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Número 9 - Diciembre 2006
Psicoprofilaxis quirúrgica en odontopediatría
Andrea Mendel

Esta presentación tiene por objeto transmitir la experiencia de la terapia psicoprofiláctica grupal e individual en el trabajo con niños y adolescentes en el marco de la cirugía odontológica.

En la Cátedra de Odontología Integral Niños de la Facultad de Odontología de Buenos Aires (Argentina) se realizan cirugías sólo con anestésicos locales, y por lo tanto se requiere de gran colaboración por parte de los niños y sus familias.

Por otro lado por tratarse de una Clínica-escuela, la aplicación de los conocimientos de psicoprofilaxis se imparten también a los alumnos y docentes odontólogos para su implementación en la clínica diaria con aquellos niños que temen a la práctica odontológica común.

Cómo llegan los niños al tratamiento

En la clínica se reciben niños y adolescentes, que son atendidos por alumnos que cursan el último año de la Carrera, bajo la supervisión de los docentes. Además el alumno recibe en las clases teóricas las nociones básicas de psicología evolutiva y las herramientas para motivar al paciente y evitar situaciones potencialmente traumáticas. De esta manera se pueden formar agentes primarios en salud mental, para que en su práctica profesional puedan aplicar estas medidas de prevención.

Al Area de psicología pueden ser derivados los pacientes desde la clínica, desde el area de cirugía y desde urgencias:

Algunos niños llegan con mucho temor, generalmente por las fantasías que les genera la situación desconocida, otras veces por experiencias traumáticas pasadas. Ante este hecho el alumno elabora, junto con los docentes, estrategias para la atención. Si aún así se le dificulta la realización del tratamiento, derivará al niño y su familia a una consulta con el psicólogo, para tratar de elaborar por medio de juegos y entrevistas con los padres los temores que impiden el cuidado de la boca. También se recomienda que realicen tratamiento a los niños succionadores y a aquellos que sufren de bruxismo (chirriar los dientes o apretarlos fuertemente), que además de ser hábitos sintomáticos perjudican la salud bucal.

A lo largo de un tratamiento odontológico a veces se detectan quistes, dientes supernumerarios, dientes retenidos dentro del paladar o la mandíbula, se realiza una consulta con el cirujano odontopediatra, que luego de realizar el diagnóstico deriva al paciente a sesiones de psicoprofilaxis quirúrgica.

Si el niño llega al servicio con algún traumatismo, los odontólogos de la clínica que atienden las urgencias también cuentan con la posibilidad de consultar con el psicólogo.

 

Los grupos terapéuticos

Los grupos formados por los niños de la clínica son abiertos, y depende de la demanda de cada turno. Se intenta mantener una misma franja etaria, sin importar el tipo de tratamiento odontológico que requieran, ya que se trata de que se familiaricen con el instrumental odontológico, mientras se expresan los temores al conversar, jugar y dibujar con sus pares.

Es más frecuente la derivación de niños muy pequeños, de entre 2 y 5 años, y es común que la problemática se relaciones con el hecho de que aún toman mamadera o pecho, ante lo cual se orienta a las madres de la necesidad del destete. En los niños mayores los temores suelen ser más concretos y generalmente se centran en el temor al dolor. Este tipo de terapias puede prolongarse por más de 3 meses, pero si la conflictiva es ajena a la atención odontológica, estas familias son derivadas a algún servicio de psicopatología externo a la Institución. Una experiencia muy productiva es la de tratar al mismo tiempo a los niños en un grupo y a los padres o abuelos en otro. Los resultados suelen ser más rápidos pero no siempre contamos con las posibilidades concretas de realizarla.

Los niños a los que debe realizárseles cirugías bucodentales son derivados obligatoriamente luego de su diagnóstico a sesiones de psicoprofilaxis quirúrgica. Éstas pueden oscilar entre 2 sesiones hasta tres meses de tratamiento, aproximadamente, con una sesión semanal. A pesar de que estos grupos también son abiertos, ya que también dependen de la demanda institucional, se forman según la patología y no la edad de los niños, porque de esta manera al informarles sobre la intervención, se evita que escuchen explicaciones y comentarios sobre situaciones que no les concierne y que pueden aumentar las fantasías o contribuir a las confusiones. Si las condiciones necesarias están dadas, a veces se realizan tratamientos individuales, también breves, usualmente en caso de que la familia necesite un soporte especial, o en aquellos casos en que se evalúa la necesidad de la anestesia general, aunque el niño sea intervenido por el mismo equipo en otra institución equipada para la misma. Estas situaciones son esporádicas.

En estas sesiones se abordan los temas que al niño y/o a su familia les preocupan, además se indaga sobre posibles experiencias quirúrgicas pasadas, internaciones, accidentes, que pudieran revivirse en el momento de la cirugía, así como otras situaciones reales o fantaseadas que pudieran agudizar el stress familiar. Luego de la cirugía, generalmente en coincidencia con el primer control postquirúrgico, el paciente retorna al grupo y cuenta a los otros niños su experiencia. Esto ayuda al grupo a ver que ‘sobrevivió’, que sigue siendo ‘el mismo’, además que permite al niño ya operado a elaborar la cirugía y a sentir que él mismo superó sus temores.

Los miedos más comúnmente expresados por estos pacientes son: a ser pinchados (anestesia local, extracción de sangre para el prequirúrgico) y en menor medida pero igualmente importante, el temor a ver sangre. El temor al dolor es el primero en desvanecerse ante las explicaciones pertinentes sobre la anestesia. Es menos común la preocupación por la pérdida de alguna pieza dentaria, posiblemente por encontrarse casi todos ellos en el período de recambio de sus muelas y dientes.

 

Conclusiones

El trabajo en grupo permite que las identificaciones que se generan entre los niños acelere el trabajo terapéutico, ya que basta que uno de los niños decida acceder a determinado tratamiento (anestesias, extracciones o cirugías), para que se desplieguen las defensas necesarias en cada uno de los niños del grupo que les permitirá replantear su situación y modificar los tiempos para la elaboración de sus diferentes realidades.

Es importante tener presente que todos los tratamientos se realizan con anestesias locales, aún en niños pequeños, para lo cual hace falta lograr la entera colaboración del paciente y la contención de su familia.

Este procedimiento además permite acortar tiempos quirúrgicos, por un lado porque no necesita internación, y por otro lado porque la recuperación física y emocional, posterior a la cirugía, es mucho más rápida y conlleva menos sufrimiento para el paciente.

El niño a veces se sorprende al conocer su derecho a saber, saber qué es lo que van a hacerle en su cuerpo, y saber por qué es que debe hacerse. Además el respetarle el tiempo necesario para la elaboración de la situación , en ocasiones sin el apoyo de sus padres, que desearían ‘terminar pronto’ con esta situación que en menor o mayor medida irrumpe en sus vidas desorganizando el funcionamiento familiar acostumbrado. Pero a veces los niños nos expresan que les gusta saber y les gusta decidir, o como dijeron en una conversación que mantenían dos varones de 8 y 9 años mientras pintaban sus dibujos: ‘ este lugar es mejor de lo que yo esperaba’, ‘sí, es muy bueno’.

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