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Número 10 Mayo 2008
Reportaje a Eric Laurent
El pequeño Hans y su « hacepipi »
Realizado por
Jacques Munier

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Jacques Munier: Con Herbert Graf, un pequeño varón de cinco años aquejado por una fobia y que se volvió célebre bajo el nombre de "pequeño Hans", Sigmund Freud se compromete en el dominio de la sexualidad infantil bajo el ángulo clínico. Así va a verificar paso a paso las tesis enunciadas en sus "Tres ensayos de teoría sexual" publicada poco tiempo antes. Allí también, el análisis es considerado como uno de los grandes casos de la historia del psicoanálisis y será objeto más tarde de numerosas críticas. Por otra parte, la particularidad de este análisis responde al hecho de que Freud es asistido, en cierto modo, por el padre del niño, un antiguo conocido de Freud, ferviente partidario del psicoanálisis. Él mismo consignó en abundantes y precisas notas las observaciones sobre la sexualidad de su hijo, el pequeño Hans.

Éric Laurent: Las notas fueron tomadas desde la edad de tres años. Y es a los cuatro años y nueve meses que Hans presenta su fobia.

J.M.: Una fobia a los caballos, animales de gran talla. Es a esta edad, de acuerdo a un consejo que Freud mismo da a sus colegas de la Sociedad de Psicoanálisis que acababa de nacer, que este hombre, Max Graf, observó todo lo que concernía a las actitudes, las palabras que su hijo tenía respecto a su sexualidad.

Éric Laurent: El padre es iniciado en la teoría y la técnica psicoanalítica. Él mismo había realizado presentaciones en la Sociedad de Psicoanálisis de los miércoles que Freud reunía. Era un joven musicólogo que estaba por volverse célebre, ya ensayista, editorialista. Había trabajado sobre la psicología de los músicos, luego la de los escritores. Cuando fue padre, observa y nota muy cuidadosamente las manifestaciones de la libido de su hijo. Esto se inscribe, en efecto, en este movimiento freudiano de comienzos de siglo, ya que todo esto sucede en enero de 1908, hará un siglo dentro de dos años (1).

En este comienzo del siglo XX, Freud da la palabra a sujetos que hasta entonces no la tenían: la mujer histérica, el niño de cuatro años y medio, pidiendo que se traten sus declaraciones con el mayor cuidado, que sea anotado, registrado. Considera a este pequeño niño como una suerte de teórico de la sexualidad, un investigador que toma por objeto su propia sexualidad, cosa que todos hacemos, adultos y niños. En efecto, cada uno se las rebusca con su sexualidad elaborando un cierto número de teoría sobre lo que le sucede.

J.M.: Lo que aparece desde las primeras observaciones, es que este niño parece estar muy preocupado por esta parte de su anatomía que él mismo llama su "hace pipí".

Éric Laurent: Lo llama "hace pipi", Wiwimacher, palabra derivada de "orinar", "hacer pipí" en el lenguaje infantil de la Austria de la época. Dando libre curso a la palabra del niño sobre este tema, Freud toma posición con relación a la educación de la época, muy centrada sobre la prohibición del onanismo; se trataba de perseguir en los niños los perjuicios de la masturbación. Esta preocupación es reciente en la historia ya que la misma no existía en el siglo XVIII.

J.M.: Es el complejo de Onán.

Éric Laurent: Freud afloja esta tenaza considerando que es necesario interesarse en la manera en que la problemática de la masturbación se presenta en los niños. Aconseja, entonces, observar como a partir de los tres años, tres años y medio, el niño comunica el hecho de que pone su mano en su "hace pipí" a la noche y que eso le causa placer.

Los padres de Hans estaban tomados por la atmósfera permisiva freudiana: el padre, teórico, de manera diferente que la madre, antigua paciente de Freud. Esto no le impide, a ella, decirle a su hijo de tres años y medio, luego de que él le haya comunicado el hecho de que desde hacía tres meses se tocaba: "Si tú continúas, voy a llamar al doctor A (no a Freud sino al médico clínico) quien te lo va a cortar".

J.M.: Esta prohibición pesa fuertemente en esa época.

Éric Laurent: En este caso, la amenaza de castración no es enunciada por el padre sino dada por la madre. Freud notará que es por esta amenaza materna directamente formulada que el niño es introducido en el complejo de castración, causa de la neurosis. En esa época, Freud no tenía todavía la idea de que la castració n es una prueba por la cual cada uno debe pasar. Más bien tenía la idea de que sólo los neuróticos son alcanzados por ella, son confrontados a esta amenaza. No se detendrá en reinterpretar el lugar exacto de la castración hasta llegar a darle un estatuto sistemático, estructural.

J.M.: Las notas tomadas por Max Graf, el padre del pequeño Hans, ocupan prácticamente la mitad del caso del Pequeño Hans en el historial.

Éric Laurent: Es lo que hace a la dificultad de la lectura del texto. Uno se pierde un poco en las anotaciones muy precisas de las ramificaciones del desarrollo del pensamiento de este pequeño niño. Pero es también lo que hace el encanto laberíntico que van muy bien con estas dificultades.

J.M.: Estas observaciones surgen de algunos breves comentarios de Freud que figuran en la segunda parte del caso. Estas observaciones revelan un acontecimiento importante anterior al momento en que este niño va a consultar: el nacimiento de su hermana cuando él tenía tres años y medio constituye para él como una suerte de traumatismo.

Éric Laurent: Es necesario distinguir las dos cosas: la amenaza de la madre "te la van a cortar " y el nacimiento de la hermana que ocurre justo después. Para Hans son dos acontecimientos que será necesario hacerlos mantener juntos: ¿para qué sirve entonces el "hace pipí" en el engendramiento de los hijos y como le es posible soportar lo que quiere decir el nacimiento de la hermana? Cuál es el deseo que trae al mundo esta hermana de la cual él está celoso, de la cal dice de entrada: "Yo, no la quiero. Devuélvanla." Se le explica: "No, no, no se puede devolver a los hijos. Ellos llegan". Entonces, se acostumbra.

J.M.: Le son necesarios seis meses para acostumbrarse, nos dice Freud, lo que corresponde a un tiempo que es casi el de la ceremonia religiosa de purificación después del parto.

Éric Laurent: Es necesario un cierto tiempo que corresponde al tiempo de los antiguos rituales que servían para marcar el pasaje y permitían la acomodación. En nuestros días, no tenemos más estos rituales, tenemos otros que están estructurados de modo diferente. El pasaje por el nacimiento, por ejemplo, marca una etapa en el hecho que acostumbrarse a un hijo que llega no es fácil para nadie, ni para la madre, ni para el padre, ni para los hermanas y hermanas. Ahí, tenemos verdaderamente la declaración, de que es una absoluta novedad.

J.M.: En este material documental prop orcionado por el padre, Freud verifica las teorías enunciadas en su libro sobre la sexualidad que acababa de aparecer, y en particular esta idea de que el niño es una suerte de "perverso polimorfo".

Éric Laurent: Estamos en 1908. La clasificación de las perversiones acababa de ser hecha a comienzos del siglo por los profesores de psiquiatría de la Escuela de Viena. Freud, en 1905, publica sus "Tres ensayos de teoría sexual". Allí muestra cómo estas perversiones, eventualmente terribles, clínicamente observadas en los adultos en las condiciones de medicina legal, existen como posibilidad en cada uno. Las mismas existen en el niño en un estado volátil, no fijo, lábil. Encontramos allí la tesis que Freud formulará en otro lugar bajo la forma: la ontogénesis recapitula la filogénesis. Lo que encontramos en algunos debe tener una cierta relació n con la especie. En el niño encontramos elementos, dice Freud, de homosexualidad, de sadismo, de masoquismo, de voyerismo.

Descripción de Freud por Marie Bonaparte en 1956 y Carl Gustav Jung en 1955:

Marie Bonaparte: "Tuve el honor de ser alumna de Freud en 1926. Hice con él un análisis didáctico que me permitió conocer el pensamiento del maestro y sobre todo conocer la manera en la cual vivía en su actividad tan honorable y tranquila, contrariamente a lo que tanta gente creía que Freud era un personaje raro que se interesaba en lo problemas de la sexualidad en virtud de una perversión personal. Jamás olvidaré el salón donde recibía a sus pacientes que era más bien su estudio, el diván en el cual había sido creado el análisis, en el cual tuve el honor de acostarme, sobre el cual dominaba el cuadro de Charcot por quien él había guardado un gran recuerdo y por el cual tenía una gran admiración."

Carl Gustav Jung: "Era alguien complicado. Lo quería mucho pero rápidamente me di cuenta que cuando había pensado algo, estaba establecido, mientras que yo dudaba. Era imposible discutir verdaderamente de algo a fondo. No tenía verdaderamente formación filosófica mientras que yo, que estudiaba Kant, estaba completamente sumergido en ello y eso, estaba muy lejos de Freud. Entonces, desde el comienzo, hubo divergencias."

J.M.: Uno puede preguntarse en que La crítica de la razón pura de Kant3 es preferible a las obras de Charcot para tratar este tipo de problemas.

Éric Laurent: En esa época, la filosofía de Kant da el fundamento para acceder a los fenómenos psíquicos. La idea misma del inconsciente fue propuesta por un discípulo de Kant, Herbart. Intentó situar umbrales de conciencia: a partir de qué momento algo se vuelve conciente. Es a partir de las investigaciones postkantianas de Herbart que hay esta idea del establecimiento de un inconsciente en la cual va a deslizarse el inconsciente freudiano. El inconsciente freudiano no es más que una homonimia con todo el resto. No consiste en acciones inconscientes, consiste en palabras perdidas, en sentimientos indescriptibles, en cosas imposibles y sin embargo lógicas.

Cuando Jung dice que Freud no tenía formación filosófica, se equivoca. Freud habí a seguido especialmente los cursos de Franz Brentano, que era un gran profesor. Se lo menciona aún hoy como fundador de la teoría de la intencionalidad. Brentano marcó el corte entre el siglo XIX y el XX que a continuación va aportar Husserl y su fenomenología. Freud siguió sus cursos durante dos años con mucho interés.

En cuanto a Marie Bonaparte, cuando ella habla de la intimidad tranquila de Freud, es también algo que había impactado mucho a Andre Breton y a Salvador Dalí, quienes, cuando fueron a ver a Freud en los años 20, esperaban encontrar un mago, una figura extraña de la sabiduría. Al contrario, encuentran un personaje que los decepcionó por su carácter de intimidad tranquila.

J.M.: Es también un personaje de espíritu positivo. Entremos ahora en el consultorio del doctor Freud con el pequeño Hans y su padre, el 30 de marzo de 1908.

Éric Laurent: La entrevista es r ápida.

J.M.: Y ya, el desanuda algo.

Éric Laurent: Completamente. Freud no se muestra sino después de un primer avance de la fobia. La entrevista es rápida pero hay sin embargo, declaraciones que serán importantes, en particular cuando Freud le dice a Hans que el ya lo conoce por todo lo que su padre le dijo sobre él. Se presenta y le declara que ya sabía que iba a venir al mundo un pequeño niño que sería muy amado, quizás demasiado por su mamá. Lo que impacta mucho a Hans quien, cuando sale, dice a su padre caminando: "Dime papa, el profesor, ¿es que él habla con Dios para saber todo esto?". Tenemos la instalación de una función que Lacan llamará sujeto supuesto saber: la transferencia. Esto se apoya en el hecho de que el analista es supuesto saber lo que sucede. El pequeño niño lo reconoce y testimonia de ello con esta formula imaginada: habla con Dios. El analista sabe cosas de las cuales uno no sabe de dónde vienen. Hans le tiene esta confianza al respecto.

J.M.: Conociendo su fobia a los caballos, como el niño le hablaba de "lo negro alrededor de su boca", Freud le pregunta si los caballos llevan gafas. El niño responde que no. Freud le hace la misma pregunta respecto a su padre: "¿Es que tu padre lleva gafas?". Como la respuesta es de nuevo negativa, Freud le explica al pequeño Hans que él tenia miedo a su padre justamente por querer tanto a su madre. Esto hace reflexionar al chiquillo.

Éric Laurent: Usted puntúa la manera en la que Freud procede.

J.M.: No le dice: "¿Es que tú has leído tal p ágina de mi teoría de la sexualidad?"

Éric Laurent: No le dice tampoco tan simplemente: "Escucha, todo esto es bastante simple, mi pequeño, tú tienes miedo de tu padre porque tu padre es tu rival con tu madre". Parte más bien del hecho clínico. El paciente le habló del caballo con algo alrededor de la boca. Luego, el analista avanza hablándole de las gafas. Es una investigación. Pasa luego al padre: "¿él tiene o no tiene?". Y es por un camino deductivo, que llega a una conclusión de un razonamiento que hace con el niño, quien lo acompañó, partiendo del hecho clínico. Todo este desarrollo concluye entonces con una interpretación. La interpretaci6n debe advenir como escansión después de un desarrollo y no como un pelo en la sopa.

J.M.: Este caso permite a Freud despejar una ley importante, casi una ley mecánica de la economía libidinal infantil. Es la transformación de la libido en angustia que, de golpe, debe encontrar un objeto de sustitución que constituirá, por otra parte, el material fóbico.

Éric Laurent: El material fóbico es la puesta en forma de esta angustia, objeto de sustitución. Podríamos decir que se trata de un objeto del mundo, el caballo por ejemplo. Pero puede ser otra cosa que el caballo, ya que después de todo, a los tres años, Hans había destacado que los perros y los caballos tienen un "hace pipí". Habría podido desarrollar una fobia a los perros. Será el caballo por razones de sobredeterminación. Encontramos que eso recae sobre el caballo.

J.M.: Los caballos eran evidentemente mucho más corrientes en las calles de Viena en esa época que lo que podemos hoy imaginar.

Éric Laurent: Es lo menos que se puede decir. Había, en efecto, caballos por todos lados alrededor de él. Por otra parte, sabemos que Freud le había ofrecido a Hans un caballo hamaca para su cumpleaños de tres añ os. Es entonces un objeto que pertenece a la vez al interior y al exterior de su mundo de juguete. Él mismo por otra parte hacía "caballito" sobre la niñera desde que él puede. Vamos a ver hasta que punto este objeto fóbico, este objeto de sustitución, es un objeto que le permite al sujeto plantear preguntas sobre lo que le interesa. En este sentido, es un objeto lógico. Es un objeto por el cual se trata de poner en forma su angustia. Esta lógica se despliega en las diferentes situaciones donde están presentes caballos. Detrás de aquellos que muerden se perfila la figura del padre; es lo que ofrece la interpretación. En ese momento, hay un alivio. La fobia se transforma entonces y deviene una fobia a los caballos que tiran de carruajes con cargas pesadas. Freud se pregunta a que se debe esta transformación. Su respuesta es impactante: "carruaje", Wagen en alemán es pronunciado en Viena de manera homofónica a la expresión "por causa de", "wegen". El objeto fóbico puede ser un objeto lógico al punto que es llevado a agregar los carruajes simplemente porque tiene necesidad, en un momento dado, de continuar su construcción teórica. Es "¿por causa de qué?".

J.M.: En suma, es el pequeño Hans quien se vuelve teórico de cierta manera en este tema.

Extracto de un Seminario de Lacan a propósito del pequeño Hans:

"Este texto desconcertante en sí mismo por su aspecto laberíntico, donde se pone de manifiesto muestra una especie de deletreo balbuceante. Él da vueltas en círculo porque, a decir verdad, ¿cuál es la salida aparte de que el pequeño Hans ya no teme a los caballos? ¿Y después? ¿Todo el interés de tal investigación está en hacer que uno o mil muchachitos sean liberados de eso molesto que se llama fobia? La experiencia prueba que las fobias no tardan mucho más tiempo en curarse espontáneamente que con una investigación como la que llevan a cabo en este caso el padre del peque ño Hans, alumno de Freud, y Freud mismo."

J.M.: Lacan hace una interpretación interesante. Él dice esta frase célebre: "El pequeño Hans ya no teme a los caballos, ¿y después? Es evidentemente una pregunta que está cargada de sentido.

Éric Laurent: Esta pregunta nos lleva a nuestra más candente actualidad que toca la tensión que atraviesa el medio psi luego de la ofensiva de los tratamientos por sugestió n autoritaria.

J.M.: Lo que se llaman las TCC, las terapias cognitivocomportamentales.

Éric Laurent: Entre estas terapias y la orientación psicoanalítica, se pone naturalmente el acento del lado de las TCC para juzgar la eficacia del tratamiento de la fobia.

J.M.: La curación.

Éric Laurent: Freud consideraba que la fobia de este niño había sido curada en cuatro meses. Estaba muy contento al respecto. ¿Por qué ir más lejos? En principio porque, siendo joven, Hans volvió a ver a Freud para pedirle consejo. No había terminado con su tema. El "¿y después?" de Lacan evoca, resuena con lo que sabemos ahora. Herbert Graf murió en 1973 después de haber dado entrevistas en las que pudo hablar de su vida que no fue simple. Freud arroja, por otra parte, un velo de pudor acerca de la patología de los padres que era más acentuada de lo que él dice al respecto. Este velo para el niño es levantado más allá de lo que ha sido el síntoma a tratar de esta fobia. El "¿y después?" de Lacan no es solamente advertirnos sobre el hecho de que es mucho más complejo que esto de lo cual parece tratarse. Hay, en el caso, toda una meditación sobre la paternidad, sobre lo que es "ser el padre" entre el niño, su padre y Freud. Esta meditación lleva a una reflexión sobre el estatuto simbólico del padre. El tratamiento puede ser presentado como el pasaje de todo este imaginario que parte de los caballos que muerden hasta una construcción simbólica y teórica. Bajo la palabra de teoría infantil, hay un mundo simbólico que se abre. Es esto a lo cual el niño nos lleva si lo seguimos. Centrarse demasiado sobre el síntoma a tratar en tanto comportamiento es una visión que deja de lado todo el campo de lo que se encuentra detrás.

J.M.: El pasaje de lo imaginario a lo simbólico, es tambi én el destete, el alejamiento y la separaci ón de la madre. Freud anuncia desde el comienzo del análisis que se trata de una curación. Uno espera entonces ver un caso de una curación. Esto plantea evidentemente la pregunta: "¿A que llamamos un éxito terapéutico?".

Éric Laurent: Es precisamente haber aliviado suficientemente de su sufrimiento a alguien para que pueda tratar de manera creativa lo que habrá de encontrar más tarde como reformulación de su dificultad frente al drama esencial que lo trajo al mundo.

Nota

Este texto fue publicado en la Cause freudienne N° 64 Nouvelle Revue de Psychanalyse, Navarin Editeur, Paris, 2006, pags. 2732.

(1) Este reportaje fue realizado en 2006. Esta publicación, en este número de Fort-Da, se da, justamente, en el cumplimiento de dicho centenario

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