El título con el que encabezo este trabajo puede ser colocado entre signos de interrogación. ¿Mentiras Infantiles?
Dimensión de la verdad en el seno de la mentira que abre camino al recorrido que pretendo realizar.
En 1913 Freud escribe un artículo titulado "Dos mentiras infantiles". Allí nos dice:
-"Es explicable que los niños mientan, cuando no hacen sino imitar las mentiras de los adultos.
Pero cierto número de mentiras de los niños de excelente educación tienen un significado especial y deberían hacer reflexionar a los padres en lugar de indignarlos. Dependen de intensos motivos eróticos y pueden acarrear fatales consecuencias cuando provocan una mala inteligencia entre el infantil sujeto y la persona por él amada".
En la Epicrisis del caso Juanito, Freud señala:
-"No comparto la opinión muy extendida hoy, de que las manifestaciones de los niños son totalmente arbitrarias y nada fidedignas. En lo psíquico no existe la arbitrariedad, y, la falta de autenticidad de las manifestaciones infantiles proviene de la preponderancia de su fantasía; como en los adultos de la preponderancia de sus prejuicios."
Si bien Freud en varios de sus historiales se dirige hacia la realidad de la escena buscando obstinadamente la prueba que la certifique, también nos abre camino al interrogarse respecto a las motivaciones profundas y, la causa que las implica.
Cuestión que retomada por Lacan revelará la sustancial captura significante que padece el humano sin la cual la verdad, emergente del campo del engaño no sería posible.
Así nos lo dice:
-"Es instituyéndose en y por una cierta mentira donde vemos instaurarse la dimensión de la verdad en la cual no es propiamente hablando, quebrantada, puesto que la mentira como tal, se erige en esta dimensión de la verdad."
A medida que se abrían interrogantes a propósito de este tema, recordé un cuento infantil "PINOCHO", aquél del muñeco-niño al que le crecía la nariz cuando mentía.
Un cuento popular que ha servido las más de las veces para reconvenir a los niños del mundo con un: " Te crecerá la nariz como a Pinocho si mientes".
Busqué el texto original escrito por Carlo Collodi. Al leerlo recibí varias sorpresas a propósito de esta historia, tan deformada luego por Walt Disney y otros de sus adaptadores.
Así, desde la estructura del psicoanálisis, procuraré introducirme en el relato tentando realizar una construcción en torno a la temática de la mentira, citando previamente algunos datos acerca del autor.
Collodi nació en Florencia en 1826.Su verdadero nombre era Carlo Lorenzini.
Al concluir el seminario en 1846, trabaja en una librería y allí comienza a publicar sus primeros artíc ulos en la revista de Firenze, una revista de orientación liberal.
Voluntario toscano, luchó en Lombardía contra el absolutismo Austríaco.
De regreso funda un periódico " IL LAMPIONE" (El Farol) con la pretensión- según dicen sus comentadores- de " alumbrar a quien vaga en las tinieblas".
Jugador empedernido, pagaba sus deudas cediendo espacios en su periódico.
En 1860 nace el seudónimo "Collodi" en memoria del pueblo natal de su madre.
Cierto día de 1881 en que Carlo Collodi había perdido fuertemente en el juego, un redactor de la revista Giornale per il bambini lo convence de que escriba la historia de un muñeco.
Así nace Storia di un Burattino Pinocho
Cabe destacar en este punto que a Collodi-según diversas versiones recogidas- le resultaban irritantes y molestos los niños.
La obra es editada por capítulos y, aparece desde Julio a Octubre de 1881.
En este último capítulo, Pinocho muere ahorcado en la rama de una encina en manos de un gato y un zorro disfrazados.
Las protestas del público lector no se hicieron esperar y, en noviembre, el director de la revista comunica: " El señor Collodi me escribe que su amigo Pinocho continúa vivo y que nos contará más cosas de él".
Así es como reaparecen nuevos capítulos.
Collodi no se casó nunca, vivió con su madre hasta 1886,fecha en que ésta muere.
ËL fallecerá cuatro años después.
Guillermo Piro en el prólogo de la obra ya compilada como texto nos dice: -"Irritante y absorbente, Collodi pasa con facilidad de una escritura realmente elegante a la prosa pretenciosa e incluso excesivamente adornada. Pero a un creador de mitos no se le puede criticar esas cosas".
Cuando Collodi comienza a escribir Storia di un burattino realiza un primer bautismo.
Burattino significa: títere, muñeco, marioneta, guiñol, y, también, chocarrero, persona ligera.
El segundo bautismo, aquél en que recibe el nombre propio de Pinocho, le será dado así:
-"Había una vez....Un Rey!!!!! Dirán enseguida mis pequeños lectores.
¡!!No muchachos, se han equivocado. Había una vez un pedazo de madera"
El puesto del rey-con el que frecuentemente se inician los relatos- es ocupado por un pedazo de madera- advertimos.
Un pedazo de madera que está allí en casa del carpintero Maese Cereza.
Pero ocurre que ese madero habla, se queja y lamenta como un niño, creando en su propietario una sensación de siniestra extrañeza.
A poco llega Geppetto, carpintero también, y manifiesta a Cereza su deseo de hacer un lindo muñeco de madera.
"Un muñeco que tenga la propiedad de ser maravilloso. Que baile y salte.
Un muñeco con el cual pueda dar la vuelta al mundo para conseguir un trozo de pan y un vaso de vino".
Geppetto es muy pobre y, se observa a lo largo del relato que desea ganarse la vida "maravillosamente"
Vale la pena en este hilado hacer un alto y recorrer otra escena del cuento adelantando un diálogo entre el titiritero Comefuegos y Pinocho:
-¿Cómo se llama tu padre?
-Geppetto
-¿Y qué oficio tiene?
-El de pobre.
-¿Gana mucho?
-Gana mucho, lo necesario para no tener nunca un céntimo en el bolsillo.....
Luego de recibir como obsequio el trozo de madera, Geppetto comienza a tallarla.
-¿Qué nombre le pondré?- es su pregunta.
"He conocido una familia de Pinochos. Pinocho el padre, Pinocha la madre y, Pinochos los niños. Y todos lo pasaban bien. El más rico de ellos pedía limosna"
El objeto prevalente es el dinero y, un padre pobre al que le sucede un hijo mendigo-agregaríamos.
Y, ¿cuál es el significado de la palabra Pinocho?
Pinocho quiere decir piñón, piña de árbol y, Pinocha es un colectivo que designa muñeco.
Pidoccio (homofónico) significa piojo.
En esta secuencia vamos: de la madera al pino, del pino a la piña, (lo que se desprende del árbol) y cobra, a partir del tallado de su artesano la forma de un muñeco, un muñeco que terminará sus días nuevamente colgado de un árbol.
Geppetto le irá dando forma. Y, al tallar los ojos, éstos le mirarán fijo, de manera inquietante.
Tan pronto se encuentra tallada la nariz, ésta comienza a crecer desproporcionadamente.
El carpintero la recorta una y otra vez pero, más la corta, más larga se vuelve.
Seguidamente la boca que aún no concluida se burla de él.
Finalmente las piernas que una vez completadas le propinan un puntapié.
Es éste un momento asombroso del cuento.
Ese objeto, Pinocho, desde su origen mismo se presenta inaccesible. Casi diríamos extranjero y hostil.
A la vez, lo que popularmente ha sido conocido como signo de haber mentido-el crecimiento de la nariz- se instala desde el inicio, nace en el campo de producción de ese Otro que es Geppetto.
¿No es acaso evocable la temática de LA COSA?
¿Ese algo que ocurre en el seno de lo real a modo de una escisión produciendo la sensación de extrañamiento e inquietud?
Ese ajeno que se aloja empero en el núcleo de sí.
Y, aquí transcribo una frase de Lacan tomada del Seminario La Ética del Psicoanálisis que dice así:
"Si el principio del placer regla por una ley de engaño la especulación humana a través de ese inmenso discurso que no está hecho simplemente con lo que articula, sino también con toda su acción, en la medida que ésta está dominada por esa búsqueda que lo lleva a volver a encontrar las cosas en los signos.
¿Cómo la relación del hombre con el significante en tanto puede ser su manipulador, puede ponerlo en relación con un objeto que representa La Cosa?
Aquí interviene saber qué hace el hombre cuando modela un significante".....
Y, más adelante:
-"Un objeto puede cumplir esa función que le permite no evitar La Cosa como significante, sino representarla en tanto que ese objeto es creado"......
..."El hombre modela el significante y lo introduce en el mundo-en otros términos, de saber qué hace al modelarlo a la imagen de La Cosa, cuando ésta se caracteriza porque nos es imposible imaginarla..."
Retorno al cuento.
Invadido por la situación desencadenada, Geppetto pronuncia éstas palabras:
_!!! Mal hijo!!! Y pensar que he sufrido tanto para hacer de ti un muñeco como es debido!!!!
Lo nombra hijo-observamos- pero en tanto muñeco, es decir objeto del que se dispone.
Tentación de domesticar al Otro, al Otro prehistórico-en el decir de Lacan al referirse a Das Ding."Ese otro que arriesga sorprendernos de golpe y precipitarnos desde lo alto de su aparición"...
Inevitable es entonces que Pinocho se le sustraiga.
Destaco que hasta aquí en el cuento, el muñeco tallado no ha pronunciado ninguna palabra, sólo se ha quejado como un niño cuando aún era un trozo de madera informe.
He seleccionado para concluir este primer tramo recorrido una frase del poeta Javier Villafañe que dice así:
_"El títere nació cuando el primer hombre bajó la cabeza por primera vez en el deslumbramiento del primer amanecer y vió su sombra proyectarse en el suelo, aún cuando los ríos y las tierras no tenían nombre todavía".Pero ocurre que Pinocho comienza a hablar
....Y los símbolos lo envuelven como redes trazando la línea de los caminos que recorre.
"La existencia de un niño-dice Lacan-es litigada inocente o culpable antes de que venga al mundo y el hilo tenue de su verdad, no puede dejar de coser ya un tejido de mentiras..."
Dos nuevas escenas se integran al relato y nos permiten dar cuenta de aquello que aunque buscado jamás será reencontrado, así como lo que de esa búsqueda puede llegar a desprenderse.
El hijo-muñeco había alcanzado la calle en veloz huida tan pronto Geppetto culminara su tallado. El público callejero supone que el carpintero le maltrata y que ese es el motivo por el que escapa.
Así es como Geppetto es enviado a la cárcel.
De regreso a su casa, Pinocho escucha una voz, la del Grillo Parlante, quien se halla dispuesto a decir lo que nombra como una gran verdad.
-"Ay de los niños que se rebelan contra sus padres y abandonan caprichosamente la casa paterna" le dice.
-"Canta grillo mío responde Pinocho... Mañana me iré de aquí porque si me quedo me pasará lo que a los demás niños, es decir, me mandarán a la escuela y de buena gana o por la fuerza, tendré que estudiar.
....Entre todos los oficios del mundo no hay más que uno que verdaderamente me gusta es el de comer, beber, dormir y divertirme. Llevar de la mañana a la noche la vida de un vagabundo."
-"Te advierto-dijo el Grillo Parlante- que todos los que tienen ese oficio terminan casi siempre en el hospital o en la prisión"
Furioso ante lo que escucha-y quizás sin la intención de golpearlo-nos dirá Collodi-Pinocho lo aplasta con un martillo.
Esa voz, la del Grillo Parlante-evocadora del Padre Totémico-abre el juego de operaciones de la conciencia moral e inicia una referencia al padre en el sentido del establecimiento de una legalidad.
Cinceladura inicial de lo que habrá de figurar en la constelación superyoica.
Pero Pinocho recusa, su ley es la del capricho. Ávidamente se propone un goce sin recortes.
Y entonces es allí donde encuentro una convergencia localizable luego en los actos de nuestro personaje.
Por un lado la voz que remite al Padre (aunque en su mandamiento recubra la forma de una sumisión) y por otro el blasón de Geppetto, blasón del sacrificio vinculado a la pobreza y el esfuerzo por obtener un muñeco maravilloso con el cual ganarse la vida sin hacer nada él.
Hay-según mi observación-un elemento vinculante que asocia la sumisión al sacrificio y la pobreza a la recusación de la falta.
Regreso nuevamente al cuento.
Pinocho tiene hambre. Corre en dirección al hogar donde ve una olla hirviendo.
Al intentar destaparla descubre que está pintada en la pared.
La nariz se le alarga en ese momento por lo menos cuatro dedos.
Nuevamente el alargamiento de la nariz revelando el encuentro con lo real en tanto imposible.
Y, esta escena metaforizando dicho encuentro en su desajuste radical, así como su efecto precipitante verificador de la no completud.
-"El Grillo Parlante tenía razón exclamará Pinocho-He hecho mal rebelándome contra mi padre".
...La indefensión original del ser humano-escribirá Freud - conviértese así en la fuente primordial de todas las motivaciones morales.
Algo se inscribe más allá de la necesidad, agregaríamos, pero dicha inscripción estará marcada de antemano en varios de sus derroteros.
Un último punto a desarrollar.
Destino del engaño cifrado en la omnipotencia del Otro
Geppetto sale de la cárcel y encuentra a Pinocho imposibilitado de moverse ya que sus pies de madera se habían quemado luego de quedar dormido con ellos apoyados sobre un brasero.
Promete rehacérselos si va a la escuela y se comporta como un niño bueno.
Allí recibe como respuesta el compromiso de Pinocho de satisfacer ampliamente dicha demanda.
La dinámica de los intercambios pareciera esbozarse.
A la vez, algo hay en la demanda educativa en sí que se insinúa como fundada en la dialéctica de la educación esfinteriana,"retener" y "soltar" a pedido.
Pero, nuestro protagonista es ambivalente en relación a esa demanda, está instalado en el si y no respecto a ella, referencia a un objeto que admirado y pedido, a la vez es desaprobado.
Así es como en dirección a la escuela Pinocho será tentado por un teatro de títeres y, cambiará el abecedario que Geppetto le comprara por una entrada para ver la función.
Sucumbe en su promesa formal dirigida al padre y, traiciona.
Luego de varias peripecias que no relataré aquí, el titiritero le obsequia cinco monedas tras compadecerse de él y la pobreza de su padre.
Dispuesto a regresar a su hogar, un zorro y un gato, conocedores de la existencia de esas monedas lo interceptan y le proponen enterrarlas en "el campo de los milagros", allí donde luego de ser introducidas en la tierra, brotarán nuevas y en enormes cantidades.
Hacia allí se dirige Pinocho desescuchando una vez más la ahora sólo débil voz del Grillo Parlante" quien le pide que retroceda.
Más adelante, ambos personajes, el zorro y el gato, se presentan disfrazados y le asaltan.
-!!!La bolsa o la vida!!!!Le dicen
Pinocho coloca las monedas en su boca optando por no entregarlas.
Corre, pero finalmente es alcanzado.
Lo cuelgan de la gran encina.
Antes de expirar balbucea:
_¡¡¡OH!!! Padre mío. ¡¡¡Si estuvieras aquí!!!!Encuentro en este trazado algo del orden de la separación que se insinúa en la traición de Pinocho al vender el abecedario, pero, retenido su deseo en la ilusión del encuentro con el objeto totalizante, no se desprende de las monedas, no hay desprendimiento del objeto ni admisión de la pérdida implicada cualquiera fuese su elección.
Entonces él es ese objeto, retorno al lugar señalado de antemano.
Y, en ese instante es que la piña vuelve al árbol en calidad de "colgado".
Instante a la vez en que se produce un llamado: "OH padre mío si estuvieras aquí"
Un llamado que tanto recuerda a aquel sueño analizado por Freud del "Padre no ves que ardo"
Separación en cierto modo suicida que le proporciona el ser ahorcado.
"La mentira se conjuga-dirá Lacan - con lo que se nos presenta en tanto la relación esencial del hombre con La Cosa..."
"La palabra no sabe ella misma qué dice cuando miente, y, por otra parte, mintiendo promueve alguna verdad. Función antinómica entre Ley y deseo.
Relación esencial del hombre con la COSA agregaríamos que marca los derroteros en los que la verdad se hace escuchar.
Bibliografía
Carlo Collodi; Las Aventuras de Pinocho. Editorial Emecé
Freud Sigmund Obras Completas. Editorial Amorrortu
Lacan Jacques. La ética del Psicoanálisis. Ediciones Paidos