Volver a la página principal
Número 8 - Septiembre 2005
Algunos dibujos de niños
Viviana Garaventa

Baudelaire,en un ensayo acerca de lo cómico se interesó en la caricatura descubriendo que era una vía por la cual algunos caricaturistas "metamorfoseaban" su drama en dibujo.

¿Cuál era el estatuto de esa metamorfosis por la cual, la caricatura, como recurso estético permitía abordar el sufrimiento?

Freud ubicó a la caricatura como un medio para volver cómico a alguien o a algo, y estableció que la caricatura opera por "el rebajamiento" del objeto sublime, realzando un único rasgo, en si cómico, que pasaba inadvertido dentro de la imagen total;si en la realidad falta ese rasgo cómico la caricatura lo crea, exagerando uno no cómico en sí mismo.

Baudelaire, advirtió que algunas de las caricaturas no producían comicidad ni su dibujante se divertía ha ciéndolas, tomando como ejemplo los dibujos de Leonardo da Vinci a los que llamaba caricaturas frías, que copiaban lo feo pero no lo transformaban, por la que se preguntó si esos dibujos merecían el nombre de caricaturas.

La emergencia de la risa en la cura, fue recortada por Cristina Marrone 1, como signo a ser leído por el analista, en cada ocasión.

Esta referencia clínica, me permitió esta vez, extraer de los niños que atendí, algunos dibujos para proponerlos como vía de abordaje del sufrimiento. A través de ellos retomaré la pregunta inicial acerca del estatuto de lo que opera en el pasaje del drama al dibujo, poniéndolo en relación a la escritura.

La relación del dibujo con la escritura fue articulada, por Lacan cuando extrae del texto freudiano, que el dibujo puede ser considerado, no sólo como imagen del objeto, sino como escritura de su nombre, escritura entonces de lo imposible de ser dicho.

Voy a tomar para desplegar mi propuesta los dibujos de Martín y Dante,

Aproximándome también a situar que aquellos dibujos que producen risa, introducen una diferencia escritural, cuyo valor clínico intentaré situar.

Los dibujos de Martín me habían impresionado, porque reencontraba allí sin dificultad algunos elementos significativos de lo relatado por sus padres, para quienes estando los frutos del intelecto entre sus valores más altos habían sido heridos por el nacimiento de una niña, con Síndrome de Down. Ese año, la niña había iniciado la escolaridad primaria en una escuela común, con gran expectativa y exigencia de parte de sus padres, pero a poco de andar peligraba su permanencia allí.

Ese mismo año, meses después que el padre sufriera una hemiparálisis a causa de una hemorragia cerebral por hipertensión, consultaron por Martín quien hasta entonces alumno brillante, había caído abruptamente en su rendimiento escolar.

Algunos elementos de su drama como la caída, el movimiento, la detención, los rasgos faciales de la enfermedad que afectaba a su hermana, habían sido transpuestos a los dibujos producidos en silencio, en nuestro primer encuentro.

En Dante, en cambio, fue en un momento avanzado de la cura, que produjo una escena en la que a modo de un pintor que mide con un pulgar la distancia al modelo, me miraba como para retratarme. Mientras miraba mi rostro y lo comparaba con el que estaba dibujando se reía exclamando ¡qué fea que sos!

El rostro dibujado se transformó cuando le dibujó "chorros de litros de sangre" que salían de la boca, nariz y oídos, mientras sentenciaba ¡que fea que sos!, seguía riendo. Fue al pintar el dibujo que al colorear la sangre, una excitación creciente se apoderó de él pidiendo con ansiedad, rojos cada vez más intensos. Ninguno parecía "conformarlo" hasta que intervine recordando que"la sangre no tiene que ser necesariamente roja, cuando yo era chica me contaban que los príncipes y princesas tenían sangre azul." Dante tomó entonces un lápiz azul para pintar la sangre que entremezcló con el rojo y me pidió que le contara acerca de esos cuentos de mi infancia.

Mientras transcurría el relato de La bella durmiente, Dante anunció que el rostro que estaba pintando era el de un monstruo, y luego el de "un dragón que arrojaba sangre."

La madre de Dante, cuyo rostro el terror aún pincelaba, me había comunicado que meses antes Dante había sufrido un episodio en el cual un chorro de sangre había salido abruptamente por la boca del niño, a causa de una hemorragia digestiva, por lo cual había sido transfundido de urgencia en terapia intensiva, donde permaneció algunas semanas.

Por su parte desde hacia varios años ella sufría, después de la muerte de su padre, de diarreas sanguinolentas crónicas. Respecto al padre de Dante se quejaba porque siempre gastaba más dinero del que ganaba, y por el tiempo de la afección deDante se encontraban económicamente en rojo, porque el abuelo paterno de Dante, quien siempre había salido a cubrir las deudas, "les había cortado el chorro".

Tanto en Martín como en Dante, el drama se metamorfoseaba en dibujo, ambos abordaban el sufrimiento por esa vía, pero la risa me guía clínicamente a situar diferencias en ese pasaje.

En el Seminario V Lacan afirma que el niño "antes de toda palabra ríe", ante otros que son significativos para él, porque ubica en ellos la fuente de placer que esta más allá de su presencia.

Esa risa, vinculada con el "más allá de la demanda", no se opone al llanto, como podría hacernos creer la máscara de las dos carátulas, sino que, en ese seminario Lacan precisa que lo contrario de la risa es la la identificación; ahí "Se acabó la risa está uno serio como un papa ó un papá", dice graciosamente Lacan

Retomo en este punto a la caricatura como una vía regia para cuestionar la identificación a lo sublime de esa autoridad, porque produce el rebajamiento de la imagen.

Ahora bien, con la invención de la fea ¿cuál había sido la autoridad cuestionada por Dante?

¿La parental que quizá para el niño, el analista representaba? la posición clínica que respecto a un niño sostengo, de ubicarme como material de su juego, y lo efectivamente acontecido en el encuentro con Dante excluían esa posibilidad.

La lectura de un texto de Jorge Palant, acerca de lo cómico y la autoridad me permitió ubicar que la autoridad, sobre la cual la caricatura produce el rebajamiento, puede ser también, "la autoridad irreductible de una significación que aplasta al sujeto.

En esta línea propongo que el dibujo de la "cara que sangra",que causaba su risa funcionó como sucedáneo de las sangrías que afectaban a sus padres; del lado del padre, en el modo de contraer deudas que propongo leer como "algún ano va a sangrar",en tanto del lado de la madre, el "ano sangra" en las diarreas sanguinolentas.

Dante por la vía lúdica tomó al pequeño otro y al modo de un caricaturista extrajo la fealdad como rasgo inventando con el dibujo de la fea una imagen que soporte una primera localización de lo que no es bello, para situar ahí una cara que arroja sangre por los orificios.

El dibujo de la fea, produce su risa porque introduce una diferencia que es cómica, en tanto ubica en lo semejante lo desemejante.

Propongo aquí el estatuto caricatural para el dibujo de la fea, en tanto hace escritura de lo que se pierde en la producción de esa diferencia.

Luego se hace soporte de una "transfiguración" con el dibujo de la cara que sangra, que propongo como sustitución de "ano que sangra", asomando así la posibilidad de escribir la diferencia entre identificación y lo que va más allá, del que la risa era testimonio

Hasta allí la diversión, pero cuando comenzó a colorear la sangre, el rojo tornó hipernítida la imagen, se desdibujó el borde ficcional; fue allí que con el auxilio de los cuentos intervine y la sangre azul produjo el rebajamiento de lo hipernítido del rojo.

Se reanuda así la ficción, por la que Dante metamorfoseó el rostro de la "cara que sangra", en "monstruo" y este en un "dragón" que arroja sangre.

¿Ahora bien los dibujos producido por Dante pueden ser considerados como caricaturas, cuando Freud afirmó que el niño no tiene noticia de lo cómico?

Establece que en el niño opera un rebajamiento directo, se burla del otro porque lo hizo mal y el no, esa es la comparación presente en el niño. No se trata para Freud de una comparación cómica. porque es el yo del niño el que produce la diferencia cómica en el adulto, cuando este compara al yo de la persona cómica con su yo de niño.

Es en este sentido que el niño por estructura carece de rasero para establecer una comparación cómica. Sostengo entonces que es el analista, el que con su acto, a través de un personaje que admite su degradación en un marco de juego, el que otorga al niño la condición de posibilidad para el abordaje cómico del sufrimiento que lo afecta.

A partir de este punto de llegada retomo y resitúo los dibujos de Martín, quien no se divertía, no reía, porque en sus dibujos no había degradación de la imagen.Eran no obstante dibujos dirigidos al Otro, pero el analista no estaba incluido todavía para el niño como personaje de juego.

Sin embargo fuí testigo de una primera transposición en el que la diferencia que se puso en juego es aquella que el rasgo unario permite contabilizar, en tanto la imagen de cualquier dibujo que mima elementos, deja por escrito la pérdida de un original vuelto inalcanzable. Se escribe así, que lo que se repite es la imposibilidad de repetir, abriendo así a otra modalidad de respuesta, que lo descuente de la escena parental.

A través de los dibujos de Martin y Dante puedo concluír que algunos dibujos pueden hacerse soporte de un pasaje escritural pero en el que se juegan distintos modos del escrito.

En los dibujos de Martin y Dante la diferencia que el rasgo introduce se juega en el trazo del dibujo; pero en los de Dante, vía la caricatura, se produce otra diferencia.

No será lo mismo, entonces transponer en dibujos aquello que causa sufrimiento, aún cuando en ello se realice algún trazo propio, que producir su rebajamiento, cuestionando su autoridad aplastante, a través de la caricatura asomando por esa vía a un más allá de la identificación.

Notas

1 Cristina Marrone. Seminario "La risa" dictado en el 2002 en Convocatoria Clínica.

Bibliografia

Alouch, Jean. Letra por letra.Ed.Edelp

Baudelaire, Charles.Lo cómico y la caricatura.Ed.La balsa de la medusa.

Freud, S. El chiste y su relación con lo inconciente.AE VIII.

Kovalovsky, Pablo.Seminario "Estados límites".Convocatoria clínica 2003-4

Koop, Guillermo. "Sobre el alfabeto: descubrimiento y aprendizaje". Rev.Conjetural n° 26.

Lacan, J. Seminario Las formaciones del inconciente.Ed.Paidós

Lacan, J.Seminario La identificación.Inédito

Marrone, Cristina.Seminario "La risa" Convocatoria clínica 2003-4

Palant, Jorge. "La respuesta cómica."Rev.Conjetural n° 21

Volver al sumario de Fort-Da 8

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet