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Número 6 - Junio 2003
Un preocupado
Isolda Alvarez

"Hay algo que separa al niño de la persona mayor; seguramente no es la edad,
seguramente no es el desarrollo ni tampoco la pubertad.

En el fondo, lo que separa al niño de la persona mayor
Es la ética que cada uno hace de su goce"

Eric Laurent.
"Hay un Fin de Análisis para los Niños"

El niño siempre es traído. Aun cuando un niño solicita algún tipo de intervención, por ejemplo, manifestar querer ir al análisis, es llevado a nuestra consulta por otro que lo considera pertinente, jamás llegan solos. El caso que expongo a continuación, es un niño de 10 años, que ante la posibilidad de asistir a análisis responde: "si...yo creo que necesito hablar con uno".

Fernando tiene problemas de atención en el colegio, "esta distraído todo el tiempo" me refiere con angustia su tía. Fernando vive en la casa de su abuela con su tía y su mamá. Él y su mamá duermen en el mismo cuarto, no tiene ningún contacto con su padre. La madre "no hace nada" según sus propias palabras. La tía comenta que la madre de Fernando ha consumido drogas desde la adolescencia, "supuestamente ya no... ella tiene una apariencia tan masculina que estoy casi segura...que es homosexual", dice. En este momento la madre se ha ido de la casa por una pelea muy fuerte que han tenido ambas hermanas (en presencia del niño)...el niño ha quedado en la casa con su abuela y su tía, no saben dónde esta la madre. El síntoma de "distracción y falta de atención" se agrava...en este momento entra en consulta.

La única pregunta que Fernando ha hecho a su tía acerca de este episodio es si va a volver a ver a su madre. Sabemos que ese evento produce, no solo esa pregunta, sino una que va mas allá de cualquier significación posible, una pregunta que abre un real, una pregunta cuya respuesta es el imposible. Fernando logra responder, colocándose "en posición de respuesta, de síntoma"1, da una significación a esa x del Deseo Materno (DM) y se preocupa. El síntoma viene como representante de eso que falta, que cojea, que no va.

Comienza su trabajo hablando: "He cambiado mucho, ya no soy el mismo...estoy preocupado, muy preocupado". Intervengo preguntándole qué ha cambiado, a lo que él responde "antes era feliz". Ese "antes era" hace pensar en aquello que se supone perdido, aquello que hubo y ahora no hay, aún cuando nunca haya habido más que vacío. Prosigue: "no hay para pagar la luz, ni el agua ... me preocupa la casa ...me preocupa mi mama...no hace nada", de inmediato asocia su preocupación a la distracción y la falta de atención que le están causando tantos problemas en el colegio. "No creo que haya solución", dice. Efectivamente, no hay solución. Hay entonces que formular una que alivie un poco más, ya que esa ha dejado de dar resultado, ya no lo hace feliz. A partir de esta afirmación, habla de un "baño blanco al que le tiene miedo...un baño al que no puede acercarse". Seguidamente me pide permiso para ir al baño. Este es el final de la primera sesión.

¿Dónde quedamos la ultima vez?, me pregunta en lo que entra. Le contesto, "fuiste al baño y se acabo la sesión". Fernando insiste, "antes de eso". "Hablabas de un baño blanco al que le tenias miedo", le digo. Retoma el tema y dice: " no se porque me daba miedo el blanco del baño...había una línea que no podía pasar, una línea que era el limite". Repito esa frase y le pregunto "¿a qué mas le tienes miedo?". Dice temerle a ranas, iguanas, a las vacas "por el color blanco es muy fuerte" y a ratas muertas. ¿Cómo sientes el miedo en el cuerpo?, le pregunto y él responde "el tiempo se detiene...es como un pasillo largo, yo tengo ganas de hacer pipi y esta una rata muerta; yo me paralizo y no me puedo mover...me da miedo acercarme". Repito la última frase y me acerco a la puerta. Considero importante destacar el papel del color blanco. Remitiéndonos a la definición literal, este mal llamado color blanco, es precisamente, la ausencia total de color, es luz. ¿A qué lo remite esta ausencia? ¿Qué blanco le toca?; ¿Por qué una rata muerta y no viva? ¿Por qué precisamente se siente paralizado, fijado, ante una rata que esta muerta?.

Aquello que señala en el cuerpo. La misma pregunta de la vez anterior. Respondo: "en el miedo que no te dejaba acercarte". "ese miedo se me quito de un momento a otro...como a los 6 años y medio...era el miedo que me empujaba, me empujó a hacerlo , a entrar y ya no tuve más miedo". ¿Por qué temerle a una rata muerta?, pregunto; "por que es asqueroso". Insisto, ¿por qué cuando está muerta? y responde "quedan quietos, como señalándote, como si te señalaran...bueno como si me señalaran, como señalándome". Fernando sabe que eso que hay en la muerte (de una rata) lo señala, no esta claro del por qué pero sabe que está implicado, que es con él...que es de él y se angustia, se preocupa e "inventa una ficción a partir del goce que ya conoce"2 . La siguiente consulta afirma que eso que lo señala, lo señala en el cuerpo. Asocia el pensamiento de la rata muerta con su cuarto: "..pienso más cuando estoy en mi cuarto...no puedo sacarme ese miedo de la cabeza". Igualmente asocia "el problema de la rata" con la distracción -su síntoma- en el colegio, "yo creo que cuando me distraigo pienso en ese problema...no puedo más con eso, no dejo de distraerme". Fernando ha elaborado en relación a su síntoma. "Ha construido la respuesta que conviene al por qué de su síntoma"3. Ha comenzado a construir su mito, y ¿Qué es un Mito?, como bien plantea Esthela Solano, "es una invención cuya función es encontrar una solución a un problema que se presenta como un atolladero subjetivo...un mito inventa un sentido allí donde no había ".4 Ese pensamiento que "no se saca de la cabeza" es lo que "lo distrae", lo que le causa sufrimiento, aquello por lo cual solicitó otra intervención, mas allá de la Metáfora Paterna y del Deseo de la Madre. Cuenta un sueño: "veo una rata muerta, corro y corro y cuando me paro estoy enfrente de la rata muerta y comienzan a caer ratas. En lo que una me va a caer en la cabeza me despierto". Comenta, "es un miedo todo el tiempo".

Esta vez le devuelvo la pregunta. Él siempre ha sabido en qué quedamos. En los temores, me dice, "en lo que esta muerto". ¿Qué pasa con eso?, intervengo. "Eso me mira". Esta sesión es corta. Es la última.

"Eso me mira". Eso que esta muerto, ¿lo mira?. Que mirada podría ser esa, si no la mirada vacía, aquella, que precisamente por estar muerta, no mira. Fernando, en su experiencia cotidiana, recibe es esa mirada, la mirada vacía de una madre que, real-mente no lo mira, "que no hace nada". Eso le preocupa, seria posible afirmar que esa es su solución –como todas- fallida. Ante la falta de preocupación de una madre que no le da lugar, que, literalmente "no hace nada", el que se preocupa es él, es un preocupado: por la rata muerta que no le sale de la cabeza, por la madre que no hace nada, por la falta de plata para pagar la luz y el agua, por las continuas peleas de la madre con su tía... él se preocupa y aun así no logra resolverlo y se distrae –pensando en como encontrar la solución- en el colegio... un problema nuevo.

Se ha ubicado el punto de angustia: una mirada que no mira por estar muerta. La dirección de la cura estaría destinada a posibilitar la invención de una solución diferente, en la que Fernando no se quede paralizado -ante esa hiancia que ese abre- en el modo ser un preocupado. La angustia apunta a un real, "la verdad del goce que debería perderse y en este sentido, nos orienta en la dirección de la cura, nos indica por donde cortar, por donde debe producirse el corte...nos orienta en la dirección de la cura, nos indica por donde cortar, por donde debe producirse el corte, hacia donde debería dirigirse nuestra intervención, en lo real del acto, o por la vía del significante de la interpretación"5.

Lacan, en Dos Notas sobre el Niño, lo expresa con todas sus letras: "el síntoma del niño esta en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar" 6.

La Clínica Psicoanalítica –con niños, adolescentes, adultos o ancianos- abre la posibilidad de una invención mas allá. Abre a una creación en la que se incluya -aquello que mira, toca, habla, oye- ese vacío estructural que ha mirado, tocado, hablado, oído, desde antes de la venida de ese sujeto al mundo.

Isolda Alvarez

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REFERENCIAS B IBLIOGRAFICAS

1 Laurent, Eric. Hay un Fin de Análisis para los Niños, Buenos Aires, Colección Diva, 1.999. p.16

2 Palomera, Vicente. ¿Qué dice el niño de su síntoma?. Carretel, Revista de la Diagonal Hispanohablante, Madrid, Nueva Red Cereda, 2.001. p. 13

3 Solano-Suárez, Esthela. Un caso de neurosis obsesiva infantil. Carretel, Revista de la Diagonal Hispanohablante, Madrid, Nueva Red Cereda, 2.001. p. 117

4 IDEM

5 Ferrari, Marité. La Dirección en el Análisis con Niños: La Pulsión y el Objeto. www.edupsi.com/dirninos.htm dirninos@edupsi.com , 2.002

6 Lacan, Jacques. Dos Notas sobre el Niño. Carta entregada a la Sra. Jenny Aubry, Octubre de 1.969

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