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Número 7 - Abril 2004
Legalidad e ilegalidad en la adopción internacional
Una aventura en Siberia
Liliana Gerszenszon

En l997 fue corregida en Israel la ley de adopción de niños legislada en 1981. Tal corrección tuvo por principal objetivo abordar y ordenar cuestiones esenciales en torno a la adopción dentro del país, así como la adopción internacional.

Uno de los ejes centrales de esta ley es regularizar el proceso de adopción, supervisarlo en sus diferentes etapas, evitando asi “la compraventa” de niños.

Funcionan en Israel alrededor de 15 “amutot” – fundaciones sin fines de lucro – por intermedio de las que se lleva a cabo el proceso de adopción internacional.

En agosto 2002 fui invitada a acompañar a M. en su viaje a Omsk, Siberia, con el fin de llevar a cabo una evaluación psicólogica y evolutiva del niño que iba a adoptar.

Abordaré en este trabajo las dos corrientes la de lo legal y lo ilegal en el proceso de adopción., corrientes que circulando paralelamente confunden, entrecruzan y dejan marca en el imaginario y en la realidad del adoptante y del adoptar.

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En l997 fue corregida la ley de adopción de niños legislada en 1981.

La ley regula la adopción nacional y se extiende creando normas para normalizar el proceso de adopción international.

En Israel se entregan anualmente en adopción alrededor de 150 niños nacidos en el pais, 60 de ellos pequeños, de hasta 3 años de edad.

La demanda es mucho mayor a la oferta de niños que han sido declarados aptos para la adopción.

Esto ocasionó que el tiempo de espera para recibir un niño pequeño supere en general los 5 años.

Como consecuencia de la espera prolongada, las parejas que por algún motivo no pueden dar a luz, recurrieron a diferentes soluciones adoptando niños en el exterior.

En los años 80 la adopción en diferentes países – sobre todo países latinoamericanos era generalmente ilegal. La conexion se realizaba a través de abogados o agentes, que dinero mediante intermediaban, facilitando así la consecusión del niño.

Esta demás aclarar que no se llevaban a cabo controles sanitarios ni sociales.

Muchos de los aquí presentes recordamos algunos casos, los mas destacados llegaron a los medios de comunicación, ya sea por complicaciones con las autoridades locales o con los padres biológicos.

El caso tal vez más destacado, el de Carolina, en el que tras descubrir que la niña había sido secuestrada y vendida, las autoridades exigieron su regreso a Brasil, varios años después de efectuada la adopción.

La combinación de estos elementos: años de prolongada espera, pocos niños israelíes aptos para la adopción y rígidas reglamentaciones que impedían por ejemplo adoptar a familias uniparentales, influyó en la dinámica de la adopción incrementando la tendencia a adopciones internacionales.

Hoy se inscriben anualmente en el registro nacional de la adopción 150 niños adoptados en Israel y 300 niños llegados desde el exterior. La mayoría de los niños provienen de Europa oriental, principalmente Rusia y Rumania, y en menor número Latinoamerica, hoy sobre todo Guatemala.

La adopción se lleva a cabo acorde a la ley, bajo contralor nacional del Ministerio de Trabajo y Accion Social y mediante fundaciones acreditadas a tal fin.

Funcionan en Israel alrededor de 15 fundaciones sin fines de lucro (Amutot), 6 de las cuales trabajan más activa y exitosamente, acorde a la ley.

La ley intenta proteger:

El adoptante comienza el proceso dirigiéndose a alguna de estas fundaciones. Tras una entrevista inicial en la que el postulante a adoptar recibe información acerca del proceso y la fundación se establece el vinculo inicial.

El proceso incluye autorizaciones notariales, certificado de buena conducta por parte de la autoridad policial, una evalución psicológica del o los adoptantes, una visita del asistente social de la fundacion a la casa en la que el niño residirá.

Se intenta asegurar un proceso limpio, honesto, seguro, cuyo objetivo tal como afirmé anteriormente es cuidar del bienestar del niño y del adoptante.

De acuerdo al inciso 32 A de la ley: “Quien ofrece o entrega, o solicita o recibe, dinero o substituto de dinero por la adopción o por intermediar en la adopción sin autorizacion del juzgado, será penado a 3 años de cárcel”.

Pese a esto el adoptante deberá pagar una elevadísima suma (alrededor de 20.000 dólares) para poder llevar a cabo la adopción internacional. Aunque la ley agrega en el inciso B “excluyendo gastos necesarios”, es de destacar que todos los implicados saben de la Ley, pero parecería que existe un cierto acuerdo, o consenso tácito en infligirla.

La ley exige que toda fundación ayude a un cierto número de familias que no pueden solventar los gastos básicos. En la práctica las fundaciones trabajan sólo con quien paga el total de los honorarios.

El dinero no es el único punto de caída de la Ley.

En diversos países la ley local prohibe a la fundación prometer un determinado niño,

mostrar fotografias, proveer información acerca del nombre y apellido, antes de efectuado el primer encuentro entre el adoptante y y el niño a adoptar.

Las fundaciones no solo fotografían, tambien filman y entregan al adoptante un video cassette del “futuro hijo”.

Hace dos años fuí invitada a acompañar a M. en su viaje a Omsk-Siberia-con el fin de llevar a cabo una evaluación psicológica y evolutiva del niño a adoptar.

Las fundaciones que se ocupan de adopción internacional efectúan una revisación médica como requisito previo a la adopción. Esta incluye revisación fisica, análisis de sangre, en algunos casos exámenes cardíacos. No se lleva a cabo una evaluación psicológica – evolutiva, aun cuando se trata de niños en franco riesgo.

Diez dias antes del viaje M. fue invitada a la sede local de la fundación y le fue presentado su futuro hijo: nombre y apellido, edad, varias fotografias y un cassette, para ver en el hogar.

M. orgullosa mostraba fotos y video, y mientras se preparaba para el viaje a Siberia, comenzaba a construir un primer diálogo imaginario con el niño que iba a adoptar.

Tras 2 dias en Moscú para iniciar trámites legales, viajamos a Omsk, Siberia.

Ya a nuestro arribo nos vimos sorprendidas con las primeras “mentiritas” por parte del delegado de la fundación en esa ciudad.

El “intentaría” acordar una entrevista con las autoridades para esa mañana, haría todos los esfuerzos posibles, dado que nadie, salvo él sabe de nuestra llegada al lugar. Me pregunté en ese momento: “ ... y si no consigue la entrevista? Viajamos hasta Siberia porque sí ? “ sintiendo que se trataba de un primer “jueguito” para destaca su “abnegada intervención”.

Cuando a la hora convenida el delegado y la traductora nos vinieron a buscar al hotel, nos detuvimos a organizar la primer y complicada “gran mentira” de la que M. debía ser principal protagonista. Dado que está prohibido decir que le ha sido prometido determinado niño y ver sus fotografias, debía inventar una historia frente a la asistente social.

Diría que habia escuchado hablar de un cierto niño cuyo nombre no sabía, pero que una pareja israelí vió hace unos meses, y que de acuerdo a aquella pareja es un niño muy especial.

El delegado de la fundación le propuso a M. un apellido. Le pidió agregar que a pesar que ese cierto niño era el niño soñado por ellos, por razones de salud de la pareja habían decidido postergar la adopción.

Se le ofreció a M. un “inventado apellido israelí”, de una supuestamente inventada pareja de Petah Tikva (suburbio de Tel Aviv).

El aire de misterio, intriga y engaño pintó el primer día en Omsk de un raro gris, que coloreó también de gris el inicio de la relación entre el delegado de la fundacion y M. Si la adopción es legal, para qué empezar con tanto invento? – pensé en mi solitaria función de asesorar.

Ese mismo día, ya en el primer encuentro con la directora del área de adopción entendimos para nuestro asombro que en efecto esa familia de Israel había visto unos meses atrás a cierto niño, pero que había rechazado la adopción tras el primer encuentro.

Existe esa determinada familia de Petah Tikva, no se trataba de un nombre inventado, no hay enfermedad, ellos rechazaron al niño. Y sin que M. pudiera recuperarse de la confusión inicial, y preguntarse que los llevó a rechazarlo tras el primer encuentro, la director anuncia que ese “cierto nino” ha sido prometido a una familia americana, y no puede ser ofrecido a otra persona.

M. se pregunta el porqué del rechazo de la familia israelí, el porqué de la necesidad de “inventar” una verdad, y sale del primer encuentro totalmente confundida y angustiada.

“Su hijo” , ese que conoció en foto y video cassette, con quien sueña y dialoga hace 15 dias, fue rechazado por una pareja israelí, y ahora le es “arrebatado” por otra, americana.

La directora del área de adopción propone ver a otro niño, y entrega a M. formularios que permitirán nuestro ingreso a un hogar estatal de niños.

La confusión aumenta cuando al salir de esta primer reunión el delegado de la fundación asegura que el niño no ha sido prometido a nadie, y que él hará lo imposible por corregir el error.

Comienza así un largo periplo de innumerables llamados telefónicos Omsk-Jerusalem – Moscu y una lucha contra la “supuesta mentirosa directora” .

Lucha por la “justicia” – al decir del personal de la fundación – y para restituir el niño prometido a la supuesta verdadera madre - “M”.

Aconsejada por el delegado de la fundación, visitamos el primer hogar, bajo consigna de no “mirar de verdad al niño”, y utilizar la visita sólo como pantalla y así poder al dia siguiente, volver a las oficinas de adopción a reclamar por “el verdadero niño”.

Me emociono al entrar al hogar de niños en Siberia. Colores distintos, olores nuevos. El personal nos observa, cono preguntando sin palabras a quien venimos a buscar.

Ya en la oficina del director, médico de profesión, escuchamos acerca de Teram.

Quienes son los padres, el parto, el porqué del abandono, peso al nacer, evolución durante el primer año de vida, vacunas, exámenes de sangre.

Entra al cuarto una asistente, Teram en sus brazos.

Laberinto loco el laberinto de la vida. El “niño falso” es vivaz, sano, activo, sonríe ante los visitantes.

Hay seis personas en el cuarto. El “niño falso” solo mira a M.

Pareciera reconocer entre tantos al deseo de ser mardre en la mirada de M. Ojos achinados que saben mirar.

Y cuando en “un momento de debilidad” M. olvida la consigna del delegado de la fundación y lo toma en brazos, él se emociona, se le llenan los ojos de lágrimas, intenta contenerse, y se pone a llorar, sin dejar de mirar a los ojos de M.

No la suelta, llora y se ríe. Se ríe y llora, sin perder ni por un instante la mirada de M.

Amaga volver a los brazos conocidos de la asistenta, pero se queda en los brazos de M.

Yo me emociono y maravillo, 14 meses vivídos entre un hospital y un hogar estatal de niños.

Siberia, el frío, “el niño falso” es muy cálido, sabe emocionarse, y habla sin palabras. Es otro idioma, ni ruso, ni hebreo, ni traducción del ruso al inglés.

Y M. reaccionó de repente, y como si hubiese despertado de un encanto, me dice: - este no es mi hijo. Vamos. Y dejá de hacer preguntas y más preguntas.(refieriéndose a mis preguntas al medico).

Y salimos al patio frío, para seguir la lucha contra la supuesta mentira de la funcionaria, para intentar “recuperar” a un hijo prometido – perdido – imaginado - a partir de las fotos - nunca visto.

Mil teléfonos mediante, ida y vuelta Omsk – Jerusalem – Moscú.

Y nuevas mentiras se sumaron en el encuentro al dia siguiente con la directora del área de adopción de Siberia: M. explica que no puede aceptar “al niño falso” por ser notoriamente distinto fisicamente a la mayoría de la poblacion israelí, ojos demasiado asiáticos – dice -, y agrega que las autoridades en Siberia no cumplen con su parte del trato dado que a M. le prometieron un niño de hasta un año, y este tenía ya 14 meses.

M. sólo quería a aquél mítico – soñado – inventado – ahora prometido a los americanos.

Tres dias duró la travesía en Siberia. Tres días con sus largas noches, intentando yo explicar a M. que a aquel, al mítico no lo conocemos, y la lucha es por una fotografia.

M conoce las fotos, y no al niño. Las fotos no son el sujeto, sólo el envoltorio. Rusito lindo y de ojos celestes.

Yo siento que estoy sola, luchando contra todos los molinos de viento, intentando ayudar a elaborar algo entre tanto imaginario, y entre tantas mentiras.

Y desde mi rol, por el que fuí contratada, intento explicarle a M. que de esto hablaban cuando le aclararon que en durante el proceso de adopción podrían surgir complicaciones. Digo que tal vez se trata de un nuevo encuentro nacido del desencuentro de M. con el niño de la foto.

M. decide no ver a otros niños. Dice que prefiere volver “con las manos vacías”.

Desde Jerusalem es apoyada en su decisión por sus padres y el personal de la fundación implicada.

La última mañana en Siberia, nos citan en su oficina la diretora del área de adopción, y la jefa de la jefa con su jefa.

Le proponen ver a otros 3 niños, le piden que los vea, que intente, que lo que suena a capricho no puede terminar en conflicto diplomático entre tres países por un niño de 11 meses.

Y el delegado de la fundación le propone, “veamos a alguno, sólo para que no puedan escribir en el informe que te has negado a ver a otros niños”.

M. acepta, a regañadientes, ofuscada.

Se enoja conmigo. Soy a quien tiene más cerca.

- “debes estar feliz, vos y tu loca idea que acepte ver a otros niños. Para qué quiero ver otros niños…”

Y viajamos a ver a Pavel, de 11 meses, también rubio, ojos celestes. Delgado, piel opaca, poco pelo, con evidentes signos de marasmo y marcado retraso evolutivo (no mira a los ojos, casi no sostiene la cabeza, no se extiende para tomar un juguete que se le ofrece, no llora cuando los asistentes salen del cuarto y yo me quedo a solas con él). Sólo frente a Pavel pareciera que M. puede entender que aquel, Teram, el del primer dia, “el niño falso” es lo más cerca a un niño vivo y verdadero.

M. pareciera comprender repentinamente la diferencia entre sujeto y envoltorio, entre un niño que tiene fuerzas propias para vencer el abandono y otro que se rinde, y se pierde, y se va quedando…

Me quedo callada. Tal vez porque se me acabaron las palabras tras tres dias dificiles de hablar tanto, tal vez de pura lucidez, para que en el silencio M. pueda pensar. Y M.. dice, como descubriendo de repente América:

Tengo una nueva idea, que te parece si vamos a ver a aquel “chinito tan simpático, aquel del primer dia? Se llamaba Teram?

Y como asombrándome, digo simplemente – y porqué no?

Sí, se llamaba Teram…

Comienza entonces una nueva vorágine, volver a verlo, pensar, volver a la oficina de la directora y contradecir todo lo dicho hasta ese momento, y alcanzar a firmar autorizaciones notariales, y todo en pocas horas, porque las oficinas cierran a las cuatro, y a la mañana siguiente regresamos a Israel.

 

Fin de la aventura en Siberia: la directora del área de adopción acepta el viraje y propone una prórroga para tomar la decisión. Otorga a M. una semana para que pueda pensar tranquila.

Propone que la solicitud legalizada frente a notario quede firmada, y guardada en un cajon de su escritorio. Si en una semana la respuesta de M. es positiva, la directora continúa el proceso entregando los papeles al juzgado.

De ser esta negativa, los rompe.

Dos meses después, en octubre M. regresa a Siberia, al juicio de adopción. Teram – con nuevo nombre y nueva familia vive hace casi 3 años en Jerusalem.

El relato de ésta, mi aventura en Siberia, es marco de algunas reflexiones que durante y después del viaje me acompañaron intensivamente.

La primera pregunta, y eje principal de este trabajo, el porqué de tanta mentira. Porqué si sabemos y coincidimos en la importancia y las implicancias de la legalidad en el proceso de adopción, está éste inundado de tretas, engaños y lugares "oscuros”.

Mi hipótesis es que a pesar de la necesidad de un marco legal, hay algo de la fantasía inconsciente de robo – compra - usurpación – que en el primer período del proceso de adopción confunde a los protagonistas: profesionales, agentes, intermediarios, adoptantes.

Creo que la mentira surge de la fantasía puesta en acto – y habla de un sentir, sentir sin elaborar, que surge al hacer mío algo, alguien en este caso, que era de otro.

Y si pienso en la fotografia, puntapié inicial del gran enredo en que se vió metida M. me pregunto:

porqué la fundación muestra fotografías o videos, cuando en el país de origen del niño está estrictamente prohibido?

Y una colega me contestó a mi regreso y cuando compartía pensamientos acerca de Siberia, “porque si no, como van a viajar al otro extremo del planeta, para adoptar a un nene que ni siquiera vieron?

Y creo que sí, que deberían viajar imaginando, asi como imagina la madre al hijo que va a nacer, y lo puede soñar e imaginar, y comenzar a “hablar”… sin fotografias.

Creo que el elaborar esta fantasía es imprescindible en el trabajo de asesoramiento y atención a familias en las primeras etapas de adopción. Tal elaboración debe sin duda extenderse a la formación de profesionales en el tema: asistentes sociales, psicoterapéutas, personal de las fundaciones.

Extiendo mi hipótesis a una propuesta: que las fundaciones cuya tarea es facilitar y llevar a cabo la adopción internacional actúen acorde a la ley de ambos país implicados.

Si en Guatemala está prohibido mostrar fotografias, que la familia sepa que hasta verlo, ese niño podrá ser solamente imaginado.

Creo también que el proceso de adopción debería durar alrededor de 9 meses, acercándose todo lo posible a las leyes de la naturaleza.

El intento de facilitar y acelerar el proceso trae a veces serias consecuencias.

Por ejemplo el caso de R. soltera, 44 años, exitosa profesional independiente, que en sólo 3 meses recibió una niña de 1 año de edad y se convirtió casi “de la noche a la mañana” en madre.

Al mes de su regreso del juicio de adopción R. sufrió una grave crisis.

Lic. Liliana Gerzenzon (Lali)

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