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Número 5 - Junio 2002
Los síntomas en lectoescritura
Clelia Conde

Los síntomas en la lectoescritura nos dan mucho trabajo, en el doble sentido de que hay muchas consultas en clínica con niños por problemas en la escuela, relativos a la dificultad para aprender las letras o una dificultad globalizada respecto del aprender . Pero también nos dan trabajo en el sentido de que son síntomas tradicionalmente tomados por la psicopedagogía y de las que se supone que el analista no tiene nada que decir y del que nos hemos ocupado esporádicamente.

Hay una cuestión general desde donde enfocar estos síntomas y es la posibilidad de la palabra para un chico, que el analista desde su deseo sostenga las producciones, sin angustiarse, que es a veces lo que les sucede a los padres. Esta angustia del lado de la madre será interpretada por el niño como un rechazo, ya que es un rechazo a la castración, y esto detiene las producciones del niño, en la medida del temor a perder su lugar respecto de la madre.

Estas reacciones de angustia ante la producción que como sujeto tiene el niño cuando escribe, suceden porque esa escritura es una señal más de separación respecto de los padres y una señal que comienza a tener los caracteres de nombre propio, nombran un grado de existencia de ese niño como sujeto.

Antes de que el psicoanálisis tomara este tema sobre sí, todos los síntomas de la lectoescritura eran entendidos como dislexia, como una patología de la escritura que generalmente tiene que ver con inversiones de las letras, que pueden ser inversiones de tipo vertical, puede ser del orden de la lateralidad que sucede cuando ya el chico silabea (donde tiene que poner "va" pone "av"). Otro síntoma que aparece es la dificultad para separar palabras o para juntar palabras. Después hay problemas que tienen que ver con omisiones de letras (chicos que saltean letras al escribir o los que añaden letras que no van), u otros síntomas de la escritura que tienen que ver con que a pesar de que escribe bien, el otro no puede entender nada de lo que escribe porque la letra está de tal manera erotizada que no ha perdido su carácter de imagen ofrecida al otro.

Estos síntomas tradicionalmente reunidos bajo el nombre de dislexia corresponden a distintos momentos de estructuración del sujeto, del desprendimiento que hace el chico a partir del dibujo a la entrada en la lectoescritura, en el alfabetismo, en el silabeo, y finalmente en la armazón de frases con coherencia, de narraciones.

Usualmente los teóricos de la dislexia, psicólogos y psicopedagogos la tomaban como una disfunción que tiene que ver con que no se adecua lo que se escribe con lo fonético. La manera de interpretarla es una inadecuación (que no debería ser tal) entre la imagen sonora y la imagen visual. Lo atribuyen a problemas neurológicos, a cuestiones ambientales o a retrasos madurativos. Estas cuestiones lo que no permiten es diferenciar qué hay de propio del sujeto en esas determinadas inversiones, lateralizaciones u omisiones.

Actualmente estos síntomas son tomados bajo el nombre de ADD, y rápidamente medicados. La medicación actúa como extraer la responsabilidad tanto del sujeto como de los padres, al atribuir las causas a factores orgánicos. Evitando toda connotación moral que parece deslizarse en la última frase, no es tanto una cuestión de responsabilidad sino de cierta increencia en la existencia del sujeto, lo que se alienta cuando la medicación ofrece su panacea universal.

Hay una primer pérdida necesaria para al sujeto para que comience a hablar, que es la pérdida respecto del goce de la lengua como un todo de ilimitados fonemas, que el sujeto tiene que hacer un primer recorte respecto de eso, respecto de ese goce de la lengua, que es una primera separación respecto de la madre, y en esa pérdida quedan los fonemas que son propios del lenguaje que luego el niño va a hablar, quedan solo los fonemas de la lengua materna. Hay una pérdida necesaria que es respecto de este total de fonemas que aparece en el balbuceo y que se pierde cuando comienza la cuestión del silabeo.

Lo fundamental respecto de entender la cuestión de la Lectoescritura es ir absolutamente en contra de cómo se ha explicado tradicionalmente, que es por una adecuación de la imagen visual con la imagen sonora, por que justamente si hay algo que ocurre en la escritura es que no hay un tipo de adecuación de la imagen visual y la imagen sonora

Esto lo comenta Freud permanentemente, que no hay adecuación de la imagen sonora y visual, es decir entre la imagen que se aparece en la representación y el significante que esta bajo esa imagen. . Hay un texto de Freud que se llama: "Un paralelo mitológico a una imagen obsesiva plástica", en ese texto es muy claro lo que Freud dice respecto de la relación entre la imagen visual y el significante. Ahí Freud comenta una imagen que tiene un paciente obsesivo, que es la imagen de un cuerpo con manos, con pies, sin cabeza y con un dibujo de una cara en el vientre, este dibujo llama la atención porque es lo mas parecido a lo que generalmente dibujan los chicos que recién empiezan a dibujar, cuando empiezan a hacer otra cosa que redondeles que se incluyen, líneas, cuando pasan de la cuestión de la pura expresión pulsional en la hoja al armado de alguna representación.

Esa imagen venía acompañada en este obsesivo por una frase que era: "Ano del padre", es evidentemente un insulto, y no hay ninguna correspondencia de la imagen y el significante que aparece relacionado con esa imagen. Y ahí Freud hace un pequeño recorrido en el que dice que "Ano del padre" terminaba haciendo una deformación de la palabra "Patriarca". Hay una diferencia de una "s" y una "r" entre la palabra en alemán para decir "Ano del padre" y para decir "patriarca".

Freud interpreta esto en relación a la ambivalencia por el padre, porque ahí está representado tanto el amor al padre, como la cuestión del querer despegarse de ese amor. Pero ahí él es muy claro en que si uno se guía por la imagen visual, no se puede leer. Y esto es muy interesante porque para entender la Lectoescritura, para leer es necesario prescindir de la imagen visual. Para poder leer es necesario perder esto que los chicos hacen en un comienzo: antropomorfizar las letras: por ejemplo nombrarlas como que se trata de un palito con una pancita, etc. Generalmente el pasaje que se va produciendo en los niños es primero este primer dibujo que es puramente pulsional, erótico con la hoja, donde no se respetan los límites de la hoja, ni la cantidad de material que se usa tiene demasiada relación con lo que se está haciendo.

Respecto de este primer tiempo que sucede, entiendo que hay ahí una primera dificultad que puede aparecer respecto de la Lectoescritura, que es la negativa o la imposibilidad del niño de extraerse de ese goce del otro, extraer de esa situación de estar perdido en el otro, de extraer alguna letra que lo nombre. Esa letra no se puede extraer porque queda excesivamente erotizada en la relación al otro.

Me gustaría ilustrar esto con el dibujo de un nene que comienza por escribir copiando y hace un primer grado soportable, conservando todas las palabras juntas. Por supuesto mantiene todas las palabras juntas porque para él no tiene ningún significado sino que simplemente está copiando desde el otro. Hace un dibujo dice: "es un ojo reventado, hinchado, hiperexplotado".

Lo interesante es que en ese ojo está la letra de su nombre, que es la "T" de Tomás. Esa "T" en el ojo, es un síntoma respecto del cual él tiene una imposibilidad de despegar la letra de su nombre, respecto de la demanda materna. Para poder extraer la letra es necesario que el chico suponga que la madre va a soportar la falta que implica el extraerse de ella. Para él era una cuestión subjetiva muy fuerte que no era posible que la madre no estuviera permanentemente encima respecto de sus tareas escolares. Esto está claramente puesto en el dibujo.

Cuando yo le marco que ahí hay una letra que es la de su nombre, él me dice que no vamos a poder seguir jugando porque ya no puede dibujar, entonces se suceden sesiones en las que él me dice que hacer y yo voy dibujando, en general me pide que dibuje a las mujeres de la familia en actitudes como de gozar al Otro, ridiculizarlo. Después de eso le es posible retomar la cuestión del dibujo. Lo importante es que uno puede pensar que esa intervención puede ser perjudicial en el sentido que a él se le produce una inhibición, sin embargo yo veo esa inhibición como una primer separación, en el sentido que esto que hizo no lo había hecho él, sino que lo había hecho desde el lugar de la Madre. Cuando él me pide a mí que yo haga algo, él ya esta suponiendo que lo que yo hago no es algo que él hace, sino que es algo que yo hago y que es necesario que él me lo pida para que yo lo haga. O sea que yo no sé lo que él quiere hacer, él no sabe cómo yo lo voy a hacer, y ese juego que lleva una cantidad de tiempo esta signado por un latiguillo: "no , no era así. Hasta que esto llega a una especie de atolladero donde le digo que no hay manera de que yo sepa cómo él se imagina eso en su cabeza. Se ve obligado a intervenir diciendo no tiene pecas, tiene trenzas. Y poder atravesar una cuestión interesante afectiva, para la separación es necesario el enojo, el enojo respecto de que el Otro no sabe.

Esas son paradojas lógicas que se le plantean al chico respecto de una hipótesis inicial que era que él es sabido por el Otro y leído desde el Otro.

Si el chico encuentra apoyo suficiente como para atravesar este primer momento de horror a la castración materna, etc. va a poder hacer una segunda operación en el que el problema que va a presentársele respecto de las letras, es el enlace, una vez que él este en posición de una cierta cantidad de letras, lo que va a tener que hacer es la "m" con la "a": "ma".

Habría un momento cero, que es este pasaje del dibujo, que comienza siendo esta del Otro. Pero para que esta letra en efecto sea del sujeto tiene suceder la represión, que funcione la represión es la posibilidad del enlace, porque es esta letra con esta otra letra la que forma un sonido que se pude decir, no cualquier letra con cualquier letra, por ejemplo la "b" con la "z" no se pude decir, hay reglas. Es decir que hay que articular aquello que es de la prohibición y aquello que es del goce. No hay una cosa sin la otra sino que se trata justamente del enlace de la articulación. Porque los textos tradicionales cuando hablan de cómo se formaban las palabras, etc. sobre lo que se hace mucho hincapié es en la cuestión de que se pueden armar totales, globalizaciones entre la imagen visual que es la palabra escrita y la imagen acústica, no se trata de una globalización en la posibilidad del enlace sino se trata de una articulación de dos faltas por que ni la imagen sonora dice de la imagen escrita, ni la imagen escrita termina por completo de decir respecto de la imagen sonora. O sea que el sujeto tiene que agregar su operación que es ese enlace para poder leer, sino tendría que leer todas las letras de corrido sin que haya producción de significación .

Ninguna de estas operaciones se realiza sin incluir la siguiente, por ejemplo cuando yo anoto una letra estoy no anotando las otras, es una operación de selección sobre el código, es necesario entonces articular las dos faltas, estas dos cuestiones que no se recubren, porque no hay ninguna adecuación de la palabra a la cosa. En el proceso mismo de la escritura hay momentos que se produce la palabra, hay una recuperación de ese goce que se ha debido perder para escribir la primera letra.

CLELIA CONDE

BIBLIOGRAFIA

FREUD. Una imagen obsesiva plástica. Amorrortu

POMMIER, G. Nacimiento y Renascimiento de la Escritura.

 

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