas alimentarios debido a una hernia diatal.

No le fue fácil asimilar esta "novedad", y más aun no podría asegurar que efectivamente la asimiló, a no ser que piense que algo tuvo que ver esta cuestión y lo trabajado en el análisis para que meses después planteara que había dejado de vomitar y que había logrado establecer un régimen de comidas mas ordenado, esto es no comer cualquier cosa.

Podríamos pensar que M, se había tragado sin saber el cuerpo materno y a pesar de todos los intentos de expulsar de sí, eso que la ponía mal, la engordaba, etc, no lo lograba en tanto en su decir toda referencia quedaba ligada a la inmediatez de ese real que no podía metaforizar.

La distancia afectiva y física que intentaba sostener con su madre, disolvían toda sospecha acerca de la proximidad de esa presencia incorporada, vía identificación al síntoma que hizo cuerpo en ella.

Descubrir que lo que uno supone más propio, el cuerpo o partes del mismo son del Otro, no es poca cosa. Hacerse de ese cuerpo del que se pueda decir: "tengo un cuerpo", como hemos visto antes implica un largo trabajo, y algo de este trabajo es el que cobra un valor paradigmatico en los comienzos de la adolescencia.

También allí podríamos decir algo de eso que hace al sostén de un cuerpo haciendo lazo con lo social (cuerpo social)cobra particular intensidad. Y quiero sustraer esta afirmación por una parte, de una reducción a una temporalidad cronológica y por otra a una simple analogía al decir cuerpo social; ya que el cuerpo al que como psicoanalistas tenemos acceso es precisamente ese que no es sino en lo social, que no es sin neurosis infantil mediante y sin segundo tiempo de la sexualidad.

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