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Número 8 - Septiembre 2005
Pensamiento y lenguaje
Luis Carlos Restrepo

Introducción

Pensamiento y Lenguaje1, es un tema que ha sido trabajado por muchas escuelas desde el punto de vista psicológico. Desde Wundt con su psicología experimental, pasando por los funcionalistas, los conductistas, los cognitivistas, hasta la psicología de los procesos inconscientes, con Sigmund Freud.

En este trabajo se va analizar como El pensamiento y el lenguaje, como una conjunción de dos términos, tiene una importancia dentro de la actividad del juego.

El juego como un instrumento, le permite al infante o a cualquier ser humano entender lo que es precisamente su entorno, su mundo. Lo que realmente es serio y lo que no lo es. Pero no deja de ser el juego una invención del ser humano para recrearse, o representarse su mundo. Ese mundo que no solo es el de afuera sino también el de adentro. El juego como representación intersubjetiva, no solo es algo que se crea por el ser humano que tiene lenguaje, sino por los animales que también juegan. Claro que la diferencia esta es en que el animal juega por instinto 2, mientras que el hombre, lo hace más allá de una necesidad biológica, por un deseo de representar y representarse ante el otro. Ese otro que es su semejante, su paternaire o conjenere. En esa relación de un yo y un tu, esta mediada por la palabra, por un signo lingüístico, ya sea símbolo, significante, o lo simbólico, en una palabra el lenguaje.

El juego es apariencia, simulación, no es que carezca de seriedad, es tan serio , como la vida misma en la que el ser humano esta sometido a sus leyes. El juego no solo es alterar lo cotidiano, las leyes que rigen nuestro mundo, sino que el mismo juego tiene reglas a las que hay que respetar.

El juego es una representación del mundo que rodea al infante, en relación al otro, es una simulación 3, que se hace para comunicarme con ese Otro, que es el lugar del lenguaje.

Por qué ese Otro ?. es importante responder, que desde el punto de vista de la teoría psicoanalítica el Otro, es el lugar o el deposito de los significantes, o de lo simbólico. Porque ese Otro, tiene la marca de la diferencia que se representa por una palabra o significante que tiene impreso en su psiquismo. La palabra nombra el objeto ausente, lo evoca, pero simplemente esa palabra como representación del objeto, me permite al nombrarlo poderlo intercambiar con otro, en este caso del juego del Fort- Da, es en tanto la madre como lugar de intercambio.

La actividad del lenguaje, no es un aprendizaje mecánico o conductual, de un estimulo una respuesta. Es importante, establecer que el juego es una relación dialéctica. Porque no todos los infantes juegan, cuando no tienen una representación de su mundo, o la del Otro. Los infantes con ciertas patologías severas, el juego se convierte en algo ´´ sin sentido ´´, es el caso de autistas con relación al tema de la falsa creencia, que se establece con el lenguaje.

De hecho , los autistas hablantes tienen muchas dificultades para diferenciar que informaciones son ´´ dadas `` y cuales ´´ nuevas ´´ para sus interlocutores, tendiendo a producir monólogos repetitivos , limitados y carentes de interés para estos ( Baltexen. 1977 ).

Hay un tipo de dificultades que son especialmente significativas y virtualmente universales en los casos del autismo , incluso en los sujetos más inteligentes: se refiere a la comprensión de enunciados con ´´ doble sentido ´´, tales como irónicos o sarcásticos, y de todos aquellos enunciados que tienen un significado metafórico , ´´ no literal ´´. Esta peculiaridad, que expresa de otro modo la desconcertante ´´ ingenuidad ´´ autista puesta también de manifiesto en la incapacidad de engaño (........) , refleja un aspecto de la tendencia autista a emplear un lenguaje literal, y es coherente con las tendencias autistas a ´´comprender literalmente´´ las cosas. Frith ( 1991). 4

El juego se presta a esa doble interpretación, en relación que allí confluyen aspectos importantes, que desde el punto de vista de las formaciones del inconsciente, son los elementos de metáfora y metonimia. El autista no trasciende el lenguaje al ámbito q ue tiene. Y es precisamente en relación a un referente, que es la ley, la que posibilita el de distinguir un yo de un tú. Es el aspecto que conlleva la identificación con sus semejantes, sus padres en el caso concreto. Saber que es él en relación a ese entorno que es la familia, donde en ellas subyace una ley, una prohibición que marca grandes diferencias, y donde se cumplen unos determinados roles, u obligaciones al interior de ese ámbito.

El caso del nieto de Freud, que juega al carretel, simboliza alguna de las figuras parentales de su entorno. Es en este caso la madre, el carretel simboliza, esa otra parte que lo liga afectivamente a él. La madre en cuanto le da amor y asistencia, también es la que marca un espacio diferente para el infante. Es decir, la posibilidad que ella le deja, ser lo que su deseo la marca. Deseo que esta sostenido por un significante, que viene del Otro.

El Otro, como lo define Lacan es el tesoro de los significantes. El Otro, diferente al semejante, a ese otro, significa su deseo, por medio de la palabra. El infante cuando juega a la presencia y ausencia de un objeto, no es propiamente el carrete como tal sino la diferencia que el infante establece, cuando toma a este, por el representante de su madre. De aquella persona que cuand o se va, le deja al infante, que juegue, se recrea, con esa ausencia, mediante una actividad lúdica, como es el juego, representado por un objeto que le da toda la vida, y sentido a lo que él demanda.

La diferencia que se establece entre un infante que juega, y le da vida a objetos inanimados, diferente a otro que tiene problemas mentales. Esta en que aquel sabe simbolizar, y diferenciar un mundo imaginario, lleno de fantasía, de representaciones de una realidad que limita. Esto tiene que ver con el principio de placer y de realidad.

Si un niño intentará ver el mundo sin dividirlo en ámbitos , no lograría ver reglas simples que fueran aplicables a una gama tan variada de realidades...Es está la razón por la que cada niño debe aprender reglas distintas para los ámbitos físico y psicológico.... 5

La simbolización de una realidad, o lo que podemos llamar el lenguaje en el infante, esta marcado no solo por unas condiciones que se reflejan en el entorno, si no básicamente, por una intersubjetiviadad. Esta marcada por la relación que representa el deseo del Otro. Sabemos que el lenguaje, la palabra, hace que un individuo se humanice, le esta precedida mucho antes de que nazca. Porque la historia de un sujeto humano , se marca en la palabra, en un discurso, que viene dado por ese Otro. Es claro, que cuando esta en un proceso de gestación, los padres, lo marcan en la palabra, porque se destina dentro de un contexto, que es cuando lleva un nombre, un apellido, un lugar que va a ocupar dentro de ese entorno de la familia, como otro distinto a los que ya lo habitan, allí, sus padres y hermanos. Ese destino que es la historia, marcada por el nombre, también esta referenciado por unos padrinos que va a tener, cuando sea registrado su nombre en una notaria, o a nivel del bautismo. Esto hace importante, que el hijo se distinga de los demás que componen el núcleo familiar. En el texto que tiene Levi Strauss, sobre el Pensamiento y Lenguaje, el alude que la familia, tiene a su interior una ley, que hace que ella progrese, en una manera que posibilite intercambios con otros de su misma especie. Esta ley es la prohibición del Incesto, en la que los hijos no pueden desear a la madre, como objeto de prohibición, ni esta integrar a sus hijos en un ámbito como el que tenía durante la gestación. La palabra, limita, prohíbe, nombra lo innombrable, lo real del objeto.

Entonces que es la simbolización del infante en el juego? Una actividad consciente ? realmente no podemos afirmar, que un infante, y en general un sujeto, cuando ha creado o participa en una actividad lúdica, como el juego, lo haga con la intencionalidad de saber, lo que subyace a dicha representación. Diremos que el lenguaje en esa arbitrariedad, esconde algo, que se le escapa al propio sujeto o infante. En el caso que nos ocupa del Fort- Da, el acoge esas palabras para significar un adentro y un afuera, un ´´ aquí ´´, un ´´ allá ´´, en la que simboliza la ausencia o la presencia de la madre, mediante el objeto carretel.

Freud, y el psicoanálisis han demostrado que una simbolización, o un significante, no es algo elegido conscientemente por el sujeto, sino que es una actividad, una formación del pensamiento inconsciente. Razones que se demuestran en los sueños, en el chist e, en los actos fallidos, que son sino síntomas de algo mucho más profundo de lo que quiere significar el sujeto. Debido a esto, por la represión, que trata de que pensamientos indeseables, que no acuden a la conciencia, por la censura y la misma represión, acceden a la conciencia bajo un disfraz.

El juego tiene esa dimensión de obtener placer por unos medios, que posibilitan al sujeto atenuar un goce. La conciencia es entonces el producto de una actividad inconsciente. Y este se manifiesta, y se estructura por el lenguaje. Tiene las leyes del lenguaje que son metáfora y metonimia , que en el caso de Freud, los tomo como condensación y desplazamiento.

El lenguaje tiene esa connotación, ..... a veces es cierto, reclama una cierta atención: ocurre por ejemplo, cuando no sabemos como decir las cosas en una situación social comprometida, cuando tratamos de aprender un segundo idioma o cuando un mensaje nos resulta ambiguo, o difícil de comprender; también cuando en nuestro habla espontánea se desliza un error no deseado o no somos capaces de recordar una palabra en el momento preciso ( nos quedamos con la palabra ´´ en la punta de la lengua ´´ ) 6

El sujeto, es representado por un significante, para relacionarse con otro significante. Esta insertado en la cadena significante. Las primeras simbolizaciones que adquiere el infante son por medio de las palabras que provienen del Otro, del deseo del otro. Cuando el infante se da cuenta, que además de ser objeto del deseo del otro, ese otro es también deseado. Lo que hace el nieto de Freud, con la palabra alemana, Fort-Da, es precisamente la figura de su madre. Esta relación primordial en todo sujeto, es lo que le permite al infante acceder a una palabra, al lenguaje. La representación del Otro, lugar del tesoro de los significantes, como lo definió Lacan en el articulo Función y Campo de la palabra de Escritos.

En la formación y en el uso de la lengua transmítese necesariamente todo el carácter particular de la percepción de los objetos. Pues la palabra nace precisamente de esa percepción: no es una impronta del objeto en si, sino una imagen que este engendra en el alma.. Cassirer, 1977, pp 20-21. 7

El infante en el juego del Fort-da, el mismo establece dentro de la misma actividad lúdica unas condiciones que le permiten simbolizar, manifestar su deseo.

EL FENÒMENO DEL ``FORT-DA`` EN JACQUES LACAN

El "Fort-Da" es trabajado por Lacan en el seminario once en relación con la "tyche" y el "automatón", destacando que el verdadero secreto de lo lúdico esconde la repetición en sí misma. Esto se advierte en los pedidos de los niños con respecto del mismo cuento o en juegos casi ritualizados. Repetición que no puede sustraerse a marcar diferencia en cada nueva vuelta.

Lacan supera lo antes dicho en lo referente a pensar el "Fort-Da" en relación con la simbolización primordial. 8

Freud destaca, respecto del "Fort-Da", la transformación de lo sufrido pasivamente en activo, como ya lo hemos señalado, es decir que el niño se hace agente de la repetición en el juego taponando así el efecto de la ausencia materna.

Wallon considera que el niño se queda fijado, no a la puerta donde la madre desapareció, sino al punto, donde ella lo abandona; en esta hiancia entre el lugar por donde ella se fue, la puerta, y el lugar donde lo dejo, se introduce el carretel.

Este juego no representa un llamado a la madre, para la cual bastaría solo un grito. La madre como agente en su partida introduce la posibilidad; el significante aparece en la oposición fonemática que caracteriza el "Fort-Da" y le otorga al carretel, que es el mismo niño como objeto separado de ella, la posibilidad de zanjar la spaltung significante.

El carretel, como "a", encuentra una posibilidad de representar lo que no esta representado 9. Situación que el nieto de Freud anticipa con el hecho de nombrarlo posibilitando la constitución subjetiva.

"Si el significante es en verdad la primera marca del sujeto, como reconocer este caso -por el solo hecho de que el juego va acompañado por una de las primeras oposiciones en ser pronunciadas- que en el objeto al que esta oposición se aplica en acto, en el carretel, en él hemos de designar al sujeto. A este objeto daremos posteriormente su nombre del álgebra Lacaniana, él "a" minúscula". (10).

El problema es retomado por Lacan una vez definida la operación de alienación, en el mismo seminario once. Lacan considera que es insuficiente pensar el "Fort-Da" como simbolización primordial, no basta pensar en las regularidades que el agente materno introduce como objeto-agente para entender la repetición. Esto solo es posible establecerlo en la articulación entre el significante "Fort-Da" y el ser que ha quedado separado del sentido por la introducción, del significante, y el carretel representa este objeto "a" , el ser, el deseo del sujeto.

No se plantea como dominio, pues la repetición indefinida marca lo vacilante del sujeto. Esta spaltung básica como división subjetiva, estudiada por Lacan en el seminario "Relación de objeto", donde se produce el efecto de la angustia, da cuenta de la duda o vacilación del sujeto en los casos de niños que insisten por largo rato en sus análisis o sesiones con distintas formas de este juego. Es importante referir estas escenas en este lugar en relación con él "a" como posibilidad de inicio de una situación transferencial.

En los juegos con infantes la repetición se hace no-solo con el efecto del juego, sino por un resto que el sujeto trata de "atrapar" en el juego mismo. Pero cada repetición no es lo mismo de lo anterior, siempre algo nuevo aparece. En el juego como instrumento aparece la vacilación de una subjetividad.

Los niños juegan a esconderse, a desaparecerle al otro, siendo importante el reencuentro que implica un verse él en sentido de la subjetividad dada en esa relación con el otro; a----a’.

Esta relación subjetiva definida por una perdida de objeto es definida en el esquema l.

Cuando el sujeto desaparece, o se disfraza, aparece identificándose a ese otro inicialmente como mi semejante. Pero en esa dialéctica ese otro, de alguna manera esta a travesado por una falta, la simbolización primordial que ese otro posibilita.

El carretel en esa relación subjetiva aparece como un i(a) "colmando" esa falta. Pero esa imagen es una falta de la falta. ¿Qué quiere decir esto para Lacan con respecto al carretel? Simplemente que no hay una reciprocidad sujeto objeto. Sí hay una respuesta, una reciprocidad, pero marcada por un malestar que deja dicha dialéctica. Es decir siempre hay con relación a dos, un tercero excluido.

El carretel al igual que una persona que se disfraza en juegos cumple con una relación imaginaria, una identificación con ese objeto, que me precipita a la simbolización de la falta, (el falo). Presencia ausencia de la madre representado en el carretel tiene la misma equivalencia o configuración de mirar ser mirado, aparecer-desaparecer etc.

Se establece una diferencia entre ver y mirar. Decimos que el hecho de que se tenga o no se tenga la visión es algo que se puede ubicar en el orden de lo biológico o lo real. Otra situación es para el psicoanálisis la mirada: Como algo en el orden de la perdida de la falta. Tanto Lacan como Freud tienen aproximaciones al concepto de mirar con relación a la perdida de objeto.

Para Freud en relación con el exhibicionismo-voyerismo esta organizada por la visión, en sus primeros pasos auto-eróticos, aproximándose el concepto de mirada al momento de la constitución del nuevo sujeto.

Para Lacan el concepto de mirada, la relación en ese aspecto del i(a)---ì(a), explica que justamente los niños que juegan a desaparecer, a veces introduciendo algún hábito que los viste, con i(a), como disfraz en el encuentro, no pueden hacer esta separación entre visión y mirada. Es el caso de la psicosis, donde un niño desaparecía y volvía al rato disfrazado de otro tipo de personajes y se cambiaba de nombre cada vez que se vestía o se disfraza de otro personaje. Es una situación metonímica lo que constituía en este paciente psicótico, donde no había la posibilidad de simbolizar el aparecer-desaparecer, el disfraz representaba el tener un limite. Buscaba en cada uno de los atuendos o ropajes como elementos a tener la posibilidad de la atrapada de la mirada del Otro. Se queda simplemente el psicótico en una relación especular, imaginaria con el Otro.

La visión es ciega respecto de la castración, la condición para que aparezca la mirada es cegar la visión.

En el trabajo clínico de niños la mirada puede perturbar su actividad lúdica del juego. De tal manera que no desea ser mirado por el Otro, pone una barrera entre él y el terapeuta por ejemplo, de tal manera que su producción no sea interrumpida o molestada, al cabo de un tiempo su producto se le muestra al Otro en carácter de sorpresa. Como algo individual, propio de él. Este producto se le valora al infante desde el lugar que el Otro le otorga.

Cuando la mirada esta constituida, podemos ver una clara ubicación en el deseo, estableciéndose la diferencia entre el ojo que ve y el ojo ciego que mira. La mirada es previa al ojo, preexistente al vidente en el sentido de quien lo ve, el sujeto esta sometido a un ver. El sujeto como "a" existe primero como mancha en un cuadro que suscita la mirada.

Lacan utiliza varias veces, para hablar de la ubicación del sujeto en el deseo del Otro, la forma de situarlo en relación con la mirada del Otro, cuestión que es otra forma de entender el deseo. Podemos decir con Lacan que la mirada que espera al niño, afecta su visión.

El deseo es en el caso del carretel, de la mirada y en general en la teoría psicoanalítica como una relación de objeto, en la que el infante trata de recuperar lo perdido. Esa satisfacción primigenia o primitiva que alguna vez tuvo o vivió, como el máximo placer. O que simplemente es del orden de lo mítico o real: esto como un imposible.

2. EL "FORT-DA" En Sigmund Freud

En "Más allá del principio del placer", Freud nos habla sobre la impulsión al juego del niño, tratando de definir, como sabemos, la compulsión a la repetición. El juego del "Fort-Da" es calificado de todas maneras, como renuncia a la satisfacción pulsional, al admitir sin protesta, el niño, el alejamiento materno; su ausencia. Esto implica para Freud dos aspectos importantes dentro de la teoría de las pulsiones.

A) Transformar lo que ha sufrido pasivamente en activo, o sea, un cambio de la posición del sujeto.

B) Como consecuencia para el sujeto, lograr una identificación con el agresor.

Es importante la referencia que Freud hace en el juego del "Fort-Da" al concepto de imitación, base de la identificación con el otro, que lo constituye; los niños juegan a ser grandes y a ser mayores, aunque destaca que en la reversión pulsional, al pasar de la pasividad a la actividad la satisfacción esta producida por la venganza del sosía.

Lacan en su seminario II referido a las relaciones de objeto y en relación con la dialéctica imaginaria, sostiene la imagenería de la neurosis obsesiva . El sosía es el doble imaginario, ese otro que toma el infante como referencia en la fase del espejo.

El yo, como lugar de esas identificaciones que subyacen en el sujeto, pone sobre el tapete la reversión pulsional infantil, esta dando cuenta de esa subjetividad como constitución del mismo en este movimiento de la pulsiòn a través de las identificaciones con el semejante. Relación basada en el par antitético odio-enamoramiento, desarrollado en Freud( 11) en pulsiones y destinos de pulsiòn.

El "Fort-Da" es nodular, por un lado, en relación con la primera manifestación del lenguaje frente a la falta de la madre, en el niño: por otro lado muestra claramente como la posición subjetiva del niño se constituye en relación con: Las marcas identificatorias, impresiones, huellas provenientes del otro, en este caso la madre del niño del "Fort-Da".

Freud plantea la repetición que se ha descrito en las tempranas actividades de la vida anímica infantil, muestra ese carácter pulsional propio de las formaciones del inconsciente. Allí, se presenta aquello de "impulsivo"," apasionado", e "irreflexivo" propio de la pulsión de muerte.

La compulsión a la repetición hace así su entrada en la teoría analítica, pidiendo, el niño, la repetición de cada juego, la condición de disfrute, o máximo placer que hay en el juego mismo, se reanuda. El placer estará marcado por la pura diferencia: el niño exige la identidad de la impresión, en sucesivas repeticiones, cuestión imposible de ser lograda. En lo idéntico, en la imitación que es como calcar lo sucedido anteriormente, el infante encuentra placer y en lo diferente, encuentra el goce; como resto diferencia.

Freud descubre en el caso del ``Fort-Da`` esa fuerte ligazón que existe entre infante y madre. Esta simbiosis, por decirlo así, en un intercambio, mediado por la falta, se constituye en una identificación. Esta relación con el Otro, es lo que le permite al infante hacer un intercambio de objetos, pero por medio de la palabra. Ya no es el acceso al objeto directamente, sino a su representación, a la significación de que de ella tengo y tiene ella de mi. Esto es lo que posibilita el lenguaje en sus primeras manifestaciones. 12

Freud define en Psicología de las masas, la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona y desempeña retroactivamente un papel histórico en el complejo de Edipo.

El infante se identifica con el otro de la ley, lo que hace marcar diferencias entre las partes que intervienen. Es decir de un lado él se pregunta por su situación con relación a sus padres: 1- lo que quisiera ser.2 -lo que posteriormente corresponde a lo que uno quisiera tener. Desde un comienzo en esa relación imaginaria o dialéctica con mi semejante, no aparece un tercero como excluido sino en la medida que el infante va introduciendo su falta, a partir de ese juego con el otro, que le advierte que precisamente no es tan completa su satisfacción.

Freud dice: ´´ Tener y ´´ Ser ´´ en el niño. El niño tiende a expresar el vínculo de objeto mediante la identificación: ´ yo soy el objeto ´. El ´tener ´ es posterior, vuelve de contrachoque al ´ser ´ tras la pérdida del objeto. ´´ El pecho es un pedazo mió, yo soy el pecho´. Luego , solo: yo lo tengo, es decir no lo soy´´. 13

El infante define su identificación no con una sola persona, sino con las figuras parentales, o sus padres que se ligan en esa relación imaginaria, pues el infante no establece la diferencia anatómica de los sexos de entrada, sino retroactivamente.

Freud en 1938 plantea una gran diferencia entre "ser" y "tener". Previa toda catexia de objeto, el niño tiende a expresar el vinculo de objeto mediante la identificación: "yo soy el objeto''. El ‘tener‘ es posterior, vuelve de contra choque al "ser", tras la perdida del objeto. "El pecho es un pedazo mío, yo soy el pecho". Luego, solo: "yo lo tengo, es decir no lo soy"(14)

Freud alude en el texto del "yo y el ello" que la identificaron primera es con el padre. Con ese padre como representante de la ley. Es allí donde Freud plantea como lo dije antes, que en esa relación dialéctica, el infante, no establece relación exclusivamente con una de las figuras parentales, sino con ambos. Ya que están supuestamente a travesados por la falta. Y la falta es la ley, aquella que marca diferencias entre ser el falo y tener el falo. El niño dice Freud se identifica con el padre de la horda primitiva, con el padre que goza, o con el padre muerto, que marca la diferencia, con aquel.

De todas maneras se juega en el infante una rivalidad que la posibilita el juego en cada una de esas identificaciones o roles que se dan en él. Allí está presente, en cada uno de esos personajes, como representación lo que desea, o quiere ser. El juego se constituye como un espacio de identificaciones marcadas por una ley: ser el falo, o tenerlo.

Sobre todo en esas primeras identificaciones con la figura del padre en la historia personal, es una identificación directa, no mediada y más temprana que cualquier carga de objeto, y aclara la contradicción sobre si el padre o la madre son los que sostienen dicha identificación diciendo que seria más correcto decir ''con los padres'', ya que todavía el niño esta lejos de percibir la diferencia anatómica de los sexos. Este es un momento donde no se puede distinguir por parte del infante la investidura de objeto de la identificación y la elección de objeto. La identificación será con ambos padres.

Para Freud hay un segundo movimiento que sustituye a esa ligazón libidinal con su semejante, o el otro, y es cuando habla de introyección del objeto, como aquello perdido. Es decir hay un adentro y un afuera. Hay una articulación entre el objeto perdido y la introyección como forma de identificación: otra vuelta sobre el valor de la experiencia de satisfacción.

La resultante de estos movimientos se produce en el seno del yo y de las instancias de la segunda tópica definida por Freud diferencia entre yo-ideal, ideal-del yo, superyo. Freud concluye así la complejidad del superyo, ideal del yo, como parte que se separa del resto del yo y entra en conflicto con él. Le otorga al ideal del yo la función de la observación de sí, la conciencia moral, la censura onírica y el ejercicio de la principal influencia de la represión, además de la herencia del narcisismo originario, de ahí su relación con él yo ideal.

El "yo" se constituye como el que inhibe la carga de exceso hasta convertirse en la sede de las identificaciones, que serán, desde esta impronta primaria, modos regulares del carácter posterior del sujeto. El yo tiene entonces que ver con la formación de la cicatriz Edípica, compartiendo así su lugar anterior como sede de las defensas, y es allí donde lo encontramos como sede de la angustia. El carretel es un síntoma, para defendérselas de la angustia que produce la ausencia de la madre.

En el texto de Freud de Inhibición, síntoma y angustia , se puede encontrar claramente diferenciadas las dos teorías de la angustia en relación con los conceptos de inhibición y síntoma. La inhibición es relativa a la función del yo y es conceptualizada así desde el Proyecto. El síntoma adquiere ahora el perfil de la segunda tópica, en relación con la segunda teoría de la angustia. La angustia estudiada en su diferencia con angustia automática, realística y señal.

Para Freud la angustia tiene una significación, como el caso del Fort-da, es de modelo del desvalimiento psíquico análogo al nacimiento. La aparición de la angustia en los niños tiene esa particularidad cuando el sujeto tiene déficit en su constitución yoica.

En el texto del Fort-da como una actividad que realizo el nieto de Freud, nos convalida que la producción de angustia se debe a la perdida del objeto, en un primer momento. Esa ausencia posibilito que se transformara una actividad pasiva en activa, cuando asume la simbolización con un carretel la presencia nuevamente de la madre.

Freud le adjudica a la angustia diferentes características: 1- tiene vinculación con las expectativas. 2- tiene indeterminación y 3- ausencia de objeto. Para Lacan en este último item es que va a mostrar en el seminario X, de ´´ La angustia ´´, ya que dirá que la aparición de la angustia sobreviene no a la falta de objeto, sino a la siniestra aparición del objeto. 15

En el juego del Fort-da Freud planteó que era muy importante para el infante la presencia real de la madre para evitar el desvalimiento. Sin embargo en Inhibición, síntoma y angustia nos dice, y esto es definitivo: ´´ Malcriar a un niño pequeño tiene la indeseada consecuencia de acrecentar por encima de los demás el peligro de la perdida de objeto, siendo este la protección frente a todas las situaciones de desvalimiento. Favorece entonces que el individuo se quede en la infancia, de la que son característicos el desvalimiento psíquico y motor´´. 16

El concepto de malcriado no implica necesariamente el de un niño abandonado, todo , lo contrario, tal vez sujeto a los cuidados de una madre que se pone excesivamente buena, es decir no preparado para soportar la falta o la ausencia materna.

El no corte, la presencia agobiante del objeto materno determina la aparición de la angustia y también el inicio de la neurosis infantil bajo ciertas formas como puede ser la fobia, que puede establecer la distancia adecuada con el objeto materno.

En los niños sobreprotegidos, donde el problema no pasa por el amor sino por la obturación del deseo. El yo constituido se defenderá con el auxilio de la angustia, señal de peligro pulsional.

La conclusión de este articulo con respecto al juego que es una relación de objeto, es un efecto del significante, posibilita que haya una atemperación, una atenuación o barrera frente al goce. Es decir el juego del Fort-da es una barrera frente al goce.

El lenguaje 17 , en el caso del Fort-Da, lo que hace, es que el sujeto, es sujeto, porque esta determinado por una actividad simbólica, un saber no sabido, donde la palabra atenua ese goce, o angustia producida por la perdida o la ausencia de ese objeto.

De este modo, el análisis de las funciones del lenguaje debe partir del hecho de que, junto al significado literal de las emisiones, que puede identificarse con ´´ las ideas ´´ que estas contienen explícitamente, hay un significado intencional que, en muchas ocasiones, no se refleja de manera directa en lo que se dice, sino que exige la realización de inferencias que conducen desde las proposiciones enunciadas a las intenciones sugeridas 18

Freud, y el psicoanális demuestran que el síntoma es un disfrazamiento de un deseo inconsciente, de un pensamiento, que no puede acceder a la conciencia directamente, sino bajo el ropaje de una palabra. En la terapia analítica se demuestra, que los síntomas son una transación de situaciones o complejos reprimidos, que no acceden a la conciencia por la misma censura y represión.

Uno de los argumentos para sustentar que a partir de la conciencia se pueden inferir una serie de pensamientos que tienen que ver con el inconsciente, esta en relación a Nietszche, que la conciencia sería como esa superficie situada de un modo vasto y desconocido que , si acaso , tan solo podría a ser percibido vagamente. En la descripción de Freud realiza de la mente, todos los eventos mentales comienzan en el inconsciente, donde se comprueba su aceptabilidad para la conciencia. Los pensamientos que consiguen atravesar la prueba a la que los somete la censura pueden acceder a la conciencia; si no consiguen pasar la censura no tendrán acceso a la conciencia.

Estas ideas y deseos son generalmente muy poderosos y buscan continuamente su expresión. Sin embargo , debido a su carácter repulsivo, deben constantemente ser forzados para permanecer inconscientes. Esta dinámica inconsciente está generada por la represión, la acción por la que impide la entrada a la conciencia de pensamientos inaceptables de manera activa y enérgica.

Luis Carlos Restrepo

Notas

1 Este trabajo se presento, en la universidad de Sevilla España, en febrero de 2004, para la homologación del titulo de psicólogo.

2 Pero el ´´ lenguaje ´´ de los animales no designa nunca objetos ni tampoco destaca las acciones o cualidades de los mismos, y, por consiguiente, no es lenguaje en el verdadero sentido de la palabra ( Luria, 1977, pp 108-109, subr. En el original ). Retomado del texto Belinchon, M, Riviere, A e Igoa, J.M. Psicologia del lenguaje. Investigación y teoría Madrid, Trota. 1992 p 45.

3 Que la imitación no es solo un mecanismo de aprendizaje y desarrollo de la conducta, sino también una forma de expresión intersubjetiva. Idem P 207

4 Retomado de Angel Riviere y Núñez. La Mirada Mental. Capitulo Investigaciones empíricas sobre las destrezas mentalistas. Buenos Aires. Pagina 78.

5 Idem Pagina 74.

6 Belindion, M.........., Capitulo el concepto del lenguaje, Introducción p 17

7 retomado del texto de Belindion.........., idem p 36.

8 Implican representaciones que se realizan en un ´´ modo simulado ´´, que se sobrepone al modo instrumental, literal o directo de contacto con la realidad. Belindion...... idem. Capitulo 5 Lenguaje y Símbolos: la dimensión Funcional P 195.

9 Precisamente porque el patrón simbólico que realiza el niño ( ....) representa, por medio de la acción, a ese objeto no presente, la producción simbólica que puede satisfacerse con su fin deseado. Idem P 190.

10 Lacan Jacques. Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoánalisis. Editorial Paidós. Barcelona. 1989. P70.

11 Lacan Jacques. El seminario, libro 2. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanálitica.Editorial Paidós.Barcelona. 1982.

12 ....., el lenguaje no solo requiere de unos mecanismos ( inductivos o deductivos, subsimbólicos o simbólicos ) internos al propio niño, sino que necesita también de una experiencia que, en cierto modo, ´´ posee sentido ´´ para el niño aún antes de ser comprendida lingüísticamente . cuando el lenguaje no se produce en ese contexto, en que el niño esta implicado de forma activa, éste no lo adquiere. Idem. Capitulo 4 La Génesis del lenguaje P159

13 Freud S. Conclusiones , ideas y problemas, Obras Completas Amorrortu . T XXIII P 301 1990

14 Freud sigmund. Contribuciones ideas y problemas. Editorial Amorrortou. Buenos Aires. T 23. 1979

15 Lacan J. El seminario X. La angustia. Inédito.

16 Freud S. Inhibición síntoma y angustia. O.C. T XX. Amorrortu, p 152 1979

17 los usuarios competentes de un lenguaje demuestran, continuamente, que saben- en cierto nivel, que no implica necesariamente un saber consciente- que actúan sobre los mundos internos de sus interlocutores. Idem . Capítulo 5 Lenguaje y Simbolos; la dimension funcional P 183

18 Idem. p 183

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