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"Mi padre fue un hombre extraordinario, el más extraordinario que he conocido".
Así recordaba Herbert Graf a su padre, Max Graf en 1972, a sus 69 años, un año antes de fallecer, en el reportaje que le hiciera Francis Rizzo, y que fuera publicado por la revista Opera News, bajo el titulo "Memorias de un Hombre Invisible".
Un párrafo posterior agregará:
"Mi padre fue también uno de los primeros terapeutas freudianos. Cuando yo era muy pequeño, desarrollé un miedo neurótico a los caballos. Freud hizo un examen preliminar y luego dirigió el tratamiento con mi padre como intermediario, utilizando una especie de juego de preguntas y respuestas que luego se convirtió en una practica estándar de la psiquiatría infantil. Freud documentó mi cura en su artículo de 1909 "Análisis de la fobia de un niño de 5 años", y como primera aplicación de la técnica psicoanal ítica a la neurosis infantil. El caso "pequeño Hans", como se lo conoce popularmente, es aun un estudio clásico en este campo".
De este modo llegamos a conocer cuál era el verdadero nombre de nuestro querido "pequeño Hans", y quién su famoso padre, sobre quienes tanto se ha escrito desde 1908, gracias a esta declaraci ón realizada por Herbert en el final de su vida.
Creo que podremos coincidir en que, tal como lo expresa aquí este protagonista central de la obra freudiana, su padre Max Graf, tuvo sin ninguna duda, un papel fundamental, y fundacional, en la historia del psicoanálisis, al aportar la letra que le posibilitó a Freud la escritura de uno de sus cinco historiales.
Quizás podríamos agregar además, que al ingresar el discurso de su hijo, con su síntoma fóbico, en el dispositivo analítico, esgrimiendo como padre su deseo de ayudarlo, y dirigiendo sus preguntas hacia Freud, ha tenido también el mérito de dar por iniciada la práctica del psicoanálisis con niños.
¿Pero quién fue Max Graf? ¿Cómo fue su vida? ¿Qué podemos decir hoy, a la distancia, acerca de él, a la luz de las investigaciones realizadas a lo largo de los últimos años, y con la lectura de los nuevos documentos a los que hemos podido acceder?
Max Graf nació en Viena el 1 de octubre de 1873. Fue hijo de Regina Lederer y de Josef Graf, un escritor y redactor político, oriundo de Pilsen, en la región de Bohemia, quien según confesión del propio Max Graf, era adepto a "viejos métodos educativos", que incluían la paliza como forma correctiva de enseñanza a los hijos.
Max recuerda haberle tenido miedo a su padre, y por tal razón no haber logrado mantener una buena relación con él, motivo por el cual incursionó en un modo de educar a sus propios hijos, diferente a la que él vivió, probablemente propiciando a partir de ese deseo una forma de ví nculo paterno que estuviera exento de ese temor en la crianza que él mismo padeció.
Podríamos aventurar en este sentido, que quizás Max Graf fue el representante pionero de una nueva forma de ejercer la paternidad, y de pensar la niñez, que resultará paradigmática de un cambio sustancial en la estructura de la organización familiar , al hacerse extensiva a lo largo del siglo XX, con la influencia del psicoanálisis.
Sus padres, Josef y Regina, eran primos, y tuvieron cinco hijos, de los cuales Max era el mayor del grupo, siguiéndole tres hermanos varones posteriores a él y la menor, una hermana mujer.
Josef Graf, abuelo paterno del "pequeño Hans " falleció el 3 de junio de 1908 , es decir exactamente un mes después de la fecha 2 de Mayo, consignada en el Historial como la conclusión de la consulta del padre por su hijo.
Regina Lederer , conocida en el relato Freudiano como la abuela de Lainz, a la que Hans y su padre visitaban todos los domingos, falleció el 27 de noviembre de 1909, fecha casualmente coincidente con el año de la publicación del texto de Freud.
Según el relato de 1972 de Herbert Graf, a su padre se lo recuerda principalmente como musicólogo y crítico musical, pero sus intereses y logros intelectuales abarcaron campos muy diversos:
"Mi padre obtuvo su doctorado, en leyes, pero fue un formidable erudito en literatura y estética y enseñó ambas cosas, tanto en la academia de Viena, como en EE.UU. También fue un sagaz analista político, y durante años escribió artículos de fondo sobre el tema en la Neue Freie Presse.
Se sentía cómodo en la filosofía y en la ciencia, y estaba perfectamente capacitado para hablar de matemática con Einstein, lo cual hizo cuando vino a Estados Unidos. Fue un hombre universal, pero al mismo tiempo un auténtico vienés que sabía disfrutar de un vaso de vino (o más) y de la compañía de mujeres bonitas".La formación intelectual de Max Graf fue muy amplia, concluyó sus primeros estudios escolares en Praga, y luego el Gymnasium académico en Viena. Se inscribió en la Facultad de Derecho, recibiéndose en 1896 en la Universidad de Viena a la edad de 23 años.
Posteriormente se dedicó principalmente a la escritura en torno a investigaciones sobre los procesos de composición y crítica musical, que era su verdadera pasión, habiendo publicado gran cantidad de trabajos en diarios vieneses como "Der Tag" y "Neunen Wiener Journal".
También participaba de reuniones de un grupo literario conocido como "Joven Viena" que se reunía en el café Grienstedl, desarrollando allí sus intereses por la literatura.
Desde 1902 hasta 1938 estudió y enseñó Historia de la música y estética del arte sonoro en la Academia Musical de Viena, materias de las cuales fue profesor a partir de 1909, hasta que emigró de su país.
Herbert Graf, en su entrevista con Francis Rizzo, rescata un magnífico recuerdo de infancia referido a su padre , que dibuja una particular imagen de su personalidad :
"Una de mis memorias infantiles más vívidas es la de verlo en el estribo atestado de gente del tranvía, yendo al partido de fútbol del domingo al Hohe Warte, con una mano en la barandilla y con la otra empuñando su libro más preciado, una copia muy usada, llena de anotaciones, de la Crítica de la razón pura de Kant".
Ahora bien, ¿Cómo llegó Max Graf a conocer a Freud y cual fue su primer acercamiento al psicoanálisis?
Según el propio Max Graf menciona en su relato, siendo aún estudiante en la Universidad de Viena, alrededor del 1900, conoció una joven con la que solía pasear cada día, quien le relataba animadamente acerca de su tratamiento con un ignoto profesor de nombre Sigmund Freud. Fueron los comentarios cautivantes de esta joven, llamada Olga Hoenig, quien se convertiría luego en su primer esposa y madre de sus hijos Herbert y Hanna Graf, los que producirían en él, un gran interés intelectual de conocer a ese "Profesor" y sus novedosas ideas, concurriendo por ese tiempo a su consultorio, y estableciendo a partir de allí un intenso lazo que gestaría ese histórico escrito de 1909 que tanto debate ha generado y genera hasta hoy.
Max Graf mantuvo con Freud, a lo largo de más de diez años, un fuerte vínculo transferencial, probablemente de tipo paterno, que estuvo signado sin dudas por una fuerte idealización y respeto intelectual, aunque también por una estrecha y cálida amistad, según su propio relato. Seguramente fue esta particular combinación la que lo llevó a consultar a Freud en muchos de los momentos claves y decisivos de su vida desde que lo conoció. Max Graf solicitó su opinión en cuestiones vitales y muy personales tales como la conveniencia o no de casarse con su novia Olga Hoenig, o la posibilidad de divorciarse de ella tan solo al año de casados en medio de grandes conflictos conyugales, y también posteriormente sobre el intento de sostener el vínculo matrimonial y resolver sus problemas de pareja teniendo hijos.
Luego además lo consultaría, una vez nacidos sus hijos, en particular su primer hijo varón, sobre mú ltiples cuestiones decisivas referidas a la crianza de los mismos, incluso llegando a plantearle inquietudes tales como la posibilidad de modificar la condición de judío, y bautizar como cristiano a Herbert, para evitarle el enfrentamiento con el antisemitismo reinante en su país, en un intento de ahorrarle cierto sufrimiento al respecto, decisión que Freud desaconsejó tajantemente de esta manera :
"Si usted no deja que su hijo sea educado como un judío lo privará de esas fuentes de energía que no pueden ser reemplazadas por nada. Él tendrá que luchar como judío y usted debería desarrollar en él toda la energía de la que tendrá necesidad en esta lucha. No lo prive de este beneficio". (Reminiscencias del Profesor Freud- Max Graf - 1942)
Sobre todas estas decisiones intervino Freud, siendo permanentemente consultado por Max, y fue en el terreno de dicho contexto transferencial que se produciría también la decisiva consulta por el síntoma fóbico de su hijo que precedió a la escritura del texto freudiano.
Es importante señalar y aclarar además, a partir de allí, que hoy sabemos que Max Graf no fue un casual consultante de Freud, ni un miembro periférico de su grupo, sino que participó muy activamente en el primer círculo de discípulos más cercanos, integrándose activamente con su participación desde los comienzos mismos en las "Reuniones de los miércoles" que se desarrollaban en la Bergasse 19 desde 1902.
( Nota : La fecha de incorporación de Max a las reuniones no es precisa, pero se infiere de sus comentarios y sus recuerdos que se incorporó en un tiempo muy cercano a los inicios de las Reuniones convocadas por Freud )
En dichas reuniones, donde un pequeño grupo de audaces intelectu ales discutieron los primeros esbozos del psicoanálisis en la casa de Freud, Max Graf se formó y aportó lo suyo, presenciando el nacimiento de los nuevos conceptos y contribuyendo además con sus opiniones e ideas a los intensos debates de ese tiempo gestacional.
Max Graf tuvo muchas intervenciones sumamente valiosas, entre las cuales podemos destacar su conferencia del día 11 de diciembre de 1907, "Metodología psicológica de los poetas", que fue presentada pocos días antes de la consulta por el síntoma fóbico de su hijo, realizada en enero de 1908, y tan solo unos días después que Freud leyera por primera vez "El poeta y el fantaseo", en consonancia con un inter és intelectual del que Max no fue ajeno.
La relación entre Max Graf y Freud también estuvo matizada por muy diversas situaciones de índole afectiva, que no han sido reflejadas en el Historial.
Según Max mismo recuerda, por ciertos períodos mantenían un cordial intercambio familiar que él evocaría así: "un contacto personal que se había desarrollado entre mi familia y la suya, generando que su calidez humana me resultara particularmente valiosa" ( Max Graf-1942).
Estos intercambios familiares afectuosos incluyeron la asistencia de Max Graf a la fiesta de celebración que Freud realizara en su casa como festejo del casamiento de su hijo Martin Freud, o bien que Freud mismo concurriera en algunas ocasiones, "aunque estuviera cansado al concluir su largo día de trabajo", al hogar de los Graf, en la calle Untere Viaduktgasse 35, invitado por ellos.
Max Graf rescató especialmente de su memoria esta imagen para indicar ese estrecho intercambio:
"Freud tenía un papel entusiasta en todos los acontecimientos familiares de mi casa; esto, a pesar de que yo era un hombre joven y Freud era ya de edad avanzada y sus cabellos maravillosamente negros comenzaban a encanecer. En ocasión del tercer cumpleaños de mi hijo , Freud le trajo de regalo un caballo de balanceo que por sí mismo llevó hasta arriba por los cuatro tramos de escalera que conducían a mi casa" ( Graf-1942).
Particular recuerdo que ha generado las mas diversas conjeturas entre los biógrafos, quienes no han podido dejar de considerar y elaborar hipótesis, ante la curiosa coincidencia entre este especial regalo mencionado por Max y su posible relación con el objeto zoofóbico descrito en el historial del pequeño Hans.
Por otra parte, también podemos mencionar que esa relación calidamente amistosa, estuvo jalonada por algunas importantes tensiones, que probablemente fueron la causa que condujo al distanciamiento final, entre Max Graf y Sigmund Freud.
Todo parece indicar que esas tensiones estuvieron particularmente vinculadas a los conflictos desatados por las intervenciones de Alfred Adler en las Reuniones de los miércoles, y los graves desacuerdos teóricos que las mismas generaron, que concluyeron con su expulsión de la Sociedad Psicoanalíticas de Viena por parte de Freud.
Max Graf y su esposa Olga, mantenían una relación amistosa con Adler, y Max hizo intentos por acercar las posiciones teóricas de Freud y Adler , en conversaciones personales, incluso en algunas de las visitas que Freud le hiciera a su hogar, encontrándose con una posición terminante y tajante por parte del creador del psicoanálisis, quien por último lo confrontó con cierta exigencia de toma de posición que Max Graf no estuvo dispuesto a asumir, siendo éste uno de los motivos que lo hicieron partir de las "Reuniones de los miércoles", distanciándose de Freud desde entonces, alrededor del año 1912.
Hoy sabemos, que su esposa Olga Hoenig, no fue ajena a tal alejamiento, ya que ella terminó interiormente muy peleada y sumamente enojada con Freud, manteniendo a lo largo del tiempo un ánimo querellante hacia él, convirtiéndose en una acérrima partidaria de Alfred Adler hasta el final de su vida.
Según recordaba Max Graf en 1952 y luego Herbert Graf, y su primer esposa Liselotte Austerlitz lo confirmarían en sus propios reportajes con Kurt Eissler (1959 y 1960- Archives Freud), Olga consideró finalmente que "el Profesor" había sido "un mal consejero" de su marido, lo cual probablemente formó parte de un conflicto conyugal que sin dudas, debió contribuir de algún modo al alejamiento mencionado luego de tantos años de un lazo de confianza sostenido con Freud.
Podemos ubicar quizás aquí, el trasfondo no explicitado de ese distanciamiento, que fuera publicado en el propio relato de Freud del año 1922, como escrito agregado al final de su Historial , cuando realiza esa enigmática referencia acerca de su propio desconocimiento sobre lo sucedido con "El pequeño Hans" y su familia a lo largo de diez años, es decir desde 1912 , desconocimiento sostenido hasta que se produjera ese bello y emotivo reencuentro con el ahora joven de 19 años que se presentó espontáneamente en su consultorio declarando ser " El pequeño Hans".
Respecto de la historia de cómo se produjo ese inesperado reencuentro, hoy además podemos agregar , en base al relato del mismo joven protagonista cuando ya fue adulto, que Herbert Graf tuvo conocimiento por primera vez acerca de su pseudónimo del "pequeño Hans", luego de haber descubierto y leído casualmente el escrito de su propio análisis en la biblioteca de su padre, Max Graf, mientras lo ayudaba a mudarse tras su separación de Olga Hoenig.
Herbert Graf recordaría que fue ese descubrimiento sorpresivo en la biblioteca de su hogar y la explicación posterior que le diera su padre acerca del historial de 1909, lo que motivó su deseo de concurrir al consultorio para encontrase con el Profesor Freud en dicha ocasión, que evocó de esta manera:
"Me encontré de casualidad con un artículo en el estudio de mi padre y reconocí algunos de los nombres y lugares que Freud había conservado sin modificación. En un estado altamente emotivo, visité al gran doctor en su consultorio de Bergasse y me presenté como el "pequeño Hans". Detrás del escrito Freud se asemejaba a los bustos de los filósofos griegos con barba que había visto en la escuela. Se levantó y me abrazó afectuosamente diciendo que no podía desear mayor vindicación de sus teorías que el ver al alegre y saludable joven de diecinueve años en que me había convertido". ( Herbert Graf- 1972).
Herbert Graf también mencionaría, en su entrevista privada con Kurt Eissler del año 1959, que mantuvo en ese momento un intenso diá logo con su padre respecto de los detalles de su "tratamiento", a quien según declaró allí le estaba muy agradecido, por haber "tomado en sus manos" dicha situación y ayudarlo cuando niño, pero expresando por otra parte que en lo personal era muy crítico respecto de que su historia hubiera sido publicada.
Max Graf se divorció de Olga Hoenig cuando sus hijos fueron adolescentes, permaneciendo según él mismo explica, en un matrimonio sumamente conflictivo durante dieciocho años, sosteniendo ese tiempo prolongado su inestable relación conyugal, en su pretensión de no perturbar el desarrollo emocional de Herbert y Hanna con una separación prematura.
Tanto Max Graf como Herbert Graf emigraron a los EE.UU en la década del `30 , donde ambos desarrollaron una intensa actividad profesional. Herbert se convertiría en una gran regisseur, director de escena y productor de ópera en el reconocido Metropolitan Opera House de New York, donde trabajó por mas de 30 años .
Por su parte , Max Graf quien al igual que Freud, emigró de Viena a partir de 1938 ,desarrolló su actividad docente, y como escritor y crítico musical en dicho país, continuando con su misma tarea cuando regresó a Austria hasta el final de su vida.
Max Graf , tras su separación de Olga Hoenig, volvió a casarse en dos ocasiones. En primer lugar con Rosa Zetner, alrededor del año 1920, y posteriormente en 1929 con Poly Bastic, una joven cantante nacida el 28 de diciembre de 1906, es decir la misma edad que su hija menor.
En tanto, la hermana de Herbert, la pequeña Hanna del historial, se suicidó en la década del '40, siendo esta dolorosa muerte, otra pérdida más en la serie de varias pérdidas trágicas en la historia de la familia Graf.
Es importante mencionar aquí que Olga Hoenig, "la bella madre del pequeño Hans", perdió dos hermanos mayores que ella, en su juventud, quienes se suicidaron , ambos pegándose un tiro , lo cual es probable que haya sido una de las causas que la condujeron a su propio tratamiento con Freud, bastante tiempo previo al de su hijo, tal como fue consignado en el Historial.
Según el rastreo que pude realizar, dicho tratamiento de Olga Hoenig ocurrió en el año 1897,a sus 19 años, y Freud realizó solamente una mención privada al mismo en una carta dirigida a Fliess ,escrita el día 22 de junio de 1897, donde también consigna que su joven paciente había perdido a su padre a los 11 meses de vida, y padecía " ideas obsesivas casi puras".
Max Graf retornó a Viena en el año 1947, donde permaneció hasta su muerte ocurrida el 24 de junio de 1958. Siempre recordó a Freud con respeto y admiración, citando su enseñanza y basándose en la conceptualización psicoanalítica en múltiples ocasiones, a lo largo de su extensa obra escrita.
En su reportaje de 1952, recordaría con bastante pesar su último encuentro con Freud. Habiendo ya concurrido a su consultorio su hijo Herbert en 1922, decidió también él visitarlo posteriormente para conversar sobre el estado saludable del "pequeño Hans". En dicha ocasión, según Max relata, se encontró con un Freud que no estaba dispuesto a retomar el diálogo sobre la base amistosa que habían mantenido durante los inicios del psicoanálisis y en los tiempos de la escritura del historial.
Según la evocación de Max, al preguntarle acerca de esta actitud hacia él, Freud le reclamó su partida de la Sociedad Psicoanalítica, y que hubiera "dejado sus cuotas impagas desde aquel tiempo".
Max se alejó de ese último encuentro probablemente algo herido, recordando que tan sólo volvió a cruzarse ocasionalmente en las calles de Viena en forma casual con Freud, quien lo saludaba a la distancia y "mirando de costado".
Max Graf publicó alrededor de 15 libros íntegramente referidos a temas vinculados a la historia, composición y crítica músical. Algunos de sus principales títulos son:
- El problema Wagner y otros estudios ( 1900)
- La música en la época del renacimiento (1905).
- El taller interior del músico (1910)
- Richard Wagner im "Fliegenden Holländer,"una contribución a la psicología de la creación artística ( 1911).
- Leyenda de una ciudad musical. La historia de Viena ( 1945).
- Compositor y Crítico: Doscientos Años de Crítica Musical ( 1946).
- De Beethoven a Shostakovich. La psicología del proceso de composición (1947).
- Finalmente "Cada hora fue satisfactoria", un libro autobiográfico escrito poco tiempo antes de morir.
Sus recuerdos sobre Freud, quedaron centralmente testimoniados en forma pública en el artículo "Reminiscencias del Profesor Freud" un escrito del año 1942, publicado en "The Psychoanalytic Quarterly" XI, que prologó la presentación del escrito "Personajes Psicopáticos en el escenario" cuyo manuscrito Freud le había entregado en 1905 y que Max conservó hasta su publicación.
En ese escrito que contiene muchísimos recuerdo de los primeros tiempos del psicoanálisis y de su estrecho lazo con Freud, Max Graf no hace referencia alguna en forma abierta a su hijo Herbert y su relación con el pseudónimo del "pequeño Hans", por obvias razones de confidencialidad, aunque si evocaría fugazmente ese cumpleaños número tres, en el que Freud concurrió a su casa y le regaló un caballito de balanceo que cargo personalmente por las escaleras que ya fue mencionado anteriormente, dejando allí un sutil comentario que no pasaría desapercibido tiempo después.
Diez años más tarde, exactamente en diciembre de 1952, en su entrevista privada con Kurt Eissler, documento que ha permanecido hasta hace muy poco restringido a la lectura, guardado en los "Archivos Freud ", en la Biblioteca del Congreso de los EE.UU, en Washington, siguiendo una política indicada por la familia de Freud, Max Graf estuvo dispuesto a referirse abiertamente a muchas cuestiones de la historia que habían permanecido veladas hasta entonces, mencionando allí sin su reparo anterior, la identidad de su hijo Herbert Graf en relación al pequeño Hans, describiendo detalles desconocidos sobre su historia, su síntoma, su vida, la trama familiar que lo rodeaba y el trasfondo personal en torno al cual fue escrito el texto freudiano "Análisis de la fobia de un niño de 5 años ( el pequeño Hans)"de 1909.
Publicamos aquí, la versión en castellano de dicho diálogo, que anhelamos aporte elementos de valor para quienes deseen investigar con seriedad y en profundidad su historia.
Es nuestro deseo que al publicarlo contribuya a una mejor y mas amplia posibilidad de trabajo de lectura, de ese inmenso Historial Freudiano, conocido por todos como "El pequeño Hans" y que tanto ha aportado y sigue aportando a nuestra comprensión del trabajo psicoanalítico con niños y al tema de la fobia, y los estados angustiosos en general.