El cuerpo que embrolla y se embrolla es también el cuerpo
del ser vivo que lucha con la enfermedad orgánica, el hambre, la
sed, el final de la vida, la falta de aliento, lo real que no se deja metaforizar,
transformar por el significante hasta volverse soportable,
aceptable para un sujeto.
Dewambrechies-La Sagna y DeffieuxEl presente escrito parte de la pregunta: ¿cómo se arma un cuerpo?, a partir de considerar clínicamente los avatares por los que un niño atraviesa en el armado/construcción de un- cuerpo.
Se intentará realizar una breve aproximación a la respuesta con tres artículos. Una revisión de dos textos de los Escritos de Lacan, y un texto que articula los anteriores, de Gustavo Stiglitz.
El primero de ellos “El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”(Lacan, 2005), tiene como objetivo esclarecer la noción de yo y su función en la experiencia del psicoanálisis. Se basa en la evidencia de que la cría humana a partir de los 6 meses aproximadamente reconoce su imagen en el espejo como tal (este fenómeno lo toma de Baldwin).
El acto de verse rebota en el niño, dice Lacan, en una serie de gestos, en su propio cuerpo y con las personas y objetos de su alrededor.
Lo primero que podríamos afirmar es que el estadio del espejo es una identificación, al asumirse una imagen (imago). El júbilo de la imagen especular en un niño que aún no camina, es para el autor, “la matriz simbólica en la que el yo se precipita en una forma primordial, antes de objetarse en la dialéctica de la identificación con el otro, y antes que el lenguaje le restituya en lo universal su función de sujeto”.
Una segunda afirmación que puede desprenderse del texto es que la forma total del cuerpo - la imagen- se anticipa antes de toda maduración posible. A esa imagen especular unificada, se le opone la imagen mutilada, proyectada, doblada, despedazada, que aparecen en las alucinaciones y en el sueño.
Para Lacan, la función del estadio del espejo es establecer una relación entre el organismo (no cuerpo) y su realidad. La define como un drama cuyo empuje interno se precipita de la insuficiencia a la anticipación. Dirá: “es una forma ortopédica de su totalidad” (Lacan, 2005, p. 90), que marca todo su desarrollo mental.
La función del yo en la experiencia analítica, concluye, tiene que ver con un desconocimiento. Esta afirmación se opone a otras orientaciones o perspectivas cuya definición de yo está centrada en el sistema percepción conciencia, organizado por el principio de realidad.
Por otro lado, el texto “Observación sobre el informe de Daniel Lagache: “Psicoanálisis y estructura de la personalidad” (Lacan, 2005), está escrito 10 años después del estadio del espejo.
A partir de la crítica que realiza a Lagache, vuelve sobre la función de desconocimiento del yo, tal como la desarrolló en el texto anterior, pero a partir de situar allí los efectos del inconsciente sobre él. Esta misma idea la toma al cuestionar la idea de estructura, no olvidando al sujeto en ella. Si hay algo que critica del informe es que el autor olvida en los agrupamientos del objeto, y en las estructuras universales, el lugar del sujeto en su relación con el semejante. El yo entonces, viene a ese lugar del vacío. De hecho afirma que los posfreudianos “quieren enderezar no se sabe qué curvatura del yo”.
Otro punto interesante en relación al tema que intento desarrollar es el modelo óptico. Para Lacan es un modelo teórico que serviría a los fines de explicar las relaciones de las estructuras subjetivas, representando en ellas las relaciones con el otro. Hay que aclarar que se trata de dos espejos, uno plano y otro cóncavo.
Lacan invita a imaginar que frente al espejo hay un florero, y que su imagen real viene a rodear con su cuello el ramo de flores ya montado encima. La ilusión que genera es la del florero invertido.
Por otro lado, imaginar que en algún lugar hay un observador sobre el espejo esférico, y trata de realizar su ilusión en la imagen virtual que un espejo plano puede dar de la imagen real.
Lo que el modelo indica por el florero escondido en la caja es el poco acceso que tiene el sujeto a la realidad de ese cuerpo, que pierde en su interior (Lacan, 2005).
Además, la ilusión de la propia imagen reflejada en el espacio real es un primer recubrimiento de la función de desconocimiento del yo. Y destaca el júbilo por la imagen especular entre el 6to y 18vo mes. Es decir, el hecho mediante el cual el niño en el espejo, se vuelve hacia aquel que lo lleva, y apela con la mirada al testigo que observa (esto es el lugar del Otro en el discurso).
Para Stiglitz, en“A 80 años del estadio del espejo: nuevos pliegues de la imagen”el niño está mas cerca de la imagen unificada del espejo con la que se identifica que de su cuerpo propio (esa unidad, esa Gestalt, se le adelanta). Es decir, que al principio está la identificación, luego el cuerpo.
Hay para el autor una inadecuación entre la forma y la experiencia corporal, por lo tanto es necesario una construcción auxiliar que abroche esa imagen que le es ajena al cuerpo. En diferentes momentos de la obra de Lacan esto ha tenido diferentes nombres: imago, fantasma, síntoma, sinthome, ego, escabel.
En Freud, este concepto es el de defensa. La defensa está entre la lengua y el cuerpo.
La idea de cuerpo hablante es, así, el modo en que los significantes que vienen del otro repercuten en el cuerpo y se abrochan.
Un aporte interesante de Stiglitz es la invitación a pensar la “Observación sobre el informe de Lagache...”como un segundo tiempo, producto de la promoción de lo simbólico sobre lo imaginario. El primero, sería la identificación con la imagen que precipita la matriz simbólica de las identificaciones posteriores. En ese segundo tiempo, el infans se vuelve hacia el adulto para verificar que esa imagen es él mismo. En otras palabras, apelar con la mirada al testigo para corroborar que se trata de él.
El Otro, entonces, es ese lugar desde el cual el sujeto puede ver la imagen unificada en el espejo plano que recubre la fragmentación del cuerpo.
Para Stiglitz, el modelo óptico de la “Observación sobre el informe...”mostraría el mecanismo por el cual el cuerpo se unifica (no es que sólo hay imagen). En ese sentido, cuerpo = jarrón. Si el jarrón “abrocha” al ramillete de flores, hay imagen unificada. Por ende, no hay ni jarrón vacío ni flores sueltas. Es un encuentro entre el organismo y los objetos, representado por una imagen.
La ilusión consiste en ver al jarrón con las flores que salen del cuello.
Entonces, concluye, lo múltiple del cuerpo fragmentado y lo unificado de la imagen se abrochan por experiencias de goce a partir de los agujeros corporales. De esa manera, al no mediar la ilusión de la imagen, el cuerpo quedaría reducido al caos del organismo (Stiglitz, 2016).
A partir de allí, dice el autor, hay una inmixión (1) de la imagen del cuerpo - una precipitación de la imagen- en el caos del organismo. Este concepto Lacan lo menciona en “Juventud de Gide o la letra y el deseo” (Lacan, 2005). Para Stiglitz eso ejemplifica que esa imagen anticipada hace que unos ojos puedan parecer bellos en un rostro, pero horrorosos en una bandeja de plata, sin los bordes corporales. Allí se volverían objetos de desecho.Lo que se desprende de este recorrido es que al armado/ construcción de un cuerpo le anteceden un encuentro inaugural con el otro y una identificación con la imagen que da una forma anticipada, total e ilusoria.
Referencias bibliográficas
Lacan, J. (2005). El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica. Escritos 1. Argentina: Siglo XXI Editores.
Lacan, J. (2005). Juventud de Gide, o la letra y el deseo. Sobre un libro de Jean Delay y otro de Jean Schlumberger. Escritos 2. Argentina: Siglo XXI Editores.
Miller, J.A. (2012). Embrollos del cuerpo. Buenos Aires: Paidos.
Stiglitz, G. (2016). A 80 años del estadio del espejo, nuevos pliegues de la imagen. Revista Rayuela (s/n).Notas
(1) Página 737 de Escritos 2 (Lacan, 2005)