Leyendo "La interpretación de los sueños"1 encontré que el capítulo de los "Sueños típicos" estaba poblado de sagas, cuentos y mitos. Sueños en los que el dolor, la falta de desfiguración y de disfraz dejan al soñante sin ocurrencias y sin palabras.
La saga de Edipo fue el punto de apoyo para el análisis de los sueños de muerte de personas queridas. Freud reconoció que en ella se figuraba el horror y la autopunición. Me gustó encontrar una frase en la que creo poder leer la abstención en el modo de decir de Freud para que algo del peso del horror, de la muerte, que traían las imágenes de esos sueños pudieran pasar y producir un recuerdo.
"Si alguien sueña- escribió Freud- en medio de manifestaciones de dolor que su padre, madre hermana o hermano han muerto, yo nunca utilizaré ese sueño como prueba de que se les desea ahora la muerte" 2
Freud en su intervención, no dejó de nombrar el deseo de muerte pero lo desprendió del "ahora" de lo actual y lo resituó en un punto del pasado, tiempo del narcisismo infantil en que se les habría deseado la muerte a padres y hermanos. 3Freud se abstuvo de interpretar y trasladó, en su construcción, el peso de la imagen del horror, a la saga y al pasado infantil. Leo ahí el modo que Freud encontró de hacer pasar la muerte apoyándose en lo que él llamó:"el legado simbólico que la antigüedad nos ha dejado" 4
Hace un tiempo estoy interesada en recorrer fragmentos de las Mil y una noches y pensaba en esta oportunidad enlazar a Freud y Cherezada. Me gustaría pensar el modo en que Cherezada se apoyó en los cuentos para hacer pasar la muerte en aquel Sultan enfurecido que pensaba que el alivio para su sufrimiento lo conseguiría solo tras la muerte efectiva y real de su compañera noche a noche.
La historia cuenta que hace mucho tiempo hubo un Sultán llamado Chariar que luego de descubrir el engaño de su esposa y las mujeres que la acompañaban enfureció de tal modo que las mandó a matar. Después de este riguroso castigo y queriendo precaver las infidelidades en lo sucesivo determinó tener una mujer cada noche y mandarla a ahogar al día siguiente. Así, a cada casamiento le sucedía una nueva muerte.
Cherezada, hija del Gran Visir, no cedió a los ruegos de su padre, hasta lograr casarse con el sultán, con la ilusión de poner coto a la barbarie que azotaba a su pueblo. Pidió permiso al Sultán para que una querida hermana pasara la última noche en el aposento nupcial. Dinarzada, que así se llamaba la hermana menor de Cherezada, la despertaría una hora antes del amanecer y le pediría uno de esos hermosísimos cuentos que tan bien sabía contar. No sin antes pedir la autorización de Su Majestad ,la encantadora Cherezada comenzaba su relato y cuando la luz del día aparecía enmudcía posponiendo el final para la noche siguiente. Fue así que noche a noche se postergaba la orden de matar a la sultana. Fue así que noche a noche comenzó a despertarse la curiosidad del sultán de escuchar la continuación de las historias y fue así también que una noche apareció la risa del sultán
Para el Sultán no había restricciones. Un enojo imparable se había apoderado de él y lo había llevado al juramento de matar a todas las mujeres. Freud nos habló del narcisismo irrestricto. Narcisismo que no admite ni la pena ni la muerte para sí. Todo lo que pueda perturbar la imagen magistral es eliminado. Recordemos que el enojo del sultán sobrevino luego de que la imagen de Su Majestad fuera afectada por la desventura. De ahí la ira que llevó a perder una vida cada día, ira que no se perdía, ni en el tiempo ni en el olvido. Eliminar al otro para sostener la majestuosidad de su imagen no era sin consecuencias para el sultán: lo llevaba a perder esposas, junto con ellas la posibilidad de descendencia, y en última instancia lo llevaba a la destrucción de su propio imperio. Sin embargo nada de lo que perdía parecía entrar en la cuenta.
¿Cómo hacer entrar la muerte en aquel que, como nuestro Sultan, se creía inmortal y se perpetuaba en esa imagen a cualquier precio?
Acerca de las historias
¿De dónde venían las historias de cherezada? El Gran Visir, padre de Cherezada se encontraba muy apenado ante la determinación de su hija que deseaba ofrecerse como esposa del sultán. Le preguntó entonces: "-¿Porqué corres a tu pérdida?-" y le contó una fábula con la intención de hacerla entrar en razón. Si bien no logró hacer que su hija renunciara a tal empresa, leo ahí que los cuentos para Cherezada tenían un punto de apoyo en su propia historia. Su padre era una de las fuentes de sus relatos. Las historias de Cherezada daban cuenta de la apropiación y del reconocimiento del legado que su padre le había donado.
Cherezada propuso una escena en la que una hermana, estuviese presente en el aposento nupcial para narrarle sus cuentos. Escena que enlazaba no solo a las hermanas sino en la que también quedaba enlazado aquel que escuchando las historias se encontraba en compañía de otros.
Ni su padre ni su hermana podrían salvarla de aquel juramento, pero no fue menor el hecho de que lo generacional, que implica un reconocimiento de lo que la antecede y la sucede estuviese presente en aquel primer encuentro. Poner el lazo filiatorio en juego era entramarse ella misma en una serie en donde la pérdida entraba en la cuenta para un padre, para una hermana y para ella misma.
Freud en "Construcciones en el análisis" 5 escribe acerca del reconocimiento de un núcleo de verdad, que consiste en librar el fragmento de verdad histórico-vivencial del presente real y resituarlo en los lugares de pasado a donde él pertenece.
"La ficción, según Ricoer 6, libra una verdad metafórica que reside más que en los nombres o en las frases, en la tensión entre el "es" y el "no es".
Enlazando las lecturas de Freud, y Ricoer, me preguntaba si las historias de Cherezada podrían pensarse como una construcción ficcional.
Genios amenazando de muerte, poderosos reyes, soberbios y caprichosos sultanes, impacientes personajes eran las figuras principales de los relatos. Alli se reconocía alguna verdad pero se la libraba, en el sentido de efectuar una quita, del presente real y se la trasladaba a otro tiempo y a personajes y figuras de los cuentos.
La historia de la primera noche se trataba de un pobre pescador que imploraba por su vida ante un genio maligno, el cual se hallaba amarrado al más inviolable juramento: matar al primero que lo liberara de su botella... ¿nada puede conmoveros?- fueron las últimas palabras del pescador con las cuales Cherezada interrumpió su narración.
En ese primer cuento, Cherezada nombraba al enojo, a un inviolable juramento, a lo inconmovible de un otro todopoderoso. Sin embargo, no lo prendió a la imagen presente y real del sultán sino que lo resituó en otro lugar y en otra historia. Ahí sitúo la quita de la que nos formula Freud en sus construcciones.
La valiente pregunta "¿Nada puede conmoveros?" no estaba desposeída de una referencia a lo inconmovible del Sultán. Puedo ubicar ahí la tensión entre el "es y el no es" que Ricoer plantea en relación a la ficción.
Y llegó una noche en que el Sultán como todas las noches anteriores aceptó la suspensión del relato, pero a diferencia de la demás, la risa y la carcajada se habían apoderado de él.
En el Estadío del Espejo Lacan habla del júbilo en relación a la transformación que se produce en el sujeto cuando asume una imagen. Dice también que " el punto importante es que esta forma sitúa al yo en una línea de ficción" 7
El planteo de Lacan, me hizo pensar: la risa de nuestro Sultán, ¿podría ser el signo de la transformación producida por la instauración de la ficción?
Cherezada, a su modo, produjo la conmocion de ese yo estático, de esa imagen magistral que no admitía perturbación creando una y otra vez un espejo en donde la imagen reflejada diera nacimiento a esa tensión entre el "es y el no es" que Ricoer nos propone para pensar la ficción.
La risa estalló con la historia de una dama que había enfurecido con su marido la noche de bodas. Lo había mandado a azotar sin compasión y también había mandado a cortar su mano. Lo castigó por haber comido ajo y no lavarse bien las manos. "Cuanto enojo por tan pequeña cosa"... fueron las palabras del marido con las cuales Cherezada sabiamente, interrumpió su narración. La imagen de la dama furiosa diseñada por Cherezada se asemejaba a la imagen del sultán de los primeros tiempos en los que reinaba mucho enojo. Pero en ese cuento a diferencia de los demás, en los que la ira también había sido nombrada, lo irrestricto del enojo era cuestionado: cuanto por tan poco!. Ahí llegó la risa. Si el enojo pudo ser cuestionado fue porque algo de él se había perdido.
Y así, noche a noche, se fue haciendo la historia de las Mil y una noches. Historia que da cuenta que el tiempo y la muerte habían entrado en la cuenta de aquel que parecía inmortal.
Cada suspensión del relato se correspondía con una postergación de la orden de muerte; en esa postergación, Su Majestad, faltaba al juramento mortal cuestionando lo inmortal de esa imagen magistral.
Si el Sultán no mandó a matar a Cherezada fue por el alivio que su presencia y sus construcciones aportaron.
La entrada de la muerte, inherente a toda transformación, como dice Mircea Eliade 8, es una condición de paso. Así nos lo muestra, Freud haciendo de los sueños típicos un recuerdo, y Cherezada haciendo de la ira, risa.
Vale la pregunta, ¿Cómo construir ficción ahí cuando lo real de una imagen, lo real de un enojo, se impone?
Notas
1 S.Freud. "La interpretación de los sueños". O.C. Ed. Amorrortu.
2 S.Freud. "La interpretación de los sueños". O.C. Ed. Amorrortu.
3 "La teoría del sueño se conforma con inferir que les ha deseado la muerte en algún momento de la infancia". S.Freud. "La interpretación de los sueños". Cap. De los sueños típicos. Ed. Amorrortu.
4 Idem 2.
5 S.Freud. O.C. Ed. Amorrortu.
6 P.Ricoer: Tiempo y Narración". Siglo XXI Ed.
7 Lacan: "El Estadió del Espejo como formador de la función del yo (je) como se nos revela en la experiencia psicoanalítica". Escritos 1. Siglo XXI Ed.