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Número 10 Noviembre 2008
Reportaje a Max Graf
Realizado por Kurt Eissler
(16 de diciembre 1952)

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A modo de presentación

Este reportaje que aquí publicamos por primera vez traducido al castellano, fue realizado por Kurt Eissler en 1952.
Max Graf
nació en Viena el 1 de Octubre de 1873 y falleció en su pais natal en 1958.

El diálogo original se desarrolló en Alemán, fue grabado y luego tipiado a maquina de escribir. Kurt Eissler lo entrevistó en EE.UU donde Max Graf vivió durante muchos años tras haber emigrado de su pais en 1938 . Por su edad avanzada , al momento del diàlogo, se observan ciertos olvidos y algunos equìvocos en los datos y fechas que Max aporta, pero su contenido es sumamente valioso para la comprensión del vìnculo personal de la familia Graf con Freud y conocer asì muchos datos novedosos de la historia biogràfica sobre la cual fue escrito el " Análisis de la fobia de un niño de 5 años ( El pequeño Hans) " (Sigmund Freud – 1909).

El texto inicial del reportaje de Kurt Eissler consta de 67 páginas y permaneció guardado sin acceso a su lectura , por indicación de la familia Freud, en los "Archives Freud" en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos junto a muchos otros documentos restringidos (Referencia: Graf, M. (1952). Entrevista [de Max Graf] por Kurt Eissler. Box 112, Sigmund Freud Papers, Sigmund Freud Collection, Manuscript Division, Library of Congress, Washington, DC.- Archives Freud-).

Recientemente, gracias a la progresiva política de levantamiento de esta restricción nos ha permitido el acceso y la lectura de este valioso documento histórico.

La traducción al castellano que aquí presentamos fue realizada primariamente de la versión en francés, publicada anteriormente en " L’inhumain dans la civilisation - Bloc-notes de psychanalyse Nº 14- correspondiente a los años 1995-1996 cuyo texto y autorización fue otorgada por Ann-Kathrin Graf ( hija de Herbert Graf ) a sus traductores.

Esta traducción del francés al castellano que realizamos fue además revisada y contejada con la versión original en Alemán de forma de poder publicar la entrevista del modo màs fidedigno posible.

Vaya mi especial reconocimiento y agradecimiento a la Profesora Conrradina Caneiro (E-Mail: caneirof@yahoo.com.ar ) quien ha realizado el enorme trabajo de traducción del francés al castellano, asì como a la traductora Marga Schur por su revisión del presente texto en la versión original del alemán.

También agradezco particularmente a Josiane Praz, de Suiza quien facilitó este escrito en su versión en francés que hemos traducido, así como a Juan Esteban Moliné por su valiosa tarea en la colaboración de la trascripción de la presente versión que aquí publicamos.

- Noviembre 2008.
Ariel Pernicone
Director de Fort-Da

Ver también Vida y obra de Max Graf (Comentarios biográficos sobre el padre del "pequeño Hans")


Eissler: Recientemente, en el coche, usted comenzó a contarme como en verdad llegó a la casa de Freud. Encontré la historia encantadora, y sería muy bueno que usted me contara nuevamente cómo pasó eso.

Graf: Sí. Sí, con mucho gusto. Cuando yo era estudiante en Viena me relacioné con una mujer joven con la cual iba a pasear todas las noches. Ella me contó un día que estaba en tratamiento con el Profesor Freud, y me hablaba cada día acerca de la cura misma. De manera que el tratamiento psicoanalítico se me hizo familiar. Eso me interesó mucho. Tuve también la impresión de que se debía poder aplicar este análisis del inconsciente al proceso de composición y de creación artística. Me familiaricé entonces, en el transcurso de esos paseos, con la teoría freudiana y la técnica psicoanalítica de Freud.

Un día expresé el deseo de encontrarlo personalmente. Me invitó y fui a su casa. Tenía todavía en esa época los cabellos negros, la mirada desafiante, observadora, que tuvo siempre para con los seres humanos. Era extremadamente amable, muy cálido. Sabía que me interesaba la teoría psicoanalítica. Un día expresé el deseo de encontrarlo personalmente. Nos encontramos entonces varias veces. Cuando él quería airearse un poco, después de una jornada de trabajo, el Profesor Freud iba siempre al café, bastante a menudo. Su cuñada lo acompañaba. Sus conversaciones han despertado, naturalmente, muchas cosas en mí, y me han estimulado enormemente. Me familiaricé así con la teoría freudiana.

El Profesor Freud me dijo un día que tenía la idea de reunir regularmente un círculo de señores, en su departamento. No solamente médicos, sino también gente de otras profesiones. Me dijo que tenía la intención de examinar el alcance de la teoría psicoanalítica, su significación en las áreas más diversas.

Así, aparte de los médicos -entre los cuales los más importantes eran los doctores Alfred Adler y Wilhelm Stekel, y un hombre muy cultivado y fino, desgraciadamente ya muerto, el doctor Kahane- había invitado también personalidades de otras áreas. Me dijo que habìa hablado además con Hermann Bahr muy interesado también en el tema, y que sería igualmente miembro del grupo. Pero finalmente, eso no sucedió, no he encontrado jamás a Hermann Bahr en las reuniones de este círculo.

Entre las personalidades del primer círculo que no pertenecían al mundo médico estaba el Doctor Herbert Silberer, quien publicó un libro particularmente interesante sobre la mística ; además el Doctor David Bach, critico musical del diario de los trabajadores y yo mismo. Yo era entonces editorialista en la Nouvelle Presse Libre (Nueva Prensa Libre). Ocasionalmente también había otros huéspedes. Una vez, por ejemplo, el Profesor invitó al organista del conservatorio de música, quien enseñó durante un año en Tokio que dictó una conferencia sobre la sexualidad de los japoneses. Una conferencia muy interesante.

Eissler: ¿Quién era el doctor? ¿Se acuerda usted?

Graf: Ya voy a acordarme. Por el momento su nombre se me escapa. Era el organista más conocido.

Eissler: Voy a citarle nombres. Por ahí se encuentra entre alguno de ellos seguramente…

Graf: Era el organista más conocido, sí. Sin embargo no estuvo allí más que una vez.

Eissler: Sí.

Graf: Enseguida, un día, el Profesor Freud nos presentó al Doctor Ferenczi, quien no me impresionó particularmente. En cambio me fascinó un hombre que Freud presentó como su alumno y era el Doctor Jung, de Zurich. Tenía una apariencia muy buena, y como suele ser a menudo el caso, un rostro muy inteligente, una manera de ser prodigiosamente simpática.

Entonces, naturalmente, acepté la invitación del Profesor Freud para participar de esta sociedad, aunque no hubiera sido siempre fácil para mí interrumpir mi servicio en la Nueva Prensa Libre (Nouvelle Presse Libre), bajo no importa qué pretextos, iba a encontrarme con Freud. Nos hemos encontrado ….no sé si era el miércoles o el viernes… Creo que nos reuníamos el viernes.

Eissler: ¿Adónde se encontraban ustedes entonces?

Graf: En el consultorio del Doctor Freud.

Eissler: ¿En qué año? ¿Se acuerda?

Graf: Era hacia 1900. Yo no podría decir màs qué año exactamente… "La Interpretación de los sueños" acababa de ser publicada.

En lo que concierne a la posición del Profesor Freud en la época, era una figura de la que uno se burlaban sin conocer las teorías de forma más precisa. Sin embargo se sabía que ellas estaban relacionadas con el erotismo. Se sabía algo de los símbolos eróticos y eso tuvo como consecuencia que cuando uno evocaba el nombre de Freud en sociedad, los jóvenes hicieran en ese momento bromas y las jóvenes enrojecían.

El Profesor Freud debió entonces luchar contra importantes círculos de antagonistas en la Universidad , ya que Wagner-Jauregg era en esa época su adversario. Es verdad que conocí más tarde a Wagner-Jauregg y que aprendí a apreciarlo mucho ,también en el plano humano. Tuve con él una conversación que me mostró que no hubiera podido hacer sus grandes descubrimientos (se trataba entonces de la curación del tratamiento de la parálisis que seguía a la malaria) si él no hubiera focalizado su mirada sobre el aspecto somático. No podía comprender a Freud; ni Freud probablemente pudiera comprender bien a Wagner-Jauregg. Ambos eran muy grandes individualidades. Más tarde he oído a Wagner-Jauregg hablar de Freud, siempre con mucha consideración. Pero, al comienzo, Freud habìa designado a Wagner-Jauregg como su más grande adversario.

Por entonces, las reuniones de este círculo de amigos tenían un programa propuesto por Freud mismo, en el cual cada uno daba siempre una conferencia. Luego había una pausa durante la cual la señora Freud nos traía café negro y panes rellenos. Después de la pausa discutíamos y el Profesor Freud pronunciaba siempre la última palabra, la palabra definitiva.

En tanto músico y habiendo pronto percibido la importancia de las teorías del Profesor Freud para la comprensión de numerosos procesos musicales, di yo mismo charlas sobre temas musicales.

La primera que hice tenía como tema a Beethoven, su psicología: la siguiente trataba sobre Wagner y el navío fantasma (vaisseau fantôme). La tercera trataba sobre el proceso de la composición. La cuarta no era una conferencia sobre música, sino sobre moda, que me interesaba entonces particularmente por una razón cualquiera. Trabajé en un folleto a partir de una charla sobre el Vaisseau fantôme (navío fantasma) y se la llevé al Profesor Freud porque deseaba que él leyera el manuscrito y me dijera si era posible publicarlo. Luego fui a su casa para recuperar mi manuscrito y me dijo: "No, no, yo no le devolveré el manuscrito". Le pregunté entonces qué quería hacer con eso. Me dijo que quería publicarlo conjuntamente con escritos sobre psicología aplicada, lo que hizo enseguida.

En ese tiempo las conferencias trataban en parte de problemas psíquicos que los médicos debían resolver en las curas. Los debates eran siempre extremadamente estimulantes.

De pronto, un día -esto merece interés-, todo el círculo propuso psicoanalizar al Profesor Freud. Y entonces, enseguida, conseguimos llevar a Freud a hablar según todas las reglas del psicoanálisis que habíamos aprendido. Cuando había resistencias, lo ayudábamos a superarlas. Hemos fracasado en un punto solamente, muy interesante. Freud nos había contado alguna historia con respecto a su madre. Y en relación con eso, nos había hablado de un manguito de piel negro que se encontraba sobre la mesa. La manera que había utilizado para decirlo nos había hecho sonreír, porque conocíamos la solución y se la dijimos al Profesor Freud. No quería de ningún modo aceptar algo que pertenece al A-B-C de la técnica freudiana. Algo perfectamente transparente, era un símbolo erótico. No pudimos continuar el tratamiento.

Eissler: ¿Puede usted acordarse de algo que concierna al material evocado antes?

Graf: No, desgraciadamente. Fue hace cincuenta años.

Eissler: Sí, sí.

Graf: Señor doctor, no sabía, en verdad, que iba a hacer un comentario, algún día, con respecto a ello.

Eissler: Sí ¡! .. ¿ Era en una sesión… o bien..?

Graf: En una sesión . Durante una de las sesiones, ¿no es cierto?, habíamos propuesto al Profesor Freud psicoanalizarlo a él.

Eissler: Sí.

Graf: Él había considerado que estaba listo y comenzamos simplemente, no es verdad?... "Por favor cuente lo que le pasa por la cabeza sin criticar si eso le parece insensato o no". Y el profesor Freud comenzó y llegamos a ese punto y ahí no fue posible ya avanzar más. Probablemente este tipo de exámenes psicoanalíticos no pueden ser hechos por un grupo, ¿verdad?

Eissler: Sí.

Graf: En fin. Formé parte de la sociedad durante dos o tres años. De allí extraje debates de un gran provecho. Luego vino el momento en el cual el Doctor Adler presentó sus trabajos. El primero sobre el órgano.

Eissler: Desvalorización.

Graf: Desvalorización. El Doctor Adler intentó, en los debates, aclarar sus teorías y sus concepciones de manera muy tranquila. Chocó siempre con resistencia por un lado de parte del Profesor Adler que tenía por supuesto la última palabra.

Eissler: ¿Usted quiere decir de parte del Profesor Freud?

Graf: De parte del Profesor Freud, que tenía siempre la última palabra en materia de crítica, lo que era increíblemente rico de espíritu.

No es cierto?... la crítica de la discusión; y así se chocaba con la resistencia. Como pude constatar, se trataba de un enfrentamiento.

Traté de hablar de ello en mis charlas con el Profesor Freud, en particular en mi casa, dado que había trabado mucha más amistad con él. Lo invité varias veces a nuestra casa y debo decir que él venía muy a menudo. Aunque hubiera concluido un trabajo diario pesado y estuviera bastante fatigado. Hubiera ciertamente preferido quedarse en su casa. Y he vuelto a discutir muy a menudo, justamente, en el transcurso de esas veladas en mi casa de la oposición entre sus concepciones y las de Alfred Adler. Le dije una vez: mire señor Profesor, si usted ordena las piezas de monedas en un cierto orden. Digamos, una vez faz, dos veces Adler, tres veces faz, y así seguidamente…Si usted da vuelta las piezas de moneda la visión permanece exacta, ¿no es cierto? Se trata de la misma ley de distribución tanto de un lado como del otro. Lo que significa entonces que debe ser posible tratar una neurosis en el plano psíquico, sin embargo, debe también haber una posibilidad de tratarla igualmente en el plano somático. El Profesor Freud lo aceptó. Me dijo solamente: "Pero nosotros disponemos solamente de una vía, la del camino psíquico".

Ahora le cuento nuevamente algo personal, porque eso ilustra el carácter y la personalidad de Freud. Una familia, cuya hija iba a una sesión todos los días con el Profesor Freud, sintió en un momento dado resistencias contra lo que la hija había contado abiertamente. Su madre declaró que ella no pagaría más la cura. Con respecto a ello esta joven dama fue a la casa del Profesor Freud y le dijo: "Señor Profesor desgraciadamente no puedo continuar más la cura. No tengo más dinero para eso". Entonces ella le contó la historia. Freud le respondió: "¿Y entonces, porque usted es una joven pobre no puede decidirse a continuar la cura?". Ella lo aceptó, y la trató sin ningún pago. Me explicó más tarde, de manera ocasional, que trataba cada semana a un paciente gratuitamente. Es la forma de caridad que él puede practicar, no es verdad y que practica habitualmente.

Ahora, las discusiones con Adler por un lado, con Stekel por otro, habían dominado los debates durante el segundo y tercer año. Entonces tuve la intuición de que lo que este círculo podía ofrecerme estaba agotado, pues yo no soy médico. Soy historiador de la música, esteta en música. Tuve la impresión de que esta querella puramente científica no me ayudaba más a avanzar. Mi manera de ser consistía en encontrar lo bueno de todas las cosas. Un modo de verdad en las diversas concepciones. Y así me esforcé por extraer ideas del Doctor Alfred Adler, con quien trabé una gran amistad, algo bueno. Había algo allí, verdaderamente, pero en este caso no podía tomar una decisión porque no tenía el saber ni los conocimientos.

Entonces el Profesor Freud sintió la necesidad de transformar este pequeño círculo en una gran sociedad internacional: la Sociedad Psicoanalítica. La primera sesión de la Sociedad Psicoanalítica -de la cual participé- fue una sesión en la cual el Profesor Adler intentó hacer comprender sus teorías al Profesor Freud. Hizo una conferencia muy tranquila sobre sus teorías y las objeciones que el Profesor Freud le formuló siempre. Pero no llegó a una reconciliación ni a un arreglo.

Luego, entraron a esta Sociedad Psicoanalítica una multitud de jóvenes médicos con los cuales no tenía ningún lazo. Lo que les interesaba a ellos no me interesaba, y lo que me interesaba no les interesaba tampoco. Estaba el joven Rank que era en verdad el alumno preferido del Profesor Freud. Estaba el Doctor Wittels, y un gran número de otros que ya olvidé. Y en esta época, la polémica del Profesor Freud con el Profesor Adler y otras miradas críticas se intensificaban. Y cuando intenté, en una conversación con el Profesor Freud, encontrar un puente entre su teoría y las del Profesor Adler me retó de manera bastante enérgica diciéndome: "¡O bien usted lo acepta o no!". Eso me dio la impresión de que mi tiempo había terminado, no es cierto?. No quería participar en grandes discusiones de escuela que me recordaban las discusiones de los Concilios del primer cristianismo. No me sentía verdaderamente dotado para eso. Y así no fui más a las sesiones de la Sociedad Psicoanalítica.

En el presente, debo decir que tuve a menudo la impresión que esta historia del movimiento freudiano, lo mismo que el crecimiento del movimiento del cual participé, en particular el desarrollo de la importancia internacional de la doctrina freudiana me recordaba mucho los primeros tiempos del cristianismo.

Éramos primeramente un pequeño círculo como el del fundador de la religión cristiana y los Apóstoles. Este círculo se agrandó fuertemente a continuación, no es cierto¡?. La iglesia freudiana se volvió una iglesia mundial y de repente la querella entre Arius y Athanasius explotó. Entonces, no participé más de esta querella. No fui a las sesiones de la Sociedad Psicoanalítica y esto tuvo consecuencias: en la época en que yo era miembro del primer círculo freudiano, mi hijo que tenía entonces cuatro años, desarrolló una fobia, una angustia en presencia de los caballos. Era imposible sacarlo del departamento porque temía a los caballos. Tuve entonces que usar el psicoanálisis con él. Quiero decir, en mis conversaciones, cuando él contaba sus sueños y sin que debiera acostarse en un diván, sin que pudiera comprenderlo. Cada día anotaba eso inmediatamente y así exploré yo mismo ese material para descender un poco más lejos en el inconsciente. Y cuando le conté a Freud me dijo que era muy importante darle lo que había anotado cada noche después de las conversaciones con el niño, no es cierto? Procedí con ese tratamiento psicoanalítico adaptándolo a un niño. Justo hasta el momento en el cual el síntoma de la angustia ,de la fobia a los caballos, hubo desaparecido.

El Profesor Freud tuvo todo el material y lo utilizó con mi acuerdo. Naturalmente su pequeña obra "La fobia del pequeño Hans, de cuatro años de edad" y este análisis de un niño, causó sensación y provocó una viva polémica. Que se haya psicoanalizado a un niño de cuatro años parecía una cosa monstruosa. De manera general se dijo desde el comienzo, en las revistas médicas, que se trataba de un niño que tenía una grave neurosis y del cual no se podría jamás extraer nada bueno, ¿no es cierto? Ahora bien, este niño se volvió verdaderamente alguien y cuando hizo su entrada en la vida artística -era en 1918, el último año de la Guerra- le dije "tú deberías visitar una vez al Profesor Freud para que vea quien eres y para que pueda convencerse que las cosas están en orden". Entonces él fue y el Profesor Freud se interesó mucho por constatar el éxito de este tratamiento y lo que ocurrió con el niño. En esa época, cuando hablábamos de la fobia, de esta fobia a los caballos, Freud me había dicho : "Usted verá. Este niño querrá un día servir en la caballería"… Y bien, eso no sucedió. No tuvo jamás que tomar esa decisión ya que no sirvió jamás en la caballería.

Posteriormente, después de que mi chico fue recibido cálidamente por Freud, yo no lo había visto durante algunos años -en el curso de los cuales la escuela se había vuelto internacional- tuve una entrevista con él y quería todavía hablarle, justamente del chico. Cuando llegué me recibió de manera bastante cerrada y poco amable. No pude conseguir llevarlo hacia una entrevista amistosa, como era habitual y le hice una pregunta: "Digame Señor Profesor, francamente ¿qué pasa qué usted cambió de tono con respecto a mí?" Él me respondió: "Sí, usted renunció a la Sociedad Psicoanalítica. No pagó más la cuota que usted debía y no participó más." Sí, era verdad. Si yo debía la cuota , no sé, era posible, no es cierto?. Pero ví que la conversación no se desenvolvía más sobre la antigua base de amistad y me despedí. No encontré más a Freud excepto algunas veces en la calle. Naturalmente lo saludé muy cortésmente, pues mi opinión sobre él no había cambiado. Pero él siempre miró de costado, con la mirada desconfiada.

Eissler: ¿No respondía a su saludo?

Graf: Sí, sí. Saludaba, por supuesto. Pero yo diría que como se saluda a un extraño, no es cierto?. Yo querría todavía completar lo que conté sobre algo que caracterizaba a Freud. Después de que el chico fue curado de su fobia a los caballos, de la angustia en presencia de los caballos, en su cumpleaños, Freud vino a mi casa. Subió los cuatro pisos con un caballo a báscula bajo el brazo (se ríe) que traía al niño como regalo.

Además formé parte de la vida personal de Freud, ¿no es cierto? Cuando su hijo se casó, organizó una fiesta de casamiento en su casa, a la cual me había invitado también.

Eissler: ¿Martín, el mayor?

Graf: Creo que era el mayor. Y nos hemos encontrado bastante a menudo en el café. En cuanto a sus amoríos personales…En su gabinete había una vitrina de figuras desenterradas, en parte griegas, traídas de Grecia por sus pacientes. Eran en parte falos o figurinas con falos y figuras que provenían de búsquedas y de tumbas egipcias, no es cierto ?. Freud dijo muchas veces que estos objetos, que provenían de búsquedas, convenían perfectamente a un hombre cuya profesión consiste en exhumar cosas olvidadas y reprimidas en el inconsciente. Fue en el tiempo de mi participación en la Sociedad Freudiana cuando apareció esta broma. Freud trató primeramente este tema en una conferencia hecha en nuestro círculo. En verdad era un orador brillante. Oí a pocas personas hablar de manera tan interesante y libre como Freud. Tenía también a su disposición una multitud de citas clásicas y de reminiscencias de sus viajes a Italia y Holanda. Fue, en efecto, una de las conferencias más fluidas que haya jamás oído. Freud la había dado volviendo de Toronto. No me acuerdo más de esta conferencia sino solamente que ella era una fuerte crítica a las circunstancias americanas. Freud no había tenido una impresión favorable. Ante todo, encontró que los americanos se descargaban de todo sobre las mujeres, para hacer la paz con ellas. Criticó, por ejemplo, todas esas bellas instalaciones en los WC para hombres y los numerosos baños de los americanos. No vio allí más que un signo de suciedad interior del cual la gente quería lavarse o desembarazarse.

Eissler: ¿Suciedad pensaba él, por el interés en el dinero o de manera general?

Graf: No, en general.

Eissler: Sí.

Graf: Pero tenía la impresión que no le gustaba ese país y que a fin de cuentas se volvió el suyo, pues en ningún lugar afuera , el psicoanálisis tiene tanto impacto como en ese país. Entonces, por favor, cuando yo digo que es su país, es que mi hijo posee una pequeña propiedad en Bedford, en el estado de Nueva York ,donde yo conocí un médico, un simple médico de campo. Le hice una visita una vez. Sobre la chimenea había una foto de Freud con una dedicatoria personal. Este médico había oído conferencias de Freud, no es cierto? y en esa ocasión le había dado una foto dedicada.

Además, a la personalidad de Freud pertenece todavía el hecho de que era un judío convencido. Era miembro de la B´nai Brith y es en el círculo de la B´nai donde dio la primera conferencia sobre la interpretación de los sueños. Pasaba regularmente sus domingos después de mediodía en un departamento de los locales de la B´nai Brith. Allí jugaba igualmente al tarock, lo que me parece debe haber sido para él un descanso.

Cuando mi hijo nació dudé en darle una educación judía, en hacerlo bautizar, para facilitarle la vida. Fui entonces a ver a Freud para preguntarle su opinión y aquí está: "Déjelo crecer como judío pues si los judíos son tan oprimidos que deben luchar tanto y producir el doble que los otros, usted le sacará a este chico mucho de esta energía. Le hará bien dejándolo crecer como un judío.!!"

Ahora ,señor doctor, le ruego si usted tiene alguna pregunta para hacerme…..

Eissler: Si, la última vez usted hizo alusión a su primera esposa.

Graf: Sí.

Eissler: No sé si le es agradable que aborde ahora este tema.

Graf: ¡Sí, por favor! Mi primera mujer era -o es- muy interesante, llena de espíritu, muy bella. No hay duda. Era una histérica, no es cierto?; eso que yo no podía juzgar para nada, en tanto era un hombre joven. En sus momentos de histeria -se trataba seguramente de histeria- era para mí también atrayente e interesante. Ahora bien, esta mujer…Después de un año se ha…Antes de decidirme a casarme con ella fui a la casa del Profesor Freud, pues ella era todavía su paciente en esa época. Le pregunté si podía casarme con esta mujer, si su estado permitía casarse con ella. A lo que Freud me dijo: "¡Cásese. Lo que sucederá solamente es que usted encontrará placer!" Placer no tuve verdaderamente, pero es posible que yo fuera demasiado joven. Es posible que me hubiera realmente reído si hubiera tenido más edad. La cosa se presentaba simplemente así: por un lado estaba en el comienzo de una carrera de joven escritor, de joven crítico que quería imponerse, que quería progresar. Tenía la ambición de un joven talentoso habiendo ya publicado dos libros a los veinticinco años. Por otro lado mi mujer no quería aparecer en sociedad. Allí no se sentía segura, se sentía inquieta, no estaba cómoda. Y por esta razón evitaba ir. Pero he ahí que uno no tiene una mujer joven y bella para encerrarse en un departamento, no es cierto?. He ahí una de las razones. Otra era que esta mujer se volvía de repente celosa de mis tra bajos y que ella me rompió algunos. En resumen, después de un año fui a ver al Profesor Freud: "¡Señor Profesor, este matrimonio no anda!" Él estaba sorprendido y yo hice un nuevo intento. Pensé que los niños podrían probablemente cambiar la situación, pero no fue así. Resistí sin embargo dieciocho años y medio en este matrimonio hasta que los niños fueran bastante grandes para que yo pudiera irme tranquilamente, sin perturbar demasiado su desarrollo. La duda me vino solamente un poco más tarde, saber si no hubiera sido mejor irme más temprano. Yo no lo sé , no es cierto?.

Eissler: Sí.

Graf: Que es lo justo; que era lo justo..?

Eissler: ¿Qué edad tenía usted cuando se casó?

Graf: Y bien. ¡Tenía probablemente veintisiete años!

Eissler: ¿Y qué edad tenía su mujer?

Graf: Era cuatro años más joven. Y luego, no, no… Hubo todavía otras cosas de las que no quiero hablar mucho más, que no han jugado…. En un joven matrimonio se debería tener, digamos, alegría en el erotismo.

Eissler: Sí.

Graf: No me fui enojado, nos separamos en buenos términos y mi mujer se volvió a casar poco después.

Eissler: ¿Cuántos hijos tiene usted?

Graf: Dos. Perdí uno, mi hija.

Eissler: ¿Murió acá en América?

Graf: Sí, se suicidó aquí en América. Ella se había casado y vivía un matrimonio desgraciado. Mi Dios, quiso reemplazar eso, no importa como, con otros hombres y he aquí que entonces dio con un hombre con el cual vivió como con aquél del que se había divorciado y eso parece haber sido decisivo. Lo trágico fue que solamente tres días después del acontecimiento me llegó una carta de su marido, en la cual él me suplicaba que influenciara para que ella retomara, la vida común. Sin embargo era demasiado tarde.

Eissler: Es trágico, en efecto.

Graf: Sí. Por favor. Yo no podría ahora responder más que preguntas, ¿no es cierto?

Eissler: Señor Doctor, la última vez en el coche usted mencionó que había tenido muchas conversaciones con Freud sobre el proceso de composición.

Graf: Sí. En la época di una conferencia en la casa de Freud.

Eissler: ¿Puede usted recordar algo?

Graf: Sí, por supuesto. Son pensamientos que desarrollé con ejemplos musicales y en mi libro From Beethoven to Shostakovitch cuando llegué a América.

Eissler: Sí. ¿Y cuál ha sido la contribución de Freud? ¿Dijo algo de lo que usted se acuerde, en la discusión?

Graf: No. No. Freud no era músico para nada.

Eissler: ¿Dijo algo con respecto a esto?

Graf: Me dijo…¿por qué?

Eissler: ¿Dijo algo con respecto a esto?

Graf: Sí, sí. Me dijo que no tenía sentido musical, no es cierto; ninguna afinidad con la música, y creo haberlo comprendido como…No habló tampoco jamás del área musical, pero tenía conversaciones sobre materias psicoanalíticas, sobre el análisis del inconsciente en el proceso de composición.

Eissler: ¿Tenía idea de su falta de sentido musical?

Graf: No. Creo que era algo físico.

Eissler: ¿Lo creía él también así?

Graf: Sí, creo. Sí, sí. Si se quiere buscar algo anormal en el psiquismo de Freud, me parece que el hecho de que se haya peleado tanto con amigos es de un cierto modo muy característico de él, pues era un ser muy bueno, muy distinguido. Pero esta manera de pelearse con amigos, que era gente importante, tanto en el plano humano como intelectual, la repetición típica de este acontecimiento, pienso que se hubiera debido analizar eso en su personalidad.

Eissler: ¿Tiene usted idea de dónde podía venir eso?

Graf: No, no, no. Lo he solamente visto muy claramente, no es cierto, que él…En esa época yo no tenía evidentemente idea de que el Profesor Freud iba a escribir un libro sobre Moisés. Pero entonces yo he dicho que tenía el complejo de Moisés (se ríe).

Eissler: Sí.

Graf: ¡No es cierto!? Y es seguro. Había sin embargo efectuado sus primeros trabajos -los estudios sobre la histeria con el profesor Breuer. Luego trabó una amistad con el Profesor Fliess que parecía ser una cabeza eminente. Y eso se rompió, ha repetido esto en todo momento.

Eissler: Sí.

Graf: Repetido a todo momento.

Eissler: ¿Conoció usted a Breuer?

Graf: No, no conocí a Breuer.

Eissler: ¿A Fliess lo ha conocido?

Graf: No, no.

Eissler: ..Freud le..

Graf: Fue igual con Adler.

Eissler: Sí.

Graf: Por favor, Adler. Las concepciones de Adler y de Breuer eran compatibles, según mi opinión.

Eissler: Sí.

Graf: No es cierto? Pienso que si uno da más peso a lo físico, a lo corpóreo o a lo psíquico, es considerar la cosa bajo dos aspectos.

Eissler: Sí. ¿Freud le contó algo con respecto a Breuer?

Graf: No.

Eissler: ¿De Fliess?

Graf: No, no.

Eissler: ¿Sabe usted algo sobre las relaciones con otros amigos: analistas, alumnos, educadores? ¿Qué pensaba de ellos?

Graf: No, por favor, esto cambió. No sé. Verdaderamente no conozco lo que se relaciona con Stekel y Adler.

Eissler: ¿Qué impresión tenía usted de Stekel, Señor Doctor?

Graf: Sí, para ser franco tengo la impresión de que era un hombre muy móvil intelectualmente. Era un autor de fotonovelas. Tuve esta impresión de él; contrariamente tenía la impresión de que Adler poseía un saber muy sólido y que reflexionaba con mucho cuidado y tranquilidad en sus concepciones, no es cierto?. En el plano humano, tuve excelentes experiencias con él.

Eissler: Prácticamente

Graf: … Perdón?

Eissler: ¿Usted quiere decir prácticamente?

Graf: Era un comercio amistoso.

Eissler: Sí.

Graf: Nos encontrábamos en el café o bien él venía a nuestra casa. Hemos hablado la mayor parte del tiempo de cosas teóricas, de psicología.

Eissler: ¿Adler le contó algo de Freud y su manera de…?

Graf: No.

Eissler: ¿No? Usted dijo antes que Freud era distinguido y bueno.

Graf: Sí.

Eissler: O benévolo, condescendiente, no sé. ¿Tuvo pruebas concretas de ello o era una impresión?

Graf: Y bien, por ejemplo, las cosas que le conté concernientes al aniversario de mi niño. ¡De cómo él subió entonces las escaleras con el caballo de balanceo! Pienso que solamente un hombre verdaderamente bueno puede hacerlo.

Eissler: Sí.

Graf: Hacerlo.

Eissler: Ahora, ¿podría usted contarme algo más sobre su hijo? Como usted puede imaginar, su hijo jugó ya, y jugará verdaderamente todavía, un rol muy grande en la historia de la psicología. Y de hecho, no se aprende todo, aunque se trate de acuerdo a lo que yo pienso, de una historia médica ideal…. Realmente escrita por usted (se ríe), a razón de un cincuenta por ciento más o menos, ¿no?

Graf: Sí.

Eissler: Pero sin embargo, del nacimiento, de los primeros años y más tarde también…

Graf: Y bien, sí, yo debo hablar también! Pero usted debe preguntarme de manera directa lo que quiere saber.

Eissler: Quiero decir, ¿de qué se acuerda usted? Si, por ejemplo, el parto fue difícil ?

Graf: No, fue un parto normal.

Eissler: ¿Completamente normal?

Graf: Antes, ella había hecho una mola

(NT : Mola : Sustantivo femenino. Término de medicina. Embrión informe consistiendo en un simple saco cutáneo sin órganos distintivos, encerrando a veces porciones de huesos, de dientes, etc. Estas molas son algunas veces llamadas verdaderas molas o molas legítimas. 2- Falsas molas: nombre dado a concreciones sanguíneas retenidas en la matriz, a cuerpos carnosos o fibrosos, a pólipos. Siglo XVI: Extraer un niño muerto o una mola u otro germen malo fuera de la madre. Aborto R en obstetricia aborto difiere de parto prematuro que es la expulsión antes de tiempo de un feto viable; la pérdida de un embarazo que comprende no solamente todo parto antes de término sino también la expulsión de un falso germen de una mola, etc. En diccionario de Lttré).

Eissler: Sí.

Graf: Antes.

Eissler: ¿Era entonces un segundo embarazo?

Graf: Sí, era el segundo.

Eissler: ¿Después de cuántos años de matrimonio tuvo lugar el primer embarazo?

Graf: Después de dos años aproximadamente, creo.

Eissler: Vino al mundo.

Graf: Entonces, durante el cuarto año de matrimonio, según creo.

Eissler: ¿Y fue criado con biberón o al pecho?

Graf: Tanto como yo puedo recordar, creo que ha sido criado al seno materno durante cuatro meses.

Eissler: ¿Y cómo era al comienzo? ¿Tuvo algunas dificultades los primeros meses?

Graf: ¿Con mi chico?

Eissler: ¿Digestión, apetito, sueño? ¿Era un niño tranquilo?

Graf: Cuando lo ví por primera vez tuve la impresión de que era alegre, ¿no es cierto? Alegre.

Eissler: ¿Lo vio inmediatamente después del parto?

Graf: ¡Después del parto, sí!

Eissler: ¿Nació en un hospital?

Graf: No, no. En casa. No era todavía común en la época.

Eissler: ¿Se acuerda todavía del partero?

Graf: Nuestro médico de familia. Pero olvidé su nombre. Era un hombre de bastante edad.

Eissler: Sí. ¿Se acuerda usted de cómo se comportó su mujer con el recién nacido? ¿Puede usted recordar?

Graf: Se comportó bien con el chico. No con la hija.

Eissler: Ella rechazó a la niña?

Graf: La niña, cuando se le trajo … no es cierto?,… ella la rechazó.

Eissler: Tenía en esa época una depresión o bien…

Graf: ¡No, no! ¡No, no! No vivió jamás en buena armonía con su hija.

Eissler: ¿Le dijo algo sobre la razón del rechazo a la niña en aquel momento?

Graf: No, creo que eran celos porque era una niña.

Eissler: Quería tener un segundo niño.

Graf: Probablemente.

Eissler: ¿No le dijo jamás nada?

Graf: No.

Eissler: ¿Por qué lo han llamado Herbert? ¿Lo sabe usted?

Graf: No.

Eissler: ¿Era idea suya o de su mujer?

Graf: Eso no podría incluso decirlo. Supongo que fue mía.

Eissler: ¿Y no tiene ninguna idea de porque habrá elegido precisamente el nombre Herbert?

Graf: No.

Eissler: ¿Sabía usted ya antes que lo llamaría Herbert en el caso en que fuera un niño?

Graf: Es posible. Hace demasiado tiempo, ¿no es cierto? ¡Hace 50 años!

Eissler: ¿Entonces puede usted recordar algo de su primer año? ¿Cómo aprendió a hablar, caminar?

Graf: No, no.

Eissler: Hablando de esto, ¿cuáles son realmente los recuerdos más lejanos? Usted dice que se acuerda exactamente del momento en que lo vio por primera vez, que era alegre.

Graf: Sí. Porque yo…

Eissler: Sí.

Graf: Supe que era un niño tan alegre.

Eissler: Si. ¿Cuál es a decir verdad lo más lejano que puede recordar de su vida?

Graf: Y bien. Me acuerdo cómo iba de aquí para allá en la cocina y cantaba. Tenía una mesa de living y una silla. Me acuerdo de cómo iba de aquí para allá cantando.

Eissler: ¿A qué edad?

Graf: A los dos años probablemente.

Eissler: Es inhabitual cantar a una edad tan precoz …. O los niños cantan? Usted dijo bien : cantar ¡!

Graf: Si, tenía una niñera de más edad que le había enseñado algunas canciones vienesas. "Schiab´i denn net eh an?".

Eissler: ¿Cómo?

Graf: "Schiab´i denn net eh an ?" Es un viejo sirviente.... Era una canción vienesa, ¿no?

Eissler: ¿Cómo lo dijo usted?

Graf: "Schiab´i denn net eh".

Eissler: ¿Qué quiere decir?

Graf: "Schiede ich denn nicht ohnehin an?"….

Eissler: Debe decirme eso de nuevo …otra vez (se ríe).

Graf: Como un viejo sirviente.

Eissler: Sí.

Graf: No me acuerdo más. No sé más.

Eissler: ¿Cuánto tiempo se quedó ella en la casa? ¿Estaba allí cuando nació?

Graf: ¡No, no! Cuando se fue él ya había partido, ¿no es cierto?

Eissler: ¿Usted puede recordar su nombre?

Graf: No.

Eissler: ¿Y cuánto tiempo se quedó en la casa?

Graf: Bien, puede ser un año.

Eissler: ¿Su mujer se ocupó mucho de el?

Graf: No, mi mujer era, como lo he dicho, una histérica. Era muy egocéntrica, ¿no es cierto?

Eissler: ¿Ella lo abandonó? ¿Y a la hija?

Graf: Abandonado…¡No se puede tampoco decirlo! Pero que ella lo haya verdaderamente cuidado como una madre cuida a un niño no lo diría. Abandonado, ciertamente no.

Eissler: ¿Tenía su propia habitación?

Graf: Era muy bonito, un niño bonito y en verano estaba siempre en el campo y…

Eissler: ¿Usted iba siempre a Gmunden?

Graf: Gmunden. Siempre a Gmunden.

Eissler: ¿Tenía una casa allí?

Graf: ¡Oh, no! Hemos…

Eissler: ¿Alquilado?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Cada año la misma casa?

Graf: Creo que sí.

Eissler: ¿Cuál es su fecha de aniversario?

Graf: El 10 de abril.

Eissler: ¿Era entonces en 1900? ¿Nació en 1900?

Graf: Sí.

Eissler: ¿1901 ó 1900?

Graf: No, creo que era más tarde. ¡Un instante! Creo, 1903.

Eissler: ¿1903? ¿Sí?

Graf: ¡Sí, yo creo!

Eissler: Y entonces, ¿usted ya pasó su primer verano en Gmunden después del nacimiento ?

Graf: Hemos pasado entonces todos los veranos en Gmunden.

Eissler: ¿Y pasó usted también allí todas las vacaciones o debió quedarse en Viena?

Graf: No, yo estaba en parte en Viena e iba en coche a Gmunden cada sábado, hasta el domingo.

Eissler: Y la familia, ¿probablemente a fin de junio o a comienzos de julio?

Graf: Pero en el verano, ¿no es cierto?, yo iba también a Gmunden por cuatro semanas.

Eissler: ¿Su mujer se quedaba entonces sola allí con el niño o usted tomaba una niñera?

Graf: No lo sé.

Eissler: ¿De qué se acuerda entonces? ¿De esta escena en dónde se arrastraba alrededor de la cocina?

Graf: Y bien, cuando él cantaba tales canciones vienesas, era enviado un tiempo a la casa de mis padres porque mi madre lo quería mucho! Efectivamente, no hay nada particular, hasta la fobia.

Eissler: ¿Su padre vivía en esta época?

Graf: Mis dos padres vivían entonces.

Eissler: ¿Qué hacía su padre?

Graf: Mi padre era escritor político.

Eissler: Usted estaba,…si le pregunto algo que no le gusta responder…

Graf: Sí, sí, por favor!

Eissler: ¿Usted tenía buena relación con su padre?

Graf: No. Yo temía a mi padre.

Eissler: ¿Por qué?

Graf: Desgraciadamente no tuve buena relación con él. Quiero decir interiormente; no exteriormente. En esto no había nada. Normalmente no calificaría de buenas nuestras relaciones.

Eissler: ¿Era un tirano?

Graf: Mi Dios, no. Era todavía de la antigua educación. Por una estupidez, no es cierto, uno recibía palizas y yo tenía miedo de mi padre por cualquier cosa.

Eissler: ¿Era un vienés, nacido en Viena?

Graf: No, no. Nació en Checoslovaquia.

Eissler: ¿Dónde?

Graf: En los alrededores de Pilsen

Eissler: ¿Y su madre?

Graf: Mi madre era su prima.

Eissler: ¿Nacida Graf, igualmente?

Graf: No, Lederer .

Eissler: ¿Lederer?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Y venía del mismo lugar que su padre?

Graf: Sí, creo. Vivía en el mismo lugar.

Eissler: ¿Conoció a sus abuelos?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Y qué hacían sus abuelos?

Graf: Los dos…. Mi abuelo paterno era profesor de religión.

Eissler: ¿De religión judía?

Graf: En Pilsen, sí. Mi abuelo materno tenía una propiedad grande en un pueblo checo. Era mâitre de poste, ¿bien?

Eissler: Sí. ¿Tenía un área cultivada ?

Graf: Sí, sí. Tenía un gran establo y vacas.

Eissler: ¿Y su primera mujer había nacido…?

Graf: Höenig.

Eissler: ¿Y su familia era vienesa?

Graf: Una familia vienesa. Tenía una serie de hermanas muy bellas. Una, que era comediante en el Teatro Popular Alemán falleció prematuramente. Otra …(incomprensible).

Eissler: ¿Cuál era su nombre artístico?

Graf: Entonces yo iba a la universidad.

Eissler: ¿Con qué nombre?

Graf: Höenig.

Eissler: ¿Y una de las hermanas, dígame, era pianista?

Graf: Sí. Ella dio un concierto.

Eissler: ¿No tenía más que hermanas?

Graf: Tuvo dos hermanos que se suicidaron ambos. Fue después de que uno hubiese recibido una medalla por el salvataje de un desconocido.

Eissler: ¿Y cuándo se suicidó?

Graf: ¿Cuándo?

Eissler: Sí.

Graf: No sé. Verdaderamente no lo conocí.

Eissler: Esto fue antes…

Graf: Antes del matrimonio.

Eissler: ¿Los dos hermanos se suicidaron?

Graf: Sí.

Eissler: ¿En qué circunstancias el segundo se suicidó?

Graf: Una hermana se suicidó también, hizo una tentativa.

Eissler: ¿Una hermana más joven?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Los dos hermanos eran de más edad?

Graf: Si.

Eissler: Enseguida venía su mujer, o bien…

Graf: No, no. Después enseguida venía la actriz.

Eissler: ¿Y después?

Graf: Después creo la pianista.

Eissler: ¿Y su mujer era la más joven?

Graf: No, no era la más joven; ...le seguía una hija que tuvo parálisis infantil.

Eissler: ¿Las hermanas de su mujer viven todavía?

Graf: Una sola; una sola vive todavía. Era actriz también en Berlín. De ella me había olvidado.

Eissler: ¿Era de más edad que su mujer?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Tiene usted hermanos y hermanas?

Graf: Tengo un hermano y una hermana.

Eissler: ¿Viven?

Graf: Sí. Mi hermano tiene una casa en Woodstock. Lo visité recientemente. Y mi hermana está en California.

Eissler: ¿Los dos están casados?

Graf: Mi hermana es viuda. Su marido murió aquí.

Eissler: ¿Tienen hijos?

Graf: Una hija, sí, que también tiene hijos.

Eissler: ¿Y su hermano?

Graf: No tiene hijos.

Eissler: ¿Pero se casó?

Graf: Sí, sí, sí. Se casó.

Eissler: ¿Y qué hacía en Viena?

Graf: No estaba en Viena. Está aquí desde hace ya veinte años o no sé cuanto tiempo.

Eissler: Sí. ¿Él ha… tan pronto…?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Emigrado tan pronto?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Por qué dejó Viena?

Graf: Porque se creía en aquel tiempo, porque mi padre creía ,según la concepción de la época, que era necesario enviar a aquél que no se conducía bien, a América.

Eissler: (Se ríe) ¿Y su hermano no se comportaba bien?

Graf: Sin duda, no ha actuado bien.

Eissler: ¿Sabe usted que sucedió?

Graf: Creo que tenía una relación con una mujer del teatro.

Eissler: (Se ríe) Era ya suficiente para ser despedido a América.

Graf: Sí.

Eissler: Para ser despedido (se ríe).

Graf: Sí.

Eissler: ¡Era muy gentil! (se ríe). Pero eso le hizo bien. Pienso que tuvo éxito aquí.

Graf: Y bien, …(incomprensible).

Eissler: ¿Qué hacía aquí?

Graf: Y bien, ¡era hombre de negocios!

Eissler: ¿Y cuándo vino a América? ¿Dice que hace veinte años? Sería en 1932.

Graf: Sí. No, todavía antes. No, estaba entonces en séptima clase en el colegio, fue entonces un pequeño bandido.

Eissler: Si. ¿Y usted ha mantenido contacto con él desde Viena?; ¿Su familia?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Completamente?

Graf: No, no. Cuando venìa a Viena.

Eissler: (incomprensible). Algunas veces, de tiempo en tiempo.

Graf: En cuanto estaba en Viena, no es cierto, estábamos juntos, aquí también.

 

Eissler: Ahora, ¿cómo se desarrolló la fobia de su hijo?

Graf: ¿Qué quiere decir: desarrollado? Yo iba cada domingo a Lainz, en donde mis padres tenían una casa. Pasábamos siempre el domingo allí. Primeramente, para que mi madre lo viera, ya que lo quería mucho. Entonces permanecían en el jardín, no es cierto? Era una excursión dominical.

Eissler: ¿Su mujer los acompañaba o usted estaba solo?

Graf: No habitualmente.

Eissler: Había en aquel tiempo tensión entre su mujer y …

Graf: Y mi madre, sí.

Eissler: Y…

Graf: Había tensión entre mi mujer y todo ser humano.

Eissler: Sí. Ella sufría de depresiones ? O bien…

Graf: Tuvo también depresiones, por momentos.

Eissler: Discúlpeme, termino.

Graf: ¿Cómo?

Eissler: Debo cambiar la cinta de grabación.

Graf: ¿Puede utilizarla…?

Cambio de cinta.( Grabación de Kurt Eissler).

Eissler: Usted dice que su abuelo paterno se casó con una prima.

Graf: Sí.

Eissler: Y su padre …

Graf: Sí.

Eissler: ¿Del lado materno?

Graf: ¡Perdón! No sé si mi padre era hijo de este matrimonio.

Eissler: ¿Cómo?

Graf: No sé en este momento, si mi padre había nacido del matrimonio con su prima.

Eissler: ¿El abuelo se había casado dos veces?

Graf: Sí, dos veces.

Eissler: ¿Y su primera mujer murió o bien…?

Graf: Es lo que no sé. Creo que mi abuela, -que yo conocí- era la verdadera madre de mi padre.

Eissler: ¿Y cuántos hermanos y hermanas tenía su padre?

Graf: ¡Y bien, según el uso de la época tenía una kyrielle!

Eissler: ¡Muchos tíos y tías!

Graf: Sí. Eran todos seres muy inteligentes, no es cierto: abogados -dos o tres abogados; uno era médico, doctor.

Eissler: Un Doctor Graf se había casado con una hermana de Freud, ¿pero éste no era pariente suyo?

Graf: No, no, no. Es Wilhelm Graf ¡! No!!

 

Eissler: Ahora, señor Doctor, usted me estaba contando que iba siempre el domingo…

Graf: Sí.

Eissler: Y su mujer no lo acompañaba. ¿Pero no ha dicho que ella tenía depresiones ?¿o qué era?

Graf: No. En presencia de gente ella siempre estaba inhibida, estaba sujeta a inhibiciones.

Eissler: ¿ Tambièn tenía miedo de salir?

Graf: No formalmente. Pero tenía un comportamiento sorprendente, extraño ¿no es cierto?

Eissler: Quiere decir…

Graf: No, de todos modos, era una naturaleza asocial…

Eissler: Sí. Pero sin embargo tenía una similitud precisa con el síntoma que presentaba el niño. Quiero decir, la madre que se queda en la casa y no sale.

Graf: Sí. Pero no por temor.

Eissler: Sí.

Graf: Ni por angustia, ni por temor.

Eissler: Sí. Ahora, ¿Cómo fue eso?¿Cómo fue la primer ocasión en la que usted observó que algo no estaba en orden?

Graf: Y bien, estábamos afuera en el jardín. Un coche con un caballo se detuvo delante del jardín y entonces el niño manifestó todos los signos de la angustia. No quería salir. Quiero decir, nosotros queríamos justamente volver en ese momento.

Eissler: Usted estaba justamente a punto de partir.

Graf: Querìamos partir, sí.

Eissler: ¿El coche los venía a buscar ,.. o bien?

Graf : No, no, no, un coche desconocido estaba parado allí, cuando noté, no es cierto, que él le temìa a los caballos.

Eissler: Y él que hizo ? usted lo recuerda? Usted le ha preguntado… o?

Graf :No en este momento

Eissler: lo obligó, no?

Graf :Ahí le obligué a salir.

Eissler: Y él empezó a llorar?

Graf :No me acuerdo.

Eissler: Y le pasó algo más ese día? Tuvo de nuevo en la ciudad miedo a los caballos? O fue simplemente...?

Graf :No, no, eso no quedó así. Yo vivía, nosotros vivíamos en este momento en la calle Untere Viaduktgasse y teníamos un balcón. No había forma de lograr que el chico salga al balcón porque desde el balcón, en el tercer piso, se podía ver eventualmente un caballo.

Eissler: Y fue el mismo día cuando tuvo el primer ataque de miedo o fue al día siguiente o algunos días después?

Graf :Qué cosa?

Eissler: Cuando él no quiso salir al balcón.

Graf :No, no, eso fue más tarde.

Eissler: Pero no significa…No?

Graf :Quiero decir, ademàs lo que deseaba hacer con eso

Eissler: Si

Graf :Quería hacerle ver los caballos y que vea que eso no era peligroso.

Eissler: Pero yo quiero decir que cuando èl tuvo este primer episodio usted probablemente pensó que eso era una mala travesura, quiero decir que en seguida usted no…

Graf :No, no diría que era una travesura, pero

Eissler: Usted en seguida lo vio como …

Graf :…Niños

Eissler: No lo tomó como una mala travesura ?

Graf :No!

Eissler: Pero no como una neurosis?

Graf :No!

Eissler: Le molesta si ( ininteligible)

Graf :No, por favor!

Eissler: Y usted recuerda cuándo tuvo el siguiente ataque?

Graf :No, no me acuerdo. Todo lo que sé está escrito en el libro.

Eissler: Usted no sabría nada diverso?

Graf :No sabría nada distinto.

Eissler: Qué edad tenía la hermana? Cuánto tiempo después nació que el varón?

Graf :Y bueno, no mucho más tarde, había mucho en relación con el nacimiento de la hermana.

Eissler: Si.

Graf :Es cierto, la hermana era 4 años menor,… creo que 4 años menor que él, si.

Eissler: Cual fue la fecha de nacimiento de la hermana?

Graf :No me acuerdo.

Eissler: Y usted se acuerda cómo evolucionó èl después del nacimiento de la hermana? Se transformó en un niño difícil?

Graf :No.

Eissler: Poco amable? …O ?

Graf :No, no, no! La ùnica reacción fue solamente esta, esta angustia.

Eissler: La hermana…

Graf :Evidentemente él tenía miedo de perder mucho cariño o de perder amor.

Eissler: Si. La hermana fue amamantada?

Graf :Creo que la hermana no; creo que a la hermana la alimentaron con el biberón.

Eissler: Pero que hizo él inmediatamente? Que le ocurrió?, la hermanita también nació en la casa?

Graf :Si.

Eissler: Cómo tomó el embarazo?

Graf :Todo eso está escrito en el….

Eissler: No hay nada sobre el embarazo.

Graf :No

Eissler: El preguntó cuando lo notó?

Graf :Y era difícil no notar nada, no es cierto? Para un niño tan despierto!

Eissler: : Si. Pero usted no recuerda si hubo una pregunta directa?

Graf :Nada más .

Eissler: Cómo reaccionó su mujer con este segundo embarazo?

Graf :Cuándo nació la niña?

Eissler: No, antes, durante el embarazo? Eso, ella se sentía más animada o estuvo más retraída frente a los demás?

Graf :No, no! Eso no tenía nada que ver. Era un embarazo normal.

Eissler: No, pienso en su comportamiento psíquico en el embarazo.

Graf: ¡ Por favor?

Eissler: Igual que durante el primer embarazo.

Graf: Los estados depresivos aparecían en ella siempre después de una relación sexual.

Eissler: Sí. De manera que el embarazo en el fondo actuó positivamente en ella porque ella…

Graf: Sí. No hay nada anormal de lo que me acuerde del tiempo del embarazo.

Eissler: Sí.

Graf: Quiero decir solamente que después de cada, digamos, noche de amor, temprano a la mañana, aparecía un acceso.

Eissler: Sí. ¿Ella quería quedar embarazada?

Graf: Ella quería tener un niño, si, por supuesto. Eso ha…

Eissler: ¿El segundo también?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Quería entonces tener muchos más?

Graf: No.

Eissler: ¿Y cómo actuó el primer embarazo sobre ella? ¿Fue un gran choque?

Graf: No.

Eissler: ¿Ella lo ha enseguida…

Graf: Sí.

Eissler: …¿Aceptado como válido?

Graf: Sí.

Eissler: ¿Usted estaba deprimido ?

Graf: No.

Eissler: ¿Y cómo se desarrolló el niño después, enseguida?

Graf: Y bien, el niño se desarrolló muy bien. Fue siempre, a decir verdad, un niño muy inteligente, muy alegre y …

Eissler: ¿Cómo se estableció la relación con su hermana?

Graf: Y bien, ¡la relación con su hermana! No podría verdaderamente decir nada que me acuerde. Nada, nada que me venga al espíritu. Todo eso está muy lejos.

Eissler: Ciertamente, sí.

Graf: Pienso en cosas comunes que pasan en los niños; que un niño se vuelva agresivo con respecto a su hermana, no es cierto?

Eissler: Sí.

Graf: Peleas y cosas parecidas en el fondo, no había.

Eissler: ¿Su hermana estaba en la misma habitación que él?

Graf: Su hermana dominaba un poco, no es cierto, también como niña. ¡Y bien, sí, ella estaba de buen grado en la misma habitación!

Eissler: ¿Pero tuvo su propia habitación o bien él ha… ?

Graf: No, los niños tenían su habitación.

Eissler: Pero, después de su nacimiento, ¿estaba en la habitación de sus padres o ha usted…?

Graf : No estaba en la habitación de los padres.

Eissler: Tuvo siempre su propia habitación. ¿Su hermana era más inteligente que él o menos?

Graf: Según mi opinión, la hermana era más inteligente.

Eissler: ¿Más inteligente?

Graf: ¡Más inteligente, más comprensiva, sí! Lo que le sucedió a la pobre hermana fue una lástima grande. Quiero decir que ella no era solamente una bella mujer sino una mujer muy inteligente y muy buena.

Eissler: Sí. ¿Sintió que su hermana era superior a él?

Graf: ¿En inteligencia? Eso no se manifestó por ningún síntoma particular que yo me recuerde.

Eissler: Sí. ¿Estaba muy apegado a su hermana?

Graf: Su hermana experimentó, más tarde, cierto sentimiento de inferioridad, porque encontraba que no había dinero más que para los estudios del chico y nada para ella. A ella le hubiera gustado estudiar, no es cierto.

Eissler: ¿Y qué le hubiera gustado estudiar?

Graf: No sé.

Eissler: ¿Qué hizo ella? ¿Terminó el secundario ?

Graf: Creo que tuvo, probablemente, cierto sentimiento de rechazo.

Eissler: Sí. ¿Ella rindió un certificado ?¿ hasta donde llegó?

Graf: No. Era curioso, le pregunté una vez "¿Qué querrías ser?". Y me respondió: "me gustaría ser una doctora". Le dije: "y bien, para eso debes …". Me hubiera gustado que ella fuera a la universidad.

Eissler: Sí.

Graf: Y le digo: "Sí, entonces , si quieres ser doctora, debes ir a la universidad." -"¡Oh, no!, yo quiero casarme con un doctor", replicó ella. (Se ríen los dos).

Eissler: ¿Pero qué hizo efectivamente?

Graf: ¿Qué hizo?, esto: conoció a un joven; un ruso, muy buen mozo, y creo, un hombre muy decente. Y creo que comenzó con él una relación, no es cierto. No sé mucho más. Un día, vino a decirme que quería casarse con él. Personalmente, lo que me impresionó, es que este hombre, Oficial en la Armada Rusa, había dejado Rusia y trabajado un tiempo como enladrillador en Viena….

Eissler: Sí.

Graf: Eso me impresionó mucho, y le dije: "¡Te lo ruego!". Ella me replicó: "¡Sí, pero no es así!... ¿Puedes cada mes… ?"...creo que se trataba de asegurarse mil florines o coronas... Lo que hice, Verdad?. Ella le dio a este hombre una formación en la Academia como cantor , ya que tenía una bella voz. Fue contratado en Graz. Ella iba allí también, y él está ahora en la ópera de Graz.

Eissler: ¿Hizo carrera allí?

Graf: Sí, (incomprensible) pero él es ahora ,a decir verdad, administrador de ópera, cantante.

Eissler: Sí.

Graf: Y ella se volvió a casar , a uno o dos años. Tiene un niño.

Eissler: ¿Y qué edad tenía cuando se puso de novia?

Graf: ¡Y bien, mi Dios, probablemente veintidós años!

Eissler: ¿Pero qué hizo, en todo ese tiempo? ¿Aprendió algo? ¿O estudió?

Graf: ¿Qué…?

Eissler: En aquel tiempo, quiero decir, ¿qué formación escolar recibió? ¿Frecuentó el colegio o la escuela pública?

Graf: No. Ella no fue ni al colegio ni a la escuela primaria, pero tenía un "metiere": trabajaba en la Edición Universal, en Viena.

Eissler: ¿Y ejerció este metiere? ... (inaudible)

Graf: Y bien, ¡hasta el momento de su casamiento!

Eissler: Sí. ¿Y Herbert? ¿Fue al colegio?

Graf: Herbert hizo la Universidad, no es cierto. Un doctorado en filosofía en la historia de la música. Concurrìa al mismo tiempo a la Academia y a cursos de canto.

Eissler: ¿Tiene buena voz?

Graf: ¡Y bien, sí! Me dijo que quería aprender canto. No porque él creyera tener buena voz, pero para aprender este metiere.

Eissler: ¿Se interesó enseguida en la ópera?

Graf: Sí, sí. Fue siempre a la ópera.

Eissler: ¿Qué edad tenía cuando comenzó a mostrar interés por la ópera?

Graf: Y bien, ya a partir del colegio. Ya allí iba regularmente a la ópera.

Eissler: ¿Y enseguida, después de su doctorado, concurrió a una escuela de teatro o qué hizo?

Graf: No, no. Hizo simultáneamente la Universidad y la Academia. Tuvo simultáneamente su doctorado, y entonces su primer contrato, ¿no?

Eissler: Oh, ¿y comenzó como cantor?

Graf: No, como administrador.

Eissler: Sí.

Graf: En Munster.

Eissler: ¿Cómo?

Graf: En Munster.

Eissler: Y a partir de aquél momento hizo carrera. Pero creo que habría todavía mucho para contar sobre el tema de su hijo. Usted debe, sin duda, debe acordarse de muchas cosas.

Graf: Habría muchas cosas para decir sobre mi hijo pero eso no tiene nada que ver con el tema. Y, dicho con franqueza, ¡no es asunto mío solamente!, ¿no es verdad?

Eissler: Sí. Cree usted.

Graf: Lo que tengo para contar pertenece también a sus asuntos.

Eissler: Sí, es justo.

Graf: No es cierto, no puedo…así, sin otra…

Eissler: Sí. ¿Cree usted que yo debería obtener su permiso?

Graf: Pienso, digamos, que si fuera necesario para una causa científica, no es cierto, lo contaría probablemente. Pero, no veo la razón, porque, a decir verdad, de manera general, la vida de m i hijo es normal.

Eissler: Y bien, Señor Doctor, ¿la cuestión es saber qué es normal? Yo pienso que usted debe…

Graf: Normal, nadie lo es.

Eissler: Justamente.

Graf: Sí.

Eissler: Quiero decir, no tengo la más mínima idea.

Graf: Yo podría, efectivamente, contar con respecto a mi hijo cosas que no entran ciertamente en el esquema de la normalidad.

Eissler: Creo, simplemente, que no hay normalidad.

Graf: No lo deseo,… Se lo ruego. Estoy listo para contárselo, pero no públicamente.

Eissler: ¿Qué quiere decir usted? Pienso, que nada de lo que usted me diga…

Graf: Que lo discutamos, en primer lugar, en privado.

Eissler: Sí. ¿Usted quiere que detenga el aparato ( grabador)?

Graf: Y bien, no ahora.

Eissler: Habría otra posibilidad. Si usted me lo permite, que yo le escriba a su hijo y le pregunte si se opone, por alguna razón, a que usted haga esta deposición.

Graf: No eso no, por favor, yo mismo lo hablaré con él .

Eissler: Sí, sería muy amable de su parte.

Graf: No es cierto ?.. es…

Eissler: Creo que su hijo estaría…

Graf: Serà mejor asì, él imaginará otra cosa con respecto a esto.

Eissler: Sí.

Graf: Quiero decir que mi relación con mi hijo es muy buena, en verdad, es una relación recíproca de respeto y de franqueza. Pues si yo no estoy de acuerdo respecto a ciertas cosas, es otra cuestión.

Eissler: Sí.

Graf: No es cierto, eso ha…

Eissler: ¿Su hijo sabe que el Profesor escribió sobre él esta historia de enfermedad?

Graf: ¡Y bien, sí! Ciertamente!!... La leyó más tarde.

Eissler: Sí.

Graf: Después de haberla leído, me dijo que me estaba muy agradecido. Estaba muy agradecido de que yo hubiera tomado la cosa en mis manos, en esa época.

Eissler: Sí. Es una gran cosa. Para un niño, y también para su carácter futuro, una fobia puede volverse algo terrible.

Graf: ¿Cómo ……?

Eissler: ¡Una fobia! Quiero decir que los niños salen de ello habitualmente, pero por lo general, con grandes perjuicios.

Graf: Sí.

Eissler: Y esos…

Graf: Sí, escuche, entonces, se lo ruego. ¿No deberíamos detenernos ahora? ¡No le contaré nada màs, por el momento! Pero…

Eissler: ¿Tiene usted todavía un poco de tiempo?

Graf: Tengo todavía un cuarto de hora, veinte minutos.

Eissler: ¿Puedo leerle aquí unos nombres? Ya mencionó usted al Dr. D. I. Bach.

Graf: Sí.

Eissler: Winbergergasse 7.

Graf: Sí, sí. Era corresponsal de mùsica del Diario de los Trabajadores. Era doctor en filosofía, un alumno preferido de Mach. Le interesó abiertamente la teoría freudiana, porque conocía de psicología. Murió en Londres, en la época de Hitler.

Eissler: Sí. ¿H abía un intercambio de correspondencia entre Freud…?

Graf: Ciertamente no.

Eissler: Ciertamente no. ¿El doctor Alfred Basch? Mariahilfestrasse.

Graf: No.

Eissler: 105.

Graf: ¡Sí, sí, sí! ¡Exactamente justo! No era un hombre muy importante, un hombrecito muy decente. ¡Pero era preferentemente término medio!.. no es cierto? Quiero decir…

Eissler: ¿Cómo llegó éste a la casa de Freud? ¿ Lo sabe usted?

Graf: Probablemente ha sido huesped en la casa de Freud.

Eissler: Sí. ¿Vive todavía? ¿Sabe usted algo de él?

Graf: Podría ser.

Eissler: ¿Era judío o ario?

Graf: Judío.

Eissler: ¿El doctor Adolf Deutsch, spiegelgasse 4?

Graf: No, no tengo ningún recuerdo.

Eissler: ¿Philipp Frei, schottenring 32?

Graf: Nada, no he oído jamás ese apellido.

Eissler: Adolf Häutler, herbeckstrasse.

Graf: ¡Sí! Häutler era un hombre muy interesante, era uno de mis condiscípulos en el colegio. No era médico, era un hombre de formación filosófica. Y …

Eissler: ¿Cómo llegó al análisis?

Graf: ¿No sé si ha sido alguna vez paciente, en la casa de Freud? Era un hombre con …

Eissler: ¿Vive todavía?

Graf: No sé.

Eissler: ¿Era judío o ario?

Graf: Judío.

Eissler: ¿Sus amigos? ¿Las personas parientes suyos?

Graf: Por el momento, no sé nada.

Eissler: ¿El doctor Edwin Holltrung?

Graf: No, no lo he conocido.

Eissler: Usted ha mencionado a Max Kahane.

Graf: ¡Sí, sí!

Eissler: Ha muerto probablemente.

Graf: Murió de parálisis, no es cierto? Fue por una sífilis.

Eissler: ¿Cuándo murió?

Graf: Temprano. En esa época estaba ya muerto.

Eissler: ¿Y practicaba medicina interna? ¿O qué era?

Graf: Era clínico, practicaba la medicina general.

Eissler: ¿Participó mucho de …?

Graf: Sí, sí, era un hombre muy culto, muy espiritual.

Eissler: Y la parálisis, no la observaron, no se dieron cuenta de ello.

Graf: Yo no observé nada.

Eissler: ¿Sobre la relación de Freud con él…?

Graf: No sé nada tampoco. Creo que era alumno de Freud.

Eissler: ¿El doctor Alfred Maisl , Gump endorferstrasse (incomprensible) 7 (incomprensible)?

Graf: Sí, era también un hombre sin importancia, un médico mediocre.

Eissler: ¿Vive todavía? ¿Judío?

Graf: Eso, no puedo decirlo.

Eissler: ¿El doctor Rudolf Reitler? usted se acuerda probablemente.

Graf: No, jamás he oído de èl.

Eissler: ¿El doctor Guido Brecher, médico de la cura termal en…?

Graf: No, jamás he oído nada.

Eissler: El médico -jefe Dresler, editor de la revista semanal de psiquiatría y neurología.

Graf: Jamás he oído. Probablemente es gente que llegó más tarde.

Eissler: ¡Es posible! Permítame que yo ahora le [ cite] todavía a los otros.

Graf: ¡Sí, sí!

Eissler: ¿El doctor Hugo Schwerdtner, Karlsgasse 7?

Graf: ¡Stop! ¡Sí! El doctor Hugo Schwerdtner no era médico pero -como se llama esa gente que aplican [tratamientos] ortopédicos, no es cierto?.

Eissler: ¿Ortopedista?

 

Graf: Sí, ortopedista.

Eissler: ¿Cómo llegó èl a la casa de Freud?

Graf: No lo sé.

Eissler: ¿Vive todavía? ¿Lo sabe usted?

Graf: Eso no lo sé.

Eissler: Dr. Albert Joachim calle Hütteldorferstrasse

Graf: De este si me acuerdo un poco.

Eissler: Dr. Hans Abels, un pedíatra?

Graf: No.

Eissler: Friedmann Frei?

Graf: No.

Eissler: Prof. Ehrenfeld de Praga?

Graf: No. Si, el Prof. Ehrenfeld de Praga, era un hombre muy importante, también un poeta y un filósofo. A ese lo nombró Freud algunas veces, no es cierto!

Eissler: Este vive, o no vive más?

Graf: Creo que no. Ya era un señor mayor en ese entonces.

Eissler: Usted conoce parientes de él?

Graf: No.

Eissler: Creo que había una correspondencia.

Graf: Nadie viviría en Praga, no es cierto, de los .....?

Eissler: Si, Dr. Muthmann?

Graf: No.

Eissler: Dr. Hilferding?

Graf: El Dr. Hilferding estuvo, creo, en Berlín. Y Freud lo mencionó a veces allí.

Eissler: No, este es X, calle Favoritenstrasse 112. Debe haber sido en Viena.

Graf: No, no!

Eissler: Y el mencionó un tal Dr. Hilferding?

Graf: Si, era un Dr.un tal Dr. Hilferding vino. Era un socialista, un socialdemócrata que jugó algún papel en la democracia social.

Eissler: Si, si, usted tiene toda la razón!

Graf: Pero no sé, no le puedo decir más.

Eissler: Dr. Stefan Madak?

Graf: No, no lo conozco.

Eissler: Dr. Baron Franz von Hye, calle Seilerstätte?

Graf: No.

Eissler: Quizá conoció una tal señora Dra. Kaplinska?

Graf: No!

Eissler: Dr. Stein de Budapest? Deszio de Budapest, lo conoció?

Graf: No.

Eissler: Al Dr. Frischauf lo habrá conocido?

Graf: No.

Eissler: Era un docente universitario, más tarde, de psiquiatría.

Graf: No. Debe ser de más tarde.

Eissler: Si. Usted conoció al profesor Friedrich Kraus?

Graf: No.

Eissler: El neuropsico...

Graf: Si. El una vez dio una conferencia, me acuerdo! Usted se refiere al investigador de lengua, no es cierto?

Eissler: En realidad se ocupaba de la antropología.

Graf: Antropología, si!

Eissler: (ininteligible) Creo en la calle Neustiftgasse.

Graf: Si, este dio una conferencia alguna vez.

Eissler: Este era cercano al Profesor. Pero usted no sabe nada?

Graf: No.

Eissler: Parientes? Dr. Brauchbar?

Graf: Me daba la impresión, que con la que había algo raro en su relación era con su cuñada.

Eissler: De Freud?

Graf: Si, si.

Eissler: En qué estaba pensando usted?

Graf: Pero como eso estaba tan repartido, no quería hacerlo público

Eissler: No. Creo que lo puede decir tranquilamente.

Graf: Es que eso era tan repartido : la señora del Profesora Freud era la madre y la que llevaba la casa y èl seguramente la quería, era la mujer con la que tuvo a los hijos, y la otra era cercana a el en lo intelectual. Aparentemente hablaba con ella de sus problemas.

Eissler: Tuvo una relación sexual con ella?

Graf: No lo creo.

Eissler: Usted no lo cree?

Graf: No, no lo creo.

Eissler: Qué clase de mujer era ella? Usted conversó con ella algunas veces?

Graf: No, la mujer la conocí solo una vez en ocasión de una boda.

Eissler: Usted la….Usted también mencionó una vez que ella estuvo en la casa de café con el Profesor.

Graf: El siempre salía de noche con su cuñada.

Eissler: Quiero decir, usted a la cuñada...?

Graf: Era de apellido Bernays.

Eissler: Si.

Graf: A propósito, una señora Bernays muy mayor

Eissler: Si

Graf: Está aquí.

Eissler: La hermana vive todavía.

Graf: Si.

Eissler: Pero usted conoció a la cuñada?

Graf: Si, si.

Eissler: Y qué impresión le daba ella?

Graf: Que era una señora de un muy alto nivel intelectual con la que Freud hablaba también de sus cosas teóricas.

Eissler: Y como personalidad? Amable o más bien áspera?

Graf: Si, muy amable, muy amable.

Eissler: Qué aspecto tenía? Usted se acuerda?

Graf: Y bueno, se veìa igual que una dama intelectual, no es cierto?

Eissler: Si. Pero usted no podría decir nada más sobre la relación del Profesor con ella? Qué impresión tuvo?

Graf: No, no creo que era sexual

Eissler: No, no, aparte de eso, cuál era la relación que tenían?

Graf: Y bueno, sobre la temática se entendían aparentemente muy bien.

Eissler: Ella participó en las charlas?

Graf: No, no! No participó nunca en la Sociedad!

Eissler: No, pero estuvo en la casa de café!

Graf: En la casa de café si participó.

Eissler: Si. Pero usted no recuerda ningún detalle.

Graf: No.

Eissler: Dr. Brauchbar?

Graf: No me acuerdo de él.

Eissler: Quizás recuerde a Gustav Grüner? No?

Graf: No, tampoco. No.

Eissler: Y después aparece ahí un tal Director General Leopold Rechnitz. Porqué apareció él? Tiene usted una idea?

Graf: No sé quien es? No estuvo con nosotros.

Eissler: Dr. Josef Reinhold?

Graf: No.

Eissler: El señor Friedmann de Francfort?

Graf: Todo eso es mucho más tarde.

Eissler: Ahí ya dice 1911.

Graf: Y bueno.

Eissler: Usted conoció al Dr. Zolschan?

Graf: No.

Eissler: Puede haber alguna gente que es muy conocida en Viena y que usted quizá también conoció.

Graf: Si.

Eissler: Por eso quisiera leerle los nombres! Ya le pregunté por el docente universitario Moskowitsch. El Dr. Robert Scherb?

Graf: Moskowitsch – es el anatomista? Creo que era internista.

Eissler: Y hubo un anatomista Moskowitsch... ?

Graf: En el hospital donde estuve yo durante la guerra había un tal Profesor Moskowitsch y era anatomista.

Eissler: Ah, eso es importante! El Dr. Robert Scherb?

Graf: Cómo? Robert?

Eissler: Scherb? S-c-h-e-r-b?

Graf: No.

Eissler: Ernst Markus? Calle Opholzergasse?

Graf: No.

Eissler: Dr. Med. Karl Kleebinder?

Graf: No.

Eissler: Prof. Montein?

Graf: No.

Eissler: Dr. Gustav Scheu? El era…

Graf: Si, el Dr. Gustav Scheu también es un escritor y tiene dones de filósofo; era mi colega en la secundaria.

Eissler: Vive todavía?

Graf: Si, si! Gran…

Eissler: En Viena?

Graf: Si, en Viena.

Eissler: Dr. Hall...., Hellmann?

Graf: Creo que solamente tiene que fijarse en la guía telefónica.

Eissler: Si?

Graf: Creo que si, si!

Eissler: Dr. Hellmann?

Graf: No lo sé.

Eissler: Dr. Ottmann?

Graf: No.

Eissler: Peter Breithut?

Graf: No.

Eissler: Stöcker?

Graf: No.

Eissler:¿Madame Sperber?

Graf: No.

Eissler: ¿Pohorille?

Graf: No.

Eissler: ¿Tollner?

Graf: No.

Eissler: ¿Señor y Señora Doctor Meisels?

Graf: Sí. El Señor Meisels perteneció a nuestra sociedad.

Eissler: Oh sí, hablamos de él ya una vez.

Graf: Sí.

Eissler: El Doctor Alfred Meisels; no, Meisl ni Meisels.

Graf: Con respecto a eso no haga más diferencia.

Eissler: Sí. ¿Un ingeniero Meitner?

Graf: No.

Eissler: Este apellido le dice algo. ¿Zimmermann?

Graf: No.

Eissler: ¿Fliedmann, ingeniero? Reitler junior ya lo tuvimos. ¿Zinger, ingeniero?

Graf: No.

Eissler: ¿La señorita Bloch?

Graf: No.

Eissler: ¿L. Kann, K-a-n-n?

Graf: No.

Eissler: ¿Präger?

Graf: No.

Eissler: ¿Conoció usted a un Paul Grau?

Graf: No.

Eissler: ¿Y al Doctor W. Haas?

Graf: No.

Eissler: ¿El doctor R. Hertzka?

Graf: No.

Eissler: ¿Wolfgang Stein?

Graf: No.

Eissler: ¿Un doctor Thalberg-con Th…?

Graf: ¡C-H!

Eissler: T-H, ¿-Thalberg?

Graf: ¿Oskar?

Eissler: Lamentablemente no conozco ese nombre. ¿Usted conoció a un doctor Oskar Thalberg?

Graf: Si, era nuestro condiscípulo en el colegio y él era…

Eissler: ¿Fue médico luego?

Graf: No, no era médico.

Eissler: ¿ qué clase de doctor era ?

Graf: Era banquero.

Eissler: ¿Pero ha hecho un doctorado?

Graf: Sí, doctor.

Eissler: ¿Vive todavía?

Graf: No lo sé.

Eissler: ¿Siegmund von Waida?

Graf: No.

Eissler: ¡Es todo!

 

Nota de los traductores del alemán al francés ("Le Bloc-Notes de la psychanalyse"):

Nuestro agradecimiento a André Lambelin por su traducción del alemán, a Victor Brard por haber establecido de ella la versión definitiva y a Ann-Kathrin Graf por haber autorizado la publicación .

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