Volver a la página principal
Número 6 - Junio 2003
Adolescencia, segundo tiempo de la sexualidad, tiempos de ritos
Estela S. de Gurman - Isidoro Gurman

-Tendrían que haberme dicho algo-.

-Nunca se acercaron a hablarme de sexo.

Mariana, 16 años, supone que los padres saben, que tienen que saber que a ella le falta. Que es lo que no le han transmitido, que es lo que supone que hubo y se perdió. Al Gran Bonete se le ha perdido un pajarito y dice que lo tiene...

Pero ese juego ya no se puede jugar mas, e lugar de ese juego otro hará suplencia.

Habían conseguido "yerba".- ¿Yo te dije que los baños son importantes.?. Porque todo pasa en los baños, picamos en los baños, armamos en los baños, fumamos en los baños. Nunca pensamos que el colegio iba a buscar allí. La jefa vino y estábamos con Celina, ella fumaba, yo no.

Entonces le dijo:-dame el bolso- y yo no lo podía creer, si ella sabia que en el bolso había, como se lo daba. Después me dijo que no pensaba que lo iba a abrir. La verdad es que nunca pensamos que se iban a meter en los baños.

¿Sabia?¿quién sabia?.¿qué saber se desprenderá del bolso abierto o de la mano que entrara a investigar?.

Fue ahí donde empezó todo, citaron a los padres y les dijeron que consumíamos y quienes éramos todos los que consumíamos. Les dijeron a nuestros padres que nos tenían que vigilar, que evitaran que nos juntáramos. ¡A vos te parece que justo cuando empezábamos a salir de nuestra familia os hagan esto!.Que nos vigilen y controlen como si fuésemos pendejos.

Sigue diciendo Mariana:-la droga fue importante para mí, con ella conocí la alegría y el amor, hasta dos años yo era tímida y boludita. –Bah!- estaba siempre triste. Un día me quede colgada durante una hora en un punto fijo, mi papa me pregunto que me pasaba y no supe que contestarle.

Son muchas las escenas y los relatos en que Mariana hace presente su peculiar modo de aproximarse, yerba mediante, al mundo. Como si la constante fuese la necesidad de un velo de humo que mediara entre su cuerpo y los otros. Un paisaje, una ciudad se ofrecían como más reales si los flasheaban con la droga.

Volvemos al tendría que haberme dicho. Apelación al otro, supuesto saber al mismo.

Escándalos de la joven homosexual, historias de Dora, la yerba de Mariana, acaso el Otro¿tiene respuesta?. Si las sanciones lo son sus efectos pueden leerse (al menos en los ejemplos citados) bajo la forma de: una jovencita arrojándose a las vías, otra que sospecha que la quieren arrojar a los brazos supuestamente normativizantes de un señor K, o Mariana bajo el ojo vigilante de una jefa que pasa a encarnar la puesta en acto de los conceptos universalizantes de una ciencia que habla de la peligrosidad de la droga.

Volvemos a reiterar, estas respuestas que tienen que ver con las preguntas que los adolescentes formulan acerca de un querer saber del sexo.

Por otra parte, podemos preguntarnos si acaso hay respuestas posibles. Y en ese caso, ¿pueden ser universales?., ¿se encuentran estas respuestas en el libro de la señora K?.

Si una de las preguntas que hacen a este segundo tiempo de la sexualidad, remite a la cuestión del origen, cuestión cuyos modos de respuesta son: el mito en el orden colectivo y la novela familiar en lo que a cada sujeto. ¿qué posibilita o no que se puedan constituir?.

Si Freud plantea que la metamorfosis de la pubertad implica un segundo tiempo de la sexualidad que tiene como condición el desasimiento de los objetos parentales incestuosos, el hallazgo de objeto en los tiempos de reencuentro-encuentro con la diferencia que esto implica, esto no es sin conmoción de todo aquello que quedo fijado y congelado en los primeros objetos. Trastrueque que necesariamente lleva a un tiempo de errancia.

Si a la novela familiar la pensamos como un montaje de intermediación entre esos dos tiempos, intermediación necesaria, su no constitución en tanto escenas fantasmaticas estabilizadoras, dejara un agujero que necesariamente tendrá consecuencias.

-"Un agujero en el tiempo", dirá Ariel (20 años), al hablar de lo que siente. Se trata del dolor, pura presencia-presente. Podríamos decir que en un sentido es como si deviniera "actual", no hay pasado ni futuro. Recordemos aquí aquello que dice Freud en "el creador literario y el fantaseo acerca de que "el nexo de la fantasía con el tiempo es harto sustantivo ..."

Vale decir, pasado, presente y futuro son como las cuentas de un collar engarzado por el deseo".

Si Ariel frente a este dolor se piensa arrojándose por una ventana, podemos pensar entonces que allí donde la falta no queda enhebrada, emerge como una ventana abierta, alguien como Ariel puede llegar a arrojarse. Agujero en lo real y amenaza de pasaje al acto.

Si Mariana intenta hacer suplencia a esa falta que se presentifica como una falta de respuesta en el Otro, creando o intentando montar escenas aliada con la yerba que consume y la consume (al modo de una boca abierta y voraz), Ariel estar por momentos al borde de caerse de la escena, allí donde el dolor supera toda posibilidad de anudarse a una imagen o a un significante.

No hay hitos estabilizadores donde angustia o dolor puedan anclar. Al decir de Mario Levin, en relación a la fobia, la angustia que aquella sintomatiza es temporalidad pura. Y agrega, que es necesario interrogar de que modo la acción del significante que en el espacio – por el corte- engendra la superficie, actúa al mismo tiempo sobre una dimensión temporal, frenando ese desorden subjetivo que caracteriza a la angustia.

Nos preguntamos entonces como ligar ese tiempo de desorden en un espacio que le de cabida.

Es a partir de esta cuestión que hemos comenzado a plantearnos el lugar del rito, en el pasaje del segundo tiempo de la sexualidad. Entendiendo aquí el rito del pasaje, tal como lo señala J. Hassoun al decir que se trataría de un montaje teatral, que permite sostener esos instantes tanto más esenciales cuanto más desapercibidos. Se esta refiriendo así, no a los ritos de pasaje codificados que pueden ser programados de antemano (estos podríamos decir abren a todo un planteo respecto a lo que la cultura enmarca o no en relación a dicho pasaje), sino a los pequeños sucesos que según su modo de infiltración en la historia del sujeto, se revelan aprescoup como un conjunto que se constituye en una transmisión es un tiempo de atravesamiento de un pase.

Adolescencia como pase, quien juega de pasador...

Tendrían que haberme dicho algo- dice Mariana...

Pero como decir algo precisamente de aquello que no puede terminar de ser dicho, si del sexo se trata no es sin palabras, pero están no agotan la cuestión.

Si de una transmisión se trata y que acontece en los pequeños detalles de la vida cotidiana, como dilucidar si aquello que se transmite circula vía efectos residuales del súper-yo parental, y se convierte en puro mandato o se ordena por una vía diferente.

En uno de los numerosísimos ejemplos que trae Theodor Reik en su libro sobre "El ritual!", relata uno de estos ritos en cuyo montaje opera una voz (flauta) que representa la exigencia feroz del espíritu.

Entonces como pensar la transmisión de un cierto saber, fragmentario , parcial ,etc., pero que este enmarcado simbólicamente y que pueda decir de la función nominante del padre,sin que se confunda con la presencia del espíritu feroz.

Como articular en un momento tan peculiar como la entrada en la adolescencia aquello del "como ya has de ser, como yo no has de ser".

No deja de ser interesante por otra parte, que distintos autores pongan el énfasis en el aspecto imaginario, en el elemento visual y escénico del ritual en lo que se entiende como rito de pasaje.

Como si la idea fuese el acercamiento de un real, ubicad en un cuadro cuyo marco es prestado desde lo simbólico.

Pero Theodor Reik establece una comparación a nuestro entender significativa entre los ritos y la vida de los sueños, dice algo así como que esta comparación se justifica solo por el carácter misterioso y onírico de las ceremonias de iniciación de la pubertad (extrae numerosísimos ejemplos de recortes antropológicos), sino también por perfil dramático y visual.

Sin entrar a confundir aquello de lo "ritual" que pensamos necesario en este segundo tiempo de la sexualidad, como rito singular, decimos sin confundirlos con los que socialmente pueden existir o sobrevivir, se puede pensar, se puede pensar que el modelo que plantean puede ser digno de reflexión. Esto es, que más allá de juzgar o discernir si la cultura nuestra ofrece o no esos lugares del pasaje para el adolescente, sirve pensar cuantas expresiones devenidas "patológicas" y juzgadas socialmente como perturbadas, no ofician precisamente de escenas rituales. Mostraciones, presentaciones que se ofertan y que apelan a Otro que acoja en su seno lo que hay de interrogación y también de respuesta.

Recorriendo algunos de los tantos rituales de los llamados de pasaje, recogidos por diversos autores, es interesante detenerse sobre los temas que incluyen en sus más variadas versiones y puestas en escena, algunos de estos temas son: muerte, muerte y resurrección, cambio de órganos, amnesia de la vida anterior, distintas cuestiones en torno a aquello que gira en relación a las concepciones singulares acerca del ser hombre o ser mujer, presencia de dos o mas generaciones donde se pone en juego la relación genealógica y de filiación con los antepasados, y esto otro que resulta realmente significativo, ritos en que se escenifica la separación de los jóvenes de su madre para consagrarlos a la comunidad masculina y sellar el vinculo entre padre e hijo. Una de las formas en que se expresa esta situación es la recreación de un segundo nacimiento, donde el joven pasa a ser nacido, parido, del tótem-padre.

En un tiempo y un espacio ordenado, con determinados valores propios de un grupo humano singular, con los elementos simbólicos propios de esa cultura, se despliegan escenas que no solo ofician de iniciación, pase y transmisión sino que tienen el carácter de ser fundantes.

No se trata de señalar estas experiencias, de poner en cuestión las ventajas las ventajas o no de la vigencia de estos rituales ordenados en la cultura misma, sino de poder pensar que de esos montajes o artificios ubicados ahora en el contexto del fenómeno singular que nos interesa como psicoanalistas (ese tiempo de reestructuración y reordenamiento que es el segundo tiempo de la sexualidad),decimos que de esos artificios pueden ser tomados como modos de balizacion significante que acotarían la incertidumbre y la angustia entre los interrogantes que emergen como demandas al Otro que no puede responder sino desde su propia incompletud.

Por que no situar, por otra parte, como nudo de la interrogación (como ser hombre, como ser mujer,etc...) la cuestión que ya señalamos como interrogación acerca del origen, y que no es otra que la vigencia de la llamada escena primaria tal como la trabajo Freud a raíz del Hombre de los Lobos, como escena constitutiva y fundante de la posición subjetiva ligada al goce sexual.

Posiciones no reductibles solo a un contexto imaginario, sino como lugar donde lo real del cuerpo toma posición.

Pero si un sueño es lo que permite a Freud reconstruir la escena, volvemos al elemento onírico con el que Reik compara el ritual, para poder pensar una vez mas cual es el vehículo mas adecuado (si así se podría definir) para que algo de no decible circule y pueda acceder a la palabra, aunque esto implique algo así como un segundo tiempo de elaboración.

German 17 años, viene hablando de sus dificultades para relacionarse con las minas. No sabe como hacer, como hablarles, oscila entre el desprecio y el temor hacia las mismas, simultáneamente le preocupa la relación con su papá, tampoco a el puede acercarse sin prevención.

Por esos días, cuestión no habitual, relata un sueño, que es el siguiente: sueña que va con el papa a un partido de futbol, a un clásico que precisamente se había jugado en esos dias y al que no asistio por los temores del padre acerca de los riesgos ya que G. Iba con algunos amigos. En el sueño van los dos solos y entran por una puerta que sirve de acceso a la cancha, solamente ellos entran por esa puerta. Pero resulta que esta puerta ofrece un obstáculo al que hay que atravesar, el padre le ayuda a sortear el obstáculo y lo conduce a la cancha. Recuerda que de niño algunas veces fueron a ver jugar un partido a esa misma cancha, la del sueño.

Quien sino el padre podría operar para orientarlo en el camino hacia la cancha y su entrada en la misma?. Pero esto como se efectúa, bastan las palabras?. En el sueño hay elementos significantes que apuntan a esa función, la función de la palabra, insiste la presencia de una boca. Pero también describe una puesta en acto de lo que podríamos pensar casi como un rito iniciatico, el papa lo ayuda a saltar el obstáculo, a entrar en la cancha.

De todos modos, y dejando abierta la cuestión de la transmisión (que de un saber y el como),se producirían al modo de un rito de pasaje en este segundo tiempo de la sexualidad queremos transmitirles un pequeño texto que nos produjo un efecto estético y emocional muy peculiar, leo:

"El polifante es una epecie de elefante múltiple y multiplicada nariz, exponencial en numero y distancia...
El deseo es inútil si no convoca humedad; las humedades, según se sabe, nacen de una calabaza; la calabaza es la forma que, para protestar contra la ley de gravedad asume la forma de una manzana; una manzana no siempre es una manzana, sobre todo de madrugada; la madrugada es el lugar en donde se desvive el polifante, ergo, el polifante, como la rebeldía, es contagioso
" (de una carta de adhesión a la protesta estudiantil argentina, escrita en Chiapas por el Subcomandante Marcos).

Volver al sumario de Fort-Da 6

Volver a la página principal PsicoMundo - La red psi en internet