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Número 6 - Junio 2003
Estructuración psíquica y violencia
Especialmente en los casos de niños cuyos padres
están en situación de divorcios controvertidos

Adrian Grassi

Palabras clave

Escena originaria y violencia fundamental: La disyunción escindente. Pulsión e intersubjetividad: Incorporación-inclusión. Disociaciones psico-somáticas, y disociaciones en los procesos de historización.

 

Escena originaria y violencia fundamental

Desde hace algunos años me vengo interesando en estudiar , (lo que puse de manifiesto en trabajos anteriores del cual este es una continuidad) , ciertos procesos de la estructuración psíquica del niño y del adolescente que están directamente vinculados con el tema que reúne esta mesa: familia y violencia. Que a los fines de circunscribir lo que hoy interesa desarrollar diría escena originaria y violencia.

Tomo el término escena originaria o primaria, en el sentido desarrollado por Freud primero y luego por P. Aulagnier como aquella construcción que realiza el niño, donde se ve a sí mismo como producto de la relación entre sus progenitores. En relación a la violencia voy a referirme a lo que describen algunos autores, entre ellos J. Bergeret denominada violencia fundamental , cuya fórmula puede traducirse en términos de o yo ó el otro, para seguir los efectos en la estructuración psíquica del niño de esta forma de violencia cuando regula las relaciones entre los progenitores. En el seno de la escena originaria esta violencia fundamental se le plantea al niño/ a como una elección. O mamá o papá, de modo tal que, si mamá no papá y si papá no mamá. Si bien esta fórmula de o yo ó el otro cuando se plantea como una disyunción que llamaremos simple, y que puede tener también efectos saludables en el psiquismo infantil , con resonancias de todo tipo además de las edípicas, lleva al niño/a o al adolescente a tener que optar con quien hacer alianza o en quien apoyarse para poder oponerse al otro. Allí puede funcionar un juego de circulación del erotismo propuesto incluso por los padres mismos que se resume en frases tales como: con quien te gusta estar mas con mamá o con papá, quien te da mas dinero , quien te compra regalos mas lindos, o quien te reta mas, quien te presta mas el auto etc. etc. Toda una serie de disyunciones que si las llamamos llamamos simples, no es porque no sean conflictivas, sino justamente porque permiten organizar un conflicto en la oposición de: " el uno ó el otro " Pero aún cuando estas disyunciones impliquen por momentos la oposición entre dos términos, como lo materno o lo paterno, lo bueno o lo malo, lo permisivo o lo prohibitivo, lo divertido o lo aburrido, etc. etc. es una disyunción que opone los términos sobre el fondo de una conjunción entre los mismos. Es decir que el niño opta por uno u otro de los términos sobre el fondo de la ausencia-presencia o permanencia del término no elegido. Es esta conjunción la que posibilita al niño un libre alternar, disentir, oponerse y elegir, entre pares de opuestos. Es el espacio transicional entre los progenitores el que posibilita al niño este libre tránsito por las oposiciones y mantener el sistema relativamente libre de fisuras o fracturas.

Ahora, cuando esta fórmula de la violencia fundamental trabaja y organiza la escena originaria, no como una disyunción simple, no sobre el fondo de la ausencia-presencia o permanencia del otro , sino como una oposición irreductible que excluye uno de los términos, se produce entonces como disyunción escindente. Ya no hay una conjunción en la escena originaria, sino una escisión en la escena originaria. Esta se le presenta al niño, cuando entre los progenitores se establece una práctica repetida de mutua exclusión del uno por el otro y se dirige hacia los lugares donde la subjetividad del niño se anuda al origen, donde el cuerpo se anuda a una historia. Veamos algunos fragmentos clínicos que contienen los elementos principales de esta descripción.

Hemos escuchado historias que con mas o menos diferencias pueden parecerse a las de M. niño de 6 años por el cual se consulta por temores de intento de suicidio, el mismo dice que se quiere morir. Al nacer el niño, ya estaban los padres en una relación de oposición entre sí. La madre va a inscribirlo en el registro civíl y como el padre no llegaba (por razones que aún no se han podido determinar) lo iba a inscribir con su propio apellido. Finalmente llega el padre y el niño es inscripto con el apellido paterno, y con un nombre de pila que repite el de un hijo ya fallecido de un matrimonio anterior del padre, y del cual la madre no estaba demasiado anoticiada de su existencia. En este momento tan importante de anudamientos entre los padres, el cuerpo del niño y su nominación, el ingreso al sistema de parentesco amenaza con producirse bajo la forma de la disyunción escindente. Aquí la fórmula de la violencia fundamental podría plantearse en estos términos: si mi Nombre, no el tuyo, o mejor aún: si mi nominación, no la tuya.

También encontramos los efectos de esta violencia fundamental en las múltiples historias en las cuales producido un divorcio, para el niño se plantea lo de la casa de uno ó lo de la casa del otro progenitor. Así para con la ropa, los regalos, los juguetes, los festejos. C. niño de 5 años por el cual consultan por indicación del jardín, está identificado como el pequeño golpeador que tiene asustadas a las maestras y directora del mismo. Por expresa prohibición materna, no puede entrar a la casa de la mamá con la ropa que viene de lo del papá, por lo cual antes de entrar a la misma tiene que cambiarse con una ropa previamente preparada a tales fines y dejar la otra en lo del padre. Allí la formula de la violencia fundamental podría traducirse en: en lo de uno sin lo del otro.

Otros maneras en que aparece esta fórmula es en la famosa dupla: régimen de visitas-alimentos. Allí aparecen elementos especialmente repetitivos, concurren hechos tales como que al momento de ser devuelto el niño al hogar luego del fin de semana, no es entregado por el otro progenitor , en horario o día acordados. No es raro encontrar que dichos incumplimientos también se produzcan en fechas particularmente significativas, por ej. el día en que se festejaba el cumpleaños del progenitor donde el niño no llegó. Así I. Niña de 4 años por quien consultan porque padece de asma bronquial, no fue llevada por su madre a la fiesta de cumpleaños de su padre, a modo de revancha por el dinero no pasado .

Allí en esos espacios y momentos de pase de lo materno a la paterno y viceversa es donde se inscribe como procedimiento en la escena originaria la disyunción escindente:

Si sos lo materno, serás sin lo paterno; si sos lo paterno serás sin lo materno. Estas inscripciones no están libres de sospechas paranoides respecto de la capacidad del otro progenitor para relacionarse en buenos términos con su hijo/a, cuando no se instalan sospechas sobre su honestidad (sexual) o su salud psíquica. No están tampoco libres de sospechas de robo del hijo. O de la incidencia negativa sobre el hijo, de las nuevas parejas contraídas.

Estos fragmentos clínicos tienen en común que se trata de niños cuyos padres se encuentran en situación de divorcios controvertidos, y aunque no se da con exclusividad en ese terreno, encontramos que la violencia fundamental tal como la venimos describiendo encuentra allí un terreno fértil donde desarrollarse. Como ya lo he aclarado en otros trabajos no se trata de los divorcios o separaciones en general, como una categoría que "per se" tuviera fuerza y fuera el origen de patología en el niño. Si destacamos en estas separaciones o divorcios lo controvertido, es en la medida en que las disyunciones escindentes entre los progenitores instalan un tipo de lógica y de violencia entre ellos y entre ellos y el niño, donde éste pierde la posibilidad de realizar procesos de duelo elaborativos con un trabajo de introyección fantasmática (lúdica u onírica) por lo cual deviene potencial traumático. No quiero dejar de mencionar, aunque no pueda el tema ser tratado en este contexto, sino que abre un capítulo aparte, la importancia en estos casos del trabajo interdisciplinario con abogados y jueces.

Nos preguntamos cómo y de qué manera esta violencia fundamental que se produce en un espacio de intersubjetividad tiene efectos en el psiquismo en estructuración, cómo y con qué efectos pasa a ese otro espacio constituyéndose en un modo de funcionamiento intrapsíquico? Cómo devino la violencia en patología?

 

Pulsión e intersubjetividad. Incorporación-inclusión

Un recorrido por la psicopatología infanto-juvenil muestra algunas formaciones clínicas mas o menos típicas en las consultas por estos casos.. Sin caer en un mecanicisimo reduccionista pero sin dejar de ver recurrencias significantes, podemos señalar funcionamientos psíquicos escindidos tales como en las disociaciones psico-somáticas, las enfermedades psicosomáticas, importantes trastornos de conducta y del aprendizaje, patologías del pensamiento, patologías del duelo y el vacío con transfondos depresivos, trastorno del sueño y de la actividad onírica. El aparato psíquico vaciado de sus recursos para la producción imaginaria donde producir y elaborar los conflictos se ve llevado a un atolladero o callejón sin salida. Las actuaciones, y las conductas adictivas son mas que frecuentes al bordearse la adolescencia. Así como trastornos del afecto tal como la indiferencia y el aburrimiento.

Diferenciamos el mecanismo psíquica de la introyección del de la inclusión o incorporación. La introyección es un proceso por el cual algo nuevo desconocido, sea bueno o malo me llega del exterior o surge en mí. Luego me familiarizo con eso a través del juego, la fantasía, la proyección, así me apropio de eso. Finalmente tomo conciencia de eso que me llegó y de mi encuentro progresivo con eso que me llegó y en consecuencia puedo otorgarle derecho de ciudadanía a esa cosa. Cuando la introyección no es posible resulta un sufrimiento psíquico en el sentido de que el psiquismo no logró elaborarlo o apropiárselo. Se produce entonces la incorporación o inclusión en el yo , con la consecuente fisura del mismo.

Hay otro elemento que queremos destacar relativo a estas esciciones que se producen en el psiquismo del niño y es la que tiene que ver con la temporalidad, en el sentido de que el Yo en su actividad identificante, trabajo de historización e interpretación de su historia, se encuentra con una fisura de un antes y un después, un antes y un después escindidos, sin continuidad. Cuando no hay condiciones para la elaboración de estas disyunciones escidentes entre los progenitores , lo que no necesariamente coincide con el divoricio, cuando los niños son mas grandes o llegada la adolescencia, por lo general no recuerdan fragamentos importantes de su historia o sólo lo hacen aisladamente por pantallazos o flashes, a la vez que son recuerdos fotográficos, sin organización espacio-temporal. En el trabajo con niños y adolescentes he podido apreciar como no se acuerdan de cuando sus padres estaban aún juntos, habiendo tenido suficiente historia vivida juntos. Es una amnesia que no va por los carriles de la clásica amnesia infantil, sino que son trastornos del pensamiento que producto de la escisión, aisla lo traumático de sus prolongaciones históricas. Se trata lo pretérito casi como no acontecido.

Ante la pregunta: cómo la violencia fundamental devino patología? Volvemos a los efectos sobre el psiquismo de las paradojas. Sabemos que el Psicoanálisis en distintos momentos de su historia ha estudiado sus efectos, tanto saludables como patógenos. D. Winnicott y G. Bateson son los mejores ej. de ello y en los dos sentidos. Aunque para un estudio mas actual.y riguroso, habría que ir al texto Paradoja y situaciones fronterizas del Psicoanálisis de R. Rousillon.

Con todas las funciones que tienen para el niño la escena originaria, las cuales no podríamos describir aquí, sin embargo sí hay que destacar que es una formación de encontrado-creado. Es la figura imaginaria en la cual el sujeto se crea en la fantasía como se encuentra, hijo o hija de Padre y Madre mas allá de la forma que ha tomado la familia en la sociedad moderna y contemporánea. Origen de un cuerpo y una historia anudados al deseo y el placer entre los padres. Para ser creado, el objeto debe ser hallado, es decir situado en el medio circundante. Presentado por los progenitores bajo esta forma, el objeto "escena originaria escindente", el Yo se encuentra ante una doble paradoja

1) Se es hijo del uno sin el otro a la vez que del otro sin el uno , y

2) el proceso de historización, trabajo de apres coup, de reinterpretación, que requiere de la articulación pasado presente futuro, es un constante devenir presente.

Adrián Grassi

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