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Número 6 - Junio 2003
La transferencia y el estatuto del analista en la práctica con niños
Mirtha Benitez

A propósito del tema quisiera introducirme en él, por medio de dos ejemplos. Estos dos ejemplos detonan según lo entiendo, la pregunta sobre la transferencia y el estatuto del analista en la práctica con niños.

Tanto Carina como Mariano, protagonistas de ambos ejemplos, piden hablar con Otro, al que le suponen un saber; y lo colocan al analista en lugar de Otro, lo toman por Otro. Tomar a otro por otro, es gracias a esa "mecánica" que la sustitución significante hace posible.

¿Acaso no es ese el traslado de afecto del que nos ha hablado Freud con relación a la transferencia?

Vamos a los ejemplos:

Carina: 8 años

Los padres tienen serias dificultades de relación, juicio de divorcio muy controvertido en curso. El padre le pegó a la madre delante de la nena, la madre se cae y se lastima. A partir de ese momento la niña quiere hablar con otro, pide ir a una "psicóloga".

-"Yo vengo porque quiero que me ayudes. Yo lo quiero mucho a mi papá, pero no lo puedo perdonar. Me prometió que no le iba a pegar más a mi mamá y no cumplió. Me mintió y yo no lo perdono. Necesito que me dé tiempo para ir con él a la casa otra vez, ahora no quiero. El quiere que yo vaya y no entiende que me dejó una herida y me duele. Vos sos como mi abogada. ¿Vos me podés ayudar?.-¿"Abogada?".Le pregunto

–"Sí, mi papi y mi mami tienen abogados. Los abogados te ayudan a defenderte. Vos le hablás, le explicás lo que te pasa y ellos tratan que no haya tanta pelea. Ayudan a que la gente pueda hablar".

.MARIANO : 10 años

Noche de un sábado a las 23 hs. Llamado telefónico. Mariano, grita en el teléfono: "¡ Me va a agarrar, me va a agarrar...! Refiriéndose a la desesperación que le acontece por la sensación de ahogo, transpiración y temblor antes de dormir.

El miedo a tener miedo lo hace bañarse de dos a tres veces antes de ir a la cama. La pregunta que insoslayablemente se desprende es: ¿quién o qué lo va a agarrar?, sobre todo que cuando él dice esto, su madre está al lado y su padre cansado de sus miedos se había retirado a otra habitación.

La transferencia natural con los padres se había roto. Nada de lo que ellos hicieran o dijeran lo calmaba. Ahí se requiere a Otro, no a cualquier otro sino a aquel en que los padres releven su saber.

Los padres delegan su lugar cuando esa anticipación necesaria de los padres y por consecuencia de protección para el niño, se encuentra rota.

Entonces: la pregunta tan habitual de si los niños transfieren queda del lado de la obviedad: claro, que transfieren. Sin embargo, ¿cuál es la particularidad de la transferencia en esta práctica, en la que aparentemente la presentación del discurso se constituye a partir de que hablan varios y transfieren varios?.

Para ir desplegando estas preguntas y a propósito justamente de la transferencia y del estatuto del analista en la práctica con niños y de la insoslayable relación entre la transferencia y el amor, decidí tomar algunas cuestiones que Lacan expresa en el Seminario VIII: "La Transferencia", tomaré entonces la primera parte del Seminario, particularmente aquella que aborda la metáfora del amor y su relación con la transferencia y referirla a la transferencia en el llamado análisis con niños en particular.

En la primer parte del Seminario Lacan se toma un tiempo para desarrollar el Banquete de Platón, valiéndose del texto para situar la relación analítica, la relación entre analista y analizante y el amor.

El Banquete se organiza en una serie de discursos para decir qué es el amor.

Lacan lee novedosamente este texto del Banquete. Tanto es así que para llegar al discurso de Sócrates, que será muy ilustrativo para situar la relación analítica, el texto transita por cinco discursos: Fedro. , Pausanias, Erixímaco, Aristófanes y Agatón. Finalmente Sócrates habla un poco y hace hablar a una mujer: Diótima. Luego acontece la entrada de Alcibíades que produce un viraje en el Banquete. De Diótima a Alcibíades se pasa, por decirlo de alguna manera, del cielo de los Eidos, de las Ideas Griegas a debajo de las sábanas.

El modelo de amor de transferencia del Banquete se denota en el amor de Alcibíades por Sócrates.

Lacan para precisar el pasaje de la posición de amado al de amante desarrolla lo que ha dado en llamar la metáfora del amor, en la que se pone en juego y de la que se puede desprender la relación analítica.

Plantearlo como una metáfora es un intento de logicizar los términos que se ponen en juego en el amor. Metáfora es sustitución, es decir dónde había un término viene otro término en su lugar.

Lacan nos habla de la sustitución del Erastés por Erómenon. En la época griega se definían posiciones, papeles, en la vida amorosa y tanto Erastés como Erómenon respondían a estas posiciones.

Erómenos era el término que designaba al joven amado, al amado, es decir al objeto del amor. Erastés designaba lo que Lacan llama el amante, el amante puede tomarse como: "L´amant", que es ambiguo, designando a la vez amor y deseo o como: "L´aimant" que indica más el terreno del amor.

Lacan utiliza las dos escrituras para designar Erastés, ambigüedad presente en este término, entre el Eros del amor y el Eros del deseo. Erastés, "el que ama- desea", es aquel a quien le falta, es el sujeto de la falta, es aquel que careciendo de algo puede desear. Erastés es el que no tiene. Es el sujeto que no existe sino por una pérdida en juego.

El objeto amado: Erómenon es el que tiene. En su interior tiene algo que cautiva, (el agalma) al sujeto de la falta. En el lazo del amor no se trata sólo de tener o no tener. Hay también algo que se sitúa en el nivel del no saber. El Erastés no sabe lo que le falta y el Erómenon tampoco sabe; no sabe lo que tiene. O sea que el amor y el saber van de la mano, el amor está habitado por un no saber. Erastés es el que ama y no sabe qué es lo que ama en el amado y Erómenos, el objeto amado, no sabe lo que porta, para ser amado. Erómenos es denominado Erómenon, que designa lo amado, como neutro, lo amado en el objeto, que es lo que se llama agalma y es lo oculto en el objeto, justamente eso oculto en el objeto que convoca al Erastés.

¿Cómo se produce entonces ese el pasaje de Erómenon a Erastés, de amado a amante, del niño como lo amado, como objeto, a amante, el que ama?

En el lugar del amado se produce una sustitución por la articulación de la falta que permite que aparezca un amante, en el lugar del amado. Que el niño pase de esa posición de lo amado a amante o sea a amar, es consecuencia de que la falta se haya producido y haya posibilitado las sustituciones posibles: de amado a amante y de amante a amado.

Recordemos también la función agalmática que el niño comporta para los padres, ese agalma que encierra, que guarda, el niño y que captura el amor de los padres, esa función oracular que comporta el niño para los padres por lo que aloja de saber oculto.

¿Cómo el niño sale de esta posición de captura, cómo pasa de objeto a Sujeto deseante?.

Por la articulación de la falta, como decíamos, función de la falta operante en el deseo materno por la entrada del Significante del Nombre del padre en la metáfora y es a partir de esta operación que, podrá tomar distintas posiciones: amado o amante, según la ocasión, sustitución solo posible porque la metáfora está operante. La metáfora del amor es obviamente subsidiaria de la metáfora paterna.

Volviendo al problema del lazo analítico y a las preguntas ya planteadas, recordemos que cuando se trata de niños y de padres, partiremos por supuesto de la condición de Sujeto del inconsciente que habita en cada uno, considerando además el tiempo de la niñez como un tránsito en el camino de la constitución de la subjetividad del niño, en la quedará enmarcada fantasmáticamente una determinada satisfacción pulsional y la elección de la neurosis.

La pregunta es entonces: ¿Cómo opera esta metáfora, la metáfora del amor en la transferencia? ¿Qué se transfiere, qué se sustituye?

Con relación a ese primer discurso sobre el amor, Fedro es el que propone el tema, es "el padre del tema" según Platón, y Lacan lo retoma. El amor queda entonces ligado al saber. El tema es la sabiduría y el saber acerca del amor. Fedro recuerda allí que hay una cuestión curiosa con relación al origen del amor, él se pregunta acerca de la Genealogía (Genealogía: serie de progenitores ascendente de cada individuo) del amor, se pregunta de quién es hijo el amor, y se responde: de Caos (Caos: hueco profundo- Confusión en la que se hallaban las cosas en lo remoto de la creación.

En este sentido el amor, al ser hijo de hueco profundo, carece de padres. Cuando no hay una Genealogía, cuando no se encuentra el origen se intenta explicar por la vía de la teogonía.

Lacan se interesa en cómo surge la transferencia, cómo surge el amor anudado a la transferencia, y cuál es el surgimiento del amor.

El amor surge entonces del mismo modo que en el sentido de un ex nihilo, de una nada de la que también surge la palabra misma.

Para la transferencia no hay Genealogía. El nacimiento de la trans ferencia se ubica entonces en el mismo lugar en que surge el amor y en el que surge la palabra. Por eso es que la transferencia es mas que el mero desplazamiento del amor a los padres hacia el amor al analista.

El trabajo de Lacan en el Seminario VIII cuestiona esto y mucho mas radicalmente cuando habla del amor en Encore (SeminarioXX).

Se ama a los padres porque ellos han sido quienes lo han protegido, libidinizado, amado al niño y eso los ubica en el lugar de Saber ¿Se ama al analista por desplazamiento de este amor en tanto la caída del Saber de los padres lo lleva al niño a buscarlo en el analista?

La transferencia no es el mero desplazamiento del amor a los padres al amor al analista.

Lacan intenta resolver esta problemática por la vía de buscar los orígenes del nacimiento del amor, búsqueda del origen que nos remonta indefectiblemente al Mito Freudiano de la horda primitiva, al padre del origen. Allí donde Freud no encuentra respuesta, inventa un mito.

La búsqueda de protección del niño está con relación a la ausencia de un padre del amor, de una Genealogía, en el fundamento de la transferencia, del amor, hay una carencia, una falta en ser, una pérdida estructural en el origen.

La transferencia entonces, mas que un desplazamiento, es lo que Freud ha denominado ombligo del sueño. Lacan dirá que se trata en el amor de una aprehensión del ser del Otro en el deseo, efecto de una pura carencia del origen. El amado se considera amado en tanto objeto, en el sentido platónico es: "TA- PAIDIKA", que en plural neutro, como dice Lacan podrá traducirse como "las cosas del niño amado" el niño como objeto.

Recordemos que, para el psicoanálisis hay dos coordenadas claves en su práctica: la regla fundamental y la transferencia, anudada esta última a la neurosis de transferencia.

Volvemos a las preguntas:

¿Cómo se juega tal cuestión en la práctica con niños?

La transferencia es factible y necesaria en tanto ser hablante. Hay una pérdida original (lugar en que Freud ubica la pérdida del objeto, pérdida original de la vivencia de satisfacción), que hace que el psicoanálisis se asiente en una lógica del no todo, en tanto hay un irreductible en el origen.

Decíamos que, esa es la causa de la transferencia. La transferencia es gracias a ese irreductible, ese vacío en el origen que toma el nombre de objeto a, objeto causa del deseo y que en el pensamiento Platónico tomó el nombre de Caos, hueco profundo del origen de lo que no tiene Genealogía, de lo que no tiene padre.

La transferencia implica amor y requiere ubicar en algún lugar la suposición de un Saber que nos habla.

¿ Esta transferencia es analizable en los niños?.

¿Es posible la desuposición de saber atinente a la disolución de la transferencia?

El niño depende lógicamente de los padres y su relación es todavía de amor y no de deseo. No es que no habite en él, el deseo, sino que la asunción de una posición deseante tendrá su apogeo luego de la pubertad.

Hay transferencia, hay transferencia por estructura, estructura que es la estructura del lenguaje. Se hace necesario transferir en tanto está operante la función de la falta en la metáfora del amor. Esto es así: los niños transfieren, los niños suponen saber a los padres, trasladan esa suposición de Saber a otros, que no son los padres. Lo que no pueden hacer es analizar su transferencia, buscar los fundamentos, las razones de lo que les acontece, de sus padecimientos. Necesitan aún de esa anterioridad lógica del Otro encarnada en los padres hasta la resignificación puberal, hasta una vuelta nueva del parricidio.

La transferencia es atinente a la estructura del lenguaje, transferir es una condición del ser hablante. Los niños transfieren, pero no pueden disolver la transferencia porque las condiciones no están dadas. Los niños hablan, quieren hablar, hablarle a Otro más allá de los padres cuando se produce una caída en el Saber que el niño supone a sus padres. Allí los niños requieren vía sintomática, vía fantasmática, la reinstalación de un Otro que los anticipe, necesariedad lógica en la niñez

Aquí en este tiempo todavía no es posible la destitución del Sujeto Supuesto al Saber, ni la ubicación del Sujeto Supuesto al Saber en el discurso. Todavía los que saben son los padres.

No se encuentra aún la suposición de saber en el discurso, en el decir mismo del que habla, por lo tanto es responsable limitadamente de su discurso y de sus actos. La vuelta de la pubertad lo encontrará en otra relación al deseo y al sexo.

Concluyo con el decir de un sujeto de 18 años que viene a ilustrar acerca de la posible instalación de un análisis bajo otras condiciones de la transferencia después de la pubertad.

Ernesto me consulta en dos etapas distintas de su vida.

Primero, entre los 7 y los 9 años, y luego a los 18 años.

En esta segunda oportunidad a los 18, me dice:

–"Me tomé un paréntesis. No recuerdo porqué venía antes, sé porqué vengo ahora. Tengo dos problemas: un problema sexual con mi novia y otro problema: perdí la confianza en mis padres, no creo más en ellos".

Dos problemas que ubican la transferencia en otras condiciones respecto del amor y el Saber, condiciones otras en que, la presencia de los padres y la relación al deseo propio serán de otro orden.

Lic.Mirtha Benítez

Notas

* Trabajo presentado en la Jornada: "La transferencia y el estatuto del analista", organizadas por la Asociación de Psicoanálisis del Sur. Noviembre 2000

 

BIBLIOGRAFIA

S. Freud: "Sobre la dinámica de la transferencia". (1912) Amorrortu Ed.

S. Freud: "Puntualizaciones sobre el amor de transferencia". (1914) Amorrortu Ed.

J. Lacan: "La transferencia". Seminario VIII. (1960-1961)

J. Lacan: "Aún". Seminario XX (1972-1973)

A. Salafia: Clases dictadas en la Escuela Freudiana de la Argentina. (1989)

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